incandescentes








En medio de la oscuridad siempre a surge una luz… Era una frase que repetías a menudo, un mantra, una especie de escudo contra las tinieblas que nos perseguían.
Lo decías, incluso -lo recuerdo bien- en tus últimos días en el hospital, cuando ya intuías que no saldrías de allí. Esa frase era tu parapeto contra la realidad: un escudo roto, hundido en un barro bitumitoso, y que mostraba un bonito dibujo heráldico sobre la superficie ya desconchada. Una reliquia, al fin y al cabo, que sólo tiene valor como símbolo: un ciervo rampante sobre sus patas traseras, el espíritu protector del bosque… el dragón escupiendo una llamarada carmesí, símbolo del poder y la destrucción…. o el lobo gris, emblema de los que nunca retroceden y atacan en silencio…
Son extrañas las cosas que decidimos llevarnos con nosotros al campo de batalla.
Las últimas flores de la primavera se agrupan bajo la sombra decididas a resistir al calor del verano. Cada mañana me acerco a ellas con una botella de agua que derramo, magnánimo como un mesías que baja de la montaña sagrada con las tablas de la ley en una mano y una furia ciega en la mirada.
Imagino que es ahí donde sigue lo que quede de ti: entre esas flores suicidas que se niegan ser vencidas. Ese sería tu emblema en el escudo, unas flores incandescentes y frágiles que se niegan a marchitarse.
Supongo que todos necesitamos aferrarnos a algo con desesperación.
A un escudo roto… a unas flores que no se rinden…
Son extrañas las cosas que decidimos llevarnos con nosotros al campo de batalla.

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el último gol
21 Comments
BDEB
Yo diría que más que extrañas, son cosas que necesitamos, como si tuvieran una fuerza interior que nos ayuda en esa batalla.
Cuida esas flores, son preciosas…
Un abrazo Beauseant.
Toro Salvaje
Esos últimos días en el hospital me han recordado otros que jamás olvidaré…
No hay luz desde entonces.
Su muerte lo oscureció todo… un antes y un después.
Su recuerdo se va alejando… se lo come el tiempo…. es tan injusto que duele solo con escribirlo.
María
Nadie es culpable de ser quién y cómo es , además, se de sobra q cuidas maravillosamente de tus flores ( no hay más q ver lo maravillosas y mágicas q “lucen” aquí : ) tus arbolitos y porsupuestísimo de quienes aprecias .y quieres ..De hecho, estoy absolutamente segura q tú , siempre fuiste esa luz para tu madre …( siento q hablas de ella aquí , no lo sé) Pienso como ella y aunq te ha quedado una preciosa dedicatoria con reminiscencias épicas , q literariamente está de 10! creo q esa luz la llevamos todos puesta …lo difícil es encontrar la postura adecuada para ser. capaces de verla y si te todo sentirla , cuando se nos mete la oscuridad dentro …De hecho lo más curioso de ti, es q la vemos muchísimo mejor nostros desde fuera, q tú desde dentro ; ) Gracias ! Un beso BEAU!
María
*si te = sobre todo
Neuriwoman
Nunca sabemos la verdad oculta en lo que deciden llevar los demás, únicamente la explicación que recibimos. Un saludo
Mónica Frau
.. y es mágico y poderoso el recuerdo, sembrado en nosotros, de aquellos que amamos y ya han partido. Hermoso texto. Un abrazo
Beauséant
Pero, esas cosas, BDEB, también nos lastran, a veces es mejor llegar al campo de batalla sin otra cosa que nuestra determinación.
Es injusto, Toro Salvaje, suena un poco infantil decirlo, al menos a mi me lo parece, pero es la única palabra que creo que se puede usar en esas situaciones. Te han arrebatado algo sin merecerlo. Has cumplido con todas las reglas, lo has hecho bien, y te arrebatan algo, es injusto, sí.
Las luces en las fotografías siempre lucen un poco mejor, María, pero el verano ha llegado con fuerza y será una batalla perdida -aunque eso no quiera decir rendida-. Algunas batallas simplemente hay que pelearlas por una cuestión de dignidad. Hay una luz, quiero creerlo, a veces incluso la encuentro, pero es una tarea agotadora ver esa luz en otras personas, y no digamos ya en el interior, ahí creo que necesitaría una linterna, pero eso también he dejado de asustarme.
Podría ser un texto sobre una madre, cierto. Por desgracia puede ser un texto sobre demasiadas cosas, porque es un ritual por el que todos pasamos, a veces a un lado de la cama, a veces al contrario… Escribir sobre ello no lo hace más sencillo, pero ayuda a darle un poco de perspectiva, creo.
Un abrazo
Vivimos rodeados de personas extrañas, Neuriwoman, al menos así lo pienso. Ni tan siquiera en la muerte aclaramos todo lo que no sabemos, siempre hay algo que no sabemos.. Quizás sea mejor así, el conocimiento absoluto sobre alguien debe ser terrible, ¿no te parece?
Gracias, Mónica Frau, hay que mantener ese recuerdo como una preciada llamita, porque el día que se apague se habrán ido para siempre.
Etienne
En el fragor de la lucha no nos damos cuenta cabal; es antes de subir al ring que pensamos qué cosas nos podrían ayudar a sobrellevar la batalla y aunque no sean pensamientos coherentes, esos son los que trascenderán a la posteridad del recuerdo.
En el vértigo del momento en que nos damos cuenta que no saldremos de esa habitación (por lo menos, no por los propios medios) es que el mantra nos mantiene aferrados a la cordura.
En ese momento, lo ayudé a mantenerse erguido frente al espejo, mientras se afeitaba y me dijo “Tengo miedo” que más que un mantra me sonó a pedido de ayuda, lo que me sirvió para recordarlo humano y vulnerable.
Bonsai con Bayoneta
Interesante técnica. Yo lo hacía superponiendo dos imágenes, una en foco y la otra no. Eso fue en la era remota de lo analógico.
Maria
Me encantan las flores preciosas imágenes, Beauséant. Tienes razón, todos nos aferramos a algo cuando alguien se va, nos aferramos a los recuerdos, a ese olor que permanece en nuestro olfato desde que se fue, son tantos los recuerdos que quedan en nuestra retina, por eso seguirá ahí eternamente en nosotros. isfr
Preciosa reflexión la que haces, Beauséant, un placer disfrutar de tu entrada.
Un abrazo.
Gabi C S
Pretendía optimismo para que no tuvieras que pretenderlo tú, que siempre quedaría poco realista como poco.
En realidad , te seguía cuidando.
Abrszooo
ConejoOdiaGuordpres
¡Sí!.
Beauséant
Hay mucha valentía en una frase tan pequeña, Etienne: tengo miedo. Lo duro que es reconocerlo, lo duro que es salir a la batalla con eso en el corazón. Nunca sabemos lo que ayuda en esos momentos, pero tenerte cerca, ser un punto de apoyo en ese mundo que se desvanecía, seguro que fue algo importante. Al menos tienes eso.
No sé como lo harán los que saben, Bonsai con Bayoneta, pero las hice con un filtro ND para bajar la velocidad y tiempos de exposición altos. En digital es todo más sencillo: al contrario que en la vida, puedes probar hasta que salgan 😉
Nunca sabemos que será lo importante, María, lo que quedará en nuestra memoria que parece ir refugiándose cada vez más dentro de sí misma y va quemando todos los recuerdos que no puede llevarse en su huida. A veces un olor, una palabra, un gesto.. No hay forma de saberlo… Muchas gracias
Suele ser más valiente el que menos debería serlo, ¿verdad, Gabi C S? Ese quitarle importancia, fingir una valentía que no existe… Sí, tienes razón.
Me alegra que estemos de acuerdo, ConejoOdiaGuordpres 😉
Joiel
El perfume no sabe irse; de lo contrario, la flor que fue dejaría de ser.
Citu
Amo las flores y aunque estas se marchiten solo recordarlas es lindo. te mando un beso.
Frodo
Me hacés pensar en dónde se habrán ido los “bichitos de luz” que había cuando era niño.
Es que también hemos perdido la oscuridad de antes en los arrabales de la ciudad, que se convirtió en ciudad. Así también se han ido más lejos las primaveras y sus flores… a la que tanto deseamos ahora, en pleno invierno, en esta ciudad gris.
Un abrazo, con algo de esperanza
t&e
Yo cada dos o tres meses compro dos ramos de “Siemprevivas” en el mercadillo de los jueves, porque aun secas nunca pierden el color. Sí, pierden su luz al final pero el color nunca. El hombrecito que las vende ya al cabo del tiempo un día se decidió a darme un consejo, no se, aunque me imagino que dedicandose a eso sabe mucho pero mas por viejo, el por qué de mi compra; – Ponlas un buen chorro de laca antes de colocarlas lucirán brillantes por mucho tiempo.
carlos
De hecho la radiante oscuridad te ha inpirado otro sugerente misterioso relato… con el que me dejas una vez más pensando: a cada batalla (verso, instante) voy con mi mandala y mi mantra, amigo.
Abrazo más que agradecido!!
Diego
Yo al campo de batalla creo que llevaré sólo un lápiz y una cuartilla de papel. Para escribir o dibujar lo que vea. Es una forma como otra cualquiera de aferrarse a algo.
Angeles
Son maravillosas esas flores que resisten, enraizadas en la esencia de quien también resistió, y alimentadas con el agua magnánima de tu cuidado.
No hay manera más bella de perdurar.
Saludos.
Beauséant
Es cierto, Joiel, el perfume permanece, al menos en mi memoria,porque mi memoria es olfativa.
De alguna forma, Citu, hacemos fotos en forma de recuerdos. Cuando queremos recordar algo, tiramos del viejo álbum de la memoria para volver a recordar lo que ya dimos por perdidos.
Recuerdo esa oscuridad, Frodo, te alejabas un poco del centro y ahí estaba. Pero no era una oscuridad amenazante, no la recuerdo así, estaban esos bichos, los brillos de la luna, ese aire fresco de las noches. Ahora todo parece gris, las ciudades se expanden y nos acaban envolviendo en esa grisura.
Ese sería otro debate, t&e, el de la inmortalidad artificial. Es decir, si cubres de laca una flor, ¿sigue siendo una flor?, ¿no la has convertido en otra cosa? Apreciamos las cosas efímeras precisamente por su condición de efimeras, ¿no te parece? Si esas flores de las fotos estuviesen siempre ahí, quizás no habría perdido el tiempo haciendo fotos…
Puede sonar un poco a literatura, carlos, pero la vida es eso, una batalla, y sí, lo mismo cada verso, cada foto… Debemos decidir lo que nos llevamos a ella, porque algunas cosas pesan demasiado y no puedes ir a una batalla con un lastre encima. Un lápiz y una cuartilla, como dice Diego, puede ser una bunea idea, porque, además, son la versión literaria de un escudo y una lanza, perfecto 🙂
Muchas gracias, Angeles, hay belleza en la resistencia, en las cosas perdidas de antemano, pero que, aún así, intentamos una otra vez.