leer,  mirar

el juego

Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa”.

Julio Cortázar


Discover more from El artista del alambre

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

18 Comments

  • Etienne

    En realidad, no debería importar, siendo su carácter de inexorable imposible de modificar.
    Miremos hacia adelante, podemos apurar el paso y acercar la meta o podemos decorar el camino, poner flores al borde de la cuneta y hacer del recorrido lo más amable posible.
    Del fraseo a la foto, el señor en el banco impersona el ocaso, el casillero de llegada, habiendo hecho el camino largo. Juguemos a que todos podemos ganar.

  • Eva

    De las “Instrucciones para dar cuerda al reloj”, me quedó mi manía a los relojes, a los que somos ofrecidos en sacrificio mientras el tiempo nos devora.

  • अनत्ता å…‰ 心

    Grandísima fotografía, realmente muy bella y totalmente expresiva.
    Sí, parecen a todas luces dos situaciones, momentos vitales y actitudes totalmente distintos, de hecho antagónicos. Ante el hecho inevitable de ir envejeciendo supongo que en teoría lo mejor es acabar aceptándolo, que es lo más inteligente y sano. Porque si no… y es evidente que la expresión “no queda otra” no es totalmente cierta. Hay otras alternativas, como rebelarse, amargarse, frustrarse, negarlo… etc. Aunque “no queda otra” es totalmente coherente con el hecho de que no podemos hacer nada ante eso.
    La imagen y las posturas, el lenguaje corporal de las tres niñas o chicas es totalmente mágico, porque destilan una espontaneidad total, el estar absolutamente metidas, a nivel mental, en su juego, su mundo.
    Es una fotografía a la altura de (o equivalente a) cualquier gran clásico del cine en blanco y negro. Va en serio, no es por hacer la coba.
    Namaste.

  • Milena

    Interesante fotografía, bella captación, vemos a persona mayor -reflexivo, sentado- y a niños -en movimiento-… y muchos elementos que hacen reflexionar efectivamente sobre la vida, la muerte…

    Te traigo un poema de Algernon Charles Swinburne (1837-1909) que me viene a la cabeza:

    Ruega que tus días sean largos antes de la muerte
    y llenos de placer y majestad;
    ya que en la muerte
    no hay comodidad ni tampoco progreso ulterior,
    ni podrás entonces levantar la vista y ver amanecer el día,
    ni la luz en la tierra adonde vayas.

    Vive y llénate de los días,
    y muere cuando te llegue el día;
    y no hagas mucho caso de la muerte
    para que en tu día no coseches ninguna maldad.

  • María

    Creo, q las reglas de este juego consisten en vivir, sabiendo q está , pero como si no estuviera … Exactamente igual q hacen las niñas de tu estupenda instantánea …Sin embargo , fijate como él no te quita ojo …y eso q no tiene ni idea q le ibas a convertir en…nada menos q !! la muerte !! ..aunq la verdad es q no tiene cara de muerte , más bien de fiscalizador con mucha vida aún ; ) A Cortázar le obsesionaba el paso del tiempo …este trocito tuyo, como comenta EVA es de ..” Instrucciones para dar cuerda al reloj” tiene otro cuento q es su preámbulo y además de estos dos, otro más “El perseguidor” q para mí gusto es uno de sus mejores cuentos escritos, que además fue un experimento antes de escribir Rayela. Es una historia triste a ritmo de jazz -el texto tiene ese ritmo- en la que un músico, su protagonista (que se supone está inspirado en Charly Parker) enferma física y vitalmente por no comprender el paso el tiempo q ha perseguido toda su vida sin siquiera saber lo q ha estado persiguiendo … Si no lo has leído búscalo ( seguro que sí, porque como a mi sé que te gusta Cortázar) y fíjate !q bobos somos! Creo que el arte de vivir no consiste en perseguir nada , sólo vivir lo q vives, fin .. peeero qué difícil ¿ verdad? qué difícil sin que nuestra mente no se nos vaya a todo lo que duele o preocupa o a donde sea que se nos vaya.. Deberíamos hacer como las niñas de tu foto, concentradas en jugar, sin siquiera saber q las estás inmortalizando … Es como la felicidad , la mayoría de las veces no nos damos cuenta de q lo somos hasta q vemos una foto q congela ese instante en el q fuimos felices, sin saberlo …¿sabes qué creo? deberíamos llevar una campanita de serie, q sonara cada vez q somos felices , para enterarnos de q lo somos y no …a toro pasado, que es cuando somos conscientes 😉 Que hoy lo seas, …un ratito, al menos, un beso BEAU !

  • Beauséant

    Opino igual, Etienne, no podemos elegir el camino, pero podemos decidir cómo lo recorremos, lo que hacemos en él y las cosas a las que prestamos la atención. Hacer el camino amable, para el que camino y para los demás, debería ser siempre la primera opción.La foto la hice por ese contraste entre las niñas felices y, supongo, inconscientes, y la oscura mirada del que ya ha recorrido todo ese camino.


    Esa era la pista oculta en el texto, Eva 😉 , las instrucciones de Cortázar siempre me han parecido maravillosas, cómo subir una escalera, cómo llorar… La conclusión era brutal, no te regalan un reloj, eres tú el regalo del reloj.


    Muchas gracias, अनत्ता å…‰ 心, siempre tengo dudas con las fotografías que subo, pero esta de aquí la tengo un cariño especial, es de esas fotos que las ves exactamente cómo te las imaginabas. Una foto que era casi imposible no hacerla, lo pedía a gritos… Tienes razón en lo que comentas, la frase “no queda otra”, es eso, quedan más opciones, pero ninguna es buena, no queda otra, porque las alternativas son peores. Y esa aceptación no me parece negativa, aceptar eso, que no queda otra, es el primer paso para intentar construir algo.

    ¿El lugar?, sí, no lo he etiquetado porque me parecía atemporal  también es, “extraterritorial” por decirlo de alguna forma. Pero el lugar, siempre según mi notas, es La Isla de la Palma, en Santa Cruz.Gracias


    La vida siempre es corta, CITU, mejor no dejemos nada pendiente, ¿verdad?


    Me alegra que lo veas así porque era un poco lo que me impulsó a tomar esa fotografía… El poema, si lo hubiese conocido, habría sido un buen pie, o cabecera… es uno de esos poemas que convendría imprimir y ponerlo en la puerta del frigo, algo que veas cada día nada más levantarte, aún en pijama y con las legañas atrincheradas en los ojos.

    ———- 

    Creo, María, que el señor me miraba mal porque intuía mis intenciones, hice la foto a escondidas, sin apuntar, pero creo que se dió cuenta 🙂 En el fondo creo que la muerte es eso que has dicho, un fiscalizador, un contable aburrido que tiene un trabajo que, al menos, le sirve para pagar las deudas, pero que no era lo que soñaba con ser.

    El perseguidor es uno de esos relatos a los que vuelvo de vez en cuando, siempre me produce una sensación de desasosiego, quizás porque entiendo demasiado bien al protagonista y quizás porque, al verlo escrito en otras manos, comprendo la futilidad de esa persecución. Se te va la vida peleando contra fantasmas, dando manotazos de ciego para atrapar algo que nunca estuvo ahí, o que lo estuvo, pero no quisiste darte cuenta que eso era lo que debías intentar atrapar… Entro en bucle con ese texto, ya ves..
    Y sí, la figura que llama la atención es el aburrido, y enfadado, contable, pero las protagonistas son ellas. Tres niñas felices siendo niñas, fue un momento muy bonito, estaban quietas y, de repente, empezaron a empujarse, a reír… eso es casi magia, la risa sincera de un niño que aparece sin motivo.
    Éramos felices y no lo sabíamos, ¿verdad? No tengo una campanita de esas, si la tuviese tañería alegre y desvergonzada al leer tu comentario
    Un abrazo

  • Cabrónidas

    El abuelo debe estar recordando que el también fue joven, con plena consciencia que de la juventud a la vejez hay un parpadeo. Las chicas aún no saben que el viaje es muy corto, y ni falta que hace. Pero lo sabrán, sí. Si antes no las mata el vecino, una guerra, una enfermedad o un accidente imprevisible. Creo me estoy poniendo oscuro. En el mejor de los casos lo sabrán y no les queda otra, les joda más, les joda menos.

  • Maria

    No me lo creo. He visto la actualización de tu entrada y he venido corriendo. Nunca me había salido en mi reader. Y vaya sorpresa me he llevado al venir y ver que era tu blog.

    Muy buena frase de Cortázar. Y me encanta la imagen. Veo la dualidad de las personas. La edad de la niñez y la edad de la vejez sentado en un banco observando, como si su vida ya estuviera caducada y no tuviera mucho que aportar solo observar. En cambio las niñas, tanto por aprender. Fíjate qué reflexión me ha llevado tu fotografía jajaaj.

    Un placer estar en tu blog.

    Un abrazo.

  • Diego

    Sugerente foto e interesantes comentarios, Beauséant.
    Sólo un metro separa a esas niñas despreocupadas del abuelo (que te mira como si fueras un depredador :). La vida es así: breve, un par de baldosas que recorrer. Pronto veremos a esas niñas sentadas en el banco, viejas y cansadas, mientras otras niñas juegan felices y despreocupadas a un par de metros de distancia.

  • Beauséant

    Un parpadeo, así es, CABRONIDAS,cuando comprendes eso creo que es demasiado tarde. Es decir, nunca hacemos caso cuando nos lo dicen siendo jóvenes… Al final lo sabemos, claro, qué remedio.. y casi mejor que sea así porque las alternativas abren esa puerta oscura que has dejado ahí, medio entornada 😉

    —————–

    Vaya alegría, Maria, he actualizado algunas cosas y he roto y arreglado cosas a partes iguales. Todo anda ahora un poco inestable, como el mundo en general 🙂

    Creo que la edad nos sigue dando cosas que aportar, pero es el impulso el que perdemos, la fuerza para hacernos un hueco, para imponer o expresas las ideas. Por eso siempre hay que intentar tener algo de paciencia con los que andan por el camino delante de nuestro, porque tienen mucho que decir aunque parezcan sentados aparte sin nada que decir.

    Muchas gracias, el placer es mio

    —–

    Es verdad, Diego, las baldosas son también una buena metáfora. Como el juego ese de la rayuela, ya que tenemos a Cortázar de invitado, del cielo al infierno a patadas y en un par de baldosas.. Creo que el abuelo y las niñas no se conocían de nada, pero estaba claro que no le eran indiferentes.

  • Lua

    Pues fíjate, yo veo a cuatro niños y lo único que los diferencia es que el del banco, sentado, no se levanta de repente para empezar a cantar, bailar o jugar, pero podría hacerlo. Porque lo que solemos identificar como “ser viejo” es más un constructo social. Hay niños a los que también les duelen los huesos o el alma, pero eso no les impide jugar 😛

    Es una fotografía maravillosa, Beau. Capturaste un instante precioso. La cita de Cortázar, tan perfecta como punzante… ¡au! Diría que duele…

  • Beauséant

    Bien visto, Lua, encasillamos, nos encasillamos en ciertos papeles y luego es complicado sacarnos de ahí, la de cosas divertidas que hemos dejado de hacer “por no tener edad”, ¿verdad?

    Muchas gracias por tus palabras sobre la fotografía, me quita años de encima 😉 Espero no tener nunca una edad que me haga dejar de hacer fotos.

  • Laacantha

    ¿Y si fuéramos inmortales? ¿Pensaríamos en morir de una puta vez ?… es que el ser humano siempre piensa en alcanzar lo inalcanzable. Un abrazo.

  • Beauséant

    Ni más ni menos, Laacantha, el ser humano es como un pequeño automáta a pilas que persigue un objetivo y, en cuanto lo alcanza, ya le parece poca cosa y necesita otro objetivo para seguir en movimiento… Nada de lo que nos den nos parecerá bien, por exceso, o por defecto. Qué pereza damos como raza, ¿verdad?
    Un abrazo

  • Toro Salvaje

    En la foto está la muerte.
    No se la ve porque es muy discreta.
    Ha elegido al señor del banco… él no la ve tampoco… pero está allí, a su lado, relamiéndose.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *