los viajes en la vida
Los viajes habituales de la vida son, o bien circulares, en los que partimos de un origen, llegamos a un destino y volvemos a empezar; o bien lineales, en los que salimos de un lugar, llegamos a otro y soñamos siempre con estar en otro sitio.
Pero los verdaderos viajes, aquellos que nos transforman, son una espiral y suceden a lo largo de una vida. Nacen en un centro lleno de luz y van acumulando tiempo en círculos concéntricos que nunca llegan a tocarse. Volvemos siempre a los mismos lugares, pero lo hacemos en diferentes giros de la espiral. Volvemos a ellos con todo el tiempo acumulado, con todo lo aprendido en cada vuelta, pero nunca sabemos qué hacer con ese conocimiento que siempre parece llegar irremediablemente tarde o imprevisiblemente temprano.
A veces, si tienes suerte, tus giros se entrelazan con los giros de otras vidas. Compartes con ellas algunas vueltas: aprendes, luchas, te peleas y, por un instante, el tiempo parece quedar suspendido. Pero no dura mucho hasta que la fuerza centrífuga que rige todas las vidas os separa en direcciones opuestas.
Porque esa es otra verdad de los viajes: se hacen en soledad. Somos apenas un instante perdido en la inmensidad, y no dejaremos tras nosotros más que estelas de luz, el rastro de lo que fuimos en cada vuelta. Unas huellas se apagarán antes que otras, pero al final siempre nos aguarda la oscuridad. Y eso no importa, no debe entristecernos, porque lo importante del viaje es lo que hicimos entre su luminoso inicio y su inevitable final.
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29 Comments
Milena
La vida misma es un viaje… no luminoso precisamente, este mundo en general es bastante oscuro, me temo… la Luz la llevamos dentro de nosotros mismos, y otros seres a veces nos acompañan, nos inspiran a que nuestra luz permanezca viva…
Mónica Frau
Excelente. Me has emocionado. Un abrazo
Andrea
Viajamos mientras vivimos, aunque pensemos lo contrario… me ha gustado mucho tu texto. Un abrazo!
ConejoOdiaGuordpres
Nunca he “viajado” con alguien más y no me ha llamado la atención, esas pequeñas paradas en los caminos para encontrarme con otras conejitas sí ha sido de lujo uffff, pero ya viajar con ellas, como que no.
Alfred Comerma Prat
Venimos de la oscuridad y volvemos a ella.
Beauséant
Hay mucha oscuridad, mucha sangre en el mundo, Milena, no podemos limpiarla toda, no podemos luchar contra ese mundo, pero es cierto que hay una lucecita en el interior de cada persona. Hay que luchar por que no se nos apague, tienes razón… y, si es en compañía, mejor, ¿verdad?
Muchas gracias, Mónica Frau, me apetecía empezar el año hablando de viajes… Un abrazo.
Así es, Andrea, viajes lineales, circulares, verticales, horizontales… todo el proceso de vivir es un viaje, lo hacemos cada día, a cada hora. Muchas gracias.
Es una cuestión de tiempo, ConejoOdiaGuordpres, algún día lo encuentras… o no, tampoco importa, a veces nos obsesionamos con encontrar “a alguien”, lo que sea, y es peor viajar mal acompañado que hacerlo en soledad.
Y, entre medias, Alfred Comerma Prat, la vida, sí.
Gabi C S
Es un circuito con rotondas, para no ir muy deprisa, en las que se nos permite socializar (¡que horror de palabra! pero ¿qué pongo? ¿alternar? Es peor, implica mucho cambio, agotador)
Conviene ir acompañado, pero cada uno en su coche, no muy pegados para no rayar la chapa, pero no perderse unos de otros, los que hay que conservar.
Y en coche de gasolina, que los eléctricos tienen muy poca autonomia( seguro que se agotaria la batería justo al cumplir 67. Ya sabes…eso de la obsolescencia programada).
Abrazoo
Gabi C S
Fijate hasta donde llegará el asunto, que había puesto “gasoil” , y el corrector lo ha cambiado por el mal menor.
Joselu
Querido artista del alambre:
Tus palabras y tus imágenes dialogan entre sí como si fueran dos voces de una misma sinfonía existencial. Quiero hablarte de lo que me inspiran, como si estuviéramos sentados frente a una ventana, viendo pasar la vida.
Tu texto describe los viajes de la vida como una espiral, y estas fotografías parecen ser fragmentos de esos giros. La primera imagen, con el paisaje visto desde la ventana de un tren, me habla del movimiento constante. Es como si captaras el instante efímero en el que la luz y la velocidad se encuentran. ¿No es acaso esa ventana un símbolo perfecto de lo que describes? Miramos hacia afuera, pero también vemos nuestro reflejo en el cristal, recordándonos que el viaje exterior siempre tiene un eco interno.
La segunda fotografía, con su distorsión casi onírica, me parece una representación visual de esa “fuerza centrífuga” que mencionas. Las vidas se cruzan, se entrelazan por un momento, pero luego se dispersan. Aquí todo parece moverse y desdibujarse, como si las historias humanas fueran apenas sombras fugaces en un escenario urbano. Me pregunto si esta imagen es para ti un intento de capturar ese instante suspendido antes de la inevitable separación.
La tercera imagen, con su mirada hacia una ventana enmarcada por cortinas oscuras, parece hablar del recogimiento. Es un momento íntimo, casi melancólico, donde la luz exterior contrasta con la penumbra interior. Aquí siento el peso de esa soledad que mencionas en tu texto: no una soledad amarga, sino una aceptación serena de que cada vuelta en la espiral es profundamente personal.
Tus palabras dicen que no dejaremos más que estelas de luz. ¿No son estas imágenes tus propias huellas luminosas? Cada una parece contener un fragmento de tiempo detenido, como si quisieras guardar en ellas lo efímero del viaje antes de que se pierda en la oscuridad.
Gracias por compartir estas reflexiones y estas imágenes. Me hacen pensar que el arte —ya sea en palabras o en fotografías— es nuestra manera de desafiar la fugacidad, de dejar pequeñas luces encendidas en medio del trayecto. ¿Qué opinas tú? ¿Crees que esas huellas son suficientes para darle sentido al viaje?
Eva
La vida es como un viaje, que tiene además estaciones y vas pasando por las que otros dejaron, al igual que otros ocupan el que fue tu sitio. A veces coincides con buenos compañeros, pero hemos partido solos y así nos iremos. Es verdad que no es algo lineal, sino más bien circular, porque el viaje se repite una y otra vez desde el inicio de los tiempos. Tal vez seamos nosotros, los que nos colocamos en la línea de salida, dispuestos a repetir ese viaje cíclico, una vez más.
María
No sé que forma dibuja el viaje de la vida, creo que la forma depende de cada persona, este viaje q nos has regalado es como tú, hermosamente melancólico …No se, habrá quien se mueva en círculos, quien de tanto girar sobre ellos los convierta en espirales que discurren de abajo a arriba y viceversa.. posiblemente al final se convierten en bucles o muelles que los aprisionan sin posibilidad de salir ..estas trayectorias me parecen muy peligrosas.. a mi me gustan las lineales, las paralelas ,las líneas secantes y si te todo las intersecciones .. Me gustan más las rectas y los paisajes despejados, que las curvas entre contornos opresivos y después , incluso habrá quien no viaje y decida estar y ser lo que sea, inmóvil e inerte como las piedras… Yo creo que nunca vamos solos – ya sé que en esto siempre diferimos- dentro llevamos a muchísima gente, estamos hechos de todos los que pasaron por nosotros y se fueron físicamente y tb de los que aun están .. Creo q este viaje no es en solitario nunca, incluso el ser más olvidado tiene a alguien pensando en él seguro que muchísimos minutos al día.. pero nunca escuchamos al silencio, ese silencio que está lleno de voces deseando ser escuchadas , lástima que solo escuchemos el ruido de la locomotora … él lo silencia, hay que pegar el oído y sentir .. Creo que tus imágenes hablan por ti, creo que estás lleno de enorme sensibilidad, de belleza, de una infinita paciencia y también de muchísimo dolor acumulado y resignación .. muchas resignación de esa que derrumba.. de esa de tirarte en una estación o aeropuerto a dormir apoyado en cualquier parte para que trascurra el tiempo sin saber cuánto vas a permanecer así.. Sólo deseando pase el tiempo … Se te escucha aullar BEAU, aunque sonrías con cara de “no pasa nada en letras”, se te escucha … Ojalá encuentres ese compañero de viaje que acompañe esa soledad tuya, que te arranque de esas espirales concéntricas y te lance directo a las estrellas .. Ya sé, eso deseo esta noche de Reyes para ti , un cohete, que aparezca una nave espacial ( puede tener piernas ) a la que poder subirte y salir disparado de todo lo que te oprime y respiraaaaaar a pleno pulmón ingrávido, confiado, en paz dentro.. jaja tranquilo, te construiré una escafandra ligera con la que moverte y respirar como si fueras desnudo .. sólo un ruego.. no olvides hacer fotos desde tus estrellas, segurísimo serán preciosa, nos las envías por el sistema de teletransportación de la nave Enterprise… ; )
Gracias por seguir luchando en preciosas imágenes y letras, siento que lo haces, a veces parece que tiras la toalla pero no la sueltas..No lo hagas. Tienes tantos paisajes hermosos que ver que yo que tú empezaba esta noche a soñar ya con ellos.. : ) Un beso y feliz noche, mi querido BEAU!
अनत्ता 光 心
Eva ha dicho: “el viaje se repite una y otra vez desde el inicio de los tiempos. Tal vez seamos nosotros, los que nos colocamos en la línea de salida, dispuestos a repetir ese viaje cíclico, una vez más”.
¿Sabes lo que acaba de hacer Eva, muy probablemente sin siquiera ser consciente de ello? Ha descrito a la perfección el samsara.
Efectivamente, la vida es un gran viaje (en el fondo, en realidad) en espiral. Incluso aunque pueda parecer muchas veces que es meramente en círculos (viciosos, repetitivos, absurdos, dolorosos, samsáricos). Incluso se puede aceptar que la vida de algunas personas es un viaje en una espiral que es descendente, que te hunde como un torbellino, desgraciadamente. Podemos pensar en muchas cosas al respecto: drogas, autodestrucción, negrura, falta brutal de autoestima, suicidios, problemas emocionales muy fuertes, etc. Pero yo creo que en líneas generales esa espiral es (casi) siempre ascendente. Incluso creo (sí, son creencias personales) que esas personas que descienden al abismo tarde o temprano tendrán que emerger y reiniciar el viaje con lo aprendido, por doloroso que sea. Hacia arriba de nuevo, no queda otra… incluso para los más cenizos, nihilistas, negativos, descreídos, atormentados… ponle aquí el adjetivo que quieras. Claro, alguien podría decirme ahora que estoy desarrollando un planteamiento paralelo al de las religiones, hablando de un paraíso (que ni remotamente he mencionado ni insinuado) y de un Dios. Pero como me gusta llevar la contraria diré que… ¡¡¡NO!!! Esa ascensión la planteo en términos de LUZ, como tantas veces he dicho. Somos luz y hemos venido aquí a aprender, cueste lo que cueste… que somos luz, mira qué casualidad. Cuando digo “luz” me estoy refiriendo a una serie de cosas: aprendizaje, sabiduría, autoconocimiento, iluminación o despertar (en términos espirituales o budistas también), virtud (santidad o perfección), amor, compasión… todo eso. Fíjate que creo que todos los viajes “aparentes” que podamos hacer, miles y miles de viajes, millones y millones (millones, incontables vidas en el fondo), por este mundo o incontables mundos, en realidades físicas y tangibles, universos (como éste) viviendo miles de experiencias… todo, todo eso no es más que un sucedáneo o múltiples vehículos del único viaje real y verdaderamente importante: claro, el viaje interior, el viaje espiritual, el viaje hacia el autoconocimiento, la autoindagación, la profundización, la investigación, la búsqueda de la verdad. Que no es otra cosa que esa búsqueda o investigación y en definitiva descubrimiento o comprensión de nuestra verdadera naturaleza o ser. Es simplemente contestar a la gran pregunta de qué y quién somos en realidad; éste es el único viaje, en realidad. Sí, sé que soy muy radical: así es mi visión espiritual de la vida, después de (usaré estas expresiones) cavilarlo mucho o meditarlo o darle muchas vueltas al asunto o hacerme las grandes preguntas de qué es lo verdaderamente importante, qué buscamos y hacia adónde vamos. El único viaje, repito, es el viaje hacia la sabiduría, hacia el autoconocimiento y el autodescubrimiento. Hacia nuestro verdadero ser que, lo siento, en realidad es luz, conciencia. Por todas estas razones se comprenderá que no puedo ver el viaje de la vida más que como una espiral ascendente. Ya lo sé, puedo resultar pesado y aplastante, una especie de predicador que quiere adoctrinar. Pero no es esa mi intención. Repito que le he dado muchas vueltas a todas estas cuestiones, a la pregunta de qué estamos buscando en realidad, hacia “adónde vamos” (suena a viaje, no puede ser casualidad).
Tranquilo, tranquilos todos… nadie tiene que “comprarme” todo el pack ni comulgar con esto ni aceptarlo sin pestañear. Pero a la vez nadie me convencerá de que no lo veo de la forma correcta, aunque podamos expresarlo de miles de formas distintas (por ejemplo que venimos a aprender)… no es necesario ni tan siquiera mentar las religiones.
No puedo estar de acuerdo con lo de que “solo nos espera la oscuridad”. Supongo que entiendo lo que quieres decir… y al mismo tiempo tienes razón. La oscuridad de la desaparición física como individuos, la muerte… pero es una oscuridad aparente. No habría realidad ni habría universo ni habría inteligencia ni conciencia ni estaríamos tú ni yo ni millones de seres más, observando el mundo, viviendo y muriendo, si no fuera todo una emanación de una conciencia primigenia que es pura conciencia, luz (por favor, tómese esto lo más alejado del concepto Dios). No lo enfoco en términos de “Dios”, sino de verdadero SER, ese ser que tú y que yo y que todos somos, sin partes ni diferencias. Es una chispa primigenia. Lo siento, esto es un misterio que la simple razón no es capaz de aprehender. Es como las lentejas, o lo tomas o lo dejas.
Y conectando con todo esto… tienes toda la razón, justamente porque lo veo como un viaje de autoconocimiento y descubrimiento del verdadero ser (sabiduría), en que en el fondo, en el fondo, en el fondo, es un viaje que hacemos en soledad. En soledad. Siempre estamos solos, en realidad. Aunque nos acompañen e incluso nos amen otras personas o se preocupen por nosotros. Ya sé, parece un contrasentido. No veo razones para tener miedo de la soledad, al contrario. La soledad es gozosa (o puede serlo) y de hecho “la puerta” hacia ese camino interior.
Namaste… ojalá y de verdad mis palabras pudieran alumbrar el camino de alguien… y ya sé que esto puede sonar fatal, muy presuntuoso, pero es que lo siento así de verdad.
El viaje… el simple hecho de pensar en esto, de reflexionar, de hacerse preguntas… ya es avanzar, ya es adquirir sabiduría o profundidad. Ya conoces una de mis expresiones favoritas… “believe it or not”.
अनत्ता 光 心
María ha hablado, por ejemplo, de los que no viajan o no se mueven y creo que se refería justamente a los místicos, a los que emprenden el camino interior renunciando a la acción “exterior”. Inevitablemente tengo que pensar en el Buda y en ese camino de autodescubrimiento. He recordado un aforismo que enlaza con mis reflexiones anteriores…
“Gotama se sentó inmóvil bajo un árbol, comprometido de manera inflexible con las cuestiones primordiales de lo que significa nacer, enfermar, envejecer y morir.
Los maestros Sôn se dieron cuenta de que la misma forma en que se plantean estas preguntas determina el tipo de «iluminación» que puede alcanzarse. Un célebre aforismo sintetiza esta comprensión:
Gran duda-gran despertar.
Pequeña duda-pequeño despertar.
No duda-no despertar.
GRAN DUDA, GRAN DESPERTAR… esto es fundamental. Sustituye el vocablo “duda” por “pregunta” o “preguntar” o “hacerse las preguntas correctas”.
Cierto maestro zen dice también: “Gran duda: no es escepticismo, sino investigación interior”.
Citu
Te deseo un feliz año. Y como tu dices los viajes se hacen en soledad pero tambien conoces mucha gente cuando viajas. Te mando un beso.
Diego
Bonita metáfora de lo que es la vida, Beauséant. Viajamos en espiral o en círculos concéntricos que nos hacen repasar una y otra vez por lugares ya recorridos. En el fondo emulamos el recorrido de los planetas alrededor de sus soles, o de las galaxias alrededor de su centro, tan lejano. Poco, o muy poco, puede nuestra voluntad en ese medio de transporte. Nuestra soledad es la suma de muchas soledades.
Cabrónidas
Creo que eso que cuentas en el mejor de los casos. Otros viven cayendo en picado deseando impactar cuanto antes.
Beauséant
Alternar me suena agotador, sí, GABI CS 🙂 , suena a que estoy mejor en casa con las gatas y viendo la televisión bajo un refugio de mantas. En la vida hay rotondas, hay curvas y algunas rectas, pero es verdad que las compañías muy cercanas pueden resultar excesivas, lo suyo sería poder elegir esos momentos de soledad. No me sorprende nada que tu corrector sea políticamente correcto, son los tiempos en los que vivimos, en unos años ya nadie escribirá comentarios ni correos, lo dejaremos todo en manos de asistentes que no usarán palabras feas, habremos muerto un poco todos por dentro.
Me ha gustado mucho tu definición, JOSELU, porque esas fotos querían representar un poco eso, el paso del tiempo a través de una ventana. Puse las fotos delante y fui escribiendo según las pasaba, empiezan y acaban con un viaje en tren y, entre medias, pasa la vida.
La segunda fotografía, gracias de nuevo por explicarlo tan bien, es una habitación de un hotel un poco mediocre, un lugar de paso, un lugar donde a veces pasan cosas. Siempre pasan cosas en las habitaciones, de un hostal, de un hospital, de una casa, son lugares donde nuestras vidas se cruzan, se rompen, se vuelven a juntar como los trozos que pegamos con pegamento y nunca quedan igual que al inicio. Hacer fotos es levantar el acta notarial de esos momentos, sí, son huellas, no sé si luminosas y no sé, si pasados unos años, seguiré recordando lo que eran, tampoco me importa mucho, nacieron en su momento con un significado y el tiempo les irá dando otros hasta que al final, de manera inevitable, se pierdan para siempre.
Quién sabe, dentro de unos años, de muchos años, cuando no quede ni rastro de todo esto, quizás vuelvan a aparecer en algún lado, sin texto, sin explicación. Quizás entonces digan otras cosas, porque somos eso, lo que dejamos detrás. ¿Le dan sentido al viaje?, quiero pensar que lo hacen, que son el verdadero significado del viaje, lo que acumulamos como experiencia, no las posesiones materiales que con tanto ahínco parecemos coleccionar. Cuando a una persona le preguntas por su vida siempre te hablan de sus trabajos, de lo que tienen, de lo que anhelan poseer, rara vez te hablan de esos momentos, y es extraño, porque eso es lo que realmente somos, ¿no te parece?
Es mejor asumirlo, ¿verdad, EVA?, somos copilotos en las vidas de otras personas, de la misma forma que otras personas con copilotos de las nuestras. Autoestopistas que recogemos en algún momento, que nos acompañan durante unos cuantos kilómetros y que acaban saliendo de nuestras vidas para dejar paso a otras personas. Eso no es malo, forma parte del proceso, de la vida. Sí, quizás sea circular, es cierto, siempre en la línea de salida prometiéndonos que esta vez lo haremos mejor, ¿verdad?
Las líneas rectas, MARÍA, las secantes, las paralelas, son bonitas, pero, si lo piensas bien, no son muy interesantes. Tras cada curva hay una sorpresa, un árbol caído que te obliga a pisar el freno con todo el alma, un autoestopista con una historia increíble que compartir… Las líneas rectas no admiten la sorpresa, ¿no te parece? Me gusta lo de los muelles, vas dando vueltas y vueltas y, boing, sales de vuelta para arriba con mucha fuerza 🙂
En el fondo no diferimos, llevamos dentro muchísimas gente, estoy de acuerdo, la llevamos dentro, muy dentro. Lo dentro que lleves una persona no tiene nada que ver con el tiempo que has compartido con ella. Hay personas que se cruzan un instante y lo cambian todo, otras llevan años cerca y son como un planta, firme y serena, pero poco interesante 🙂 Pero no, no hay dolor, no hay tristeza, de verdad que no la había al escribir esas letras… ¿resignación?, quizás, la resignación no es mala, es cierto que nos autolimitamos un poco al resignarnos, pero también marcamos los límites… También tengo compañía en ese viaje, no tengo más que asomarme aquí para verlas 🙂 Siempre haces mis letras más grandes de lo que son, me haces a mi también más grande, me siento importante, que he llegado a esas estrellas de las que hablas… a veces creo que estñan casi al alcance de mi mano, que sólo tengo que sacar la cámara para que se vuelvan reales… Gracias, por ser parte de ese viaje, por darle más sentido a todo. Un abrazo enorme.
Es cierto, अनत्ता 光 心, es el ciclo eterno de vida, muerte y renacimiento. Un viaje cíclico que se repite, en espiral, y aunque a veces puede parecer un círculo vicioso o doloroso, pero es verdad que, al menos es mejor pensarlo, que siempre es ascendente, ¿verdad? Que podemos extraer algo de las malas situaciones, aun aprendizaje, una idea que nos ayude, que nos haga un poco mejores. Pensar lo contrario sería demasiado doloroso, no dejaría espacio para nada más que para eso, para el dolor, en ese viaje hacia la luz debe haber sitio para el aprendizaje, la sabiduría, el autoconocimiento y el despertar espiritual. De lo contrario, bueno, nada tendría sentido, ¿verdad?
Creo que ese aprendizaje, se hace en soledad, porque al final, aunque vayas con alguien, cada viaje, cada momento, igual que cada fotografía, es vivido y recordado de manera diferente para cada persona. Alguien puede emocionarse ante un cuadro, un edificio, una vieja motocicleta y sentir/recordar/acumular algo diferente que otra persona vivirá ante un atardecer. Al final, el poso que queda, es único, se hace en soledad. No creo que sea mala esa soledad, cierto, creo que es incluso necesaria. Hay cosas que no podemos compartirlas, que son algo que tenemos muy dentro y las palabras no hacen más que estropearlo cuando intentamos explicarlo.
Sobre los místicos, creo que ahí diferimos, creo que ese viaje interior es necesario, casi obligatorio para poder situarte en el mundo con algo de criterio, pero no debe quedarse ahí. Creo que tanto para MARÍA como para mi, esos viajes interiores deben ser un mapa, una hoja de ruta, para algún tipo de acción.
Gracias por tus reflexiones, a mi me alumbran, incluso, como te digo siempre, en aquellas cosas en las que diferimos, en eso consiste alumbrar, ¿no? LLevar luz incluso a los sitios a los que no quieres llevarla 😉
Cierto, CITU, nos movemos, hacemos nuestras vidas un poco más grandes y aprendemos de aquellos que se cruzan en el camino. Con suerte, ellos también aprenderán de lo que digamos.
Un abrazo
Yo había pensado en los círculos de los árboles, DIEGO, pero es verdad que la naturaleza repite patrones, todo gira sobre algo, ¿verdad? Hay un centro, un motor, un algo que nos lleva y nos trae. Es muy bonito lo de: “Nuestra soledad es la suma de muchas soledades.”, muchas soledades juntas, dejan de ser una soledad.
Espero, Cabrónidas, que no sea el caso de muchas personas, pero es cierto, hay personalidades destructivas. Son como asteroides sin rumbo que chocan y destruyen todo lo que tocan. Aunque suene un poco egoísta, he tenido suerte de apartarme a tiempo de esas personas. No puedes salvarlas y sólo te arrastran al interior de una espiral de la que no se puede salir. A pesar de toda la tristeza que pueda acumular aquí, creo que nunca he sido, y espero no ser, una de esas personas….
अनत्ता 光 心
Gracias por tus palabras finales. Desde luego, pensar o creer o suponer que todo este largo viaje tiene un aprendizaje implícito, que adquirimos sabiduría y autoconocimiento le da mucho sentido a todo, aunque seguramente no podamos “demostrar” de manera empírica y fehaciente que es así. Claro, también se ha colado en mi larga exposición, subrepticiamente, la suposición de que la reencarnación es algo cierto y real. Otro punto muy peliagudo. Bueno, desde mi visión “espiritual” también tiene sentido. Si acortamos la mirada a una sola vida cambia totalmente y para mí todo queda amputado, justamente sin sentido…
frodorockblog
Ya había disfrutado de las fotos que fuiste publicando en instagram, y ahora el texto me llevó en un nuevo viaje. Implacable, corto, veloz; pero también cósmico, gigante e interdimensional. LA vida que pasa rápido y la muerte que nos hace más grandes que todas las estrellas.
Gran entrada.
Abrazos, Beau
tonYerik
Es cierto que volvemos y volvemos a algún lugar en concreto y reconozco que me gusta aunque solo sea por ver que ha hecho el tiempo con él pero quizás es lo mas interesante que casi nunca sueles coincidir con las mismas personas y para mi que voy mirando y mirando por donde paso es raro que no saque algo interesante y alguna que otra vez inusual.
En fin soy un eterno mirador, y me basta para pasar un buen rato.
marylia4
El viaje de la vida muy bien definido. Gracias por compartir y feliz año!!! Un abrazo.
Toro Salvaje
Soledad y oscuridad.
Soledad disimulada con mil decorados que uno tras otro se agrietan con el paso del tiempo.
Oscuridad que va creciendo… cuánto más he visto y vivido más oscuro me parece todo.
Soledad + oscuridad = Desesperanza.
Ahí estoy en la desesperanza.
Saludos.
Beauséant
En el fondo, अनत्ता 光 心, da igual si es verdad o no que el sentido de la vida sea aprender algo en ese camino. Quiero decir, que no importa, es simplemente una forma de hacer algo útil con ese tiempo que nos han dado. En el cómputo final del Universo dará igual si hemos aprendido o no, si hemos sido mejores o peores, pero a nivel individual, es algo que nos dota de un sentido y de una responsabilidad. En general, creo que cualquier cosa que te ayude a intentar ser mejor, a no causar el mal ajeno, es válida como mecanismo vital, ¿no te parece? Por ese motivo suelo intentar se respetuoso con las creencias, siempre y cuando no sean imposiciones ni atenten contra la libertad del resto.
Al final tenemos que ir inventando eso de vivir según vamos viviendo, no hay manual de instrucciones, ni podemos recuperar la partida a la mitad
Saludos
La vida es un poco eso, frodorockblog, implacable, corta y veloz… así se nos escapa antes de que podamos atraparla en palabras o fotografías. Muchas gracias por las tuyas 😉
Me pasa algo parecido, tonYerik, me gusta mirar, contemplar las vidas ajenas. Encuentro interesantes a casi cualqueir persona, incluso las más extremas. Siempre encuentro lecciones, historias o luminosas locuras en otros seres humanos. Eternos miradores, sí, es un buen término.
Gracias a ti, marylia4, me alegra verte por aquí para empezar el año.
La desesperanza, Toro Salvaje, parece casi inevitable en cuanto te planteas un poco la vida. Si intentas encontrarle un sentido, si haces el balance de las personas que vas perdiendo cada año…. resulto agotador, cierto. Hay que intentar vivir la vida según va viniendo, vamos escribiendo deseos por un lado y el tiempo los va borrando implacable por el otro, al final, cierto, todo se agrieta. Sigamos levantando barricadas de poesía, de letras, de fotografías, el tiempo las barrerá todas, pero mientras las levantamos, vamos viviendo, ¿no te parece?
Ángeles
Me ha gustado mucho tu visión del viaje en círculos concéntricos, y la idea de que siempre viajamos solos. Así lo siento yo también, y aunque es algo que me da un poco de miedo, voy aprendiendo a aceptarlo. Y por eso creo que disfruto de la compañía más que si no fuera consciente de esa soledad inherente.
La foto del cabello que asoma por el respaldo me ha recordado una imagen ( también yo hice la foto) de un viaje en tren, de Turín a Milán. Lo que yo veía desde mi asiento era la parte inferior de un hábito y unas sandalias. Cuando llegamos y el monje se puso de pie vi que llegaba al techo del habitáculo. Me pareció una imagen asombrosa, como salida de un cuento gótico.
Saludos!
Miquel Cartisano
Tengo la sensación de haberme bajado. No sé si me han empujado, si se ha parado mi tren, o si simplemente me he apeado. Pero como decía Gabriel Marcel: yo no asisto al espectáculo.
Salut
María
Bien pensado creo que tienes toda la razón BEAU, me paso a las curvas aunque en la carretera la odie, justo porque aquí todo son curvas y añoro las rectas. Me ocurre como con el sol, seguro que si viviera en Almería donde cae a plomo, añoraría la lluvia, pero es verdad, las rectas sin ninguna duda son mucho más aburridas.. Aunque demasiadas curvas marean, que es por lo que no me gustan : ) Y también tienes razón que fui pelín exagerada con eso de escuchársete aullar .. desde luego en esta entrada no y en general tampoco, a veces me expreso fatal queriendo ser visual.. En realidad es cierto que poquísimas veces te quejas, es más eso que comentabas allí, posiblemente tus abolladuras del pasado que aunque no se vean.. se siente cómo te oprimen e incluso a veces arañan dentro, en tus letras y luego sí, resignación.. muchísimas resignación que a mi no me gusta demasiado porque la resignación supone tirar la toalla, darte por vencido.. Aceptar sí, es imprescindible, pero resignarse es abandonar la esperanza y sobre todo la ilusión y ambas no se pueden perder jamás, terminaríamos vegetando ..Claro que mientras sigan saliéndote esos cielos increíbles en tus fotografías, desde luego por dentro no vegetas .. vas a tener que vestirte de tus cielos por dentro .. meencantaría ver asomar el sol en tus letras.. a ratitos.. pero de verdad, no sólo que lo parezca jaja mira, te voy a dejar a un amigo tuyo a ver si te convence más y mejor que yo con su brindis : ) Un beso!
María
Qué desastre! olvidé pegarte el enlace.. Chin, chin! Feliz finde!! : )
Pedro M. Martínez
Lo que me estaba perdiendo. Aquí. Es lo que tiene viajar. No se puede estar en tantos sitios a la vez. Muy bueno lo tuyo. Otro mundo. Muchas gracias. Volveré. Si no me pierdo. Demasiados caminos. El tuyo es magnífico. Saludos.
Beauséant
Hay fotos que piden a gritos hacerse, ¿verdad?, Ángeles, es algo que estoy intentando lograr, cuando vea una persona que me llame la atención, pedirle una foto con amabilidad, no me gusta robarlas.
Sí, el viaje, al final, se hace en soledad. Eso no es ni bueno ni malo, se puede aprender mucho y se puede disfrutar con las compañías que vayan surgiendo, pero el viaje es individual, cada uno lo vive a su manera. Es mejor aceptar e intentar disfrutar que pelear contra algo que no tiene remedio, ¿verdad?
El espectáculo nos acaba tomando por la pechera, Miquel Cartisano, y nos zarandea hasta que logra que participemos de una forma o de otra. Digamos que admite pocas vías de escape, aqunque algunas podemos tomar. Al menos eso que decía Mafalda, que se pare el mundo que me quiero bajar 😉
Es un mal muy común, María, creo que nos pasa a todas las personas. Siempre añoramos lo que no tenemos, cuando la montaña rusa se pone complicada todos queremos estar en la calesa de los caballitos, pero cuando estamos abajo queremos la emoción de los saltos…
Es verdad, me gusta más el termino aceptación que resignación, hay una diferencia sútil ahí, ¿verdad? Resignación: Conformidad, tolerancia y paciencia en las adversidades. Aceptación: admisión, consentimiento, beneplácito, asentimiento, aprobación, aquiescencia. La resignación nos lleva a la inacción , la aceptación nos conduce a abrirnos a otras posibilidades, a intentar pelear de otra manera. Es extraño, hasta que no lo has puesto por escrito no había pensado mucho en eso 🙂
Me gustaría vivir en uno de mis cielos, incluso en los de tormenta. Lo mismo me acabaría cansando, claro…
Una, por la eternidad
Dos, por las almas en pena
Tres, por las puertas de atrás
Cuatro, por las enredaderas
Otra por la ingenuidad de aquel que imaginaba tormentas
Qué gran gusto musical tienes 😉
Muchas gracias, Pedro M. Martínez, me alegra que hayas visitado este “mundo”, espero que lo encuentres cómodo