leer,  mirar

la sociedad del eterno movimiento

Aquí finalizamos el intenso periplo de las ovejitas por Irlanda tras un largo caminar en el que cada paso dado ha añadido una pieza más a ese enorme tapiz que son todas las vidas.

Se necesita tiempo y distancia para entender el dibujo final grabado en el lienzo, y a veces ni eso, a veces la vida no tiene sentido. Deberíamos estar preparados para ello, deberíamos comprender que Aquiles nunca atrapará a la tortuga, da igual lo mucho que corra o el empeño que ponga en hacerlo.

Ocurrió con Odiseo, y con tantos otros antes, el viaje nos transforma, la persona que regresa al punto de partida no es necesariamente la persona que partió de él. También se transforman los lugares, describir un viaje, lo desgasta. Los sitios, a fuerza de ser escritos y fotografiados, se vuelven transparentes. Es necesario verlo todo con unos ojos diferentes cada vez, encontrar nuevas palabras para contar un mundo que ya era viejo cuando lo pisamos por primera vez.

Las ovejas son seres sedentarios, clavan el centro de su mundo en el lugar donde nacieron. Pero mis ovejitas han demostrado ser las dignas hijas de Polifemo con su valentía pequeña pero inmarcesible. Es imposible no sentir cierto orgullo de ellas.

Espero que hayáis disfrutado de cada pieza del tapiz:

Sólo queda ya emprender el regreso. Volver a lo conocido, a ese lugar que, con algo de suerte, llamas hogar. Recoger lo poco que eres en una maleta y entregarla al sonriente personal de la aerolínea que te recibe con el saludo secreto de la sociedad del eterno movimiento. Un selecto club de adeptos que saben que la vida debería ser movimiento, preguntas, y dudas. Cualquier otra opción nos convierte en piedra, muñecos de cuerda que sólo saben ir en precario equilibrio del punto A al punto B hasta que el mágico resorte deja de tener fuerza y todo deja de girar.

Si logro organizar el magnifico caos de textos, anotaciones y fotografías que traje conmigo, empezaré ahora a contar todo lo que vi en Irlanda con mis ojos, no con los de las ovejitas.

Gracias por vuestra compañía.

21 Comments

  • Beauséant

    Gracias, CITU, esta semana ha tocado la historia de las ovejitas 🙂

    Dependiendo de la zona, TORO SALVAJE, el metro puede ser un curso de supervivencia acelerado 😉

  • gabiliante

    no sé si las ovejas estarán muy de acuerdo con tanto movimiento. A la que has puesto haciendo equilibrios encima del trípode, casi no cal preguntarle.
    Lo único que creo que puede curarse viajando es el racismo en toda la extension de la palabra( la incultura no me parece una enfermedad, más buen una carencia).
    Tus ovejas negras ( porque son negras, bueno , de color, no sea que alguien se moleste, por mucho disfraz de lana que se pongan) ¿ crees que miran con mejores ojos a las ovejas blancas?
    yo creo que sí, además sin jóvenes y moldeables, así que bien. Un viaje bien aprovechado.
    en pocos años tendremos ovejitas grises.
    Este sí que me ha salido en la lista de lectura
    Abrazooo

  • Beauséant

    Creo que Pio Baroja decía algo parecido sobre los nacionalismos, GABILIANTE, que se curaban viajando. No hay nada como salir fuera para comprender dos cosas contradictorias, por un lado lo pequeños que somos y, por el otro, que no todo se hace mal en tu páis de origen. Mis ovejitas no tienen ese problema, claro, ellas no entienden de patrias ni de colores… aunque, eso sí, como has podido comprobar tienen un gran equilibrio y son unas grandes trepadoras… No veas lo complicado que es para ellas acarrear un trípode tan grande…

    Me alegra salir en la lista de lecturas, había algunas actualizaciones pendientes, ¿sería eso?

    Por suerte, sí, creo que es por suerte, अनत्ता 光 心, mis ovejitas no se hacen preguntas más grandes que ellas mismas. Igual que anclan su mundo al lugar donde nacieron, su filosofía vital es también muy cercana la tierra. Saben que las grandes preguntas nunca tendrán respuestas, pero que si caminan mucho por el mundo, serán cada vez un poco más sabias.. Quizás eso sea el movimiento, lo que nos transforma, ¿no?

    Ya las veo más grandes, RIGO, pero quizás sea un poquito del orgullo que siento por ellas 🙂

  • María

    jaja lo que más me gusta de casi todos los viajes es volver a casa y sí, es verdad, volvemos siempre diferentes a como salimos, todo lo que vivimos instante a instante incluso sin viajar, nos va modelando y haciendo que seamos quienes vamos siendo.. Diferentes minuto a minuto, siendo los mismos : ) En realidad creo que esas dos ovejitas son parte de ti, tu parte dócil, apacible y entrañable que se ha materializado en ellas y nos la has dejado ver por esta vez…así que sí, siéntete orgulloso, ellas y tú os habéis sabido mantenerse con mucha dignidad en todo esta odisea que has llenado de Polifemos ( sin Galateas) y Aquiles sin tortuga… a veces todo es una completa paradoja, estas entradas me han parecido un poco eso y a pesar de ello, con su lógica .. ojalá todo esto haya sido lógico para ti y te haya dejado satisfecho. A las ovejitas sé que sí, ellas siempre lo están : ) Un beso!! y ánimo con el caos.. ya sabes, hasta en el caos existe un cierto orden… eso es lo q me digo cuando todo parece caótico a mi al rededor : )

  • Joselu

    He viajado un poco por el mundo y creí que los viajes nos cambiaban pero he visto a demasiados viajeros en que esto no era así. Viajar puede convertirse en una actividad rutinaria sin mayor dimensión, todo depende del espíritu con que encares el viaje. Hay que ser viajero antes de empezar el viaje y, en todo caso, el viaje, si es real, acentuará lo que ya somos en potencia. Si no, el viaje es inútil. Hay demasiada gente que viaja, las ciudades del mundo están llenas, pero nunca ha habido menos viajeros. Saludos.

  • Beauséant

    Así es, MARÍA, es bonito viajar sabiendo que tienes un lugar al que volver.. Me gusta eso que dices de las ovejitas, que me he proyectado en ellas para poder contar algo como si no fuese conmigo 🙂 Es verdad que lo que escribo puede ser una paradoja o, peor, incluso contradictorio.. es un defecto que tengo, me cuesta mucho tomar posiciones inamovibles.. eso es bueno, te hace ser una persona empática, y es malo, puedes parecer un poco veleta… Lo mejor es no hacerme mucho caso y mirarme con algo de cariño, como haces en todos los comentarios 🙂

    Y sí, hay un método en mi locura, y un orden en el caos.. sólo tenemos que encontrarlo, ¿verdad?

    “Hay que ser viajero antes de empezar el viaje “, JOSELU, esa frase resume muy bien la actitud correcta. Claro, podemos viajar sin viajar, esa gente que no sale del hotel, se queda en la piscina y pide mojitos mientras se mojan los pies.. Para mi eso no sería viajar, tampoco es que haya que sufrir o correr peligro pero, no sé, al menos camina un poco 🙂

  • Mento

    Bueno…. ya sabes lo que te dije sobre Irlanda. Así que… estaré muy pendiente de lo que sigas contando con tu mirada, la de las ovejitas, el objetivo… ☺️😘

  • Beauséant

    Han disfrutado del viaje, sí, TONYERIK, y ahora pueden volver y contar todo lo que han visto al resto de ovejitas. Tienen historias para el resto de sus vidas 🙂

    Espero que hayas disfrutado de esta pequeña serie, MENTO, muchas gracias 🙂

  • Judit C.

    Yo también me quedo con esa frase tan genial Beauseant ” el viaje nos transforma”. Creo que todos deberíamos viajar para conocer otras maneras de vivir.
    O vivir un tiempo en diferentes países para cambiar nuestra visión del mundo y nuestro entorno cómodo.
    Tendriamos que probar también en diferentes trabajos para poder empatizar.

    Si no nos quedáramos en que lo “nuestro”; casa, país, costumbres, manera de hablar, pensamientos, política o religión son los que “valen” , los “correctos”, podríamos entender mejor al otro.
    Y no pasaría todo lo que pasa en este mundo…

    Esas ovejitas van a tener unos lindos recuerdos.

    Besazos Beauseant ☺️❤️

  • laacantha

    «Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas». Henry Miller
    La frase es de mucho usar, pero me gusta. Voy a ver a Irlanda , ¿donde se venden las ovejitas por ahí? Es que te hacen una buena compañia.Un abrazo, excelente reportaje.

  • Beauséant

    Así es, JUDIT C., todo lo que defiinimos en la nube de “lo nuestro”, necesita un poco de aire para darnos un poco de perspectiva. Cuanto más “nuestros” tengamos más pequeño se nos hace el mundo.. y es una pena, ¿verdad? Hay tantas cosas que ver y hacer…

    Un abrazo enorme.


    Una nueva forma de ver las cosas, así es, LAACANTHA, la mirada fresca nos hace más jóvenes. Las ovejitas aparecen por todas partes, pero son ellas las que tienen que elegirte a ti. Es como el sombrero ese de Harry Potter, que decide por ti 🙂 Espero que las encuentres y, si te apetece, que compartas fotos
    Muchas gracias

  • Diego

    Pio Baroja tenía razón. Yo he viajado mucho por el mundo y nunca vi desde el avión esas líneas que llamaron fronteras los que las trazaron sobre un mapa de papel. Quizás algún día desaparezcan todos esos trazos y la Tierra vuelva a ser como ella quiere ser.
    Cuántas aventuras contarán tus ovejitas a sus congéneres cuando vuelvan al redil… 🙂

  • krudo

    ¿Qué pasa con las ovejas? muchas veces me pregunto lo mismo, ¿qué pasaría si hicieramos lo mismo siempre? sabremos que va a suceder pero seguimos andando, recogiendo vivencias, recogiendo buenos y malos ratos, recogiendo experiencia.

    te dejo un abrazo acolchado como las ovejas.

  • Beauséant

    Lo de trazar líneas, DIEGO, me temo que lo llevamos muy dentro, nunca dejaremos de hacerlo. Trazamos la línea, nos ponemos a un lado y nos sentimos mejores que los quedan al otro lado de esa línea imaginaria. Las ovejas tendrán muchas cosas, pero nunca harán eso 🙂

    Vamos acumulando cosas, KRUDO, cosas, experiencias, ideas.. es como montar un frankenstein esperando que en algún momento aparezca la chispa que lo dote de existencia…

  • El asceta

    “Los sitios, a fuerza de ser escritos y fotografiados, se vuelven transparentes.” Artista, esta frase también es válida para las personas. A fuerza de tenerlas cerca dejamos de valorar. Es, como bien dices, necesario renovar la mirada, descubirse a uno mismo y con este descubrimiento, vemos con otros cristales. A veces, es necesario parar para poder escucharse y observarse y asimismo ocurre con lo que nos envuelve. Tus ovejitas han sida una hermosa manera de revivir unos lugares presentes desde hace mucho tiempo, quizás también visitados en múltiples ocasiones. Eso de que la vida no tiene sentido… bueno, es lo mismo, depende del color del cristal con el que se quiera mirar. Del nihil al todo hay solo un breve suspiro. Muchos abrazos.

  • Beauséant

    Es cierto, es válido también para las personas, EL ASCETA, en cierto modo es una pena, ¿verdad? Cuando por sentado que algo, o alguien, siempre estará ahí. Esperando a que nos decidamos, a que lo veamos con otros ojos… Quizás todo lo de escribir, lo de hacer fotos, lo de dar vueltas siempre a las mismas cosas, sea un poco para eso, para no olvidar, para cambiar la mirada.

    Lo de que la vida no tenga sentido, bueno, no lo decía como algo negativo, era un poco como Camus enfrentándose al absurdo. No hay que pelearlo, hay que aceptarlo porque en esa aceptación empieza nuestra libertad… No sé si lo de nihil ha sido un error por mil, o si lo has puesto por nihilista, pero creo que encaja a la perfección 😉

    Un abrazo

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