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el niño que fuimos

Los niños juegan caóticos sobre la arena de la playa. Sin reglas ni condicionantes, sólo ese balón que se eleva infinito al cielo azul de la tarde. Pura efervescencia, sus risas chocan y se multiplican contra los muros de piedra del malecón para perderse en el horizonte convertidos en un coro de voces disonantes.

Fuera del improvisado campo de juego aguarda la figura negra del adulto devenido en árbitro. Porque, ¿Qué otra cosa puede hacer un adulto en medio de los juegos de los niños?. Medir, tasar, establecer los límites mientras exhibe el gesto ceñudo y las ganas de estar en otra parte.

La insatisfacción constante de ser un esclavo de lo próximo, de no encontrar acomodo en nada. Ese es el mundo de los adultos, las únicas enseñanzas que dejamos a nuestro paso. La trampa diseñada a la medida de cada generación esperando para devorarlos.

El niño que fuimos vendrá corriendo de esa playa y nos gritará entre lágrimas: vosotros, los mayores, habéis estropeado todo lo que merecía la pena… y tendrá toda la razón, claro que la tendrá. Aunque se la neguemos porque es lo que hacemos siempre con los niños.

22 Comments

  • gabiliante

    cuando el niño se de cuenta, ya estará talludito. o sea, un poco tarde para empezar una revolución
    A la sacerdota solo le falta el clériman
    AbrZooo

  • Beauséant

    Que ni lo recordamos, tonYerik, lo sé, lo sé..


    Quizás sea la figura de la parca, gabiliante, que ha venido para llevarse a los perdedores… fue lo que me impulsó, obligó, a hacer la foto..

  • Eva

    Creo que el niño, poco a poco, también va entrando en el sistema, en el mundo de las normas y los límites, de la lógica y la utilidad, y un buen día se ha convertido en ese adulto al que antes miraba de lejos. También creo que ese niño que juega sin pensar en nada más, sigue ahí y podemos despertarle y hacerle un sitio, que nuestra vida de adultos agradecerá.

  • अनत्ता 光 心

    Buenísima y preciosa la primera foto. Libertad, felicidad. Al menos en teoría y potencialmente.
    ¿Niños/as, adultos? Bienaventurados/as y afortunados/as los que consigan unificar ambos aspectos, armonizarlos y combinarlos en su personalidad, su vida, su corazón, su mente, logrando un equilibrio ante ambas cosas. Sería lo ideal.

  • अनत्ता 光 心

    Un niño o niña a priori no tiene miedo ni conoce límites. No aplica la racionalidad más allá de lo necesario. Creo que está conectado de forma natural con nuestra Esencia verdadera. Así lo veo.

  • laacantha

    La vida son etapas y la vida de los niños igual’ complicada y llena de los problemas como cualquier otra etapa de la vida. Una buena foto y maravillosas reflexiones. Un abrazo.

  • María

    Leyéndoos me siento un bicho raro, porque yo no veo a mi pequeñaja ni tan lejana, ni tan desaparecida, de hecho a tu pregunta ¿Qué otra cosa puede hacer un adulto en medio de los juegos de los niños? Jugar! xD! Jugar con ellos.. ¿ cómo es posible que ese hombre esté ahí plantado absolutamente inmóvil? Y ¡además! todo de negro.. ¡ni siquiera se ha quitado los zapatos! no me extraña que necesitaras hacer la fotografía, parece la parca, cierto, pero es mucho más terrible.. parece que esté decidiendo a cual de los pequeños se va a llevar : ( ¿ Quien puede querer estar en otra parte estando frente al mar? Yo creo que algo extraño le ocurre a ese pobre o tiene aguarrás en las venas ; ) Afortunadamente no todos los adultos son tan apáticos y de serlo, no siempre.. Los niños son como la música, es imposible estarse quieto cuando ellos suenan a nuestro alrededor : ) El pequeño que está en la segunda imagen, acostado sobre ese hombre pulpo te estaba mirando, se estaba dejando retratar por ti ¿ no te acercaste a él después? Seguro que le hubiera gustado, tú a él le gustaste ; ) Un beso!

  • Cabrónidas

    Pobres chavales, no tienen ni puta idea de lo que se les viene encima. No saben que nunca volverán a estar mejor de lo que están en esa foto. El aldulto los contempla, claro. Quizá así recuerda que él también fue como ellos. Y ellos también, muy pronto, serán ese adulto indiferente.

  • Beauséant

    Sospecho, EVA, que le vamos cerrando las puertas a ese niño según vamos entendiendo la lógica del sistema. Supongo que seguirá ahí, en algún lado esperando con el balón entre las manos para que volvamos a jugar con él… quiero creerlo.


    Has descrito muy bien, अनत्ता 光 心, lo que me impulsó a hacer la foto, por un lado parecían libres y luego, al abrir el encuadre, vi la figura negra, pendiente del juego pero totalmente ajena al mismo. El truco creo que es eso, saber compaginar ambos mundos, ambas personalidades que laten en nuestros corazones. Los adultos que son niños eternos son disfuncionales, pero los adultos demasiado adultos son… ¿insoportables? Me gustan esas personas que siguen conectadas a esa esencia verdadera, que la reconocen y pueden incorporarla a su vida de una forma sana.


    Es algo de lo que suelo hablar a menudo, LAACANTHA, si de verdad me gustaría volver a esos años. No recuerdo mi infancia como algo feliz, pero tampoco triste, en el fondo no recuerdo gran cosa, pero sí sé que son momentos complicados, demasiadas dudas, demasiados miedos.. la persona adulta que soy quizás sea más feliz… Cualquiera sabe, ¿verdad? Por eso hablo del equilibrio, de encontrar ese camino por el medio de las dos opciones que cualquiera sabe si existe.


    Tienes mucha facilidad para leerme el pensamiento, MARÍA, y eso me preocupa mucho. La primera versión del texto esa era precisamente la figura de negro, la parca esperando a que los niños acabasen sus juegos para llevárselos consigo a la vida adulta 🙂

    No sé, los adultos en medio de los juegos de los niños siempre me han parecido un poco forzados, conscientes de estar fuera de lugar y fingiendo que están donde quieren estar. Quizás estoy proyectando mi forma de ser, me dirás con toda la razón, pero no suelo ver a adultos disfrutando de verdad en los juegos de los niños… o al menos en muy pocas ocasiones, con algún juego de la consola, quizás…

    Soy presa de mis miedos, me hubiese gustado acercarme al niño para enseñarle la foto y darle las gracias, pero detrás estaban los padres y nunca tengo claro cómo responderán, por eso hice la foto casi a escondidas. Pero el niño me dio permiso, levanté la cámara, levante el ojo del visor y el niño me miro sin ningún reparo.. el otro niño estaba a sus cosas, eran dos personalidades muy diferentes, pero parecían amigos.

    Un abrazo


    A veces escucho que protegemos demasiado a los niños, CABRÓNIDAS, que entran muy tarde en el mundo adulto. Entiendo que puede ser un problema, pero eso es como tener un accidente de coche, cuánto más tardes, mejor.

    Es otra conversación recurrente, ¿verdad? El si antes se estaba mejor o peor que ahora.. Hay datos de todo tipo, te puedes quedar con el que quieras… de manera subjetiva lo que veo es una falta de objetivos, como si nos hubiesen dado una brújula rota. La de antes lo mismo apuntaba a donde no era, pero al menos apuntaba a algún lado.

  • Ángeles

    El primer párrafo de este texto es literatura de la buena. Podría ser el inicio de una novela o relato de lo más prometedor.

    Respecto al asunto que nos ocupa no sé qué decirte, porque como yo me quedé en los siete años…. 😀

    La foto de los tentáculos es preciosa, por la foto en sí y por la escultura. Dime dónde está, por favor, que me acerco ahora mismo a subirme por ella!

    Saludos!

  • Beauséant

    No me parece mala edad para quedarse, ÁNGELES, más o menos tienes cierta autonomía sobre el mundo que te rodea, pero aún no sabes lo complicado que se vuelve todo 🙂

    La estatua te encantará cuando vayas a verla porque es una estatua de Julio Verne. La han puesto en el paseo marítimo de Vigo en homenaje al libro de Veinte mil leguas de viaje submarino en el que sale esa ciudad.

    Es una estatua genial y muy concurrida de personas, de niños, de perros.. Julio Verne parecía feliz porque le habían puesto un pedestal muy pequeño y así estaba cerca de todo creo que le gustaría ser esa estatua…

    Espero que puedas verla algún día y nos cuentes lo que se te ocurra, ¿sí?

  • Maria

    La edad más bonita la de la infancia. Pero qué distinta era la de entonces a la de ahora. No entrábamos en casa, todo el día en la calle jugando con los amigos a juegos que se llevaban entonces. Hoy los niños con maquinitas, no despegan los ojos de ellas. Y están aislados. Quién pudiera volver a aquella infancia. Y sobre todo, que los niños de ahora la conocieran.

    Muy bonitas las imágenes, Beauséant. Perdona por la tardanza mira que siempre llego la última ¿eh? no tengo perdón así que me quedo sin respuesta jajaja lo tengo bien merecido.

    Que estés pasando un buen día.

    Un abrazo.

  • Toro Salvaje

    El adulto devenido en árbitro…
    No lo había pensado nunca y sí, qué apropiada metáfora.

    Crecer debería ser optativo.
    Ahí Dios o quien sea no estuvo fino a la hora del diseño universal.

    Saludos.

  • Ángeles

    Gracias por la información, Beauséant. He estado viendo otras imágenes de la escultura en internet y me encanta. Y al saber que es a Julio Verne me encanta más aún.

    Yo también espero poder ir alguna vez a verla y te contaré, sí 😉

  • Judit C.

    No me gustaría volver a la niñez. Es una época donde eres un ser dependiente. Estés en un buen o mal lugar dependes. Eres frágil y de lo que vivas vas a ser el adulto del mañana. Es aterrador.
    Siempre que observo a niños o miro esas fotos pienso en cómo deben ser sus vidas; si son felices, si son realmente niños ajenos a la vida de allá afuera.
    Esa persona de negro vigilándolos es triste. Es como si en su ser ya no existiera rasto alguno de recuerdo infantil.
    Yo estoy lejos de mi sobrino, pero siempre pienso que cuando vuelva me encantaría pasar mucho tiempo con él. Saber qué cosas pasan por su cabeza de niño.

  • ilse Gloria

    Creo que los adultos deberian unirse al juego,a fin de cuentas no es tan complicado,me he negado por años a olvidar a mi niña,aun la saco a pasear cuando puedo y claro! tambien se me ocurre alguna travesura.Hermoso post.Felicitaciones!…te dejo un abrazo!

  • Beauséant

    Nunca llegas tarde, MARÍA, siempre llegas justo a tiempo 😉

    En las ciudades es algo que e nota mucho, es complicado ver niños en las calles, son un territorio demasiado hostil y los padres se han vuelto demasiado protectores. Tuve compañeros de clase que pasaban muchas horas sin supervisión porque los padres trabajaban y eso sería casi impensable hoy en día. También supongo que miramos con añoranza esos años y quizás no eran tan buenos, pero es verdad que han perdido mucha libertad.. Las maquinitas son una prisión, sí.


    Es algo que sucede sin que apenas nos demos cuenta, Toro Salvaje, de repente te despiertas un día y te has convertido en un adulto gruñon que juzga a la juventud 🙂 Es una lenta transformación en el abuelo de los Simpson 😉


    Me hubiese gustado estar más tiempo dando vueltas por esa estatua, Ángeles, es un autor al que le tengo un gran cariño porque hizo mi infancia más llevadera y me encantó ver niños jugando en esa estatua como si fuese una especie de abuelo adorable. Sí, lo de subirse a una estatua quizás no sea lo más cívico, pero mi adulto gruñón estaba en silencio ese día 😉


    Estoy de acuerdo con lo que dices, Judit C., pero cuando eres un niño yo creo que no eres consciente de ese enorme peso, simplemente vives sin presupuestos ni condiciones, y eso es lo más bonito de todo. Vives sin saber que cada cosa que haces es un peso que pones a un lado u otro de la balanza que decidirá la persona en que te convertirás…. Si fuésemos conscientes de eso en la infancia no saldríamos de casa es, como bien dices, aterrador.

    Me pasa lo mismo con los niños, los observo siempre con mucha curiosidad. Cuando los ves a menudo vas viendo como evolucionan, los rasgos del adulto que van saliendo al exterior. Cuando hablas con ellos un poco en serio, cuando logras que te cuenten lo que tienen dentro, a veces ves dolor y preocupaciones, son etapas complicadas y creo que los adultos nunca tenemos las respuestas ni las palabras de consuelo adecuadas.


    Muchas gracias, ilse Gloria, a mi me encanta cuando un grupo de adultos, de repente, se pone a hacer el idiota y a competir en algún juego estúpido o a tirarse bolas de nieve sin motivo.. Es como si cayese un telón y pudiesen, al fin, ser libres… La infancia debería ser el estado natural de nuestras vidas, ¿verdad?
    Un abrazo

  • Frodo

    Qué buenas fotos y qué bien acompañadas de ese texto.
    Ahora que tengo una niña de 3 años vivo eso día a día. ¡Sale con cada cosa que te sorprende y te descoloca!
    Pero es porque uno fue perdiendo la capasidad de asombro, y algo del goce de la espontaneidad.

    Abrazos, Beau!

  • MJ

    Juegos caóticos… nunca los había visto así. En la primera foto sí que se puede interpretar ese caos y es un caos atemporal. Esa foto podría ser un instante de cualquier época, y la persona adulta vigilando el juego, da un tono inquietante. Ahí está, un tanto alejada, vestida de negro, seria y con las manos en la espalda. Me gusta pensar que un rato antes o un instante después de esta foto se lanzó a por la pelota como uno más de los integrantes del juego.
    Yo digo, en mi hogar, con cierta frecuencia una frase que no me atrevo a repetir a mi edad en público: somos chicos. Y lo creo, creo que la mayoría de nosotros aún dejamos salir a nuestro niño interior de vez en cuando y en ese momento, cuando veo a alguien hacer algo impropio de su edad, en el buen sentido, digo con ternura “somos chicos”.
    Me encanta la escultura a Julio Verne, me he leído muchas de sus novelas. Si voy a Vigo también me subiré a ella, hay esculturas que están hechas para eso, para que la gente interactue con ellas.
    MJ

  • Beauséant

    Ven el mundo con otros ojos, Frodo, unos ojos más puros y honestos.. y no tienen miedo a expresar lo que sienten. Disfruta de esos momentos, como dices, los vamos perdiendo.


    Para mi ese, somos chicos, MJ, es algo positivo también. Tenemos juguetes más caros y cargamos muchas cosas sobre los hombros, pero en cuanto nos dejan un instante, nos sale el chico que llevamos dentro. Por desgracia parece que nos averguenza, ¿verdad? Si la mujer de la primera foto se pusiese a correr tras el balón, seguro que alguien diría que era de mal gusto, que no era su lugar.

    Pensé lo mismo con la estatua, estaba hecha para subirse, no me gustan las estatuas en un pedestal que te miran retadoras. A Julio Verne la habría gustado tener a tantos niños a sus pies… yo le di un abrazo y las gracias por tan buenos momentos a su lado cuando el mundo era un lugar incomprensible… no es que ahora lo entienda mucho más, pero he aprendido a asumirlo.

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