leer,  mirar

los guardianes del valle

Son como tentáculos extraterrestres que brotan del terreno y crecen a la entrada de los valles y de los pueblos. Esas extrañas plantas de llamativos colores son las encargadas de guardar la memoria de los jefes tribales que murieron en cruentas batallas casi siempre contra conquistadores europeos que llegaron con miríficas armas de fuego y ansias de conquista.

Los tentáculos crecen en el lugar exacto en que volvieron al barro los grandes guerreros y algo de su espíritu vive atrapado entre las ramas vigilando los caminos que bajan de la montaña. No crecen en otra parte, necesitan ser regados con la sangre de los caídos, se nutren con el óxido del acero y el cuero que viste los cuerpos descompuestos.

La sangre, los muertos y las canciones, las raíces de la historia.

El biólogo conoce esas leyendas, ha hablado con ancianos sin dientes que miran siempre hacia el cielo y desgranan esas viejas narraciones con una voz que se asemeja a los cantos rodados de los ríos. Los ancianos hierven las hojas rojas, beben el brebaje y durante un instante vuelve a ser jóvenes: saltan alrededor de la hoguera, gritan nombres y golpean sus pechos con orgullo. El espíritu de los guerreros toma sus débiles cuerpos y enseguida los agota, las visiones siempre son confusas y no duran mucho.

El biólogo guarda las semillas que ha logrado robar, las sublima, las hierve, las irriga… todo es inútil. Esas plantas no crecen en otros lugares, las historias eran ciertas. Desesperado, se une a un equipo de arqueólogos, roban los huesos, saquean las tumbas sin pudor, aplica electricidad, escruta el ADN… las semillas del pasado comienzan a brotar extrañas y deformes en una probeta. Llámalo ciencia, llámalo magia, nadie notará la diferencia

El biólogo llora de alegría. Sueña con la fama, con grandes premios y montañas de dinero. Hace tiempo renunció a cambiar el mundo, ahora sólo espera a que el mundo le cambie.

Los fantasmas le miran desde la distancia con miradas cargadas de reproche, pero el biólogo hace mucho que aprendió a cerrar los ojos. Por eso desde ese día y por un módico precio cualquiera puede tener el espíritu de un orgulloso guerrero vigilando la puerta de su casa.

23 Comments

  • María

    Parece un enoorne manojo de guidillas pequeñitas, colgado hacia arriba, una planta extrañísima! es verdad y oootra vez ese mágico cielo tuyo en escorzo, la fotografía del final…bufff esa fotografía se sale del blog…como si fuera un misil vegetal a punto de salir disparado hacia el universo, preciosa!

    Y tu relato…
    Tu relato es la historia de la humanidad, ese afán por apoderarse de lo único y exclusivo, hasta destruirlo, para luego sacar copias low cost accesibles al gran público. Pero…
    El espíritu de los genuinos guardianes del valle aullarán en la noche, despertando a todos los grandes guerreros que se cargarán al malvado biólogo colgándolo por los pies de un árbol seco, como un vulgar manojo de guindillas … descoloridas ; )

    jaja parece que me he tomado una infusión de ayahuasca ( no se si se toma en infusión ; ) o a lo mejor es que tu blog produce efectos alucinógenos… cuidadito! como se corra la voz, te lo van a meter en una probeta para reproducirlo… estate atento ; )

    Mil gracias por estos ratitos, eres un artistaZo!
    Un besito y feliz noche alucinógena ; )

  • Joselu

    La floración del tajinaste en primavera -que no he logrado ver- es uno de los acontecimientos principales en las Cañadas del Teide. Bellísimas las fotos, igual que elocuente y hermoso el relato de los viejos guerreros guanches que lucharon contra los conquistadores europeos. Los guardianes del valle aún lloran por aquellas batallas perdidas. Saludos.

  • Cabrónidas

    No nos contentamos con admirar desde el respeto. Nos apropiamos de ello y nos lo traemos a casa, y en el peor de los casos, hacemos negocio con ello. Encima, el humano se atreve a llamarse creativo, cuando solo copia. Creativa solo es la naturaleza, tan por encima nuestro, siempre.

  • Beauséant

    un manojo de guindillas puesto del revés, es verdad MARIA, a mi me parecían tentáculos por un viejo juego de ordenador que se llamaba maniac mansion, donde había unos extraterrestres-tentáculos que eran iguales 🙂 Me he encantado el final que has propuesto para el biólogo, aunque da igual, tarde o temprano alguien corrompería aquello para hacer una copia low cost… me alegra haberte acompañado en esta noche de domingo un tanto alucinógena 🙂

    Gracias, MUCHA DE LA TORRE, sospecho que en los silencios es donde más se nos conoce…

    Debe ser todo un espectáculo eso que comentas, JOSELU, son unas plantas muy extrañas, los sitios dónde se crecen, cómo se adaptan al terreno, esta claro que hay algo de magia en ellos..

    Es algo que tenemos en nuestra genética, CABRÓNIDAS, esa necesidad de apropiarnos de lo bello, de retorcerlo todo a nuestro gusto aunque sea a costo de romperlo.. copiamos y copiamos y nos acabamos ahogando entre tanta copia barata… pero, claro, es complicado resistirse, ¿verdad?

  • Gabiliante

    Jo. No me he enterado de si ls historia de los guerreros es real o no. Porque no sé tampoco si eso, que no se si son plantas arbustos o sabores, sin reales, o no. O sea son naturales o las van recortando, o se Dan en un solo sitio. La verdad es wue no las había visto nunca. Eso ¿que mide? 2 metros o asi parece, no? La primera esta en lo alto de una montaña por encima de las nubes?
    Coleccionar es poseer, aunque luego vendas la colección, y coleccionar seres vivos es como coleccionar plantas o cosas. Me hizo pensar en “el colecvionista” o “atame”. Esasplantas se resistían a ser poseídos
    Abrazo.
    Maravilla la primera foto
    Y la segunda
    Y la tercera

  • Anonymous

    Ostras, las plantas son una absoluta pasada, qué extrañas y hermosas a la vez. Un ejemplo más de la resiliencia y sabiduría de la naturaleza y la vida.
    Una gran historia, como siempre muy sugerente, cargada de conexiones e imaginación. ¿Hablamos efectivamente de tajinastes y las Canarias? Parece que sí por una rápida consulta. “Tajinaste rojo, sangre del Teide”. Guau.
    Para mí la historia se tuerce un poco al ponerte a hablar de las ambiciones del biólogo y de lo que hace (porque me la repampinfla bastante este señor frente a lo otro), pero sabes reconducirlo y conectarlo con esos fantasmas que le miran con desdén.
    Es interesante preguntarse cuánto hay de invención o conexiones tuyas (con los guerreros y todo lo demás) y cuánto de leyenda cierta (que te encargaste de reproducir aquí), pero me creo toda esa mitología perfectamente…
    (अनत्ता 光 心)

  • Anonymous

    Para quien pueda interesarle (esto es muy bueno):
    “El nombre proviene del idioma guanche, reconstruido como: ⵜⴰⵉⵏⴰⴵⵜ, *tainast, palabra femenina que significa ‘aguja’​ y que perdura hasta nuestro tiempo. La gran acumulación de tajinastes formando un “bosque” se conoce como tajinastal”.
    También he visto que estuvieron en peligro de extinción y se declaró especie protegida…
    (अनत्ता 光 心)

  • Beauséant

    Lo preocupante, TORO SALVAJE, no es tener un precio, lo preocupante es lo bajo que suele ser 😉

    Todas esas cosas que comentas, GABILIANTE, vinieron a mi cabeza casi a la misma velocidad al ver esas plantas por primera vez. Vivimos una época en la que es casi imposible sorprenderse por nada porque todo ha sido medido, fotografiado y cartografiado y, aún así, no me esperaba que fuesen así. Son reales, nadie los corta y sí, miden cerca de dos metros, aunque parezcan esponjosos son casi un espino, son duros como el terreno en el que crecen.Las nubes son un mar de nubes, salieron no hace mucho por aquí, https://www.elartistadelalambre.net/mar-de-nubes/.
    Son interesantes las referencias que citas porque, es verdad, hablan del mismo sentimiento, de la misma necesidad de poseer algo aunque eso sea su destrucción.

    Totalmente de acuerdo, अनत्ता 光 心, son un ejemplo de adaptación increíble. Es un terreno duro, desértico y crecen de maneras diría que aleatorias, no se agrupan para no competir por el terreno. Al menos yo no vi ninguno de los bosques que comentas, supongo que por eso se encuentran en peligro de extinción y, sospecho, que por nuestra culpa, ¿verdad? No conocía el origen de la palabra, muchas gracias, debería haberlo buscado ahora que lo pienso 🙂
    El biólogo era necesario, creo, para poner el contrapunto de la historia, la realidad de la lógica del mercado contra la mitología, pero para mi también es más interesante la primera historia 😉

  • Nino Ortea

    Hola, Beauséant:
    Me he bañado en el flujo narrativo de tu relato. He echado raíces en su barro creativo. Crezco junto a plantas que para mí ya no son extrañas. Junto a ellas vigilo el camino. Debemos evitar que nos alcance el biólogo.
    Un gran relato, Beauséant.

  • evavill

    Es alucinante lo creativa que es la naturaleza, la cantidad de diseños originales que produce.
    En cuanto al biólogo, parece el doctor Menguele (no sé si está bien escrito) de las plantas. Un horror, vaya.
    Me gusta la foto en blanco y negro con ese cielo tan estrellado. Todas me gustan.

  • Anonymous

    Beauséant, precioso homenaje al tajinaste, esa joya vegetal que parece vigilar al volcán en Las Cañadas del Teide. Estiran su cabeza, quizás también, para que los vean de lejos las abejas, que elaboran con sus flores una miel muy apreciada. Su supervivencia está asegurada, son tan duros y resistentes como el esparto de mi tierra.

  • Beauséant

    Hay demasiados biólogos con probeta y cabeza caliente ahí fuera, NINO ORTEA, por desgracia las pobres plantas no tienen piernas para poder salir corriendo… Las defenderemos mientras podamos, sí.

    Gracias, EVAVILL, si ese doctor, creo que lo has escrito bien, hubiese tenido éxito y hubiese estado en el bando de los ganadores, seguro que hablaríamos de él de otra forma, así se escribe la historia (que para mi sigue siendo un hijo de puta, no nos confundamos 😉 )

    Buena aportación, DIEGO, me habría gustado probar esa miel, lo mismo acabamos danzando en la hoguera y viendo a nuestros antepasados.. los míos creo que labraban la tierra y llevaban boinas y alpargatas, nada épico, como ves 🙂

  • Angeles

    El ser humano es capaz de vulgarizar hasta lo más sublime. Empezando por sí mismo.

    Las plantas son alucinantes, y tú has captado su magia tanto en las fotos como en el texto.

    Saludos.

  • alessandrinimaria

    Que bonita la historia de esas plantas tan coloridas. El ser humanos va decayendo cada día más, debemos creer en este mundo donde el hombre solo desea ser poderoso y nada más.
    Abrazo

  • Beauséant

    Muy buena esa frase, ANGELES, somos capaces de hacerlo, sí… Gracias 😉

    Sería un acto de justicia, TONYERIK, pero habría que ver si esa plantita no se ha vuelto débil como un animal domesticado, como cualquiera de nosotros, y ya no sería capaz de sobrevivir en el mundo real…

    Ser poderoso, ALESSANDRINIMARIA, dominar y conquistar… eso son los anhelos de esta raza, el resto son sólo buenas palabras que nos decimos.

    Muchas gracias, NURIA LOURDES RUESTA ZAPATA, me alegra verte por aquí.

  • Judit C.

    Noo sé si algún día visitaré Canarias pero con tus magníficas fotos casi puedo sentir el sol, puedo ver esa planta tan alta que parece irreal, puedo maravillarme de sus colores y casi siento la tierra seca bajo mis pies. Mientras escucho las historias que cuentas …

  • Beauséant

    Eso sería muy bonito, JOSÉ A. GARCÍA, reencarnarse en una de esas plantas. Pero a ser posible en una que tenga vistas al Teide, ¿verdad?

    Gracias, JUDIT C., transmitir mediante fotografías siempre me ha parecido complicado, por la escala, por el colorido, parece que siempre se pierde algo al pasarlo a la pantalla… Me ha gustado tenerte junto al fuego mientras contaba la historia.

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