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los hijos de Julio Verne

Los hijos de Julio Verne aprendimos que toda aventura comienza con alguien mirando hacia un mar desconocido a través de un catalejo.

Ese mar lleno de posibilidades -y peligros- sería la vida adulta que nos esperaba. Pero no le teníamos ningún miedo, porque, creíamos entonces, sería fácil cruzarlo con la compañía de unos buenos camaradas y el valor que hallaríamos en nuestro corazón.

Luego llegaron las tormentas, las dudas y los temores; la vida adulta como un lugar sin mapas. Y la soledad, claro, porque de ese mar se sale igual que se entra: en completa soledad.


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16 Comments

  • Maria

    No he leído las aventuras de Julio Verne, pero recuerdo de en mi niñez mi hermano sí las leía.

    En realidad, así es la vida, como un mar de tormentas, problemas, vaivenes, tempestades, salimos, entramos, y al final, siempre solos. Me gustaba más la etapa de la niñez, siempre estaban los padres que nos protegían. Ahora somos nosotros los que tenemos que proteger a nuestros hijos, y a nosotros ¿quién nos protege cuándo más lo necesitamos? solos. Siempre solos.

    Gracias por hacerme reflexionar. Por cierto, muy bonita la imagen, como siempre, eres un CRACK con las fotos.

    Un abrazo.

  • gabiliante

    Tormentas ya debía haber antes, cuando no mirabas por el catalejo (capta-lejos, es su etimología, no?).
    Ahora las velas de los veleros deportivos y los de las tablas de windsurf deben limitar el.alcance.
    Ya no hablemos ce la imprebisibilidad de lo que podía venir por mar.
    AbrZooo

  • Beauséant

    El día que descubres la mortalidad de tus padres, Maria, el mundo ya no vuelve a ser el mismo lugar. Se convierte en un lugar más frío, el día que te al final te abandonan es cuando comienza esa soledad.. En el fondo todos somos hijas e hijos de Julio Verne, pero ese Julio Verne tuvo diferentes nombres para cada persona, ¿No te parece?

    Me encanta la palabra crack, en mi persona define más lo que hacen mis rodillas que lo que hago con la cámara, pero muchas gracias. Me da mucho reparo hacer fotos a personas desconocidas, y más si son niños. Pero hay fotos que deben hacerse 😉


    Me has hecho mirarlo, gabiliante, eres un liante 🙂 dicen que viene de catar-lejos.. aunque me gusta más lo de captar, si me preguntan diré que es eso, ¿te parece?

    Tienes razón, ni el mar es ya ese lugar misterioso, no lo hemos acotado demasiado… aún así, siempre es un lugar donde poder perderse.


    Lo creemos hasta el primer golpe, Miquel Cartisano, ahí nos damos cuenta lo frágil que es todo lo que creíamos inamovible.. lo débil que es todo nuestro sistema de creencias, ¿verdad?

  • Eva

    Nacemos y morimos solos. Así que conviene estar en paz con uno mismo. Es verdad que cuando tus padres mueren sientes un frío en el alma que ya nunca se va a ir. No es menos cierto que en esta travesía incierta te encuentras compañeros de viaje (que duran más o menos) que son presencias cálidas, igual que lo somos nosotros para ellos y hay que agradecer cada momento compartido, porque es precioso y eterno. Soy más hija de Dickens, pero Verne me ha hecho viajar a lugares imposibles, despertando en mi un instinto aventurero y soñador que nunca me ha abandonado.
    Hermoso texto y fotografía, Beausant.

  • Lua

    Buenos días, Beau 🙂 La fotografía es una hermosura… Julio Verne es uno de esos autores con los que encuentro cierto equilibrio entre la anciana nostálgica y la niña curiosa que viven en mí. Qué bello concepto: “los hijos de Julio Verne…” y qué manera tan bonita tienes en tu escrito de describir el choque entre lo que soñábamos de jóvenes y lo que resulta ser la vida adulta… Incluso teniendo compañía, hay momentos que son como un dolor de muelas, terriblemente solitarios.

    Aunque la foto tuya a la que le tengo más cariño sea la de la abejita, porque fue con la que te descubrí, la del petirrojo de Glasgow se ha convertido también en una de mis favoritas.

    ¿Asomar la patita? Th, th. Con tu permiso (por supuesto), ¡yo he venido para quedarme! 😊

  • María

    ¡Qué instantánea más estupenda! Porque esta sí que refleja un instante, con ese piratilla de puntillas, con una nube algodonosa justo enfrente, oteando el horizonte de ese mar que tu has convertido en proceloso futuro.. los hijos dc Julio Verne, saben que no pueden arrugarse ante las inevitables tormentas , que cruzarlas nos hace más fuertes, que no siempre el mar está encrespado, a veces está en calma y brilla con el sol y que en ese travesía perdemos a muchos, es verdad, pero ganamos a otros tantos y que eso de que se nace y muere sólo no es verdad. Nacemos con nuestra madre al lado y si tenemos suerte nos vamos de la mano de alguien, incluso la soledad en porciones no es tan indeseable.. hoy es un día trsitísimo en este país, aun así, nada más triste que instalarse de por vida en el desánimo y la desolación interior, eso resulta más devastador que la peor dana. ..
    Un ratito ( q dure el tiempo que cada uno necesite, vale) pero, ni un minuto más ; ) Un beso BEAU!

  • Beauséant

    Dickens, Verne.. Sí, esos pequeños hitos fundacionales que nos sirven de guía en ese mar en el que, como dices, navegamos en compañía a ratos, otras veces te cruzas con otras presencias, y luego vienen las tormentas y te separas.. pero al final ese camino, el inicio y el final, son en soledad. Una soledad que se siente aún más cuando esas pérdidas son de personas que siempre pensaste que estarían a tu lado.

    Gracias por tus palabras, los comentarios aquí son un poco esas presencias 😉


    Qué alegría que te hayas unido, Lua, busca un hueco que hay sitio de sobra 🙂 somos hijas e hijos de muchas personas aunque no lo sepamos. Nuestras vidas son la educación que nos dieron, pero también las fotografías, las canciones, todo lo que vivimos no lleva en una dirección u otra en ese mar, el más leve cambio de rumbo te lleva a lugares totalmente diferentes… en el fondo, nuestras vidas son fruto del azar.

    Ese azar te hizo mirar una foto de unas abejitas, y un poco más de azar te enseño ese petirrojo de Glasgow tan bonito, sí le tengo mucho cariño a esa foto, anda en una pared de casa y todo..

    ¿Ves?, no todo el azar es malo, pero es cierto, la vida que tenemos rara vez es la que habíamos planeado…


    Así es, María, todo eso me enseñaron los Julio Verne de mi infancia, la curiosidad, el enfrentarse a lo que te aterra, porque de todo eso se aprende, aunque sea a relativizar, tanto las cosas buenas como las malas. Hoy es un día terrible, demasiadas personas han recibido un golpe del que es muy difícil recuperarse. Los que hemos tenido la suerte de verlo desde fuera, debemos comprender lo frágiles que somos, lo raro que es tener algo de compañía en ese mar inmenso, aunque duren poco, aunque no estén a nuestro lado el tiempo que nos gustaría.

    Hagamos caso a Julio Verne, cuando el huracán te parte en dos el palo de la mesana, de nada sirve lamentarse, nos atamos al timón y nos conjuramos para llegar a una isla, desierta o habitada y, desde ahí, empezamos de nuevo.

    Un abrazo

  • Etienne

    Como hijo de esos relatos, revivo cada tanto ese vértigo, esa sensación de lo desconocido y aventura, subirme a un globo aerostático, recorrer una isla desierta, amotinarme contra el capitan del Bounty, pelear en las calles de dos ciudades, buscar un tesoro bajo la cruz que forman 2 palmeras… El mundo que se abría ante mi se mostraba peligroso y desafiante y aún así quería enfrentarlo.
    Estaba solo, era el estado ideal para sumergirme en esos mundos, porque el invasor lo único que hacía era distraerme de la historia. Pero aún así, me sentía mucho más acompañado que ahora; hoy es mucho más dificil encontrar sincronía, empatía, comprensión y estar de acuerdo en emprender cualquier tipo de aventura.
    Sin mapas y sin compás, así los veo hoy a los jóvenes.

  • Milena

    De pequeño se vive más en el presente, no tanto pensando en las dificultades que nos trae la vida… aunque los lectores de Julio Verne verían la vida como una fantástica aventura, quizás, depende… Y sí, así es, nos vamos bien solos, seguramente mucho más solos que cuando llegamos, enseguida en brazos de una madre…
    Preciosa fotografía… ese mar tan calmado, esas nubes!

  • Citu

    Muy cierot cuano uno era joven y leía las aventuras esperaba que t e pasara lo mismo, Verne siempre era una apuesta segura. Te mando un beso.

  • Beauséant

    Mi infancia y adolescencia fueron un territorio solitario, Etienne, así que esos libros fueron mi refugio. También he perdido esa sensación de “vivir” dentro de un libro, de estar deseando llegar a casa para avanzar, la tristeza de llegar a la última página, oi la sensación de conocer a los personajes que allí habitaban. Parece que todo eso se pierde con el tiempo, ¿verdad?

    Quizás los jóvenes siempre hayan estado perdidos, quizás sólo los vemos así desde nuestra mirada de viejos, pero es verdad que parecen no tener asideros, una falta de referencias sobre las que construir el mundo. En esos libros encontramos el apoyo necesario.


    Quizás ese sea el truco, Milena, vivir sin darle muchas vueltas, ¿verdad? Pero, claro, la vida adulta se nos viene encima con todos sus problemas. No recuerdo a los protagonistas de esas novelas pagando una hipoteca, o lidiando con la limpieza de la casa 🙂

    Muchas gracias.


    A mi me encantaba llegar a la biblioteca del barrio, Citu, y encontrarme con algún libro de Verne que aún no hubiese leído.


    Lo estamos viendo estos días, Cabrónidas, la naturaleza no le importamos mucho, nos borra de un plumazo sin darse cuenta.


    Demasiada gente, Toro Salvaje, se refugia en la persona equivocada por el simple miedo a esa soledad. A veces aguntamos demasiado y, como dices, lo mismo sería mejor aceptarla y sin más.

  • Mento

    Fui hija única quince años y una gran lectora, me gustaba mucho leer y fueron muchos los libros d aventuras que pasaron por mis manos y mi mente inquieta. Sin embargo no me parecía a ninguno de aquellos personajes porque era una niña muy insegura, tímida y solitaria. Me daba miedo casi todo y me costaba relacionarme así que la soledad fue mi gran aliada.
    Todavía me dan miedo muchas cosas. Aunque no lo aparente porque mi carácter ahora es fuerte y decidido. ¿Pero sabes? Incluso ahora me alegro de que aún sienta miedo por ciertas cosas. Eso en parte significa que un poco de aquella niña vive en mi dispuesta a seguir mirando al mundo y no dar la espalda a las cosas que son importantes, aunque me asusten. 😉😘

  • Beauséant

    Te entiendo, fue esa soledad, esa incomprensión, la que me hizo buscar refugio en los libros, MENTO, en ese sentido yo creo que no he cambiado mucho, no lo digo con orgullo, que conste. El mundo me sigue pareciendo incomprensible en su mayor parte, y aún encuentro refugio en esos pequeños lugares. Sólo parezco una persona fuerte y decidida para los que no me conocen.. en tu caso, lo eres, pero tambiés es una forma de coraza, ¿verdad? No dejan de ser mecanismos de defensa, el mio, la huida, el tuyo, la pelea.

    Un abrazo

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