Virgen de la soledad
Llegas tarde, murmuro en un susurro ahogado, y sólo obtengo tu mirada conservada en un mar de alcohol como respuesta. Son las diez de la mañana, quizás no haya sonado aún tu hora de acostarte. Bueno, no creo que le importe, ya está muerto, me dices riéndote de tu propio chiste al tiempo que te sientas rascándote la entrepierna y mirando alrededor extrañado. ¿Cómo coño se llama esta iglesia?. Te lanzo un panfleto cogido en la entrada. Virgen de la soledad, levantada por los moros, destruida y convertida en iglesia por cruzados de otros tiempos, pasto del fuego ilustrado francés, y de nuevo levantada por un puñado de beatos meapilas. Me devuelves el folleto, y sigo tus ojos hasta el pedestal donde el cura y sus monaguillos desarrollan su función, y hasta un poco más arriba, hacia ella, la Virgen. Tiene los brazos extendidos hacia una luz que sólo ve ella y a la que parece mirar con cara de soportar el peso del mundo sobre sus preciosos hombros, y todo ello con orgullo y dignidad. Eso es lo malo de los santos y mártires, parecen disfrutar tanto con su sufrimiento que viven a dos centÃmetros del peor de todos los pecados, la vanidad, hermanos, la vanidad.
La verdad es que lo entiendo. Sigo tu mirada de nuevo hasta el pedestal. ¿El qué? Que sea virgen y esté sola.
Tienes que entenderle, no es que no le importe tu muerte, todo lo contrario, son las diez de la mañana y está, más o menos, sobrio, es sólo que mientras tus padres querÃan enterrar al hijo formal y educado que comÃa con ellos dos veces al mes, nosotros querÃamos recordar al tipo que nos arrastraba de bar en bar, poniendo el telón a noches inolvidables. Esas extrañas noches, siempre con tu sonrisa bailando en el rostro, poniendo rojas a muchachitas con tus extrañas palabras y bailando sobre tablaos de cubos de basura. BebÃas de la noche y de la vida misma como si el mañana sólo fuese algo que podrÃa no ocurrir, un simple accidente que no podemos dar por sentado. Recuerda, nos decÃas, que haya amanecido todos los dÃas de tu vida no te asegura un mañana más.
Hoy me he despertado con un feo golpe en la cabeza, oliendo a muerto y tirado en un sucio callejón. He perdido a mi amigo en algún lado, me siento con ganas de morir, y tengo tatuados en la camisa vómitos y manchas que podrÃan trazar a la perfección la ruta seguida durante la noche, aunque por suerte, ni saben ni quieren hablar.
Sé que allá donde el buen Dios te haya llevado nos mirarás con tu eterna sonrisa, y pensarás que has tenido un funeral cojonudo.
Descansa en paz.
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12 Comments
gwynette
Vaya, son malos tiempos. Yo también he perdido a un amigo…ojalá pudiera creer en Dios, serÃa un consuelo..:-)
Cariños de alcachofa para ti
la chica triste de la parada de autobús
Qué pesadilla…
ipathia
Vivir la vida a tope y morir joven, era el lema de muchos participantes de la movida madrileña… Muchos de los que lo pretendieron no consiguieron su meta; otros sà llegaron a ella.
Ningún amigo merece morir… ninguno; con ellos se va parte de nosotros. Muy triste.
Ybris
Consuela poco la soledad cuasi-vanidosa de las imágenes ante la marcha del amigo.
Quede con nosotros su inmutable sonrisa de amistad.
Un abrazo
Alvaro
Todo queda reducido a nada algunas veces. La muerte es la página del diccionario más sencilla para definir la vida. Leamos algunas más antes de llegar a ella.
Besos
El mono dorado
No entiendo la vida ni mucho menos la muerte.
Algunos descansan asi, muertos. ¿pero y otros?
Espero no morir nunca y entender para que vivo.
Ãngela
Hasta dan ganas de morirse… sólo por un funeral como este.
migue
Muy triste tu historia.
“..que haya amanecido todos los dÃas de tu vida no te asegura un mañana más”
Me quedo con eso.
Beauséant
Creer en Dios gwynette es la salida fácil, en el fondo cuanto más cree en El, menos crees en tÅAnimo, intenta seguir los consejos de Ybris, quedarte con lo bueno de esa persona, es una frase hecha, lo sé, pero funciona (al menos a mi me sirve)
Bueno, chica triste, tampoco es una pesadilla, o quizás si, lo malo de las pesadillas es que sólo descubres que lo son cuando despiertas, y para entonces suele ser tarde… En especial si persigues lo que dice ipathia, vivir deprisa para morir joven.. Es extraño, mucha gente queriendo morir joven, languideciendo lentamente, y tanta gente con ganas de vivir tiradas en cunetas sin nombre… De momento recogamos folletos para apuntarnos a lo que dice el Mono dorado, no morirnos nunca …
Eso, Alvaro, pero no leas el final, que el prota muere 😉
Tranquila Angela, no tengas prisa por lograr algo que llegará de todas formas, y el funeral es lo de menos, no creo que te enteres …
Triste, migue, triste como casi todas las historias llenas medias verdades que rondan por este sitio…
Beauséant
Ah, y de parte de nuestro servicio de soporte informático que disculpas por los continuos cortes en este sitio, al igual que los fallos en el metro de Madrid, son por causas ajenas a nosotros… Tampoco sé si alguien se ha dado cuenta, pero eso, que muchas gracias por estar ahà y todas esas cosas 🙂
*AntagoniSta*
Quisiera ser dueña de mi muerte, y no que se me escape como un pavo real detrás de las coronas de flores que aborrezco.
Y ahi la veremos de frente, sin poder decir no o sÃ, sin poder elegir.
nuva
Cuando muera, hagan mejor una fiesta para mi.