Sin noticias de Koyasan
Ya llevaba varios días en Tokyo cuando de manera, aparentemente repentina e inconsciente, se me ocurrió que Japón es muy grande y los destinos de su línea ferroviaria, inescrutables. Mi final, el final, podía encontrarlo en cualquier otro lugar del…
hay lluvia en mi zapatos
A la salida de la estación llovía a gritos y la gente desplegaba un ejercito de paraguas para intentar conjurar el diluvio. Todos corrían sin dirección y todos eran jirones de un gris sucio recortado contra los neones de los…
Última parada: Japón
Me fui a Japón para no hablar con nadie, para no ver a nadie, para dejar de sentir todo lo que estaba sintiendo. Me fui a Japón para morir. Llegar al término de mi vida. Sin más. Y,…
causas y efectos
Cada noche, justo antes de dormirme, veo dos orejas picudas asomando a los pies de la cama. En cuanto apago la luz y me incorporo para dormir el felino da un salto, se mete entre las sábanas y empieza a…
El jardín de mi duermevela
Un disco duro con una partición desaparecida y diversos problemas de agenda me impidieron añadir las fotos a la entrada anterior. Como tampoco era plan de tirarlas las dejo aquí. Aunque queden un poco deslavazadas aquí sueltas seguro que ustedes…
El jardín de la duermevela
En la parte trasera de la casa de mis abuelos había un jardín que en otros tiempos debió ser un huerto, pero que en mi infancia sólo era un recinto cercado por un muro precario e irregular con un par…