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las bicicletas en holanda

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Las bicicletas en Holanda son unos hierros retorcidos y comidos por el óxido que se mueven por la simple voluntad de unos dueños que se niegan a dejarlas morir. No es extraño que ambos, jinetes y monturas, hayan desarrollado con el tiempo una extraña simbiosis: sobre ellas conocieron al amor de su vida -o al menos a alguno de los muchos-, gracias a ellas llegan puntuales cada día a sus lugares de trabajo y, en múltiples y trágicas ocasiones es circulando sobre ellas donde se les aparece la muerte para trazar la línea final del balance.

No siempre las bicicletas fallecen junto a sus dueños. Cuando eso ocurre son arrojadas a los canales por un grupo de amigos del finado totalmente borrachos que entonan tristes canciones de despedida en alegres y coloridas ceremonias.

Los ciclistas holandeses han desarrollado una extraña habilidad para realizar cualquier actividad sobre sus monturas. Ningún objeto es lo bastante incómodo ni ninguna condición climatología parece demasiado adversa como para abandonar sus pequeños artefactos.

Han aprendido que la vida, por encima de otras muchas consideraciones, consiste en dar pedales. Uno detrás del otro y sin pensar mucho en los motivos porque el día que dejas de darlos te espera el frío suelo como única respuesta.

las bicicletas en holanda


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10 Comments

  • Kadannek

    Como siempre, me alegra volver a leerte. Me agrada poder quedar con ese extraño sabor de nostálgica reflexión.
    Esta descripción parece la forma moderna de hablar de aquellos soldados de antaño que comían, dormían, viajaban y hacían de todo sobre sus corceles. Me gustó la elección de imágenes, muy delicadas y sentimentales.

    Quisiera seguir el ejemplo de esos protagonistas sin rostro de los que hablas, continuar avanzando sin descanso.

  • MUCHA

    Las bicicletas me gustaron solo cuando era chica disfruto hacer el lease de un carro nuevo cada tres años
    el aroma el viento en mi cara y el olor a cuero recien estrenado jajajaja
    El aire acondicionado no lo cambio por un pedalear que seria imposible aqui en Miami con el calor y las lluvias que tenemos.
    Tu texto una belleza de romance querido.
    ..las fotos me encantaron
    y aspirar lo que escribes es casi sagrado
    Desde un dia humedo y con lluvias te escribo…
    El cielo de Miami no para de llorar sus sentimientos
    un aplauso artista del alambre

  • Toro Salvaje

    Yo creo que en Holanda en un par de generaciones los niños nacerán con pedales.

    Lo de las bicis arrojadas a los canales siempre me pareció indigno del país.

    Saludos.

  • Adriana Alba

    Tal vez eso de -seguir pedaleando bajo cualquier circunstancia – sea casi un aprendizaje de vida-
    Holanda siempre me inspiró por sus tulipanes, molinos y queso jajaja.
    Tu relato es precioso.
    Besos.

  • Beauséant

    Era un poco la idea, Kadannek, poner algo de romántico en algo que para ellos es el día a día y me apetecía poner algo de color después de tanto blanco y negro como ha ido apareciendo por aquí… No sabría decirte si es una solución o no, pero creo que el pensar en exceso rara vez ayuda en algo. En especial cuando no tienes la solución y lo único que haces es dar vueltas y vueltas.

    Eso es verdad, MUCHA, para ir en bicicleta hacen falta muchas cosas 🙂 a mi, en cuanto hace un poco de frío o mucho calor ni me lo planteo. Me gusta más tu plan, Miami, coche descapotable y un playa cercana… Gracias por tus palabras, como siempre… un abrazo.

    ¿Verdad, Toro Salvaje?, la historia nació un poco así, viendo un par de bicicletas tiradas en un canal… quise imaginar una historia bonito para justificar ese final.. el resto vino rodado.. pedazo juego de palabras, ¿eh?, rodado, bicicletas…

    Los quesos no me entusiasmaron mucho, Adriana Alba, pero el resto del país creo que es un sitio del que se pondrían aprender muchas cosas, lo de las bicicletas viene a ser una filosofía de vida, algo que ves y asumes desde pequeño. Muchas gracias.

  • Toro Salvaje

    Hola.
    Vengo a despedirme.
    Durante un tiempo escribiré únicamente para mí.
    Creo que lo haré con más libertad.
    Mientras eso ocurra no se podrá acceder a mi blog.
    En el futuro ya decidiré si vuelvo a publicar lo que escribo.
    Muchas gracias por todo este tiempo compartido.
    Que te vaya muy bien.
    Un abrazo.

  • MARÍA

    Tan practicas y alegres esas bicicletas me encantan, cuando me es posible vuelo en ella con mis amigas de la infancia, y también con mis padres.
    Abrazo

  • Beauseant

    He visto tu sitio cerrado, Toro Salvaje, y he sentido mucha pena, no por perderte en el sentido estricto sino por los motivos que adivino detrás de ese cierre.. Creo que nos estamos volviendo un poco locos, como si cada oportunidad que tenemos de seguir hacia delante la estemos desaprovechando.. Somos un país de oportunidades perdidas.

  • Beauseant

    La unión de un niño con su primera bicicleta, María, es algo místico, ¿verdad? Esta claro que tienen algo de magia y no debemos perder la oportunidad de volver a descubrirla sólo por hacernos mayores.

  • María Perlada

    Esas bicicletas que tanto han pedaleado y ahí siguen a pesar de los años, y no creo que solo existan en Holanda, hay gente aquí en España que todavía las conserva a pesar de los años, igual esos coches que se utilizaban antiguamente, todavía se ven.

    Besos.

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