la playa del olvido
Memoria, Nostalgia y Recuerdo pasean por la playa del olvido buscando los restos que puedan ser salvados del naufragio. Es justo ahora, cuando la marea comienza a retirarse, que aparecen entre la arena los charcos llenos de momentos.
Los momentos refulgen con los últimos rayos del sol, hermosos y radiantes, pero son unas criaturas frágiles, destinadas a brillar con una gran intensidad durante un breve instante de tiempo. Por eso deben ser recolectados y conservados con mucho cuidado, de lo contrario se perderán para siempre en cuanto las olas del olvido lleguen inmarcesibles a la orilla.
Mira, exclama Memoria entusiasmada, señalando con un tono casi infantil uno de esos charcos llenos de instantes iridiscentes. Enseguida saca el móvil, emocionada por guardar el momento con la mayor precisión posible.
Un paso por detrás, con ese aire alicaido que siempre le acompaña, aguarda Nostalgia, un poco ceñuda y con la vista puesta en algún punto indeterminado del infinito. Observa el momento elegido por Memoria y piensa que tampoco es gran cosa; últimamente casi ningún momento lo es. Antes sí, antes había muchos buenos momentos. Podías elegirlos sin esfuerzo, pero ya nada es lo mismo. Sí, concluye Nostalgia, antes todo era mejor.
Detrás de ellas, casi en un grupo aparte, espera Recuerdo, cabizbajo, mirando a sus pies desnudos. No presta mucho atención a lo que ocurre ni a la conversación de sus acompañantes, porque casi todo lo relacionado con el mundo real le resulta aburrido hasta la extenuación.
Recuerdo es en el responsable de guardar los momentos elegidos por Memoria, pero nunca hace demasiado caso a las indicaciones. Doña Memoria es muy seria y profesional, se lo toma todo como una gran responsabilidad, y eso es algo que Recuerdo encuentra tremendamente gracioso: tanta dedicación, tanto esfuerzo por reflejar la realidad. A él le gusta jugar con los momentos, distorsionarlos, convertirlos en algo diferente. Casi siempre intenta hacerlos mejores, más intensos, pero otras veces se entretiene haciéndolos más oscuros, acentuando cada arista hasta que hagan sangrar con sólo rozarlos.
Lo curioso, piensa Recuerdo, es que cuando entrega esos momentos distorsionados a Memoria, casi nunca se da cuenta del cambio. Los acepta como reales hasta hacerlos suyos y, cuando habla de ellos, lo hace con la certeza de que fueron exactamente así. Al final, concluye Recuerdo, quizás a nadie le importe cómo sucedieron realmente las cosas. Lo que importa es la historia que nos contamos, la que elegimos creer.
adictos a las puestas de sol
19 Comments
Etienne
Cada uno hace lo que mejor hace, y de la mejor forma que conoce. Recuerdo es un pillo que moldea momentos para que Memoria se quede tranquila, creyendo que esa es la verdad mientras que Nostalgia sabe distinguir la diferencia pero lo que pasa es que usa anteojos tornasolados y eso le agrega filtros.
Todos guardan momentos, lo que cambia es el marco que le ponen a la foto.
gabiliante
Parece el cuento de Dickens con los fantasmas del preterpasado, el pasado y el postpasado. Y el soñador prácticamente ausente, no pinta mucho, aunque sea el dueño de los tres.
¿ En serio es una foto?
Abrazooo
Beauséant
En resumen, Etienne, que todos van perdidos por la vida, peleándola como mejor pueden, ¿no? Supongo que en esas estamos todo el mundo, comparando la realidad con nuestro ideal e intentando acoplar las dos versiones a martillazos 😉
Somos dueños de nuestra memoria, de nuestros recuerdos y de nuestra nostalgia, Gabiliante, cierto, pero en el fondo no tenemos ningún control sobre ellos. Intentan ayudar, siempre lo intentan, pero a veces sólo se dedican a estropearlo todo.. más que a un cuento de Dickerns me recuerdan al corto de Disney del aprendiz de mago.
Sí, es una foto, en realidad dos, una con una exposición para los reflejos y otra para las personas… usé un teleobjetivo, por eso tiene ese aspecto tan extraño 😉
tonYerik
../…
que suele ser quizas lo que quisiera que en realidad hubiera sido. Lo que ocurre es que a veces cuando es un cerebro de esos que funciona como funciona, a veces hiper-logico,a veces quitando por ejemplo esas manias de colocar los objetos simetricamente perfectos por decir algo, Tiende a no querer recordar del todo la realidad que acompañaba esporadicamente el Paraiso, pordecir algo. Pero al rato compara unos y otros.
En fin se trata deser feliz en el momento.
Luego…
Ya veremos.
Citu
Los recuerdos son las cosas como las sentirmos. Te mando un beso
Conejo pestilente
Sí.
Toro Salvaje
Dudo de gran parte de lo que recuerdo….
Hace unos años fui a una cena con excompañeros del equipo de baloncesto… al poco rato pensé que habían enloquecido.
Explicaban cosas que yo no las recordaba así… pero no una, ni dos, muchas… y no solo era yo… entre ellos también había serias divergencias sobre hechos concretos.
Cuando me fui juré no volver a quedar con nadie del pasado… no tiene ningún sentido compartir recuerdos que cada uno ha modificado.
Saludos.
laacantha
Los recuerdos es una cosa muy inexplicable y rara , nos quedan en la memoris un montón de recuerdos absolutamente insignificantes y no recordamos lo que era muy importante en su tiempo. A mi me parece que recordamos mejor los hechos que nos afectaron emocionalmente .
“…no tiene ningún sentido compartir recuerdos que cada uno ha modificado.”me gusto esa observación de Toro Salvaje . Quizá no lo han modificado, es que cada uno tiene su versión del mismo hecho y lo recuerda tal como lo ha visto, no lo sé. Un abrazo
Alí Reyes
Exacto, los recuerdos son caprichosos, por no decir arbitrarios, el caso es que hay que hacer un esfuerzo por atesorarlos, puede ser en videos, fotos, audios o, como en mi caso, en las hojas de un libro. Tengo tres libros publicados y todavía tengo cuentos para unos cuatro más. El problema es que estoy en una lucha contra el tiempo para dejarlos listos antes de mi partida. Así que seguiré trabajando. Un abrazo.
Cabrónidas
Depende cómo se mire, tener buena memoria es una maldición o bien una bendición. Me pregunto si en base a eso los recuerdos son unos o son otros. ¿Cómo o qué recuerda un desmemoriado?
Beauséant
Ya ves, tonYerik, siempre he imaginado al cerebro como un funcionario aburrido cuya única misión es que no nos hagamos mucho daño. Así que, si tiene que mentirnos para darnos una imagen falsa de nuestros recuerdos, pues lo hace. Lo que sea con tal de que no te deprimas, que aquella relación te pareció maravillosa, pues venga, a edulcorar lo que haga falta 🙂
En cierto modo, así es, Citu, pero me da la sensación que las distorsionamos un poco, ¿no te parece?
A veces un sí, lo explica todo, Conejo pestilente
A mi, por el contrario, Toro Salvaje, me resulta gracioso. Al principio me ofendía mucho porque, pensaba, estaban todos equivocados. Luego lo razoné mejor, si ellos se inventan el pasado, por lógica yo también lo estaré haciendo. Así que he llegado un punto que no creo que tenga ni un sólo recuerdo verdadero.. y, oye, me he quitado un peso de encima.
Estoy de acuerdo, laacantha, guardamos mejor los que nos afectaron pero, precisamente, creo que esos son los que más tendemos a modificar. Los sacamos de su caja de vez en cuando, les damos vueltas, los vemos con otra luz y con otros ojos… hasta que al final dicen cosas diferentes… O, como decía ahí arriba, el funcionario cerebro viene corriendo a quitarnos las cerillas de las manos para que no prendamos fuego a toda la casa 😉
Aquí me viene a la cabeza una palabra que uso mucho, Alí Reyes: barricadas. Debemos levantar barricadas contra el olvido. Y, como buena barricada, las hacemos con lo primero que encontramos, fotografías, canciones, textos… Y todo eso le hacemos un amalgama de recuerdos para que se sujete lo mejor posible.
Espero que tengas todo el tiempo del mundo para acabar lo que te propones.. quién sabe, quizás mientras estemos ocupados, muy ocupados, la parca no se atreva a molestarnos 😉
Siempre digo, Cabrónidas, que tengo una estupenda mala memoria. Me viene genial, apenas recuerdo los agravios leves, nunca busco doble sentido en lo que me dicen y, en general, me importa un comino casi cualquier opinión ofensiva.. ¿será ese el secreto de la esquiva felicidad?
Nino
Hola, Beauséant:
Me ha encantado tu fabulación de este paseo que realizan Memoria, Nostalgia y Recuerdo por la playa del olvido: su lectura ha sido un pecio al que me he subido en un momento en el que me sentía náufrago en los mares del Destino.
Afirmo que llegaré a tierra firme en creencias.
Un abrazo.
Milena
Memoria, Nostalgia y Recuerdo, son nuestros aliados, nuestros testigos.
Olvido, al contrario acorta la existencia de lo vivido…
Milena
Fotón
alessandrinimaria
Recuerdos, siempre viven en la memoria, ella sabe como hacer para que desaparezcan los tristes, sabe como recordar los buenos tiempos.
Abrazo
Juvenal Nunes
Tudo quanto contamos remete para as recordações que somos capazes de evocar.
Abraço de amizade.
Juvenal Nunes
Beauséant
Me alegra que te haya gustado, Nino, pueden ser buena compañía en cualquier viaje, aunque conviene no hacerles mucho caso. Espero que la tierra firme que buscas te sea propicia.
Quizás, Milena, todos trabajen para intentar no hacernos daños. Cada uno a su manera, cada uno con sus errores, intentan que olvidemos lo malo, que lo recordemos todo mejor… Muchas gracias por el comentario de la foto, andaba buscando un paisaje con olas y me encontré con una escena.
Así es, alessandrinimaria, en vez de pensar que eso es una traición, el modificar nuestros recuerdos, quizás deberíamos dar las gracias por todos esos recuerdos bonitos que atesoramos. Qué importa si verdaderos o no.
Evocar es una palabra muy bonita, Juvenal Nunes, es como traer de vuelta el sabor de la comida favorita que hacía tu abuela.
Manuela
Nunca había visto la playa desde ese punto de vista. La playa me encanta, el mar… pero si es un compendio de recuerdos y momentos, entonces ya no. No me gusta mirar hacia atrás aunque todo lo vivido sea bueno. Me he impuesto vivir en el ahora.
SAludos.
Beauséant
En el fondo, el mar es lo que vemos en sus olas, MANUELA, así que hay un mar para cada persona. Es más, sospecho que hay un mar para cada estado de ánimo. A veces las olas nos entregan el pasado, otras veces el futuro, otras, simplemente, nos relajan.