leer,  mirar

apariciones marianas

A pesar del frío y la niebla que nos han acompañado a lo largo del camino, llegamos a la cima sudorosos y ligeros de ropa. Aún es pronto, apenas ha amanecido, y no vemos un alma en la explanada: somos los únicos habitantes de un lugar que parece haber sido creado para nosotros.

Cuando nos acercamos al precipicio densos jirones de niebla se cruzan y nos envuelven como un ejército de fantasmas que danzan alrededor, y dejan vislumbrar un sol cansado que lucha por abrirse camino. Allá abajo, las luces de la ciudad anuncian miles de vidas palpitando al ritmo de primera hora de la mañana.

Dejamos las mochilas con un gesto de alivio y, mientras busco en la mochila algo que me sirva de tentempié, mi amigo se dirige raudo a orinar con profusión a los pies de una cruz que corona la cima y cuya visión nos ha acompañado desde el pueblo. La orina caliente choca con las rocas aún frías, y una nube de vapor le envuelve como si fuese una especie de travieso dios Pan surgido del inframundo.

Aunque entiendo su anticlericalismo inmarcesible, no logro compartirlo del todo. Fue gracias a aquel anacrónico colegio religioso que pudimos asentar las bases de nuestra amistad y, es justo reconocerlo, fue gracias a aquellas horribles convivencias que hemos seguido viniendo a la montaña siempre que encontramos un hueco en nuestros apretados calendarios de adultos. En realidad, las montañas son la base fundacional de nuestra amistad. Apenas nos vemos en otro lugar ni sabemos gran cosa de nuestras vidas. Las montañas, su solida presencia, el rumor de los arroyos que bajan furiosos, el ciclo de vida y muerte de la naturaleza… eso es lo que compartimos.

Mi amigo termina sus quehaceres emitiendo ruidos de placer y acaba la faena subiéndose la bragueta con un gesto firme -y peligroso-. Aplaude para quitarse el frío y me mira con una cara que es pura felicidad. El orgullo del trabajo hecho.

Un día, le digo para fastidiarle, tu falta de respeto a los símbolos religiosos nos va a traer a algún disgusto. No hay nada peor que estar en la cima de una montaña y no contar con el favor del Creador, ¿no te parece?.

Mi amigo se encoge de hombros y, sin dejar de sonreír, responde que no debo preocuparme, que cualquier Dios que hubiese en la cima de aquella montaña lleva miles de años dormido.

Cuando me giro para responder con alguna otra pulla, comprendo a que se refiere. Las enormes rocas que nos rodean parecen gigantes dormidos. Rígidos guardianes surgidos de otros mundos, criaturas tan antiguas como el propio tiempo que no parecen muy preocupadas por nuestros pasos de insectos sobre sus ciclopeas superficies.

Las montañas son los únicos dioses que nos quedan. Dioses para los que resultamos indiferentes, que no saben nada de nuestras dudas, luchas o anhelos. Dioses que nos crearon sin darse cuenta o, quién sabe, quizás lo hicieron un con cierto arrepentimiento que les hizo olvidarse enseguida de nosotros.

Sí, tendría todo el sentido, la indiferencia de los dioses como medida exacta de nuestra existencia.


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36 Comments

  • Karen M. Paramio

    Me hace ilusión reconocer los paisajes de tus preciosas fotos.
    Los dioses son otra excusa humana para evadir la propia responsabilidad – pero es mejor tenerlos de tu parte.

  • BDEB

    Por mi vértigo y mi torpeza te diré que no soy mucho de subir montañas, pero en las ocasiones que lo he hecho reconozco que las vistas son impresionantes y algunas tienen curiosas formas, en mi tierra tenemos “la cara del moro” que tiene su historia.
    Las leyendas de montañas y dioses me encantan casi tanto como esas imágenes (casi)
    Un abrazo Beauseant.

  • Mónica Frau

    Si a esos dioses les hubiesen molestado las secreciones humanas y demás etcéteras nos hubiesen hecho sin ellas. La naturaleza es sabia y pura jeje

  • ConejoOdiaGuordpres

    A esas alturas y con ese pinche frío, sudar y quedarse en camiseta sólo puede significar dos cosas: o están muy en forma con el cuerpo de adonis que JAMÁS tendré otra vez (de conejito atleta), o el cuerpo ya entró en modo “despedida” (de conejito presente).
    Y su amigo, orinando junto a la cruz, confirma que en la cima no sólo falta oxígeno… también falta un poquito de reverencia y madre.

  • Gabi C S

    Creo que las divinidades pétreos o de otro tipo, pasan de nosotros, porque es un trabajo completado. El tiempo, que apenas pasa para las piedras nos extinguirá. Ya no somos interesantes.
    A esas alturas es bueno estar a buenas con los dioses, porque la energía potencial que tenemos es muy alta.
    Pensé que sería Irlanda y se me vino que esta mañana empecé a leer ” dublineses” y en 40 páginas salen 3 curas diferentes. Supongo que el anticlericalismo debe ser rampante, peor que aquí aún.
    Abrazooo

  • Eva

    El sueño de las dioses es leve y su presencia infinita. Están ahí, en el silencio de las montañas, bien lejos del ruido de los hombres, que los han olvidado y hasta presumen de ello en su infinita prepotencia. Pero ellos siguen ahí, Beauseant, y esperan.

  • Beauséant

    La sierra de Madrid, Karen M. Paramio, es de esos lugares que casi logran reconciliarte con ella 😉 Siempre es mejor tener los dioses de nuestra parte, cierto, da igual si existen o no.

    Hace años, BDEB, había muchos pastores por la zona, y era muy interesante hablar con ellos porque cada uno tenía un nombre, y una versión diferente, del nombre de cada montaña, donde unos veían un oso, otros hablaban de un burro… No soy una persona muy habilidosa tampoco, pero hay caminos para todos los gustos.. aunque, claro, teniendo mar….

    Seguro, Mónica Frau, que existe algún Dios, cuyas ofrendas se ofrecen en forma de orina, eso seguro 🙂

    Voy a apuntarme la frase final, ConejoOdiaGuordpres, la próxima vez que lo haga: no sólo te falta oxigeno, te falta reverencia y madre 🙂 El cuerpo es sabio, quiero pensar, cuando emprendes la subida siempre genera calor, lo importante es llegar arriba y ponerse algo de abrigo. No hace falta un cuerpo de atleta, hay una cuesta para cada persona 😉

    Casi mejor así, José A. García, ¿no te parece? porque cada vez que deciden tomar partido o mostrar interés por alguien, los resultados suelen ser un horror. Mejor que nos comportemos, los dioses y los humanos, como si el otro no existiese.

    Suerte con dublineses, Gabi C S, ese libro sí que parece una prueba de los dioses a la paciencia humana digna de Sísifo 🙂 En Irlanda, por lo que he podido ver, existen las dos versiones, el catolicismo agobiante o el anticlericalismo inmarcesible. Es lo que tiene crecer en determinadas culturas, que, o las adoptas a las rechazas.
    Es verdad, quizás los dioses nos hicieron en un momento de divino aburrimiento y, tras hacerlo, decidieron que tampoco éramos muy interesantes y nos guardaron en el cajón de los proyectos sin acabar.

    Ellos esperan, Eva, porque están hechos de tiempo. Un día vendrán con toda una lista de reproches, de comportamientos que exigen una explicación….

  • Joiel

    Los dioses despiertan malhumorados cuando alguien les roba el derecho a ser la lluvia, sea del tipo que sea.
    Por lo demás, la infinita gama de grises siempre resulta acertada elección.

  • Andrea

    En cuanto a Dioses, yo tengo la teoría de que tenemos bien cabreada con la humanidad a la más importante: a la Tierra o a la Naturaleza, como prefieras. Nos sigue castigando enviándonos desastres naturales y seguimos como si nada… así nos va.
    Que bonita la sierra siempre 🫂

  • María

    Te voy a contar una tontería …una más : ) Verás, aquí en cada tierra plantada de maíz -muchas y pequeñitas la mayoría- , colocan todo tipo de cosas para asustar a los cuervos y demás pajarería q se zampa la cosecha …Esa virgen con los brazos hacia arriba me ha recordado esto…: ) ¿Por qué le colocarían los brazos así ? Parece una mujer malhumorada … Menudo susto verla aparecer de pronto entre la niebla ! …Meencanta la montaña , sobre todo este tipo de ir subiendo sin necesidad de ir trepando y haciendo virguerías con cordinos, mosquetones y demás parafernalia , esa la dejo para tipos como mi hermano q lleva toda la vida colgado como los monos y sus músculos le responden, los míos no y mi cerebro menos … creo q ya te conté q la última vez q escalé, terminé llorando de pura desesperación… logré terminar, pero menudo sufrimiento ; ) Te tienen interesadísimo los dioses … Surgen en tus escritos constantemente …pero sí, qué necesidad hay de provocar el malestar de nadie , humano o divino ..existan o no ? Mira q no tenía espacio tu amigo! Ese pasotismo me da cierto coraje , como el d la gente q va tirando basura a su paso y les importa tres .. Eso sí, en caso de extrema urgencia , perdonable …No sé si fue el caso, más q nada por la cara de placer q le has puesto al terminar ; ) Impresionante tb esa última fotografía …esos pájaros volando le dan un toque como de inhóspito, como buitres a la espera …Desde la montana ..la ciudad deja de parecer tan intimidante ¿verdad ? ..jajaja ya hago como tú, termino con una pregunta … Me alegra q seas amigo del monte , nunca defrauda , ni el mar …siempre están ahí , como tú aquí ; ) Un beso BEAU!

  • carlos

    El colegio religioso que me tocó en suerte (literal) me enseñó a tener fe en la duda. Cada día se lo agradezco… De lo que no dudo es que te he leído otro magnífico relato-cavilación existencial-sensible evocación de ese ritual que es la amistad que en ese anacrónico supiste encontrar…
    Abrazo sin sombrero una vez más.

  • Maria

    Impresionantes imágenes. Chapó por el que llegue a la cima. Y muy valiente además. Me imagino allí arriba y tiemblo de pensarlo me da algo creyendo que voy a caer al vacío jajaja.

    Maravillosa la naturaleza. Pero a veces, es un peligro.

    Un abrazo.

  • Beauséant

    La escala de grises, Joiel, siempre es una buena opción, tienes razón 🙂 Los dioses se pueden enfadar por tantos motivos, mira a los griegos y sus dioses, que casi no merece la pena ni pensarlo. Hagas lo que hagas, se enfadarán.

    La sierra nos perdona casi todo, Andrea, pero tienes razón, no somos muy buenos entendiendo las indirectas, ¿verdad? Por mi zona llevamos casi una semana rozando temperaturas que, hace años, teníamos un día a la semana, pero nada, oye, que en verano siempre ha hecho calor y sigamos como hasta ahora.

    Muy buen punto, Cabrónidas, si más gente hubiese orinado en los altares, lo mismo nos habríamos ahorrado muchos disgustos 🙂

    No creo que sea una tontería, María, nunca te he visto decir ninguna, pero si dices que es una tontería, pues la adopto y te digo que me gustan tus tonterías 😉 No tengo muy claro el motivo de esas manos, a mi me recordó a alguien que ha sido parado por la guardia civil en una carretera con niebla -ese era el argumento del primer borrador con la foto- En mi caso, si ir a la montaña implica equipo especializado me quedo en casa. En realidad eso lo aplico a cualquier deporte, yo hago lo que pueda hacer con ropa “normal” 🙂 Y, la verdad, creo que se disfruta igual, o casi igual, sin necesidad de sufrir tanto, ¿no te parece? Es que hay gente que parece de la escuela de los estoicos y si no han estado a punto de morir tres veces, parece que no cuenta.

    Lo del pasotismo, bueno, me parece un tema complejo. Por un lado, no sé el motivo de poner símbolos de una determinada religión en la montaña (el coste de ponerlos y mantenerlos lo cubrimos entre todos) y, además, cuando esos símbolos los han usado para amargarte la vida, es decir, cuando los han usado para volverte sumiso, para amenazarte, para darte miedo… pues, la verdad, entiendo que cuando llegas a una edad y has logrado desembarazarte de ellos, te dediques a orinarte sobre ellos. Hablo mucho de los dioses, y lo que representan es cierto, es uno de mis temas recurrentes, creo que son una buena metáfora para explicar lo que somos y lo que necesitamos.

    La vida esta llena de cosas que no entendemos, Miquel Cartisano, me considero una persona abierta de mente y curiosa porque, incluso en las cosas que no creo, veo siempre una fuente de inspiración para construir algo y, quién sabe, quizás para entenderlas.

    Como cuando el profesor pedía alguna persona voluntaria para resolver el ejercicio, ¿verdad, t&e?, todos en el pupitre con la cabeza gacha 🙂

    A mi me gusta la duda, Carlos, creo que es un motor maravilloso para ponerse en marcha. Los que no dudan, los que creen tener siempre la razón, no me aportan nada y son peligrosos… Muchas gracias, me gusta eso de cavilar, he leído que: La palabra “cavilar” proviene del latín “cavillāre”, que significa “jugar con el ingenio” o “satirizar”.. pues ojala lo cumpla 😉

    Había mucha niebla, María, pero era un camino sencillo. Me gusta casi cualquier cima, lo que sea que te de algo de perspectiva. Es algo parecido a contemplar el mar, ¿verdad?

  • Toro Salvaje

    Los Dioses no existen pero los necesitamos.
    Es un contrasentido que dice mucho de nosotros.
    Cuando no hay peligro o indicio de tragedia no son necesarios pero cuando una catástrofe se avecina somos capaces de rogar a todos ellos sean del culto que sean.

    Saludos.

  • Manuela Fernández

    Yo era de las que acampaba en la montaña y sí, es un paisaje donde uno se reencuentra con el Todo, con el universo, con el yo interior… De manera especial por la noche con el solo techo del firmamento.
    SAludos.

  • evavill

    La montaña como vínculo de amistad, me parece perfecto y tan resistente al paso del tiempo como ella.
    No creo en dioses, si acaso en diosas 😉
    En verdad no sé si puede existir algún ser superior, pero si existe es muy silencioso, no ser que nos hable a través de símbolos que no siempre comprendemos.

  • Beauséant

    Somos muy poquita cosa, अनत्ता 光 心, y eso nos asusta, nos genera un pánico primitivo que intentamos mitigar a base de pequeñas leyendas que pongan un poco de orden en el universo. Los necesitamos, como dice Toro Salvaje, en especial cuando las cosas, además de incomprensibles, se vuelven peligrosas.

    La primera vez que vi la vía láctea, Manuela Fernández, pero verla de verdad, sin un rastro de luces artificiales, me entro una especie de vértigo que me puso en mi sitio, me descubrió lo pequeños que somos. Cuando lo haces además con una cámara, la dejas unos cuanto minutos y compruebas a la velocidad que gira, entonces ya no entiendes nada 😉

    Estoy de acuerdo, evavill, de existir, serían diosas 😉 También es normal que nos cueste comunicarnos, nosotros no sabemos nada de las preocupaciones de las hormigas, a veces les soltamos una miga de pan, otras veces las sulfatamos, supongo que ellas tampoco entenderán nada. Justo lo que dice Alfred

  • Neuriwoman

    Es que la pequeñez de los seres humanos en la montaña se siente mucho más. Una estupenda reflexión sobre lo divino y lo humano en la sincronía de la amistad.

  • Frodo

    Cada cual siente los dioses de distinta manera. Para algunos es omnipresente y únco, para otros están en todas partes, incluso nuestro lado. el mío a veces es llamado Cosmos o Natura, y a veces lleva la forma de Jimi Hendrix.
    Pero de lo que no caben dudas que todos nos pondremos de acuerdo es en la calidad de las fotos que tomas. Quedé impactado ya cuando la vi en IG, deseoso de leer el relato.

    Abrazo grande!

  • Frodo

    Perdón por los errores de tipeo. Estoy escribiendo en una notebook bastante castigada y a veces, cuando escribo con emoción y no reviso, sale mal. Tengo que revisar bien antes de enviar.

  • Jo

    BEAU! amo las montañas, las alturas el acantilado el viento frío el aire de libertad que se puede respirar onwue casi te asfixia al llegar a la cima eso es poder
    Somos pequeños ante la grandiosidad e inmensidad de la naturaleza. Vista así en calma o furiosa arrastrando todo cuánto de encuentra en el camino. Somos muy egoístas y narcisos creyendonos superiores ante tanta maravilla que no apreciamos y que también vamos deteriorando por pésimas decisiones o actitudes.

    Antes me daba curiosidad saber porque había hermitaños que decidían irse a vivir solos sin ningún contacto .. quizá han sido poco. Comprendidos o subestimamos que precisamente en la montaña es donde se puede hallar paz con tan solo admirarlas

  • Diego

    Ya conocemos la respuesta de Hillary cuando le preguntaron qué por qué escalaba montañas: “porque están ahí”. No se me ocurre una mejor respuesta. Yo soy un apasionado de la montaña. No hace falta llegar a una cima para disfrutar de ella. Pero si alcanzas la cumbre, qué mejor homenaje que echar una meadilla por allí. Es como tomar posesión, simbólicamente, de una parte del territorio. Muchos mamíferos lo hacen. Y si hay una cruz y orinamos a sus pies, quizás esa cruz agradezca el calorcillo de nuestros interiores, en un paraje habitualmente habitado por ventiscas y nieves. Que las cruces también pasan frío allí arriba 🙂

  • Mento

    Va con nuestra natura la necesidad de creer en alguien más grande, somos animales de manada que viven en jerarquías, incluso cuando elegimos no hacerlo.
    Es una pena que las religiones dividan en lugar de unir. Nos termina por desvincular hasta de la tierra que pisamos.

  • Angeles

    El texto empieza con una atmósfera que atrapa, misteriosa, serena, mística. Y de pronto, plaf, el gesto del amigo que rompe todo ese clima. Esa brusca ruptura, desde el punto de vista literario, tiene mucho mérito.
    Por otro lado está lo que plantea el texto, todos esos temas que tocas brevemente pero con mucho tino.

    Y al margen de eso, la actitud del amigo me parece simplemente infantil. Hay muchos así, que tienen que hacer alarde de sus convicciones cada vez que tienen ocasión, que quieren hacerse los rebeldes pero de manera facilona; y sin entrar ya en cuestiones elevadas como la falta de respeto, la fe y falta de fe, etc, es que resultan muy cansinos 😀

    Saludos!

  • Beauséant

    Muchas gracias, Neuriwoman, las montañas, como el mar, nos ponen en nuestro lugar, así es.

    Y, otras veces, Frodo, aparece en las tostadas del pan recién horneado, son misteriosos sus caminos, sin duda.. El mio, creo, tendría más la cara de Dylan, pero podría creer en el tuyo sin problema. Muchas gracias!! No te preocupes por los errores, a mi me traiciona la vista y el dedo, creo que la tecnología trata de decirme algo 😉

    Hace unos días, Jo, estuve haciendo una ruta que unía algunos refugios de montaña. Un par de ellos eran muy inaccesibles, pero inaccesibles de verdad, de ser imposible llegar allí sin caminar siete horas por caminos intransitables, por lo que la única forma de llevar suministros es mediante helicóptero. Pues bien, en cada uno de esos refugios había, al menos, dos o tres personas encargadas de mantenerlo en pie que se pasan allí cuatro meses seguidos. Cuatro meses en medio de las montañas, en un lugar diminuto y sin comodidades.. Sobre decir que están todos un poco locos, claro. Cuando miran a las montañas lo hacen con una especie de reverencia porque saben que sus vidas dependen de que ellas no se enfaden.

    Mi relación con la montaña, Diego, no es nada épica, me gusta transitar por ellas, pero no llego a ese punto de locura de querer conquistarlas, de llegar hasta la cima. Para disfrutar de ellas, sólo tengo que verlas. Quizás mi amigo tampoco necesitaba llegar a las cumbres pero, como dices, sí necesitaba conquistar el territorio sin pasar por el registro de la propiedad 🙂 Tengo sentimientos encontrados con esas cruces de las cumbres, la verdad, por un lado no me disgustan, por otro…

    Somos animales gregarios, Mento, lo tengo claro, estamos obligados a vivir en una sociedad, por mucho que sea imperfecta, por mucho que queramos evitarla. Las religiones son una forma de crear esas comunidades, esa “pertenencia a algo”. Por desgracia, muchas veces, somos excluyentes, pertenecemos a algo, y rechazamos lo contrario, tendemos a hacer nuestros mundos más pequeños en vez de expandirlos.

    Gracias, Angeles, por detenerte en la parte literaria, son opiniones que valoro mucho porque, no nos engañemos, mis torpes intentos siempre intentan ser literatura. Es más, a los pobres les gustaría ser Literatura, pero aún no se han ganado esa L 😉

    Tienes razón, a veces esos gestos son infantiles, ¿verdad? Mirad que malote soy, ¿no? en el caso de mi amigo es más bien una costumbre. Cuando nos acorralan mucho, cuando te han machacado muchos años con ciertas cosas, a veces esa rebeldía tonta es una forma de no explotar.. Como digo, tengo sentimientos encontrados con todo eso porque tampoco es que la otra parte sea mucho de respetar a los que no tienen sus creencias, ¿verdad?

  • Maria

    Creía que habías publicado algo nuevo, de todas formas te dejo mis saludos, Beauseant. He estado dándome una vuelta por tu blog.

    Un abrazo.

  • Alí Reyes

    Hola Gata, me produjo gracia eso del lugar para orinar., es más, no me pareció provechoso, creo que hubiese sido mejor en otro lugar para que la urea fertilice las plantas.

  • Beauséant

    Es una forma de verlo, Alí Reyes, una forma de fertilizar el suelo, de marcar territorio o de rebelarte contra algo.. nunca se me habrían ocurrido tantas posibilidades para un acto tan primitivo 🙂

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