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la pantera murciélago

Llevo tres días sin poder salir de casa porque hay una pantera haciendo guardia ante la puerta de la entrada. Cuando intento salir se abalanza sobre mi y se muestra boca arriba enseñándome el mechón blanco de su tripa que marca el lugar exacto donde quiere recibir las caricias.

Mi madre me corrige al otro lado del teléfono, no es una pantera, dice, se parece más a un murciélago y, sin dejar espacio para la replica, añade que debería buscar otras compañías porque, además, esos bichos traen muy mala suerte.

Enseguida, como ocurre cada vez más a menudo, los engranajes de en la cabeza de mi madre se saltan un par de dientes y me habla del cura del pueblo, cómo corría por las eras con los pantalones medio bajados y perseguido por un gato negro que nadie había visto nunca.

Detiene ahí su inconexa historia y se ríe a traición, una risa extraña que resuena fuera de lugar a través de la línea. Suena como una risa benevolente que ha hibernado entre los recuerdos felices de los cientos de álbumes de fotografías desperdigados por la casa y que ahora, convertida en mariposa, aletea hasta posarse sobre el auricular del teléfono.

Esa risa, una criatura frágil y hermosa que no llegará viva al próximo invierno.

Antes de despedirnos prometo solemnemente acercarme a comer el próximo Sábado con ella. Y, aunque no se lo digo, me hago otra promesa a mi misma para no salir corriendo nada más terminar de comer y quedarme con ella viendo alguna vieja película en esa televisión tan pequeña en medio de un salón demasiado grande, demasiado atestado de objetos que desbordan recuerdos y que imagino como esas cajas sorpresa que abres sin saber lo que contienen y que siempre acaban por decepcionarte.

La pantera me mira ladeada y dibuja un enorme bostezo que casi le vuelve la piel de la cara del revés. Si tanto te aburro, digo en voz alta, quizás debería mandarte una temporada con mi madre. Antes de poder añadir nada más, la panterita ha entrado corriendo enfurruñada en la casa para buscar refugio bajo la banqueta de la cocina.

Para que mi madre diga que los animales no entienden nada de lo que les decimos.

24 Comments

  • gabiliante

    pues si es murcielsgo ten cuidado de que no se meta en la sopa. Si solo es pantera, no hay problema; ahora se ven muchas asílvestradas por ahí. Me vino un flash, como a tu madre, del oso hormiguero.
    Y no descartes lo del traslado del gato, ya has visto que en el anuncio sale divinamente. la ocupará y le traerá otros recuerdos menos grotescos, aunque quizás también, menos graciosos
    abrZoo

  • elrefugiodelasceta

    Más que la historia de la pantera, me llega profundamente la de tu madre. Es triste y ley de vida ver cómo lo que fueron y el recuerdo que de ellos tenemos como adultos responsables se va emborronando a medida que pasan los años. Paso a paso, nos convertimos en ellos, adultos, y ellos en nosotros, niños. Duele que los de entonces ya no sean los mismos. Tampoco nosotros lo somos. Trato de convencerme y reitero centrifugando: es ley de vida.
    Disfruta de esa compañía tan… descarada.

  • Toro Salvaje

    Los engranajes de mi cabeza funcionan desde siempre como los de tu madre… y claro, quien interlocuta conmigo acaba flipando porque de repente le digo algo que ha ido mutando clandestinamente en mi cabeza… y el cambio de tema inesperado puede ser apoteósico.

    Aquí te dejo un consejo:
    Ve con tu madre aunque no te apetezca demasiado… por desgracia llegará un tiempo en que aunque quisieras verla ya no podrás hacerlo.

  • Beauséant

    Tienes razón, gabiliante, mi pantera es casera, pero por el barrio veo algunas pasearse felinas e indiferenes a todo. Me has perdido con lo del oso hormiguero 🙂

    Sí, elrefugiodelasceta, es ley de vida, pero no por ello me gusta ni me apetece participar en ella, sólo queda asumirlo… La pantera sólo era una excusa para hablar de otros temas que, muchas veces, se quedan atascados en la garganta.

    En eso estoy, Toro Salvaje, sabiendo que el tiempo juega en nuestra contra y debemos intentar cerrar ciertas cosas, actuar de determinadas maneras, ahora, antes de que sea tarde.. Lo de los engranajes no era una crítica, a veces el hilo de mis pensamientos toma caminos extraños, algunas personas lo expresan en voz alta y suena raro, otros callamos para que no se note 🙂

  • Milena

    Qué monísima la pantera-murciélago.
    Nada como una buena conversación con animales y plantas…
    con las personas -aunque sea tu madre- es más complicado expresarse o hablar en profundidad.
    Abrazo

  • Cabrónidas

    Parece que la pantera murciélago no quiere ir de visita el próximo sábado. Qué habrá intuido con su sexto o séptimo sentido atávico. También debo añadir que el negro le sienta muy bien a los animales; hasta a los patos.

  • अनत्ता 光 心

    Mi madre, nuestra madre, se fue para siempre a finales del 2020. No hace tanto de esto. Me llevaba bastante bien con ella, y de tanto en tanto nos decíamos que nos queríamos, no teníamos problemas ni pudor ni bloqueos en ese aspecto. A pesar de eso, éramos de personalidades y carácteres muy distintos, y tuvimos muchos desencuentros y encontronazos, sobre todo en la etapa final. Al final estuvo ingresada en un centro sociosanitario y la gestión fue complicada por diversas razones. Ella no estaba muy bien y encima hubo un confinamiento por covid (ni lo tenía ni murió de eso) en el cual empeoró ya irremediablemente. Digo esto porque yo era el familiar autorizado para visitas y aún dentro de lo que cabe pude despedirme de ella. Pero fue todo bastante duro y doloroso. Hemos de aceptar que es ley de vida y que todos hemos de partir, que nuestra vida en este plano de existencia tiene un final. Yo, es completamente personal, creo que seguimos, en la forma que sea (no creo que a nivel de individuo), y que mi madre está por ahí, de alguna manera, aunque sea pura energía. Y me parece bien, me parece hermoso. A veces me dirijo a ella o lanzo unas palabras al cosmos, de amor, le digo (como le dije) que siga su camino hacia la luz, como hemos de hacer todos. Bueno, son creencias personales. Digo todo esto porque la verdad es que daría lo que fuera por volver a estar con ella, ni que fuera una sola vez, para decirle de nuevo que la quiero, o para simplemente abrazarla. Simplemente estar con ella. Ya no es posible, la vida es imparable y las cosas del pasado se van para no volver nunca jamás. La vida es devenir. Toca aceptarlo y en realidad he buscado y busco la serenidad, la aceptación, la paz mental e interior. Siempre te queda, y me han quedado, una serie de remordimientos, de pesares, de dolor, de cuentas pendientes, de pensar que podría haberme ocupado y preocupado mucho más y mejor. Pero todo esto no hace más que atormentarte y hacerte sufrir, si no lo miras de cara y sabes gestionar estas emociones y pensamientos. Estoy en paz, los nudos más o menos están aceptablemente deshechos.
    Te suelto este increíble rollazo, y no me importa que lo lea más gente (todo lo contrario), para decirte que si sientes algo por ella, amor y agradecimiento, no dudes en decírselo, por más que pueda costarte. Aparca todo lo demás, los conflictos, las emociones negativas, todo eso… No te lo guardes dentro, es mejor que lo expreses y lo liberes… al universo, a la vida, en definitiva. Porque, te lo digo por experiencia, si no lo haces puede quedarte esa espina clavada, y eso duele, y puedes desear el que pudieras estar con ella una vez más, que volviera… y eso ya será imposible. Y fíjate que te he dicho que teníamos buena relación y que más o menos pude verla hasta el final.
    Bien, tú y yo somos diferentes, y nuestras vidas, y nuestras relaciones con nuestras madres. Me atrevo a darte este consejo, si de verdad quieres expresar lo que sientes o de alguna manera crees que deberías hacerlo. Una madre es una figura realmente muy importante.
    La vida pasa volando, ya te he dicho más de una vez que lo del paso del tiempo y los años lo llevo un poquito “mal”. Bueno, estos últimos tiempos mejor, porque no me machaco a pensar mucho.
    La gata, ¿Negrita, no? es preciosa, absolutamente adorable, un amor. Esos ojazos anaranjados son pura inteligencia y atención. Es un animal muy estilizado y no me cabe duda que sensible y muy lista e intuitiva. Pedazo de fotos.
    Un abrazo.

  • Beauséant

    Perdona, gabiliante, hasta que no me he tomado el té, dos cafés, he comido y dormido la siesta no soy persona… no lo había pillado.. ahora que la genética ha avanzado tanto lo mismo hacen un cruce 🙂

    Siempre hay una barrera, Milena, al menos en mi caso, parece que cuesta sacar de dentro algo que, en el fondo, debería ser sencillo. Siento esto, o me gusta tal cosa casi tanto como me disgusta esta otra… parece fácil, y nada, que a veces no sale… aunque sea tu madre, especialmente si es tu madre.

    El negro sólo sienta mal a los curas, Cabrónidas, pero es el negro de sus almas 😉

    Y quizás, Diego, el que más necesita mi compañía, sospecho…

    De rollazo nada, अनत्ता 光 心, si hay algo que me gusta de escribir sobre ciertas cosas es eso, lo que se aprende. Sé lo complicado que puede resultar hablar sobre ciertas cosas, así que mi agradecimiento es doble en este caso por compartir tu experiencia tan cerca y, me temo, dolorosa. Da igual como hagamos las cosas, al final siempre hay un asomo de duda, un “tenía que haber hecho las cosas de otra manera”, pero es aún peor cuando eres consciente de no haberlo dado todo, ¿verdad? Hace tiempo que me he dado cuenta que algunas cosas pueden ser la última vez que las hagas, ir con tus padres a ciertos sitios, quedar con determinadas personas… Es duro comprender lo finito de nuestro tiempo, pero ayuda a tener algo de perspectiva… Si creo que queda algo de nosotros detrás, pero creo que es algo más tangible que la energía, quedan nuestros actos, las pocas cosas que escribimos, o dijimos. Alguna persona a la que hicimos un poco mejor, porque quiero pensar que alguien ha sido un poco mejor en algo gracias a mi 🙂
    El escribir esta entrada ha sido un poco como levantar un semáforo enorme, un recordatorio de algo que no debo olvidar y que tendré presente junto a tu comentario… Gracias!!

  • laacantha

    No se trataba del gato , el texto va más alla. El perfecto comentario de अनत्ता 光 心 todo pone en su sitio. Muchas gracias a अनत्ता 光 心. Me atrevo decir que los sentimientos, dudas ( podría hacer más para ella) y el dolor lo pasamos todos cuando nos quedamos huerfanos, ya no tenemos retaguardia.

    Lo de gato negro que te cruza el camino. Sí ,trae maldad, pero hay remedio : tienes que dar una vuelta de 360 grados , escupir a la izquierda y seguir tranquilamente el mismo camino…jajajaja. Los rusos somos muy supersticiosos. Un abrazo.

  • Anonymous

    Bella tu pantera, es hermoso poder contar con un animalito que te entienda, sobretodo cuando nos sentimos raras , muy bonita.
    Abrazo

  • tonYerik

    Me encantan esos bichos negros son de un silencioso cuando quieren que no deja indiferente. Siempre tuve alguno. Ahora no puedo porque mi hija es alérgica y se asfixiaría. Lo que acarrearía que no la viera lo suficiente.

    Tengo buenos recuerdos de mi “motorcino”. Lo llame así porque ronroneaba continuamente.

  • Beauséant

    A su manera nos entienden, CITU y, de no ser así no importa, me vale con creer que me entienden 🙂

    Así es, LAACANTHA, era una excusa, no me gusta plantear temas directamente, me gusta dar vueltas, contar una historia, es la forma que tengo de pasar ciertos tragos que no me gustan… Por cierto, la otra forma de evitar la mala suerte de un gato negro es acogerlo en tu vida, darle mucho amor y verás como te lo devuelve por duplicado 😉

    Empiezo a creer, ANONYMOUS, que es el mundo el que es raro… o quizás que ya he dejado de intentar entenderlo y me limito a sobrevivirlo 😉

    Me ha hecho mucha gracia lo del motorcino, TONYERIK, porque cuando empieza con el ronroneo siempre me digo que ya ha arrancado la motito 🙂 Es una pena lo de la alergia porque, además, tienen la costumbre de subirse encima, así que no hay forma de evitar…

  • José Luis González Varela

    Nosotros también tenemos un gatito negro, llamado Sirius, acompañado de otros dos, Pancho y Niebla. Cada uno tiene un color distinto: negro, caramelo y blanco. No hemos tenido gatos hasta hace poco pero su mundo es fascinante. Pienso que son puramente taoístas y practican con excelencia el Wuwei. En cuanto a la madre, ya hace tiempo que no la tengo. Mi relación con ella fue muy complicada, más de lo que tú puedes llegar a imaginar. Pero creo que quedamos en paz.

  • Beauséant

    Muchas gracias, Sanhoycal, tomo nota de tu sitio 🙂 No tengo muy claro lo que que comentas de seguirme, por aquí usamos wordpress, que supongo irá por otro lado diferente al blogger,,, Saludos

    Me ha gustado mucho lo del wuwei, JOSÉ LUIS GONZÁLEZ VARELA, había leído sobre el concepto pero no lo recordaba y, tienes razón, los gatos son maestros en esa forma de afrontar sus problemas… Siento escuchar lo de tu madre, las familias son siempre complicadas, pero tienes razón, en el fondo sé que he tenido suerte con la mía… a pesar de todo.

  • Maia

    Alarga la estadía en casa de tu madre, come con ella, pero cocina tú, o haz como que lo hiciste y te compras lo más feíto que se vea, pero que tenga buen sabor; y déjala que hable, aunque repita lo mismo o sean incoherencias; y no olvides sonreírle, abrazarla y decirle que la amas.
    Tu pantera me encanta, si no tuviera tanto miedo a los gatos, tendría un par.

  • Krudo

    Los animales son tan extraños qué saben cuando llegar a nuestras vidas para ayudarnos en algo sobre todo para apaciguar nuestra soledad.

    Espero que esa pantera siga merodeando y apoyándote en este proceso.

    Te dejo un abrazo con pinta de murciélago.

  • Myriam

    ¡Qué panterita más tierna con esos vivaces ojos color miel! Me ha causado mucha gracia tu expresión en el texto sobre “los engranajes de en la cabeza de mi madre” que “se saltan un par de dientes” muy, muy gráfica. Un abrazo y muy feliz fin de semana, Beauséant.

  • Mayte Llera

    Claro que lo entienden todito todo. Y más las panteritas, que son más que listas. La de la foto es prima hermana de mi Trapitos (es más, puede que hasta sean también concuñadas por parte de madre) y esa es más lista que el hambre que pasó en la calle hasta que una servidora la recogió y la metió en casa con otros cinco que ya estaban allí (otros Einstein, no vayamos a dudar de las inteligencias de Gatillo, Pirañín, Buffi, Malito y Rayito, que ya las quisieran para sí muchos agentes del MI5 y del MI6 británicos). Y para terminar, que si al cura no le van los gatos negros quizá sea porque le van los monaguillos, así que mejor que le den mala suerte, pero malísima, jajaja. ¡¡¡Saludos cordiales!!!

  • Beauséant

    Lo bueno de una madre, MAIA, es que aunque cocines una porquería te dirá que está perfecto, incluso aunque sospeche que has comprado algo ya hecho y lo has puesto en un plato 🙂 Me gusta tu lista de tareas …

    Ahora me mira entre el sueño y la vigilia, KRUDO, no le gusta despertarse y no verme por aquí cerca. Sí, supongo que es su forma de ayudar.

    Muchas gracias, MYRIAM, el cerebro a veces toma caminos raros, empiezas a pensar en algo y terminas en un lugar que no esperabas. Muchas veces intento entender cómo he llegado a desviarme tanto del pensamiento inicial, pero nunca le encuentro la lógica. Es como si el cerebro fuese un chucho intentando agradarte y para ello te trae todo tipo de juguetes que encuentra alrededor para ver si alguno te gusta.

    Tengo claro, MAYTE LLERA, que traen peor suerte las sotanas negras que los gatos negros 🙂 Los gatos que han salido de la calle deseando ser adoptados suelen ser los más listos. Saben como hacerse entender, saben manipularnos y saben ser encantadores cuanto toca…. El MI5 se les queda pequeño a algunos 🙂

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