flores de invierno
La naturaleza no se detiene en invierno: contiene la respiración, aguarda su momento.
En la superficie, los árboles vibran al ritmo de la tierra. Sus hojas caen siguiendo los caminos del viento, mientras sus ramas desnudas danzan hacia el cielo. En lo profundo, los zarcillos de las raíces se aferran a la tierra, absorbiendo las amargas aguas subterráneas.
Un poco más abajo, los animales excavan profundas galerías en las que, cegados, duermen un sueño que creen eterno. Los animales no tienen la sabiduría de las plantas, sus vidas son cortas y violentas, no hay tiempo para el aprendizaje, para volver sobre sus pasos.
En el exterior, la pradera parece un manto marrón, inerte. Nada parece vivo en ella, pero toda esa energía bulle en las entrañas: una fuerza primigenia, antigua, que cruza las líneas telúricas de la tierra. Parte de esa energía estalla en la superficie, y cientos de florecillas emergen con rabia, como diminutos fuegos que desafían al invierno. Alrededor de ellas, como turistas despistados, flotan las últimas abejas del invierno, esforzándose por llevar el último rastro de polen antes de que cierren las colmenas.
Mi abuela decía que esas florecillas eran falso azafrán, que no servían para nada, decía llena de ira, y las aplastaba con rabia usando el bastón que ya entonces era compañero inseparable de sus andares saltarines de urraca. Ese bastón que usaba como una extremidad más de su cuerpo enjuto y doblado: con él señalaba objetos, los derribaba o lo blandía como un arma para apuntarte acusadora con la tormenta hirviendo en sus ojos glaucos.
Era una mujer terrible, mi abuela. Me asustaba verla derribar las pobres florecillas con tanta vehemencia. No entendía su furia, claro, qué podía entender yo entonces de la vida de mi abuela. Para mi, unas flores tan bonitas, no podían ser inútiles: su propia belleza justificaba su existencia.
Comprendí esa furia mucho más tarde: hubo poco lugar para la belleza en la vida de mi abuela. Una vida de luto, yerma y gris como esa pradera. Pero, al contrario que la pradera, ella se vio privada de las florecillas de los buenos momentos, esas llamitas que brotan incluso en las vidas más austeras, calentando y alumbrando la desolación. En su vida, esas flores llegaron demasiado tarde, trataron de germinar en una tierra en la que era imposible que nada creciese.
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27 Comments
Milena
Me ha encantado, Beauséant, se me ha erizado la piel y todo leyéndote… Qué pena la acritud de tu abuela, claro que debió de pasarlo mal, qué pena que ni los pequeños crocus le aportasen una mínima alegría… qué pena!!
Y tienes razón, para eso están esos pequeños brotes, para que los disfrutemos… Y qué fotos, Beauséant, gracias por compartir tu belleza…
Miquel Cartisano
Bellísima foto, con un mejor escrito.
Un saludo.
Salut
Eva
Tu texto me ha recordado unos años en los que mi vida parecía estar en pausa y yo con ella. Sin embargo, con el tiempo descubrí todo lo que me había aportado ese “invierno” en el que bajo una apariencia de inmovilidad, muchos cambios se estaban fraguando en mi interior y necesitaban su tiempo. Son hermosas las flores que crecen sin ninguna utilidad, o tal vez su virtud sea hacer el mundo un lugar más bello, que sin duda es útil, aunque de otra manera. Tu abuela debió de sufrir mucho para no verlo así, lástima.
Beauséant
Crocus!!, qué maravilla de palabra, Milena, para mi siempre han sido falso azafrán, no me había molestado en buscar el nombre, gracias por traerme ese nombre. A veces nos olvidamos de la suerte que tenemos y no sabemos apreciar esos pequeños brotes, es algo que olvido muchas veces, por eso intento dejar las cosas por escrito, para no olvidar. Las fotos también ayudan, me alegra que te hayan gustado, para mi son especiales.
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Muchas gracias, Miquel Cartisano, tus palabras son un poco esos brotes 🙂
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Lo has descrito muy bien EVA, el invierno nunca es pausa, nunca es inmovilidad, es espera, planificación, es tomar fuerzas para cuando aparezca el buen tiempo en el horizonte. Es duro, pero a veces necesitamos esos “inviernos” para apreciar los “veranos”. La belleza es útil, sobre todo en un mundo con tantas cosas horribles, pero no puedo juzgar a mi abuela, hay vidas que no dan tregua, que no permiten ver la luz. A pesar de lo que escribo, mi vida tiene muchos brotes, me esfuerzo en no olvidarlo.
अनत्ता 光 心
Creo que la rabia (de las florecillas brotando en invierno, de tu abuela… ), la furia, el odio, el resentimiento, el dolor y toda esta gama de emociones son en realidad fuerzas de la naturaleza. Una vida muy dura la de tu abuela, al parecer sin alegrías ni luces. Por desgracia algunas personas quedan fuertemente condicionadas y atrapadas por el sufrimiento. En cambio otras tenemos la suerte de poder verlo, reflexionar y hacer algo sobre ello, si nos atrevemos.
Preciosas esas flores violetas… realmente tienen forma de copa.
En mi más que modesta terraza, con las tres jardineras que tengo puedo constatar maravillado la fuerza de la naturaleza, el milagro de la vida. A veces esparzo las flores secas de tagete (o clavel moro, o chino… una flor que me gusta mucho) y brotan al cabo del tiempo, así como innumerables tréboles y hierba (no se sabe de dónde ni por qué). O me quedo maravillado viendo las evoluciones de las abejas enfrascadas en su trabajo (parece que cada vez hay menos).
No solo los animales, la naturaleza entera parece hibernar y recuperar fuerzas en invierno, preparándose para renacer. En cuanto a esa aparente inmovilidad, pausa o “no productividad”, te dejo con una sapientísima y bella reflexión del Buda…
“No pienses que no pasa nada, simplemente porque no ves tu crecimiento… las grandes cosas crecen en silencio”.
अनत्ता 光 心
Por cierto, existe una preciosa y maravillosa canción de Lluís Llach que se titula “Cal que neixin flors a cada instant”.
María
No quiero ser aguafiestas y menos en una entrada tan mágica como esta tuya BEAU, pero los crocus ( tu falso azafrán ) marcan el fin del verano y el comienzo del otoño, no del invierno ; ) les has retrasado su llegada un poquito, pero vaya, a parte de ese detalle sin importancia, es verdad que resulta absolutamente encantador verlos asomar como pequeñines traviesos, destellos de primavera en otoño, cuando todo comienza a mustiarse, surgen jaspeando de lila precioso los rincones .. las fotografías absolutamente increíbles, todas, pero sobre todo meencaaantan las fotografías de hierbas con gotas de lluvia o rocío… una de las cosas más bonitas que existen.. como pequeños diamantes que cuelgan y no te digo nada si les atraviesa un rayo de sol ¡ absolutamente mágico! … Una pena que tu abuela no pudiera apreciarlos, sonaré estúpida, pero si le veo hacer lo que cuentas, seguro que me haría llorar, no a gritos, por supuesto que no, pero no soporto ver matar flores.. son como pájaros del campo ¿ quien mata algo tan frágil y hermoso? .. supongo que alguien que sufre como ella. Cuando se sufre mucho en la vida, se intenta anestesiarse, endurecerse para no sentir nada.. lo terrible es sentir rabia, porque eso significa que sigue sufriendo, creo que la rabia es al sufrimiento, como el humo, al fuego, van unidos.. Ojalá al final consiguiera algo de paz, seguro que sí, viendo al pequeño BEAU correteando y sacando fotos a su alrededor ya entonces, incluso sin cámara : ) Un beso!
Gabiliante
Alguien que ve las mismas flores toda su vida no tiene capacidad de apreciar su belleza, que no es mucho mayor que la de otras flores.
Además aquella generación, que pasó aquellas penurias tenían hiper desarrollado el sentido de la utilidad, y lo que no era útil para nada , no servía para nada.
Y si era en terreno de cultivo, “robaban” la sustancia al cultivo que sí era util.
No es que esté intentando justificar a tu abuela. Bueno… sí que lo estoy intentando.
Abrazooo
Beauséant
No puedo juzgar esas vidas, अनत्ता 光 心, hay vidas que se encierran en sí mismas, que se vuelven áridas y no dejan que crezca nada en ellas. Desde fuera siempre es sencillo encontrar soluciones, pero al final, las vidas son un balance, desde fuera sólo vemos el resultado, no la cantidad de operaciones que nos llevaron hasta él. Opinamos igual, lo importante es aprender de esas vidas, saber apreciar los pequeños brotes que surgen en las nuestras y saber dar las gracias, a Dios si te apetece, al universo o a tu buena suerte, pero no olvidar nunca que esos brotes hay que cuidarlos, regarlos con cariño porque son más delicados de lo que pensamos.
Deberíamos tener esa misma actitud con la naturaleza, ¿verdad? No asumirla, no pensar que “estará ahí siempre”, comprender el pequeño milagro en esas flores que crecen con furia, en esos brotes que se aferran a una brizna de tierra para crecer. El invierno siempre llega, pero es el momento de reunir fuerzas, de pensar, no de rendirse.
Gracias por la canción, la he encontrado con subtitulos, suena ahora de fondo. Tengo la mala costumbre de escuchar muy poca música en catalán. Es un lengua muy bonita, muy musical.
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Ahí has hilado muy fino, María, así me gusta, que no se te escape ninguna. Mi alma literaria, ya sabes, si tengo que elegir entre la realidad o la literatura, apostaré siempre por el escapismo. Aunque, en mi defensa, diré que andan un poco despistadas esas florecillas, hace un par de semanas caminé sobre un prado lleno de ellas. Ahora ha helado, seguro que se han escondido bajo tierra, volverán, quiero pensar que volverán, pero nunca las doy por sentadas, como comentaba ahí arriba.
El sufrimiento nos crea una coraza, son como las costras de las heridas, no las elegimos, simplemente salen como respuesta a una agresión. Es complicado llegar a la persona asustada que vive en esa coraza porque cada año se hace más dura. Con esas personas simplemente me siento a su lado, escucho lo que tengan que decir y, sobre todo, intento no juzgar, ni tan siquiera cuando te hacen daño. Creo que lo hacen a propósito, buscan herirte, sacar lo peor de ti para confirmar que tenían razón… Tengo suerte de que mi vida no se así, tengo mi coraza, pero no es gran cosa, tiene muchas goteras 🙂
Me ha gustado esa imagen final que has proyectado, he vuelto a mi niñez.. Una etapa que no recuerdo, he olvidado casi todo, pero me gusta esa imagen, la haré real.
Un abrazo.
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Era exactamente eso, Gabiliante, sólo pensaban en la supervivencia, por eso no puedo juzgarlos. Todo lo que no sirviese para sobrevivir, simplemente, era una pérdida de tiempo. La única forma de entenderlo es haberlo vivivo o escuchar con calma. Las plantas, los animales, todo debía servir para algo, una vida dura, sin contemplaciones, normal que hubiese pocos brotes. Gracias por defenderla, seguro que te habría soltado alguna frase hiriente como agradecimiento 🙂
Toro Salvaje
El universo entero se mueve por acción/reacción.
Los humanos también.
Luego intentamos justificarlo pero en el fondo todo lo que hacemos es debido a acción/reacción.
Tu abuela tendría sus motivos… seguro que sí.
Saludos.
María
Claaarooo… jajaja me temo q eres tú el despistadillo, es q estamos aun en otoño , si ahí salieron hace poco, es q el verano se alargó más ahí q en el calendario 😉 de todas formas si literariamente te gusta más considerarlas flores de invierno q de otoño, dicho queda. tendremos un invierno otoñal en honor a ti..de hecho aquí siempre es así 😉 Y sí q es verdad , pero más q frente al sufrimiento, frente al dolor …el sufrimiento podemos modularlo e incluso a veces hasta evitarlo, el dolor no …llega y llegó, es cómo lo sufrimos lo q si acaso está en nuestra mano …y sí, algunas personas colocan esa coraza , lo q no saben es q no vaie de nada ..mel dilor traspasa el acero , es más, creo q cuanta más resistencia se ke ofrece más pebetra ..por eso seguramente a ti pobre abuela se le quedó dentro…la costra esa de la q hablas sale cuando está cicatrizando la herida …a veces incluso cicatriza en falso y hay q arrancarla para limpiar por debajo …y qué bueno eres, yo no soy tan generosa, al menos en caliente ..si me siento dolorida por algún ataque q considero injusto, aguanto un poco, pero me cuesta no revolverme y termino haciéndolo …Eso de escuchar y acariciar al q te hace daño aún sabiendo q lo hace porque es él el q sufre …me queda muy grande, me faltas muchísimas lecciones para llegar a tu nivel ; ) y seguro q fue real, pero se te olvidó : )
Diego
Pobre crocus, sufriendo las iras de la abuela… Pero es el destino que les aguarda a las denominadas “malas hierbas”. Cizaña, grama, zarzas… Su pecado: competir con las “buenas hierbas” que siembra el hombre para su beneficio económico. Hay que eliminarlas, no se permite que ocupen ni siquiera una pequeña zona del bancal o rastrojo en el que eligen vivir. Pero son resistentes, cabezotas. Cuando el Homo sapiens haya acabado con (casi) toda la vida de este planeta, quedará en algún resquicio olvidado cualquiera de estas “malas hierbas”, dispuesta a repetir el ciclo de la vida. Y alguna cucaracha, claro 😊
Beauséant
Pienso igual, Toro Salvaje, las leyes de Newton también se aplican a los seres humanos. La pena es que, muchas veces, reacionamos tarde, mal y con quien no debemos. Demasiadas veces pagamos las deudas del pasado con las personas del presente.
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Muy bueno, María, voy a cambiar la wikipedia para decir que son flores de Invierno, y pondré como referencia tu comentario, si la autoridad dice eso, pues lo dice y punto. Con mi comentario quería decir, no me expliqué muy bien, que la sierra anda un poco despistada estos meses, todo anda floreciendo de manera rara y hasta los bichos parecen un poco despistados. Normal, un día hace calor, y al siguiente tienes niebla y temperaturas bajo cero.
A mi me he costado llegar al nivel de saber perdonar, o al menos no enfadarme, ante ciertas actitudes. No he llegado ahí por ser buena persona, ya me gustaría, he llegado ahí porque al final creo que es la mejor manera de poder convivir con ciertas personas. Llevo muchos años trabajando con una persona con la que nadie puede trabajar, literamente me dieron el trabajo para aguantar a esa persona. He aprendido mucho de ella y tengo cosas que agradecer, pero los años le han ido sentando cada vez peor y puede ser bastante desagradable. Al final tuve que tomar la decisión de dejar el trabajo o respirar hondo y quedarme con todo lo que podía aprender 🙂
Verás el día que me canse de todo y lo vuele todo por los aires 😉
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No te preocupes, Diego, el ser humano no tiene, aún capacidad para destruir el planeta Lo tiene para destruirse a si mismo, pero una vez que nos hayamos quitado de en medio, la naturaleza seguirá su curso. Le costará más o menos, habrá especies que no lo logren y otras que sí, pero en unos pocos siglos seremos puro olvido.
María
jajaja es que además de buena persona, eres inteligente ( de las dos, pero sobre todo inteligente emocional) porque lo que tú haces sólo lo hace quien sabe gestionar sus emociones y mantenerlas bajo control ocurra lo que ocurra fuera… ¡vaya que cruz trabajar a todas horas con alguien así!.. ahora comprendo que a veces parezcas algo nublado, pobre.. sea como sea, lo dicho, lo que tu haces está al alcance de muy pocos, espero que tengas una gratificación por la peligrosidad del puesto: ) .. Eso sí.. de vez en cuando abre la ventana y pega un grito para desahogar o sal a correr.. cosas así, tanta contención no es buena y lo de volar todo por los aires, no es una opción.. esa la tiene sólo a Putin , para desgracia de todos… un beso y buen casi finde BEAU!
+**+Kadannek+**+
No sé a quién defender si a las flores inútiles y bellas o a la abuela matona.
Algo recordaba de tu tinta pero volver a leerte es como descubrir un mundo nuevo, te conozco y a la vez no sé si eres la sombra de lo que recuerdo.
Te doy el honor de ser mi primer comentario tras esta ausencia que parecía no tener tregua.
Espléndidas fotos, clásico de ti.
Citu
Bellas flores que luchan a pesar de todo por seguir. Te mando un beso.
MUCHA
Me entretiene tu blog
Te mando saludos desde mi paraiso en Miami
saludos
Mucha
Cabrónidas
Tu abuela tenía sus razones, y seguro que de peso, para pensar así. Ahora no nos vale decir qué sabrá la abuela de flores cuando no sabemos por lo que pasó. Como mucho podemos imaginar cómo fue su vida, y aun así estaríamos muy lejos de saber cómo vivió y sintió.
Beauséant
Creo que la inteligencia emocional me viene muy grande, MARÍA, quizás sea un poco cobardía, a veces lo pienso. Rehuyo el enfrentamiento y tengo un concepto un poco estúpido de la lealtad 🙂 Por suerte voy y vengo del trabajo en bicicleta, así que cuando tengo un mal día subo el ritmo hasta que me duele todo el cuerpo. Si Putin (y compañía) hiciesen eso todos viviríamos con más tranquilidad 🙂
Un abrazo enorme
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Vaya, +**+Kadannek+**+, qué sorpresa encontrarte por aquí, me alegra que sea tu primera visita. He puesto en marcha la máquina del tiempo, hasta tu último comentario en https://www.elartistadelalambre.net/pero-el-amor-esa-palabra/ Tres años de aquello, toda una vida en tiempos de blog, no espera que esto siguiese en pie, la verdad.
Quizás las flores merezcan un poco más de defensa, al fin y al cabo son inocentes, ¿no?
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Las flores, las naturaleza, Citu, incluso la humanidad, siempre peleando por seguir adelante, ¿verdad?
Un abrazo
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Pues no me parece poca cosa, MUCHA, entretener en un mundo tan lleno de opciones, me parece algo muy complicado.
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Es imposible tomar partido sin conocer toda la historia, así es, Cabrónidas. Somos fruto de nuestro pasado, de los errores, del sufrimiento y de las florecitas que surgieron en el camino. Sin conocer todo eso no podemos ser juzgados.
Conejo pestilente
Sí, mucho.
Frodo
Hermosas fotos que ya había visto por otras redes. Buen texto las acompaña para ponernos en contexto. Es que por aquí la primavera vino muy cambiante, una semana se cree verano y otra invierno. Las plantas ya no saben si brotar, si dar sus frutos, o si echarse a la bartola.
Abrazo grande!
Lua
Hola 🙂 Qué alegría poder venir por fin a acurrucarme aquí un ratito… Las fotografías son increíbles… esas preciosas flores que parecen a punto de dar a luz un hada y las gotitas que parecen diminutas joyas delicadamente posadas sobre las hojas, como pequeñas cuentas brillantes que la naturaleza ha colocado con esmero. Oh, Beau, me hacen soñar… Al leer sobre la amargura de tu abuela, me ha recordado un poco a la de mi propia abuela. Ella también tenía un carácter así, pero tras el fallecimiento de mi abuelo, su carácter se tornó aún más agrio. A veces, cuando me abruman las preocupaciones, bueno, para qué mentir, mi única gran preocupación en los últimos años, la que de verdad me haría perder las ganas y las fuerzas para sonreír… me asalta el miedo de que me pase lo mismo. Lo vi en ella… cómo el poco brillo que había en sus ojos se fue apagando. Al leer tu hermoso y triste relato sobre tu abuela, me he preguntado si ella fue así antes, como mi abuela, o si fue a partir de la pérdida de su gran amor. Eso asusta… me da miedo pensar que un dolor tan grande podría también arrasar con las pequeñas flores que ahora me parecen hadas púrpuras tan delicadas y preciosas.
Beauséant
Pero mucho, mucho??, Conejo pestilente,o mucho pero no demasiado 😉
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Me pasa lo mismo con la ropa de por las mañanas, Frodo, a primera hora cualquier cosa me parece poca, a la vuelta dan ganas de tirarlo todo a la cuenta para recogerlo al día siguiente.
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Me alegra mucho verte por aquí, Lua, has hecho un comentario muy bonito, al menos me has hecho recordar muchas cosas a mi también. Creo que tanto escribir, tanta analizar ciertas cosas, tiene mucho que ver con lo que escribes, me aterra convertirme en un reflejo de esa amargura, de ese odio que, con el peso de los años, fue cubriendo como un velo el rostro de mi abuela. Me da mucho miedo que el paso de los años haga eso conmigo, a veces pienso que es inevitable, que el final del camino es siempre amargo, que el odio lo cubre todo. Escribo, apunto, reflexiono a veces de forma compulsiva para llenar mi camino de señales, para poder leerme e intentar no salirme del camino.
Me alegra poder compartir preocupaciones, en soledad todo se pelea peor, es bueno saber que alguien, aunque no lo conozcas, sigue el mismo camino
Un abrazo
Paloma
Bellísimas las fotografías.
Para saber apreciar la belleza de una flor diminuta hay que tener una tranquilidad de espíritu que a lo mejor esa abuela no tenía..
Beauséant
Cuando la supervivencia o el simple rencor ocupan un lugar muy grande en tu vida, Paloma, es complicado encontrar esa paz. Siempre he pensado que los maestros de la meditación tenían la vida resuelta 😉
MJ
¡Magníficas fotos! Siempre he intentado captar las gotas de lluvia o de rocío en las plantas, pero no lo consigo con tanta nitidez e inspiración como tú.
Unas flores delicadas y un texto duro pero hermoso.
beauseant
Hay que tener algo de suerte, MJ, creo que es más cuestión de insistencia que de técnica, también la luz, claro, no debe ser muy directa… Gracias por tus palabras, es verdad que he mezclado unas fotos suaves con un texto duro…