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¿quién se acordará de vosotros?

Lo primero que vi al asomarme al Támesis, esa domesticada y tranquila imitación de un río, fue un pequeño grupo de rascacielos aglutinados contra la orilla. No era una ubicación casual, pensé entonces, parecían un grupo de marines que hubiesen desembarcado con la única misión de devorar los últimos restos de la historia.

Ahí estaban los rascacielos en esa primera fotografía. Presentando orgullosos las armas y mostrando con necio orgullo sus grúas, sus presencias amenazadoras y los socavones en el suelo que serían el germen de nuevas construcciones. Un avance que parecía imparable sobre los restos de edificios centenarios que serían sacrificados en el altar del Dios pagano de la modernidad que todo lo quiere más alto, más brillante, más rápido.

Mi segunda aproximación a esa orilla ocurrió al atardecer. Un ocaso azulado y sereno coronado por un viento que había barrido las nubes y traía de vuelta el olor a salitre de un mar no muy lejano. Me fije entonces en el otro lado de la foto, donde la catedral de San Pablo no parecía muy impresionada ni por las grúas ni por el avance de los rascacielos.

Entonces comprendí mi error: San Pablo no estaba asustada, en realidad encabezaba la resistencia contra los rascacielos con una especie de somnolencia retadora. Esos edificios modernos, ante la silenciosa presencia de la catedral, parecían ahora un puñado de pingüinos asustados y sin un lugar donde esconderse.

Llevo aquí trescientos años, parecía gritar la cúpula de San Pablo a las torres de cristal de los rascacielos, y aquí estaré dentro de otros trescientos. Pero de vosotros, pobres necios, ¿quién se acordará de vosotros en cien años?

28 Comments

  • Alfred Comerma Prat

    Trescientos años más le sentarán de maravilla, las catedrales están para eso, para durar.

  • María

    Impresionantes rascacielos, dan yuyu como si se fueran a caer al río en la primera fotografía. Me gusta más la fotografía de abajo, aunque parezcan un puñado de pingüinos.Fíjate me transmite paz. En cambio en la primera parece que escucho hasta gritos.

    Besos.

  • Joselu

    Pienso que lo que distingue a la inmensa mayoría de los pueblos de España -y tal vez de muchos otros países- es la presencia de la torre de una iglesia. Se la ve desde la distancia y da armonía y equilibrio al pueblo. Sin esa presencia, no sé si llamarla religiosa, mística o espiritual, sería una serie de casas amontonadas sin más significado. La historia de la iglesia puede haber sido nefasta en muchas cosas, pero las iglesitas tienen valor, como esa catedral de San Pablo que se sigue irguiendo frente a la modernidad líquida de los pornoedificios de acero, cristal y hormigón.

  • Beauséant

    Sí, ALFRED COMERMA PRAT y quizás sea que nos hemos acostumbrado, pero parece que su estilo encaja siempre, ¿verdad? En cambio un edificio moderno puede acabar siendo horrible. Aunque, no recuerdo quien lo decía, con los años todos los edificios se acaban poniendo bonitos, los que sobrevivan 🙂

    Parecían un poco nerviosos, es verdad, JOIEL, estaban ahí muy apiñados y tensos.

    Es cierto, MARÍA., la primera foto tiene un encuadre más cerrado y angular, así que quedan muy apiñados. En la segunda parece que respiran un poco, ¿verdad?

    Es algo que nosotros hemos asimilado, JOSELU, que sea normal tener iglesias centenarias en casi cualquier pueblo, pero si lo piensas bien es algo extraño y único, ¿verdad? Creo que es de lo poco bueno que podemos decir de la religión católica, que ciertas cosas las han mantenido, aunque muchas veces con el dinero de todo… tienes razón, sí.

  • tonYerik

    No soy muy de extremos en cuanto a los paisajes urbanos. Tanto da uno como otro, solo hay que intentar ver la belleza que se pierde entre todos y cada uno. Y para eso se basta y sobra la luz. Eso si, el rio es una pena, pero en algún lugar mas o menos escondido debe haber algún meandro perdido y algunos rápidos que nos recuerden lo que es.

    Salud

  • Toro Salvaje

    No sé dónde leí que todos los edificios van desapareciendo pero que las catedrales y la mayoría de iglesias son inmunes a eso.
    Desde entonces me fijo y efectivamente suele ser así.

    Saludos.

  • Ángeles

    Me ha encantado esa imagen de los “pingüinos desamparados” 😀

    Y es verdad, la catedral parece decir: “Qué me vais a contar a mí de alturas y de modernidades, si en mis tiempos yo fui ‘lo más’, y aun hoy lo sigo siendo”.

    La segunda foto es fantástica. Duelo de titanes, podría titularse.

    U n saludo.

  • Gabiliante

    Las formas angulares de lis rascacielos es lo que les da el aspecto agresivo y crispado. En cambio , San Pablo que también es un rascacielos, tiene formas recónditas y boonachonas.
    Y los rascacielos están muy sl borde del agua. La humedad los devorará antes de cinco mil años. Incluso menos,
    Abrazoo

  • Gabiliante

    Recónditas no. Recónditas. Mierda…no puedo poner recónditas. De forma redondeada en diminutivo, o sea… es una palabra que no se puede escribir porque el corrector diempre ña cambia por recónditas. Otra vez
    Saludos

  • evavill

    A mí esa amalgama de rascacielos me parece fea aunque algunos edificios modernos sí me gustan. Lo antiguo y lo moderno puede convivir en una ciudad si se hace bien, con cuidado y respeto.
    ¡Muy buenas las fotos!, preciosos colores y reflejos.

  • Nino Ortea

    Hola, Beauséant:
    Me ha encantado tu evocación de la rivera del Támesis. En especial la manera en que personificas la confrontación entre sus márgenes arquitectónicos. Por alguna razón inexplicable, me ha venido a la mente una escena de una película de los Monty Python (El sentido de la vida) en la que un edificio decimonónico de la “City” se hace a la mar y aborda un moderno barrio financiero.
    Un abrazo, Beauséant.

  • Cabrónidas

    Es todo un contraste. Quizá las edificaciones actuales, si se quiere, pueden llegar a ser más imponentes que las de antaño;pero nada más. Las antiguas tienen todo un poso de sabiduría e historia, que por muchos años que pasen, las actuales no tendrán.

  • beauseant

    Si preguntamos en Madrid, CITU, creo que algunas personas te nombrarían la catedral de la Almudena como contraejemplo 🙂 Yo la he visto varias veces y pienso lo que decía ahí arriba, con el tiempo se irá poniendo bonita, pero tardará mucho, eso seguro.

    Habría sido una bonita excursión, TONYERIK, perseguir el Tamésis hasta su nacimiento, seguro que en algún lugar es un río de verdad.. Y tienes razón en lo de la luz, la luz lo cambia todo, en ese atardecer esos rascacielos no me parecieron del todo feos…

    Los edificios, las personas, TORO SALVAJE, en general nada sobrevive… las iglesias duraran un poco más, por ser la casa de Dios te dirán algunos, cualquier sabe 😉

    Es un buen título, ÁNGELES, parecían retarse cada uno desde la esquina del cuadrilatero. Pero, ya ves, los rascacielos necesitan ser varios para meter miedo y la catedral se las apaña ella solita sin ayuda…

    En cinco mil años, GABILIANTE, no quedará nada de esos edificios ni de Londres en general… el mar se lo habrá comido o lo habremos volado todo por los aires antes. Parece que tenemos mucha prisa en ver el final… Oye, pues lo de recónditas no me disgusta, no pegaba mucho en el contexto pero es una palabra bonita …

    Cuidado y respeto, EVAVILL, así es. El problema es cuando el metro cuadrado vale más dinero del que podamos imaginar, ahí nos dejamos de contar películas sobre el entorno, la integración y demás y directamente tiramos para arriba todo lo que la lógica permite. No son edificios creados para durar, eso seguro.

    Me has creado una duda enorme, NINO ORTEA, he visto esa película y no recuerdo para nada ese trozo.. tengo que buscarlo ya mismo, me parece una idea genial, muchas gracias… De alguna forma vi la lucha de los edificios, pero también de las personas que los diseñaron y las que trabajaron en ellos.. debe ser bonito diseñar, o incluso trabajar, en algo tan enorme, ¿verdad?

    Existen edificios modernos, CABRÓNIDAS, que sí creo que tienen esa intención de transcender, de ser algo más que una caja para personas que es lo que parecen la mayoría de los edificios. Entiendo que el tiempo será quién juzgue los que de verdad han logrado ese objetivo. Esos rascacielos no me parecen unos candidatos muy serios, en 50 años se verán feos y corroídos, en 100 no quedará ni el esqueleto.. seguramente pongan algo más alto en su lugar…

  • mag

    A mí me impresionan esos monstruos de cristal, hierros y demás. No es que me terminen de gustar. Hay algo en ellos que no me abraza mucho. Será que soy de villas y campos pero tu estampa es perfecta. la imagen dice mucho pero tus letras me llevan de la mano por tu imaginación y eso es divino.
    ¡La próxima vez nos vamos a la campiña!
    Muchísimas gracias, Beauséant.
    Un beso enorme.

  • Flor

    Hola de nuevo artista , yo creo que de nosotros no se acordará nadie , pero con un poco de suerte se acordaran del arquitecto que diseño la cúpula de San Pedro al igual que el tío que hizo las pirámides de Egipto o el puente de calatrava , o el palacio de las ciencias en valencia.
    Pero gente normal como tú o cómo no se acordaran de nosotros , muy bonitas las dos foto.
    Pd te deje un comentario en la entrada anterior Besos de flor.

  • Beauséant

    Me ocurre algo parecido, MAG, por un lado me atraen mucho esas estructuras, pienso en lo complicado que debe ser planificarlas y construirlas, por por otro lado me gusta verlas desde la distancia, cuando te acercas parece que pierden toda la gracia… sí, mejor nos vemos en la campiña 😉

    Así es, FLOR, cuando logras dejar algo detrás tuyo entonces no mueres del todo. Supongo que ese es uno de los mayores impulsos detrás de tener hijos, el lograr, de alguna forma, un trocito de inmortalidad. Pero incluso los grandes autores, los grandes arquitectos, también será pasto del olvido, sólo que tardarán más en olvidarse. Dentro de mil años quizás nadie sepa quién fue el arquitecto de esa catedral, ni del autor de Romeo y Julieta…. el tiempo nos acaba llevando al olvido…

    Gracias, MUCHA DE LA TORRE, un placer verte por aquí…

  • Beauséant

    Supongo que ese era su objetivo inicial, ALESSANDRINIMARIA, el llamar la atención, crear algo que formase parte de la memoria colectiva…

    Quizás haya sido un poco injusta la comparación, JOSÉ A. GARCÍA, si el Tamésis es eso, imagina lo que será el Manzanares 🙂

  • अनत्ता 光 心

    Esos rascacielos tan horteras desentonan que te cagas, ahí y en cualquier lugar. Es mi parecer. Tienes toda la razón: el absurdo y maldito dios de la modernidad.
    Anda que de los ingleses y su show, mejor no hablar, ja ja ja. Van más perdidos que tus pingüinos.
    Te leo de pasada y veo “un trocito de inmortalidad”. ¿Para qué queremos o necesitamos eso? Es vanidad, por poco que uno lo piense. Mejor soltar la vanidad y el egocentrismo.
    Un abrazo.

  • Beauséant

    Vivimos tiempos extraños, अनत्ता 光 心, el segundo mayor ejército del mundo era de cartón piedra y la política inglesa, siempre un referente, han terminado por ser un grupo de payasos codiciosos sin gracia… quizás sus rascacielos sean también un atrezzo, qué pena no haberme acercado lo suficiente para comprobarlo… En cuanto a la inmortalidad, me declaro culpable, es un tema que me obsesiona un poco, aún no soy capaz de ponerme en modo zen 😉

  • laacantha

    Bueno, casi todos los catedrales y las iglesias sigen construendo en los mismos lugares empezando de la idolatría , será por algo. Lo demás se olvida con el transcurso del tiempo, otra vez….¿será por algo ?Un abrazo.

  • Beauséant

    Quizás sea una especie de maldición, LAACANTHA, algo que nos obliga a volver a los mismos lugares buscando algo diferente que nunca acaba de llegar… en el fondo creo que esa es la definición de locura, hacer las mismas cosas y esperar resultados diferentes.

  • Myriam

    La primera foto es genial, tanto como tu idea de los edificios como marines. Siempre me dejas pensando. La próxima vez que vaya a Londres, me acordaré de ti y de esta foto. Seguro.
    Me alegro de haber llegado a leer esta entrada. Besos

  • Beauséant

    Me hará ilusión formar parte de tu viaje a Londres, MYRIAM, cuando vayas no te olvides de dar recuerdos a la catedral, seguro que estará ahí, igual de desafiante y ajena a todos nuestros problemas.

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