leer,  mirar

cancerbero

El cancerbero permanece firme en su puesto con la seriedad impuesta por su Sagrada Misión. Debe proteger el fuego sagrado, o el templo de la vestal, o quizás la cuadriga de oro del Emperador… En realidad ya no recuerda el motivo de su deber. Imágenes fragmentadas de espadas y escudos, el eco lejano de himnos a dioses olvidados, resuenan débilmente en su mente, ecos de un mundo desaparecido. Lo único que sabe, lo único que importa, es que no debe abandonar su puesto, pase lo que pase.

El cosmos ha seguido girando indiferente a sus elevadas obligaciones. Todo a su alrededor ha cambiado: rostros borrosos, el paso de las estaciones, una moviola cósmica girando a toda velocidad, y él, inmutable en su centro. No fallaré, no lo haré, repite incansable.

A lo lejos, vislumbra una luz especial que ilumina su alma, ¡Esa luz!, conoce esa luz. El cancerbero siente su calor, un hormigueo de pura felicidad que recorre su cuerpo desde el hocico hasta la última de sus extremidades. La luz se difumina, comienza a distinguir contornos, ¡es el rostro de su Ama!.

Ahora lo recuerda: el Ama es su sagrada misión. Es a ella a quien debe proteger.

El Ama se agacha, sus alientos danzan entrelazados, así de cerca se encuentran. El Ama sonríe, el cancerbero siente su pecho explotar de felicidad cuando le rascan la nariz. ¿Quién es un buen chico?, dice el Ama con un soniquete infantil. El cancerbero se estremece: no sabe la respuesta, ¿Ha fallado la prueba?. Se siente perdido por un instante, hasta que lo comprende: él, él es un buen chico, él, él es el elegido.


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20 Comments

  • Beauséant

    Totalmente, Sacramento, la mujer, una chica joven, estaba tomando algo, todo el mundo se movía, y ahí estaba el guardián, tres kilos de pura determinación sin mover una pestaña, dispuesto a protegerla. Antes de salir me acerqué a saludarle y resultó ser la mar de majo, un juanito en toda regla 🙂

    Es lo que tienen las misiones sagradas, tonYerik, no puedes dejarlas ni un momento para descansar y tomar el aire.

    Imagina, Mónica Frau, pasar tanto tiempo con una misión encomendada que acabas por olvidar el motivo de esa misión.

  • Gabi C S

    Es lo que tiene tener una misión en exclusividad. Puedes dedicar todos los recursos a un único objetivo. Seguro que el cancerbero tuvo que firmar un contrato de confidencialidad para conseguir el emplieo.
    AbrZoo

  • Alfred Comerma Prat

    Es muy normal en misiones de alto riesgo, prolongadas en el tiempo y qué además no importa mucho el elemento a proteger.

  • ConejoOdiaGuordpres

    ¡Qué bonito chingada madre! honestamente no me gustan los perros pero la relación amo/mascota, se me hace de lo más bonito chingao, esta yo creo que podría bien ser una de mis entradas favoritas. Los conejitos son más… caóticos y ELLOS son los amos de sus mascotas despeluchadas haha. No sé si merezca el honor pero para que no ande escribiendo “ConejoOdiaGuordpres” con el puro “Conejo” basta, digo; no he visto muchos otros conejos antropomórficos en su bloguito, o “Conejo pestilente” también aplica que es mi verdadero apodo haha. Enigüey, saludaciónes y chingadera y media de despedida bonita.

  • Eva

    A mi me recuerda a los impertérritos guardias que custodian el Palacio de Buckingham, soportando las inclemencias y a los turistas ¿en misión sagrada?
    De mi familia perruna nada, o no le dejamos claras las condiciones desde el principio, o no le parecemos merecedores de sus desvelos y prefiere tumbarse al sol.
    Feliz semana, Beausant, un abrazo.

  • Milena

    Qué buena la foto; los perros pequeños siempre se creen más grandes de lo que son en realidad, este está fantástico, en su sitio, bien digno, faltaría más.

  • Beauséant

    La entrevista de trabajo debió hacerla en remoto, Gabi C S, porque muy fiero no parece 😉

    Es bueno tener una misión en la vida, Alfred Comerma Prat, y creerla sagrada, ahorra hacerse muchas preguntas, algunas de ellas incomodas.

    Sin duda, Cabrónidas, en caso de peligro son los primeros en salir. Es más, si pueden te cierran la puerta para dejarte atrás… Pero, lo harían con tanto encanto, que hasta les perdonamos.

    Los conejitos, ConejoOdiaGuordpres, tienen otras cualidades, son más achuchables y pácificos, aunque no sé si has leído un cuento de Cortázar sobrre un hombre que vomitaba pequeños y adorables conejitos, aquello acabó siendo una maldición. Es verdad que no hay muchos conejitos por aquí, de momento sólo te tenemos a ti 😉

    Tu familia perruna, Eva, no debe venir de una larga estirpe de perros fieros y guardines como el de la fotografía 🙂 Eso, o son bastante más listos, de la vida conviene quedarse con las cosas buenas, las siestas, las caricias… ya sabes.

    Muy bueno lo del Palacio de Buckingham, la verdad es que es la misma pose.

    Sospecho, Milena, que cuando eres tan pequeño no queda más remedio que ser valiente, ¿no te parece? O eres valiente o no te puedes levantar de la cama de puro miedo.

  • Joselu

    El relato dota al perro de una dimensión casi heroica, transformándolo en un guardián mítico cuya misión es proteger aquello que ama. Sin embargo, al final del texto, esta misión se despoja de solemnidad cuando el Ama lo reconoce como “un buen chico”. Este giro aporta ternura y humor a la historia, recordándonos que detrás de cualquier grandeza épica hay gestos simples pero profundos de amor y conexión.
    En conclusión, tanto la fotografía como el texto capturan la esencia de la lealtad y el propósito desde perspectivas distintas pero complementarias. La imagen aporta realismo visual a una narrativa cargada de simbolismo, mientras que el texto eleva a un simple perro urbano a la categoría de héroe mítico. Juntos crean un diálogo entre lo cotidiano y lo trascendental.

  • María

    La verdad es q da un poco la risa ver a un perrito tan pequeño, con ese gesto tan solemne y serio …mucho más, siendo su dueña una mujer corpulenta como parece en la fotografía, vamos, q no me extraña q esta curiosa imagen , a parte de tomarla y tratarla tan estupendamente como has hecho, resaltando la figura del microscópico cancerbero jajaja te suscitara este texto …En cierto modo podría hasta valernos de metafórica imagen de nosotros mismos , cuando nos mantenemos en estado de alerta y máxima preocupación frente a todo tipo de contingencias q ni podemos preveer, ni solventar, así pues no se para qué nos ponemos tan serios y en guardia…luego la vida nos rasca detrás de las orejas y nos relajamos jajaja …ya pasó , misión cumplida , ale …un hueso para q juguemos un rato y pasemos el tiempo hasta el siguiente momento de extrema tensión : ) Un beso !

  • María

    Por si no me he explicado bien, quise decir q siendo la mujer corpulenta dispone de potencia suficiente para defenderse sola y por eso es aún más simpática la imagen de su chiquitín en actitud tan protectora , sería y solemne … Me estoy volviendo un poco paranoica con los malos entendidos … A veces me tomo demasiado en serio este mundo de las intepretaciones, como este perrito..¿lo ves? son una gata perruna jajaja

  • Beauséant

    Las vidas humanas, Joselu, siempre aspiran a la gloria, a la solemnidad y luego, el día a día, las va rebajando a simple supervivencia. Pequeños momentos en los que descubrimos la poquita cosa que somos. Al menos el guardián no es consciente de su tamaño, se siente importante, tiene un objetivo en la vida, y ese objetivo responde con cariño y amor… ojala todas las vidas humanas tuviesen tanta trascendencia, ¿no te parece?

    No lo había visto así, Citu, pero es verdad que tiene los dos componentes 🙂 Un abrazo.

    Esa es la idea para (intentar) ser felices, Jo, no ver tareas pequeñas, dotar a cada acto de un peso especifico y llevar a cabo las tareas, por nimias que sean, como una misión casi sagrada.

    Te he entendido perfectamente María 🙂 , me has hecho sonreír con la aclaración porque también te he entendido. A veces, comentar en Internet es como andar por un campo de minas, ¿verdad? Hablas de una mujer corpulenta (mira que has elegido con cuidado la palabra) y se puede montar una guerra santa.. Pero te entendí a la primera, porque era justo lo que pensé al hacer la foto: si alguien necesita protección, eres tú, mi pequeño guardían… Nada más pensarlo, fui a por una servilleta de la cafetería y esbocé la historia. Luego seguí mi método habitual, dejar la servilleta al fondo de la mochila hasta unos meses después 🙂

    Me gusta tu reflexión final, como a veces nos creemos fuertes, firmes en el timón de nuestras vidas y, eso, la vida nos da un coscorrón y nos dice, a veces sin mucho cariño, lo poco que somos. Los huesos que nos da a veces tienen poca carne, no como los del guardián, que parecen muy bien servidos

    Un abrazo.

  • Diego

    Y me pregunto: ¿no será que el perrete está más atento a que no lo pisen (dado su tamaño) que a defender a su dueña? 🙂 No creo. Pequeñico pero matón. A ese Cerbero no lo mueve de ahí ni Heracles, aunque se disfrace de linda chihuahua 🙂

  • Toro Salvaje

    Yo llegué a creerme guardián y protector.
    Luego, el tiempo me quitó la venda de los ojos y me di cuenta de mi desgarradora insignificancia.
    Abismo.
    El que resucitó en mi cuerpo ya era otro.

  • Beauséant

    Efectivamente, Diego, tiene un misión, es más, una misión sagrada, ni tan siquiera es consciente de su tamaño ni del peligro que corre. A mi me dieron ganas de meterlo en la mochila, llevarlo conmigo el resto del viaje y devolverlo sano y salvo al final 🙂

    Eso pasa mucho, Toro Salvaje, nos empeñamos en salvar a personas que no quieren ser salvadas. Las llevamos a rastras a la orilla, calentamos sus cuerpos y esperamos unas palabras de agradecimiento que nunca llegan…. No aprendemos, ¿verdad?

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