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las frases que definen nuestras vidas

Mi padre, que nunca logró colocar recto ningún cuadro ni nivelar estantería alguna, puso todo su empeño en verme convertido en arquitecto.

El alma sencilla de mi padre era una criatura pequeña y asustadiza, pero muy sensible a la magia del mundo e incapaz de no maravillarse ante las altas torres de edificios que ya entonces, como serenas figuras mitológicas, empezaban a conquistar nuestro barrio al ritmo de la especulación salvaje y el dinero rápido que inundaba el país.

Aquellos rascacielos ocuparon el territorio, devorando a su paso los pequeños bloques de la cooperativa donde vivíamos. Todo lo hicieron en ofrenda a un nuevo dios llamado Progreso. En su nombre hasta la palabra cooperativa desapareció de los diccionarios, en el hueco en blanco que quedó, los de siempre se apresuraron a escribir elogios al individualismo feroz que aún hoy corroe los cimientos de nuestra civilización.

Cooperativa, solidaridad, apoyo mutuo… palabras de otros tiempos, puro olvido.

El progreso venció. Mis padres tuvieron que marcharse a otro lugar. Nunca estudié arquitectura.

Qué sencillas son las frases que definen nuestras vidas. Qué ligeras nuestras decisiones al ponerlas por escrito. Acotadas en unas pocas palabras se pierde por completo todo el horizonte de sucesos de las caminos que no se tomaron. Podría seguir con la lista, camina siempre conmigo: el viaje que nunca hice a Sudamérica, los hijos que nunca tuvimos, el último trago que nos prometimos en nuestro bar de Breslavia

Es cierto, nos definen más las cosas que no hicimos que el inventario diario de nuestras realidades.

Mi madre habla siempre de aquellos años como una época feliz, lo dice así, una época feliz, y luego asiente con firmeza como intentando convencerse. Cuando la escucho, me cuesta reconocer el adulto que ahora soy en ese niño de los relatos de mi madre que siempre parloteaba a solas y jugaba en la terraza a la clara luz del atardecer.

Hay algo en la narrativa de mi madre que no encaja. No, no en el relato, algo en la forma que tuerce la boca, en como desvía hacia el techo sus ojos glaucos y cordiales mientras desgrana con lentitud las cuentas del rosario de aquellos años.

Doña memoria es una diosecilla amable que siempre intenta darnos la mejor versión de nuestros recuerdos. Qué importa si para hacerlo tiene que mentirnos y jurarnos con sonrisa traviesa que sí, que todo lo que hicimos, que los caminos recorridos, eran los que de verdad merecían la pena ser tomados.

Tampoco yo he logrado poner recta estantería alguna. Pero eso ya ha dejado de ser importante.


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22 Comments

  • Joselu

    La civilización supone la lucha de contrarios que nunca llegan a armonizarse. El individualismo feroz -señalas- frente a al cooperativismo, el apoyo mutuo, la solidaridad. Es un hermoso pensamiento en su origen, pero pienso en la Cuba actual en que se supone que predominan el cooperativismo, el apoyo mutuo y la solidaridad -por lo menos se define como país socialista- y, sin embargo, es un país en ruinas, empobrecido, sin libertades de ningún tipo frente a la corrupta Miami que refulge próspera a decenas de millas de La Habana. La ingenuidad del pensamiento lleva a elegir el primer modelo como más humano, y pienso que tú lo tienes en tu mente. No voy a contradecirte, pero el modelo ingenuo lleva a la pobreza y el totalitarismo, no sé si compartidos. El progreso y el pensamiento liberal lleva a eliminar barreras feudales para crecer, lo que, sin duda, comporta otros problemas que no vamos a negar. Pero entre La habana y Miami, ¿qué elegir?

  • alessandrinimaria

    El mundo cambia permanentemente, si lo pensamos frágilmente, somos esos emigrantes que vuelan por el mundo buscando una estrella, donde escribir sus vidas, no sé si lo que no hicimos es auténtico, creo más en lo que logramos hacer que no fue mucho, quizás mucho fue lo que nos faltó hacer.
    Abrazo

  • laacantha

    Vivimos igual en los pequeños bloques de una cooperativa y mi abuela odiaba aquel lugar (igual culpando el progreso) así que la hemos sacado de su pueblo de cinco habitantes ,donde vivía toda su vida. Ella odiaba y nosotros añorabamos, el circulo cerrado. ¿De que lugar van a añorar mis hijos? ¿De rascacielos?

  • Beauséant

    El lenguaje es un arma y una trampa, JOSELU, depende en que lado te encuentres en ese momento. Las palabras, sin actos detrás, apenas significan nada. Lo vemos a diario en muchos países, políticos con las bocas llenas que hacen justo lo contrario de lo que predican. Cuba es un buen ejemplo de lo que ocurre cuando sólo hay palabras… Hablas de Miami, pero tenemos Filadelfia arrasada por el fentanilo, las Calles de los Ángeles con sus zombies .. hemos creado un infierno enorme, hay sitios para todo el mundo.

    Esas palabras que he escrito son ingenuas, no llegaron a ser ni tan siquiera una idea, un intento, estoy de acuerdo. Siempre hay locos que luchan por hacer esas palabras realidad, el texto era un homenaje a esos pobres ingenuos. Nunca pude serlo, por desgracia, me hubiese gustado creer en algo. Es bonito creer en algo, aunque sea una palabra, ¿no te parece?


    Esa es la actitud correcta, ALESSANDRINIMARIA, la forma correcta de mirar el vaso 🙂 En este pequeño rincón siempre me gusta hacer lo contrario de lo que debería hacer 😉


    Has resumido el ciclo vital de una generación, LAACANTHA, parece que en cada paso que dieron se aprovecharon de ellos hasta que dejaron de ser útiles. Entonces fueron abandonados, de nuevo, tras muchas palabras bonitas… Es complicado añorar un rascacielos, ¿verdad?

  • Eva

    Es verdad que muchas veces nos define más nuestra cuenta de pendientes, pero conforme avanzas en tu línea del tiempo aprendes a mirar esa cuenta cara a cara y terminas por reconciliarte con ella sin necesidad de contarte historias. Estamos hechos de logros y carencias, de sueños incumplidos, de decisiones buenas y no tanto y tal vez sea bueno ser como esos platos de cerámica japonesa que celebran sus grietas y no las disimulan porque forman parte de su historia.

  • Ángeles

    Esa idea de que nos definen más las cosas que no hicimos me parece muy interesante y un poco abrumadora. Para meditar sobre ella, desde luego.

    Por otro lado, dicen que aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor” tiene su explicación más allá de la pura nostalgia. Y es que en el pasado éramos más jóvenes que en el presente, y lo que recordamos como “mejor” no son en realidad las circunstancias de entonces sino la juventud de nuestra persona. No añoramos las circunstancias, que en muchis casos no tienen mucho de entrañables, sino nuestra joven capacidad para sobrellevarlas.

    Como siempre, un texto profundo y lleno de ideas sobre las que pensar.

    Saludos!

  • Cabrónidas

    Así es. Lo llamaron progreso y todavía me estoy preguntado qué clase de progeso es ese, cuando en el fondo lo seguimos haciendo todo igual y seguimos cometiendo los mismos errores.

  • María

    jajaja pues yo, soy una maniática de los cuadros rectos, mira que soy despistada, nunca me entero, ni veo nada a mi alrededor, hasta un extremo casi enfermizo, pero si entro en una habitación y veo un cuadro torcido, la mirada se me va directa a él, no puedo reprimirme y siempre los enderezo ; ) Algunos padres desean para sus hijos, lo que ellos no pudieron tener o ser, si vives a la sombra de un gigante, tiene que imponer y puede desarrollarse dentro, tanto la idea de terror y desprecio por lo que se engulle la vida que han conocido, como de admiración por lo grandioso e inalcanzable.. Al leer lo de “solidaridad” y esa preciosa ciudad de Breslavia, me ha venido a la cabeza Polonia, no sé son estas fotografías son de allí, la baja Silesia es la mayor región minera del carbón de Europa, yo también nací en un pueblo minero que creció alrededor del carbón, conozco estos poblados, alrededor de los cuales surgieron grandes edificios. Cuando era pequeña los veía como un pueblo dentro de otro pueblo, con su economato ( esta sí que es una palabra absolutamente desaparecida; ) , su cole, sus casa alienadas y su parque particular, en realidad lo miraba con cierta envidia, no tenía la sensación de insignificancia que se tiene ahora y también había muchas cooperativas, allí de vino. En épocas de vendimia era todo un espectáculo ver en fila los tractores con los remolques a rebosar de uvas y sí, existía esa unión.. no sé si tan idílica como se veía desde fuera y tampoco sé si han desaparecido… Sin embargo, no creo que a las personas nos identifiquen más las cosas que no hemos hecho, que las que sí llegamos a hacer, quizá porque yo nunca tuve ningún sueño en especial, de hecho no tengo la sensación de haberme dejado nada en el camino. Siempre me ha gustado probar de todo, algunas cosas que probé, me sirvieron para saber que no quería repetir, por ejemplo la escalada jaja y aunque me hubiera gustado estudiar bellas artes y no me dejaron, creo que en el fondo hicieron bien, seguro que hoy estaría con mi mesita plegable haciendo retratos en la calle, no sé si demasiado feliz ; ) Un beso!

  • Beauséant

    Nos empeñamos en tapar las cicatrices, en embellecer las derrotas, EVA, deberíamos aceptarlas, llevarlas incluso con orgullo porque, como dices, es de lo que estamos hechos. Todo lo bueno y lo malo que somos se asienta sobre nuestro pasado, y eso no podemos cambiarlo, debemos aceptarlo y, sobre todo, aprender de ello.


    No me gusta autocitarme, ÁNGELES, pero hace poco escribí exactamente sobre esa sensación: Los viejos siempre pensamos que todo era mejor en el pasado porque lo era. Nuestros cuerpos respondían al primer impulso, las canciones de la radio hablaban de nuestras problemas y toda nuestra vida era un inmensa línea recta hasta la meta final. En algún momento, torpes bailarines, perdimos el paso, nos expulsaron de la corriente del tiempo y empezamos a contemplar las cosas desde el exterior con una mezcla de asombro, miedo y rabia. Nos queda el orgullo, el último bastión de los viejos, pero es un pobre consuelo a cambio de no entender nada de lo que te rodea.

    Gracias !!!


    Se llama progreso, CABRÓNIDAS, porque llamarlo, eres idiota y nunca aprendes, no sonaba nada bien 🙂 en mi caso, no sólo tropiezo con las mismas piedras, es que las pongo en el camino para tropezarme.


    Nunca me dejes poner un cuadro en tu casa, MARÍA, el espíritu de mi padre vive en mi, nunca pongo nada recto… ni me importa mucho, la verdad. Eso de los cuadros rectos y alineados me parece una alineación (no he podido evitar el chiste con tus otros comentarios)

    A ese espíritu me refería justo al escribir, lo has descrito perfectamente. JOSELU hablaba de que estaba idealizado, y puede que fuese cierto, en esas asociaciones había mezquindad, envidias y todo lo que llevamos las personas en nuestro interior. Pero sí que había esa necesidad de unión. Quizás no nos llevemos bien, quizás tengamos puntos de vista diferentes, pero debemos permanecer unidos para ser más fuertes.

    Tengo la sensación de que nos han roto y dispersado. Como Dios, cuando tuvo miedo de la humanidad y nos dio lenguajes diferentes para que no nos entendiésemos. Así estamos ahora, los de abajo contra los de más abajo, los hombres contras las mujeres…

    Y sí, los padres estropean a los hijos con ese tipo de cargas. Es un poco las piedras en las mochilas de las que hablaba en tu sitio ahora mismo

    PS. No te preocupes por la dislexia, nunca releo mis comentarios porque me gusta escribirlos según salen, seguro que tengo muchas de esas.

    Un abrazo.

  • Etienne

    Mi papá era contador y como tal tenía cierta rigidez en sus concepciones, pero también era humano y le gustaba viajar, sacar fotografías y luego proyectar las diapositivas en el living de casa como si fuera un mini cine y nos relataba y hacía una película de esas imágenes estáticas; los viajes mejoraban con cada proyección tal vez alimentadas por la necesidad de hacerlo cada vez más interesante.
    También era generoso, aunque siempre con los ajenos, no sé bien por qué pero le costaba menos la acción desprendida con el desconocido que con nosotros, tal vez para enseñarnos alguna cosa relativa a la real necesidad. Ha dicho mucha frases que han marcado el camino, que a nadie más que a mí lo han hecho crecer.
    Como pseudoidea, el texto que has subido, nos ha hecho reflexionar y recordar y también añorar.

  • Toro Salvaje

    Sí… la memoria nos protege.
    Modifica los recuerdos a nuestra conveniencia.
    Intuyo que el subconsciente le van dando órdenes y ella las cumple.

    El precio a pagar es que todo se vuelve una mentira enorme.
    Recordamos cosas que jamás sucedieron de la forma que las recordamos… añoramos tiempos que no fueron tan espléndidos como ahora creemos, suspiramos por amores que fallecieron por motivos que jamás recordaremos…. y día tras día todo se va convirtiendo en una enorme farsa. Un escenario en el que soñamos, recordamos y suspiramos por otra vida mejor que la que tenemos… una vida que jamás fue así ni tampoco lo será.

    Saludos.

  • tonYerik

    Hace un tiempo en mis paseos solía encontrar una gran variedad de hongos y era divertido por sus formas y colores, aparecían como tal por doquier.
    Ahora en mis paseos lo que se multiplican, así por doquier son los pisos turísticos, apartamentos y pseudo casas rurales.
    Digo esto por decir algo, porque si sigo mirando seguro que me encontrare un montón de engendros de este siglo que empieza y al final la esperanza será un paisaje distópico de esos que me gustan tanto.

  • Beauséant

    A veces, ETIENNE, parece que los padres no hacen más que contener la respiración y apretar los puños. Sienten la enorme responsabilidad que han traído al mundo e intentan que seamos todo lo que él no pudo ser. Hablo de los padres, sí, las madres ejercen otro tipo de dominios sobre lo que somos. De alguna manera, nuestros primeros pasos, las primeras frases que definen nuestras vidas les pertenecen a ellos.


    Algo así, TORO SALVAJE, lo veo como esa película de Píxar sobre los sentimientos. Un puñuado de duendecillos guionizando nuestras vidas con poco presupuesto y un mal material 🙂 Pero.. ¿eso es malo?, lo pregunto en serio, lo malo de vivir en una mentira es cuando te sacan de ellas, pero si logras acomodo, si te encuentras bien en ellas, ¿es malo?


    Nos comemos el territorio, TONYERIK, igual que nos devoran los recuerdos. Cuando enfrentamos lo que fuimos con lo que somos es fácil salir perdiendo…


    Muchas gracias, CITU, me temo que el mundo que vivimos todo es un negocio, incluyendo lo que somos.

  • CORA

    A veces, los mismos recuerdos nos mienten y las madres tienen la razón, pero tu bien conoces
    sus gestos… me han encantado las fotografías, a mi me encanta sacar esos letreros…
    mas cuando hablan de amor…

    Besos y feliz día

  • Judit C.

    Progreso…a mi hasta esta palabra está obsoleta. En su momento había muchas cosas que debían cambiar, seguro. Ciudades que acogen a millones y el espacio queda pequeño. Habían de idear esos monstruosos edificios que trajeron más trabajo. En un momento, todos esos trabajadores se convirtieron en clase social media, que antes solo existían dos clases.
    Mi madre a veces ( ella es joven todavía) cuando recuerda cosas de su niñez lo hace con un rictus amargo. Eran muy pobres y las diferencias eran abismales hasta con el que tenía un comercio.
    De vivir pasando hambre y frío pudo acceder trabajando mucho a una vivienda en un edificio nuevo.
    No sé porque pongo ese ejemplo.

    Hay una parte de mi a quien le gusta ese progreso de antaño. Que mejoró muchas vidas.

    El “progreso” de ahora es otra historia. Estamos volviendo a “las dos clases”, hacia atrás. Nos quitan el cielo poniendo grandes edificios con pisos de 30 metros a precios que no nos podemos permitir. Trabajos que ya no cubren las necesidades básicas. Ciudades donde sólo hay grandes franquicias sin personalidad. Pero qué nosotros mismos apoyamos comprando.

    No sé Beausèant…cómo siempre tus escritos nos hacen pensar en muchas cosas y muy diversas y podría escribir sobre todo lo que pienso…pero no terminaría nunca.

    Me viene otra cosa; aquí en Buenos Aires están destruyendo literalmente los barrios. Casas históricas del 1800 para dar paso a aberrantes edificios… Es tan triste…
    Pero luego me pongo en el lugar de quien ha heredado esa casa. Quizás son varios hermanos, quizás es una persona sola…te ofrecen medio millón o más de dólares por el terreno ( no por la casa obvio) y uno qué hace… Casas que a veces necesitan mucho dinero para arreglarlas o no pero con lo que te ofrecen tienes la posibilidad de hacer muchas cosas. ¿ La historia?

    Pues la historia se queda en los libros y en memorias que se van haciendo viejas…

  • Frodo

    Bueno, empecemos por decir que ni mi viejo ni yo hemos podido colocar bien una estantería. ¿Podrá mi hija?
    Yo no he estudiado arquitectura pero si Diseño gráfico, y he cursado muchas materias con arquitectos ¿sirve?
    De todas maneras trabajo de otra cosa.

    Ahora, hay algo que si puedo confirmar sin que me tiemble el pulso: las frases que definen mi vida a veces están escritas en una pared, y son parte del cancionero popular de un par de generaciones argentinas que aún existen. LAs que siguieron a los Redonditos de Ricota y viven según lo que rezan sus canciones .

    Un abrazo, Beau!

  • Beauséant

    Las madres, CORA, nos enseñan con sus palabras pero, sobre todo, con sus gestos, con los silencios, con esa forma de mirarnos y de decirlo todo. Nos mienten, claro, no siempre es lo correcto, pero lo hacen para protegernos, quizás suene a excusa, pero no veo maldad en ello.


    Creo que has definido muy bien el viaje de tantas familias hacia ese progreso, JUDIT C., mis padres huyeron del campo. Un campo mísero, de tierras minúsculas que apenas daban para subsistir una familia. Llegaron a unas ciudades en las que estaba todo por hacer y en las que todo parecía posible. Para mi esa es la gran diferencia entre su progreso y el “nuestro”, ellos tenían la esperanza de que todo cambiaría. Llegaron sin nada y, la mayoría, cada año fueron mejorando, tuvieron mejores casas, pudieron tener electrodomésticos que parecían ciencia ficción, el futuro parecía una promesa… No sé, a las generaciones que han ido llegando después parece que esa esperanza se les ha ido negando, es verdad que partimos de mejores condiciones, pero cuando miramos al futuro parece que es una puerta cerrada… quizás no estoy siendo justo, claro, es un debate que veo mucho, las generaciones anteriores contra las de ahora.

    También he visto destruidas muchas de esas casas. Mis padres iban de vacaciones a un pueblo pequeño lleno de esas casas enormes y señoriales, vetustas, llenas de hiedras… ahora hay bloques de apartamentos, centros comerciales… De nuevo ese progreso que parece querer llevarse todo por delante sin dejar nada a su paso…

    Al final sólo somos eso, libros y memorias y que se van haciendo viejas… eres tu quien me deja pensando ahora.


    Tengo entendido, FRODO, que esa habilidad se salta una generación, no perdamos la esperanza de que tu hija la tenga.. Acepto tu curriculum sin ninguna duda, a pesar de lo denostada que esta tu profesión, me parece muy interesante y útil… El problema lo defines tu mismo, al final trabajas de otra cosa, y eso es una pena, seguro que se pierde mucho talento y vocación en esos saltos, ?verdad¿

    Tienes razón, las canciones, claro… en mi móvil siguen sonando las canciones de entonces, esas son las frases que me definen. Mi situación personal y económica ha cambiado, pero el poso de esas canciones fue lo que empezó a afinar mi brújula en la dirección en la que me encuentro ahora… ¿eso es bueno o malo?, imposible saberlo, ¿verdad?

    Un abrazo

  • MJ

    Es verdad que la memoria y los recuerdos se empeñan en mentirnos para que veamos las cosas más felices de lo que fueron (pero a veces, también peores de lo que fueron). Quizá ahí está el origen de “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Muy bonito eso de que se empeñó en que fueras arquitecto y me creo que lo eres, para luego leer que nunca lo fuiste.
    Lo de “los hijos que nunca tuvimos” me recuerda a la canción “Marte” de Pablo Alborán. Dice exactamente esa frase. Parece que es algo recurrente en muchas personas y habrá tantos pensamientos comunes de cosas que nunca hicimos… Pero quizá no nos hubiera ido mejor, o quizá nuestro otro yo lo hizo en el multiverso, en otra realidad y hay por ahí otros universos paralelos donde nuestro yo tomó otras decisiones.
    El individualismo ganó la partida a las cooperativas, a lo colectivo, a la solidaridad. Es muy triste que muchos crean que el individualismo egoista y feroz es bueno. El negacionismo en el sentido más amplio también ganó la partida.
    MJ

  • Beauséant

    Así es, MJ, cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque, claro, habría que decir, cualquier tiempo pasado lo imaginamos mejor, ¿verdad? Me hubiese gustado estudiar arquitectura, imagina, construir algo de la nada, algo que, seguramente, te sobrevivirá.

    En el fondo no inventamos nada, ¿verdad? Todas las reflexiones que vuelvo aquí han sido manifestados por otras muchas voces, sospecho que bastante mejor 🙂 No hay forma de saber si habría sido mejor o peor, no parece que haya caminos malos, ¿no te parece? Pero si tengo claro que el individualismo feroz que nos gobierna, no es la mejor opción para regir nuestras vidas. Debería darnos miedo, debería provocarnos rechazo y, sin embargo, aplaudimos.

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