leer,  mirar

cosas pequeñas

Camino como un pingüino en medio de una playa empedrada con piedras pulidas y perfectas. Parecen huevos de dinosaurio recién puestos formando un tapiz que corta con el horizonte en una línea recta demasiado perfecta.

Hay un patrón, un orden bajo esa confusión. Pienso mientras los veo brillar espectrales bajo el agua pálida de la bruma y escucho el canto eterno del mar que parece querer mecerlos. Es imposible no ver una intención bajo ese atrezo tan bien dispuesto.

Al fondo un cielo que anuncia tormenta, un cielo que no quiere nuestra presencia sobre sus dominios y nos invita a marcharnos a casa mostrando sus viejas pinturas de guerra. Un añil intenso como fondo, fuertes brochazos de un gris plomizo y salpicaduras anaranjadas cruzando furiosas el lienzo.

Qué pequeños somos ante la naturaleza.

Eso debe pensar también la persona que cruza por delante de mi y al que la perspectiva parece convertir en algo surgido de las propias piedras. Un pequeño y asustado reptil que cree que todo lo que contempla ha sido creado para su deleite.

El hombre, pues se trata de un hombre, se queda quieto por un instante mirando al horizonte con preocupación antes de refugiarse dentro de un impermeable rojo que pide a gritos ser fotografiado.

Regreso corriendo al coche para no mojarme y siento una acogedora tranquilidad al saber que ella me estará esperando. Así es, con sus piernas estiradas y prometedoras sobre el salpicadero, el asiento reclinado y pasando fotos en las redes sociales mientras espera que termine de hacer la enésima foto del día. Tenemos un pequeño código, ella no dice nada cuando imploro como un demente que frene para fotografiar una piedra, un árbol o una nube y yo no digo nada sobre el tiempo que pasa desplazando el dedo sobre la vida de los otros.

Se avecina una tormenta digo con gesto ceñudo señalando a las nubes que parecen agrupadas sobre nuestras cabezas.

Ella se incorpora, asoma la cabeza por la ventanilla mirando al mismo cielo con ojo de experto marinero y me dice. No, qué va, no caerá una gota.

Y, ¿sabéis qué?, que no, que no cayó ni una gota.

La vida… pues eso, prepararte para lo peor y esperar siempre lo mejor porque a veces llega. A veces alguien te espera aún sin entenderte, a veces alguien conoce el valor de una promesa y a veces te llevas contigo una fotografía que no esperabas.

La vida, ya sabéis.


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30 Comments

  • Flor

    Hola Artista , eso se podría decir que tú compañera de viaje tiene muy buen ojo con la meteorología
    ya que como tú dices , no llovió , la foto es preciosa la verdad es que la naturaleza es algo para tomársela en serio, en las noticias dicen que por Estados Unidos , esta haciendo estragos con la lluvia ¿tú has visto las noticias?
    Ya hacia tiempo que no pasaba a leerte , la verdad es que ahora la prioridad es mi padre que lo tengo algo pachucho , pero en un rato que tengo libre paso a leeros a todos, me alegro de leerte de nuevo.
    Te deseo una feliz semana , besos de flor🌺

  • laacantha

    “La vida… pues eso, prepararte para lo peor y esperar siempre lo mejor porque a veces llega…”
    Pues, a veces llega…es verdad. Da gusto leerte. Un abrazo.

  • Beauséant

    Me alegra mucho verte por aquí, FLOR, leí sobre tu padre y que andabas pendiente de él, me alegra saber que tiene la suerte de tenerte cerca… Y sí, algo miro sobre las noticias, pero muy poco, lo justo para no caer en una depresión. Creo que el clima era una maquinaria muy precisa que hemos roto con nuestra estupidez, no sé si lograremos arreglarla o cada vez irá a peor… O sí lo sé, pero prefiero no pensarlo.. Un abrazo enorme.

    Quiero pensarlo así, LAACANTHA, aunque sea un poco “naif”, hace falta creer que todas las piezas encajarán, que el camino llevará a alguna parte.. me cuesta creerlo, pero lo hago 😉 Un abrazo y muchas gracias

  • Cabrónidas

    Muy acertado.Cuando a veces llega lo mejor, la sensación que se siente es embriagadora, ya que lo peor siempre está las veinticuatro horas del día.

  • tonYerik

    Y es justo el momento aquel que no cargaste con la cámara cuando se presenta aquel ‘irrepetible’ que te fastidia el día y media existencia.
    Por eso en mi bolsillo siempre viaja una pequeña Nikon.

  • अनत्ता å…‰ 心

    Hermosa foto con un hermoso contraste de colores. Me quedo con el verde de esos enormes guijarros, por antojarse un tanto “inusual”. Supongo que debido al musgo o quizá algas, no sé.
    Y con las piernas (imaginadas) de la chica sobre el salpicadero. Ya sabes que tengo una mente absolutamente espiritual y trascendente… 😇😈😎

  • Beauséant

    Eso es otra cuestión a tener en cuenta, CABRÓNIDAS, si todo en la vida fuese maravilloso dejaríamos de apreciar esos instantes maravillosos, ¿verdad?

    Cierto, TONYERIK, yo llevo el móvil, pero no soy capaz de usarlo. Prefiero dejar pasar una foto a hacerla con el móvil, no sé, manías, supongo.

    A mi me pareció musgo, अनत्ता å…‰ 心, pero era agua salada, ¿crecen los musgos con salada?, no sé nada sobre la vida del musgo… has elegido bien, esas piernas pueden ser muy espirituales y trascendentes… a veces hay que bajar un poquito a tierra 😉

  • elrefugiodelasceta

    Ayer te leí y mi primera reacción fue la de la de ver la foto, hermosa, inmensa y desoladora, así puede ser la vida. Entendí que el acople que existe entre los dos personajes se ha ido forjando a través del tiempo, pero algo me impidió comentar. Se me atraganto no sé qué. Al despertar hoy, lo he sabido, es mi propia historia la que no está bien. La proyección propia de haberme sentido y sentado al lado de alguien que está en otro planeta. Uno vibrando en una frecuencia, el otro en otra. El puente que los une: comentar el tiempo. ¿Existe mayor soledad que la sentimos estando acompañados? Claro que esa es mi lectura y nada que ver con la realidad de los demás.

  • Beauséant

    La capacidad de sorprendernos, JOSÉ A. GARCÍA, me temo que es una de las cosas que primero se pierden. Hay que intentar mantenerla siempre.

    Una vez más, ELREFUGIODELASCETA, has hilado muy fino en tu comentario, has sabido asomarte por la cortina para ver el otro lado del texto. Esa sensación de desacople que comentas es algo con lo que he aprendido a lidiar porque forma parte de mi día a día. Casi nada de lo que me apasiona de verdad lo puedo compartir con nadie cercano, es una sensación extraña que te hace incluso sentir idiota. Encuentras algo que te gusta, deseas compartirlo con alguien y no encuentras respuesta al otro lado… Al final te quedas con el resto de cosas buenas que te aportan, la compañía y el compartir otras cosas..
    Duele, claro pero, la verdad, pero, no sé, supongo que por eso tengo un blog, ¿no? Para encontrar algo al otro lado 😉

    Diría que has tenido suerte, TORO SALVAJE, la naturaleza rara vez nos da segundas oportunidades. Si te ha dejado para contralo es que ha visto algo en ti.

    La vida viene como viene, ALFRED, cada uno lidia con ella como puede con las cartas que le han tocado.

  • Anonymous

    Hola, Beauséant:
    Te felicito por esta introspección donde fotografías un instante, por esta “polaroid” con técnica de escritura automática.
    El flujo del pensamiento y el curso del sentimiento enmarcan este relato de vida revelado con luz natural.
    Un abrazo, Beauséant.

  • Anonymous

    La foto me ha dejado maravillado, tanto o más que el relato. La combinación del verde de las piedras como carcasas combina con el azul grisáceo de un cielo aborrascado. Ciertamente, tienes intuición y capacidad de captar cosas hermosas mediante la imagen y la palabra. Es un placer leerte y sentirse admirado por tus fotos.

  • Maia

    Hoy solo me siento en el sofá (ahora negro) a leer, observar y degustar tan bonita publicación en todo su conjunto, porque me ha encantado.

  • Anonymous

    ¡Peazo foto, Beauséant! Con esa figura lejana en rojo, que sugiere tantas interpretaciones, y esa piedras cubiertas de algas. Supongo que la foto la hiciste con marea baja.

    En cuanto a tu acompañante, a mí también me han tenido que soportar paradas imprevistas para observar, prismáticos en ristre, un ave que volaba sobre el mar o se ocultaba en un olivo. Y es que nuestras acompañantes son comprensivas y saben que serán correspondidas de igual modo cuando sean ellas las que den el frenazo ante cualquier cosa que las apasione.

  • Beauséant

    Muchas gracias, Nino, me ha gustado la definición de polaroid unida a la escritura automática porque, además, en este caso lo define muy bien. Hice la foto rápido para que no se moviese la persona y, según regresaba al coche, iba pensando en el texto. Luego los textos se quedan mucho tiempo en la carpeta de pendientes, pero al final terminan por coger la forma final que aparece aquí 🙂

    También hay cosas que salen por casualidad, Joselu, tengo que reconocerlo. No suelo planificar las fotos, es llegar al sitio y ver que sale. Lo bueno de la fotografía digital es que puedes probar mucho y sacar poco. Pero muchas gracias por tus palabras.

    Ponte cómoda, MAIA, me gusta que las visitas se alarguen un poco más de lo debido, ¿un café?

    Creo que la convivencia se basa en eso, Diego, en aceptar sin que te importen ciertas cosas que no entiendes del todo o que, directamente, no te interesan nada. Básicamente respetar las diferencias sin darle muchas vueltas.. Claro, es más bonito poder compartir ciertas cosas, pero a veces es complicado y tampoco sé si me gustaría tener mucha gente cerca con las mismas manías 🙂

  • Jo

    Amo la manera en que sabes observar y después describir las cosas pequeñas al máximo detalle por mínimo que se aparece ante tus ojos.
    eso no lo hace cualquiera
    mucho menos hace analogías tan estupendas…
    creo que eso lo tiene un escritor, un fotógrafo
    un artista visual
    alguien que le guste observar de verdad 🙂

  • gabiliante

    No entiendo porque son tan verdes. ¿ es algún filtro , o musgo, o minerales de cobre? No es musgo verdad?

    Si vuelves en unos años, cuando los cantos rodados se hayan erosionado y sean granos de arena cuando pises encajadas, y hasta dejaras huella.

    Ella tiene ventaja , debe tener eso muy visto y no se sorprende de que a ti te sorprenda. Tampoco a ti te sorprende la movilmania, tanbie la debes te er muy vista.

    Mi abuelo sabía el tiempo que iba a hacer en el pueblo, i cluso durante cuantos días. mi padre también lo sabía, pero yo nunca lo entendí, todo me parecía igual y para cuando se repetía, para establecer u patrón, ya no me acordaba.
    ¿ Has cambiado algo del blog? hasta la semana pasada me reconocía, y no tenía que volver a ponerlos cada vez. Ahora sale el mismo cuestionario que WordPress. y no puedo hacer punto y aparte.

  • Anonymous

    Inmensa es la naturaleza. Nosotros los humanos somos minúsculos ante tanta grandeza.

    Qué hermoso lo has narrado, da gusto leer tus emociones y la manera que tienes de sentir la vida, y qué bonita es la imagen.

    Un abrazo.

  • Anonymous

    Soy María, la anterior, no sé como he salido de anónimo. Pero es que no me da la opción de poner mi nombre.

  • Beauséant

    Guardaré este comentario para cuando me encuentre volando bajo, JO, me gusta hablar de las cosas pequeñas porque siempre me he sentido una persona muy pequeña… Gracias.

    Buenas noches, GABILIANTE, comentaba algo parecido ahí arriba, no tenía claro si era musgo o unas algas, fuesen lo que fuesen, debí pillarlas en un buen momento porque no he metido mucho filtro, quizás algo de saturación, sí, pero eran bastante verdes, a mi también me sorprendió.. esas algas se aferraban a las rocas, las rocas se aferraban a sus vidas y el mar, el mar se encargará de poner todo eso en su sitio… Por muy vistas que tenga algunas cosas, no dejan de sorprenderme y me vuelvo a parar en ellas siempre, como si las viese por vez primera….
    Sobre el blog, primera noticia, sospecho que se actualiza a mis espaldas… He reinstalado algunas opciones y ahora tiene un aspecto más clásico, ¿funciona? Sospecho que tanta modernidad a veces se le atasca 🙂

    Muchas gracias, María, por esas palabras tan bonitas.. A veces parece que la naturaleza habla por sí sola y lo único que tienes que hacer es tomar apuntes, ¿verdad? Te dgio lo mismo que a GABILIANTE, he vuelto a poner las opciones antiguas, ¿te funciona? Disculpad las molestias, agradezco el esfuerzo por comentar 🙂

  • mucha

    Qué maravilla resplandece el cielo cuando escribis tus letras
    y un orgasmo inmenso recorre el cuerpo que sin aliento sigue viviendo

  • Mento

    Lo mejor que puede pasarnos en esta vida, es tener a alguien a nuestro lado que aunque no nos entienda… nos de el tiempo necesario para ser nosotros mismos. Que bueno que la tengas 😉

  • Maria

    Sí, sí, ahora ya sale para poner el nombre y todo eso, ya no soy anónima jajajaja, gracias, Beauséant.

    Un abrazo.

  • María

    jaja tus cielos… tus mágicos cielos!!! cómo me gustan!! siempre te lo digo pero es verdad, hasta cuando amenazan tormenta como estos, siempre esconden algo maravilloso por desvelar y eso que el verdor de estos pedruscos pretenden quitarle protagonismo pero .. es imposible. Como imposible no saborear el regusto delicioso de tus letras, hoy, hasta te diría que canturrean bajito y como que sonríen… jaja.. no me hagas caso.. debe ser la nube esa tras la que asoma la luz, que parece una enorme sonrisa burlona …las cosas pequeñas a veces son las más grandes : ) Meencanta volver a leerte, como volver a casa y encontrar todo tal cual lo dejaste solo que mejor, porque cuando vuelves a casa siempre te parece la más maravillosa del mundo, porque es la tuya. Aquí contigo, como en casa ; )
    Abrazo fortísimo … me alegro que al final no descargara la tormenta : )

  • Beauséant

    Vaya, gracias, MUCHA, eso ha sido muy… intenso-

    Al menos lo tiene el protagonista de la historia, MENTO 😉

    Nunca has sido anónima para mi, MARIA 😉 sólo estabas un poco escondida. Me alegro que ya funcione, aunque no aseguro que dure mucho.

    Qué alegría volver a verte, MARÍA, ya has visto que esta todo como lo dejaste y que te he dejado las zapatillas en la puerta para que te pongas cómoda. Me alegra que sientas este sitio como tu casa porque esa es precisamente la intención.. Ya sabes, una de esas pequeñas cosas que acaban siendo muy importantes. Las pones al lado de las grandes preocupaciones de nuestras vidas y no parecen nada, pero con los años acaban por hacerse un hueco inmenso… Un abrazo.

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