leer,  mirar

la montaña mágica

Ella ha invertido mucho tiempo en informarse. Cada día recibe su dosis de telediario y el móvil vibra enfurecido con las miles de alertas sobre tsunamis, elecciones en países remotos o la próxima cura del cáncer -esta vez sí, la definitiva-.

Al principio se esforzaba en buscar opiniones contrarias a la suya. Visitaba páginas que la hacían enfadar y que de alguna forma obligaban a ver las cosas desde otro ángulo. Como ver un cuadro boca abajo o una fotografía ante el espejo, la misma realidad, otra perspectiva que quizás no te guste pero que no por ello deja de existir.

Pero eso ya casi no ocurre, el algoritmo del móvil que rige su vida ha ido virando hasta hacerla por completo feliz en su burbuja de información. Ningún fabricante de móviles quiere usuarios enfadados.

En el otro extremo del espectro me encuentro yo. Un móvil viejo a punto del fallecimiento, ninguna alerta activada y un desconocimiento absoluto, casi vergonzoso, de la actualidad. Ni idea de las caras de los ministros que salen en televisión con gesto circunspecto, incapaz de situar los ríos en un mapa y mejor no hablemos de capitales o provincias, esos conocimientos me duraron hasta llegar al examen en el colegio.

No es algo que de lo que me sienta orgulloso, nunca hay que sentirse a gusto con las cosas que se desconocen, sólo estoy haciendo el inventario de mis derrotas.

Los dos somos igual de manipulables, no me quiero engañar. La única diferencia es que ella ha invertido más tiempo en conseguirlo, pero lo cierto es que al final hemos llegado al mismo sitio por caminos separados.

Ella quiere gobernar su vida, mi actitud es la de alejarme todo lo posible de la realidad. Mi objetivo no es tanto ganar perspectiva para ver el cuadro final como esconderme lo más posible de esa realidad que quieren ponerme ante los ojos.

Obtengo una extraña satisfacción en subir a una montaña con un equipo fotográfico a la espalda que pesa más de lo razonable. Con cada metro de subida que vas ganando dejas tras de ti capas de ruido, de preocupaciones y de urgencias. Llegas a lo alto cansado pero más liviano, una especie de libertad.

Al principio buscaba las rutas más populares, las más bonitas, las mejores vistas. Con el tiempo he ido cambiando y ahora sólo busco que haya poca gente. Un camino sinuoso, una montaña al fondo, no hace falta mucho más.

No importa la belleza de la ruta, las montañas siempre guardan algo para quien vaya a su encuentro. Porque ese es el truco, ir a buscarlas. Las montañas no regalan nada, no saben nada de nuestras vidas que pasan como un suspiro en sus geológicas existencias.

Las montañas no nos recordarán, pero si te esfuerzas en conocerlas, las montañas pueden ser la mejor compañía. Eso es algo que el algoritmo que vive dentro de mi móvil nunca entenderá.

24 Comments

  • Luz

    Cuando era adolescente y a veces me sentía insatisfecha, le decía a un amigo convencida y rebelde, tengo que buscar algo distinto o un lugar apartado, estoy harta, esto no va conmigo.

    Él, muy pasota me repetía una y otra vez, puedes ir a donde sea para huir de lo que no te gusta, pero si no lo solucionas lo llevarás contigo.

    Siempre pensé en estas palabras como que al huir así no podrías disfrutar en libertad lo que cualquier espacio te brindara.

    No sé si este es el caso o aquellas palabras son diferentes en cada uno.

    De todas formas no sólo a ti te enriquece esta huida sino que la repartes con tu arte, siempre que el peso no te vaya venciendo.

    Creo eh, porque interpretar el texto no siempre coincide con el mensaje que quiere transmitir.

  • Cabrónidas

    La tecnología nos brinda comodidad e inmediatez, pero es fría y aséptica. No sabe nada ni entiende de sensibilidades. Pero sabe romper, y con mucha facilidad, esa especie de hilo atávico que creo que tenemos todos y nos conecta con la naturaleza. Algunos ya no saben ni sabrán nunca cómo conectar con ella y eso es triste. Pero todavía quedamos quienes mantenemos ese fino hilo, ya sea en la mente o en el corazón —o en ambos—, aun rodeados de hormigón, mierda urbana y población alienada.

  • Toro Salvaje

    En estos tiempos de multitudes esclavizadas por los algoritmos que todo lo rigen, ordenan y vigilan es un lujo poder perderse en sitios donde no hay nadie.
    Si es posible sin cobertura alguna.
    Y fantasear durante unas horas con la hermosa idea de ser libre.

    Saludos.

  • Beauséant

    No sabría decirte, ANONYMOUS, el mar siempre tiene gente 😉

    Gracias MUCHA, es un placer formar parte de esa locura 😉

    Tu amigo, LUZ, tenía una sabiduría zen. Los problemas no se arreglan corriendo, he tardado en aprenderlo, corres y corres hasta agotarte y cuando llegas, ahí están todos tus problemas esperando como si no hubiese pasado nada. Pero, y eso es lo importante, mientras corres no piensas en ellos. En esta ocasión creo que estamos de acuerdo con lo que dices, es lo que me gusta de escribir aquí, en un sitio publico, a veces te dan la razón y otras te la quitan, pero siempre se aprenden cosas por el camino.

    No soy un ludita, CABRÓNIDAS, eso seguro. La tecnología, si hago balance, creo que me ha aportado muchas cosas buenas y gran parte de los problemas que trae los hemos buscado nosotros mismos. Es verdad que puede ser adictivo, pero debemos saber cortar con ella cuando nos impida hacer nuestras vidas.
    Y sí, no hay nada más triste que intentar estar un día en el campo con alguien que quiere estar en cualquier otra parte, que hace las dos fotos correspondientes y ya quiere estar de vuelta.

    Lo de la cobertura lo tengo fácil, TORO SALVAJE, mi móvil se apaga sólo de vez en cuando y cuando hay una sombra encima suyo no hay forma de pillar cobertura 🙂 Al principio me enfadaba, ahora me tomo esos momentos como parte de la naturaleza. Hasta el día que tenga una urgencia, verás ese día 🙂

  • José A. García

    Ya comenzará el GPS a darte indicaciones sobre cómo llegar o salir de cualquier montaña…
    Cuanto más dependiente somos de estos aparatos menos nos relacionamos con el mundo, cuando acabemos pr percatarnos de ellos ya será tarde.

    Saludos,
    J.

  • Ángeles

    Yo tenía un amigo que me regañaba constantemente por mi falta de “compromiso” con la realidad. Me decía que no se puede vivir con la nariz en los libros, sin conocer lo que pasa a mi alrededor. Pretendía que le diese una opinión sobre cada cosa que decían en los informativos… Una pesadez, te lo aseguro.

    Yo creo que tengo una relación sana con la tecnología, me gusta, me es útil, pero no me obsesiona. Y cuando estoy en algunas de mis “montañas”, me olvido de ella. Lo que no sé, o no creo, es que ella se olvide de mí. Seguramente sabe dónde estoy, pero se hace la loca 😀

    Me ha encantado tu texto, tan lúcido como de costumbre.

    Saludos.

  • Jo

    será que con el tiempo uno no ambiciona las cosas superficiales o un tanto obvias… quizá lo que quereos es estar en paz. y eso no es poca ambición.

  • Krudo

    Existe algo muy extraño, yo pienso algo similar, siento que algunos lugares tiene algo especial reservado para nosotros, sabe se siente la mística.

    Te dejo un abrazo de esos que dicen un gusto saber de ti…

  • Manuela

    Es muy dificil encontrar el equilibrio entre estar al día y conservar lo que tiene solera. Pero no somos nosotros sino el tiempo el que va eligiendo en nuestro lugar.
    SAludos.

  • Beauséant

    Es una pelea perdida de antemano, JOSÉ A. GARCÍA, podemos intentar vivir sin tantos cacharros en algunos momentos, pero al final dependemos demasiado de ellos. Eso sí, esos breves momentos sin ellos hay que intentar no perderlos.

    He conocido muchas de esas personas, ÁNGELES, no lo hacen con mala intención, creo. Lo que pasa es que sienten que si siguen cada acontecimiento, si se informan de cada mínimo evento, entonces poseen la verdad, son dueños de la realidad. Es una tontería, porque el mundo seguirá girando con o sin nuestra participación. A mi me dan mucha pereza, la verdad, entiendo sus motivaciones y quizás hasta tengan razón pero… buff, escapar de la realidad siempre es demasiado tentador, ¿verdad?

    Esa, quizás, sea la mayor ambición de todas, JO

    Eso pasa a veces, ¿verdad, KRUDO?, llegas a un sitio que no has visto nunca, te bajas del coche olfateas el aire y dices, yo he estado aquí antes, aquí he sido feliz, quizás en otro momento, quizás en otra vida. De alguna forma sientes esa conexión que es imposible de explicar. Intento volver de vez en cuando a esos sitios, la magia del primer momento no dura para mucho, pero siempre queda algo.

    Una reflexión sabia, MANUELA, da igual lo que hagamos, el tiempo elegirá por nosotros. Por mucho que corramos, por mucho que peleemos, el tiempo eligirá

  • Frodo

    No se si era Garuda o cuál de las aves mitológicas de Oriente, la cuestión es que pasaba una vez al año y con su ala rozaba una montaña. Y el tiempo que tardaba en erosionarla por completo es el tiempo de los dioses.

    No tiene nada que ver con tu relato pero me gustó en su momento la novela “La Montaña Mágica de Mann, y me gusta esta canción:

    https://www.youtube.com/watch?v=hFQuw7BFFAA

    Abrazos!

  • José Luis

    Me ha encantado tu entrada, además de sentirme bastante identificado con lo que dices. Para mí la montaña es imprescindible para poder escucharme y escuchar la paz y tranquilidad de la naturaleza sin ruídos, ni móviles, ni noticias en las que se asomen cada día ministros de la hipocresía. Noticias, las de lavado de cerebro, las de no te muevas del sillón. Huyo de todo eso y cómo no del rebaño y de esas mentes zombificadas que siguen a los predicadores de mentiras y desgracias. Lo malo es que, a veces los zombies también quieren escaparse y te encuentras con alguno para desgracia de la montaña y de uno mismo.
    También cámara en ristre, me gusta subir a lugares donde la gente, teniendo que hacer algo de esfuerzo no sube, donde no hay una fuente para hacerse el selfie de los domingos y no sueltan su basura.
    Te aplaudo de pie y a sombrero quitado.
    Un abrazo.

  • Beauséant

    Una bonita combinación, FRODO, la canción me ha gustado mucho.. y sí, el título de la entrada esta puesto pensando en la novela, de la que no recuerdo gran cosa, un sanatorio en las montañas, reflexiones sobre el ser humano y todos muy intensos.. vaya, una de esas novelas que me gustan 😉

    Lo mejor para escaparse, JOSÉ LUIS, es caminar diez kilómetros del aparcamiento, tengo comprobado que a partir de ahí la gente empieza a desaparecer. Al principio ves gente con mesas, neveras y radios, avanzas un poco y quedan familias con niños y mochilas y partir de ese punto apenas quedan personas… Tampoco me engaño, creo que en cierto modo todos somos un poco zombies, escapamos de unas cosas para caer en otras. Lo que si intento es tener cierta autenticidad en las cosas que hago y pienso, reflexionarlas un poco antes de darlas por sentado.

  • Anonymous

    La unica manera que puedo escribirte es esta de otro no puedo comentar .No soy anónimo Soy Mucha

  • Alfred Comerma Prat

    Las montañas siempre nos miran por encima del hombro, por eso las subimos. Entonces descubrimos el paisaje y les damos las gracias por el esfuerzo.

  • magadeqamar

    hay pequeños universos que son de este mundo pero nuestros ojos se han vuelto algo tontos y ya solo ven en vez de mirar. Quedan espacios donde perderse, a veces en nuestra propia habitación, solo hay que tener la mente lo suficientemente abstracta para focalizar esos instantes, esos lugares.
    Amo la montaña, soy de montañas, así que siempre dan la serenidad y el respeto que merecen.
    La libertad está en las cosas sencillas, con las personas sencillas.
    Un beso.

  • Beauséant

    No es la mejor opción, MUCHA, Pero me alegra que hayas logrado una forma de comentar, muchas gracias por intentarlo hasta lograrlo 🙂

    Así es, ALFRED COMERMA PRAT, el esfuerzo siempre merece la pena. Por eso, aunque nunca lo haría, entiendo a ese puñado de locos que se juegan la vida intentando vencer a esos colosos.

    Me temo que es verdad, MAGADEQAMAR, cuando tienes algo ante los ojos demasiado rato, simplemente dejas de verlo, lo damos por sentado. Y eso nos pasa con demasiadas cosas, que las damos por sentado hasta que se marchan de nuestras vidas. Has usado la palabra respeto y si pudiese la subrayaría porque me parece que es lo primero que le hemos perdido a la naturaleza.

  • Mucha de la Torre

    Hola querido querida
    Me hace feliz ya que ahora puedo comentarte Hay algo en tu plataforma que blogger no me deja entrar normalmente como lo hago con otros blogs
    Me gusta como creces dia a dia en tu escribir En tu libertad de ser lo que eres un ser anonimo y bello bella
    abrazos siempre

  • Beauséant

    Sabía que algo bueno sabrías sacar de todo eso, MENTO, tengo muy mala memoria para las batallas ganadas, empiezo a sospechar que son… eso, inexistentes.

    Muchas gracias por esforzarte tanto en entrar, MUCHA, no me gusta mucho la plataforma de blogger, aunque es muy cómoda lo reconozco… Y muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.

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