fotografías honestas
Una de las primeras cosas que me enseñaste de la fotografía es que sólo pueden explicarse a través de la distancia y el ángulo en que fue tomada. Algunas exigen tu nariz pegada a tierra, otras que abandones el territorio y las observes desde las alturas.
La segunda lección, odiabas llamarlas así, lecciones, fue que en cada fotografía debes poner algo de lo que eres, de lo contrario no sería una fotografía honesta. Pero hay que tener mucho cuidado, casi puedo verte sonreír al decirlo, porque, si haces muchas fotos así, puedes quedarte vacío, sin nada en tu interior, como si en cada foto perdieses un fragmento de lo que eres.
Me pregunto si fue eso lo que te ocurrió, que te quedaste sin nada que decir. Si poner una cámara entre mis manos fue tu último aliento. Pienso en ello cada vez que hago una foto. Creo que todos mis esfuerzos por explicarlas, por asfixiarlas con palabras como hago ahora, no son más que un intento torpe de estar a la altura de aquello que viste en mi y que yo nunca he logrado comprender.

Cuando termino de hacer la foto siento una presencia mis espaldas -escopaestesia creo que es el nombre que recibe esa sensación-. Al girarme, veo a una de esas mujeres que parecen vivir en cada pueblo de España, esperando pacientemente a que me aparte del banco donde pensaba sentarse. Tan mayor que su edad parecía ya ajena a cualquier cálculo, vestida de un luto riguroso por personas ya olvidadas y, como es inevitable a ciertas edades, a punto de convertirse en paisaje: algo que ocupa un lugar, que ves pasar toda velocidad desde una ventanilla de tren, pero a lo que no prestas atención.
Intuí que quería iniciar una conversación, así que me demoré en guardar la cámara dentro la mochila. Ella asintió con una sonrisa patricia, como si hubiese entendido mi gesto y, tras sentarse con las piernas muy juntas y la espalda muy recta, me habló con una voz mucho más joven que su cuerpo, una voz que el tiempo no había castigado.
Es extraño, dijo señalando hacia los juguetes que acaba de fotografiar, medio enterrados en la arena. El dueño de esos juguetes fue el último niño que hubo en el pueblo. Se marchó hace seis meses, a la ciudad, con sus padres. Al decir esa palabra, ciudad, señala hacia al oeste, hacia la carretera comarcal que corta en dos aquel trozo olvidado de territorio. Parecía encogerse de hombros, como si la existencia de una ciudad fuese un rumor cuya certeza no se hubiese molestado en comprobar.
Por un momento nos quedamos los dos en silencio contemplando el pequeño bodegón a nuestros pies. Un pequeño tren de plástico, una grúa… los típicos juguetes infantiles.
No sé, continuó la mujer, no nos hemos atrevido a tocar esos juguetes. Entonces me miró con sus ojos glaucos y me dijo con una sonrisa a medio camino de la tristeza, quizás estamos esperando a que el niño vuelva a por ellos, como si los objetos que dejamos atrás tuviesen ese poder, ¿verdad?, el de traernos de vuelta. Añade y, sin esperar una respuesta, vuelve a mirar a los objetos y dice, a mi no me gustan nada, me recuerdan demasiado a un tumba.
Fue entonces cuando comprendí la gran cantidad de cosas que pueden provocar el luto de una madre, de una hermana, de una hija. Una larga constelación de penas encadenadas unas con otras: la muerte y cada una de sus caras. Una interminable sucesión de nombres olvidados, que están a punto de convertirse en olvido en tu memoria y que cuando sean eso, olvido, entonces habrán muerto de verdad.

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pequeños fueguitos

22 Comments
POETAS EN LA NOCHE
Qué belleza tan dolida y tan viva hay en tus palabras.
Leer esto es como abrir una caja antigua, donde todo huele a tiempo detenido, a recuerdos que siguen ardiendo suavemente, como brasas. Hay una ternura silenciosa, una intimidad que respira en cada frase.
Y al fondo, como un suspiro apenas audible, se percibe ese amor callado que alguien te dejó entre los dedos, al enseñarte a mirar.
Qué honda la ausencia, y qué cerca la presencia en todo lo que nombras. Como si el alma se revelara justo ahí, en la fotografía, en la mujer, en los juguetes, en el gesto de esperar.
Gracias por compartir algo tan profundamente humano.
Un abrazo, Beauséant🌷
BDEB
Creo que aquella persona lo que vio es tu amor a capturar esas imágenes más allá de lo que otros podemos ver. Eso es un arte y como todos hay que tener una sensibilidad especial para hacerlo bien. Si a eso le añadimos los sentimientos en forma de palabras que adornan las imágenes, completamos la ecuación. Creételo que si te eligieron fue por algo.
Un abrazo Beauseant.
Joiel
Ausencia, pero no en el recuerdo. Lo que supo ser siempre halla la forma de permanecer, como con las imágenes que se toman (o describen el acto) par hacerse imborrables y parte de uno mismo.
Toro Salvaje
La España vaciada es una foto en blanco y negro cada vez más amarillenta.
Pueblos donde hace unas décadas la vida bullía son ahora pre-cementerios donde hasta el viento se ha vuelto nostálgico .Esos juguetes, esas pequeñas escuelas vacías, esos bares que cerraron para siempre, esos mayores que son el último peaje para que el olvido lo entierre todo.
Qué pena… qué tiempos… en pocos años… a vece sueños con los veranos felices que tuve la suerte de disfrutar… de todo aquello no queda nada.
Se me jodió el domingo ahora mismo.
t&e
Hay que ver las vueltas que le vamos dando a la cabeza mientras caminamos, unas veces en busca de una foto, ¡yo no!, creo que nunca ahora que lo pienso… tan solo que siempre llevo una cámara porque basta que no la lleves para que salte el “conejo” De pronto salta la dichosa foto y todas esas ideas que te rondaban, como si del trabajo de un alquimista, esa instantánea te lo chafa o mas bien cambia pero bueno. Bienvenido sea porque ya tienes una magnífica historia, en tu caso.
Es cierto nunca he buscado una foto. Es que de pronto dejé de pintar y es mi coartada para seguir buscando, mas bien mirando, ese cuadro que ahora solo se va a materializar en mi cabeza con todos sus detalles técnicos en cuanto a su ejecución, pero que como digo nunca ya verá la luz como tal.
Gabi C S
Si la vieja (supongo que llamarla de otra manera la molestaría a ella misma) no se acerca y te explica el escenario, hubieras hecho una foto simplemente curiosa. A no ser que la vieja sea ficticia, en cuyo caso el post tendía aún mas valor.
Creo que deberías haberle dicho que su presencia provoca esapalebraquehasdichoantes. La habrías compensado por su historia. Aunque quizás te habría contestado que ya lo sabía.
Abrazooo
Beauséant
Me gusta esa imagen, POETAS EN LA NOCHE, la de almas que se pueden revelar igual que las fotografías. Como si, a base de acumular fotografías y palabras, pudiésemos llegar a descubrir un alma. Es curioso, siempre he visto mis recuerdos como eso que has descrito, una cajita con olor a cerrado donde nada se ha movido en mucho tiempo.. es una pequeña mentira, porque los recuerdos nunca son inmutables, los transformamos cada vez que los traemos de vuelta.
Un abrazo.
Siento que nunca es suficiente, BDEB, me gustaría que mis palabras supiesen defenderse sin las fotos, y viceversa, que las fotos se explicasen solas. Las fotos nunca deberían explicarse, pero siento que me quedo a medias.. pero te lo agradezco, no sabes cuánto agradezco tus palabras… un abrazo enorme.
Los recuerdos siempre encuentran el camino, eso es cierto, Joiel, son como un gusanito atareado que se cuela en nuestros cerebros. La fotografía fija los recuerdos, o al menos una versión de los mismos, ¿verdad?
Lo siento, Toro Salvaje, en el pueblo de mi padre la vieja escuela terminó por hundirse, lo vi viendo año tras año, ahora sólo quedan dos paredes comidas por la hiedra, nadie diría lo que hubo allí. Rescaté un viejo mapa, hice algunas fotos… Sólo quedo eso. Pre-cementerios, terrible palabra, la apunto.
No sé si las busco, t&e, hago algo parecido, siempre llevo una cámara conmigo, no me gusta preparar mucho las fotos. Esos juguetes, quizás, habrían quedado mejor en otro lugar, un poco más a la derecha, con otra luz, pero no lo hice, los dejé donde estaban. Me gustaría saber pintar, haría más sencillo el trabajo de plasmar lo que tengo en la cabeza, pero seguro que me equivoco, ¿verdad? Pintar debe ser todo un esfuerzo hasta lograr algo.
También puede haberse producido al revés, Gabi C S, primero escuché su historia y luego hice la foto… o sí, quizás nada sucedió así. Sólo hay cosa más mentirosa que una fotografía, y es la persona que la hace 😉
Vieja, viejo, las palabras sólo son ofensivas cuando queremos que lo sean, ¿no te parece?
José A. García
Interesante reflexión. Seguiremos vivos mientras los recuerdos de quienes hayamos conocidos nos sostengan.
Saludos,
J.
Mónica Frau
Mientras seamos recuerdo, seguiremos existiendo. Cuando nos llegue el olvido, será la muerte definitiva
María
Qué texto más preciosamente dolorido y entrañable!. Puede verse perfectamente a esa mujercilla con sus piernas juntas, espalda recta y corazón destruido, aunq su dignidad permanezca intacta…Vestida de negro y menudita( ¿ a qué era menudita? con la piel muy blanca y la mirada tristísima : ) No sé si es una metáfora increíble de la resignación, la espera, la espera reginada o… la muerte en vida de quien espera aun sabiendo q nadie volverá… su hijo, su nieto, su hermanito …No sé, pero la imagen es tremendamente poderosa y tristísima . Como esa otra tremenda ausencia q sobrevuela la historia, la de quien sabía q ibas a ser el mago de los cielos qué eres , aunq como hoy , a veces tengan tierra y un tren de colores .. Él sabía lo q todos vemos y leemos cada vez q publicas… Q construyes historias increíblemente únicas, q sólo tú puedes ver. Honestamente , mágicas. Luego, nos las muestras y cuentas …mil gracias BEAU, un beso y buenas noches!
Eva
Me gusta pensar que dejamos algo de nosotros en todo lo que hacemos, también en una fotografía que, tomada con las mismas condiciones, es diferente según quien la hace. Esos juguetes abandonados tienen algo del fotógrafo y del niño que jugó con ellos, ese niño ya no existe y los juguetes serán algún día recuerdos. Da un poco de vértigo pensarlo, Beauseant, mejor disfrutar del momento, que el tiempo ya se ocupa de lo demás.
Alfred
Un texto denuncia de la rendición del mundo rural, por inacción de todos los vectores que forman una sociedad.
Una foto cargada de simbolismo gracias al texto.
laacantha
Bueno, triste, muy triste ,pero inevitable , han desaparecido las civilizaciones enteras. Un abrazo
Beauséant
Ni más ni menos, José A. García, es como dejar una llamita en manos de otra persona que la llevará consigo hasta donde llegué. Al final, seremos olvido, pero cuanto más tardes en llegar, más inmortal eres. Cuando esa llamita se apague, pues lo que dice, Mónica Frau, la muerte definitiva, buff, y adiós, se apagó la llama.
Menudita, claro, María, de esas que parece que en algún momento de sus vidas se negaron a seguir viviendo y se alejaron del mundo, como monjes zen de alguna religión perdida. Siempre me quedo mirándolas, muchas veces, a poco que te acerques, puedes entablar conversación. Sus historias son inconexas, se nota que no han puesto orden en sus recuerdos, pero siempre se aprende algo de ellas. Desconozco el motivo de su reclusión, esa negativa a formar parte del gran mundo, demasiado dolor, cansancio, una mezcla de todo, supongo. Mientras todo el mundo sigue consejos para “seguir siendo joven con ochenta años”, ellas se bajaron del tren, hay algo de dignidad ahí, ¿verdad?
A veces pienso que soy un simple amanuense de las historias de otras personas, al menos no caerán en el olvido y es mi deber defenderlas con dignidad… gracias por tus palabras, siempre, gracias.
Si haces las cosas de corazón, Eva, efectivamente, dejas un trocito de lo que eres en cada acto. Da igual el acto, hasta el más pequeño, lleva algo tuyo en su interior. Para mi, eso es una gran responsabilidad, proque cada cosa que hagamos debe hacerse lo mejor posible.
Aquel pueblo, Alfred, hace siglos era el cruce de varias rutas comerciales que confluían con sus inmensos ganados y aparejos en las ferias. Hoy no es nada, hasta el GPS te entrega el nombre con desgana, como diciendo: para qué quieres ir ahí, criatura.
Así es, laacantha, no es triste, es inevitable, nuestra civilización también lo será. Piensa en el mejor edificio que conozcas, en la pintura más hermosa. ¿qué será de ella en diez años?, nada, me dirás, ahí seguirás, ¿en cien?, seguro que sí, pero ya no es tan claro, ¿verdad?.. ¿en mil?….
Citu
La fotografía como otras artes depende del enfoque deseas darle y lo qu quieres comunicar. Me gusto tu relato.
Diego
Las fotos buenas no hay que explicarlas, ellas hablan por sí solas. Y no tienen un solo argumento, sino tantos como personas pueden mirarlas (o admirarlas) Habrá quien imagine, al ver la imagen de esos juguetes semienterrados en la arena, la historia de esa señora mayor escopaestésica que tú nos relatas. Y otros a quienes no diga nada, una foto sin más. La sensibilidad no es patrimonio de la humanidad.
Cabrónidas
Esas fotos tienen cierta carga emotiva. Supongo que es por los niños que no vemos, pero imaginamos que jugaron con esos juguetes abandonados.
carlos
Bella melancólica mirada, jamás pasada… Es eterno el ayer que no hace más que volver…
(El 10 de mayo te subo a mi rincón gatuno, nuevamente con tu permiso, claro)
Abrazo hasta vos!!
Mento
Si el precio es vaciarse para llenar vidas ajenas …. pues es como disparar dosis de vidas en cada fotografía. A mí me mereceria y mucho la pena ser capturador de instantes en esta sociedad tan vaciada de valores
Y si. Verdad, verdadera… por eso yo cuando no tengo el látigo en la mano sigo jugando con muñecas. 😁😉… me niego a dejar que mi mundo se vacíe, que mis recuerdos sean solo eso, recuerdos . Porque cuando dejas de soñar , y de jugar con tus juguetes, te haces mayor y mueres 😉😘
Beauséant
Gracias, Citu, es cierto, muchas veces es una lucha entre esos elementos que has mencionado. Tienes la realidad, lo que esa realidad te dice y luego la historia que quieres contar con ella. A veces es una lucha, por suerte, no siempre.
No puedo estar más de acuerdo con esa afirmación, Diego, me cansa ir a algunas exposiciones (en especial “modernas”) y encontrarme pliegos y pliegos explicando lo que el fotógrafo quería hacer con la foto, la idea del proyecto y no sé cuántas cosas más. Lo hacen porque saben que, sin esa información, esas fotos serían anodinas y, probablemente, muy criticables. Pero si dices que esas fotos representan, no sé, la fuerza de una persona con autismo, pues nadie se atreve a presentar una crítica.
La sensibilidad no es patrimonio de la humanidad… es es buena 😉
Cada persona aplica su pasado, sus creencias y experiencias a las cosas que ve, Cabrónidas, mi abuela habría visto los juguetes que nunca tuvo de pequeña porque no había tiempo para esas cosas en su vida.
El ayer siempre vuelve, carlos, es cierto, a veces en forma de promesa, a veces en forma de maldición… El diez de Mayo, me encanta ese mes, gracias!!
Es un poco como gritar al vacío, ¿no te parece, Mento? pero sí, para mi es también una especie de necesidad. Podemos morir de muchas formas, es verdad, y muchas de ellas implican seguir con vida, sin saber, incluso, que has muerto.
Milena
Los niños simbolizan la alegría de vivir, la esperanza, el futuro digno de ser vivido… el color, el juego, el amor hecho realidad… y sobre todo que la rueda de la existencia sigue activa.
Beauséant
Así es, Milena, cuando en esos pueblos desaparecen los niños, de alguna forma los pueblos empiezan a desaparecer también. Son ellos los que mueven la rueda de la existencia, ni más ni menos.