hay personas que persiguen sus sueños…
Mi compañero de dos mesas más atrás aparece todas las mañanas con cuatro botellas que ha llenado en la fuente del vestÃbulo. Las alinea en formación sobre el escritorio y dedica la jornada laboral a terminar con su contenido mientras nos cuenta, una y otra vez, lo saludable de estar constantemente con el cuerpo lleno de agua.
A veces, en los dÃas de mucho trabajo, se olvida de su ritual hasta el momento en que apaga el ordenador. Maldice contenido su mala memoria y se lanza sobre las dos botellas que quedan en pie y las bebe a manos llenas entre boqueos, jadeos y muestras de pura desesperación. Es duro, nos dice, pero gracias a ese ritual vivirá un montón de años sin faltar un sólo dÃa al trabajo por una gripe o un cáncer envenenado.
En su entierro el director de la empresa entregará una insignia de agradecimiento a su viuda e hijos que sonreirán agradecidos de haberse librado de semejante gilipollas.
Mi compañero de contabilidad, con el que bajamos a desayunar todos los dÃas, se enfrentó al mismo problema de su triste mortalidad y encontró la solución opuesta: no hay dÃa que no tenga algo que celebrar con un bollo de grasiento chocolate y se hace acompañar a todas partes por un termo de una cerveza de alto octanaje que el mismo fabrica y que bebe a escondidas fingiendo ser un adicto al té.
Todos sabemos que no podemos contar con él hasta las doce de la mañana. A esa hora su cuerpo ha ingerido una buena parte del dorado elixir y su calva ha adquirido un saludable tono rosado. Es entonces cuando suele levantarse de su sitio para pasearse por toda la oficina dándonos palmadas en la espalda para felicitarnos por nuestro gran trabajo y para arengarnos con las tonterÃas que nos cuentan en los cursos de coaching a los que nos obligan a acudir.
Somos un equipo, grita subido a una silla en plena efervescencia. Somos la falange de este empresa que se abrirá camino hasta lo más alto del mercado. Ahà fuera debemos pelear cada dÃa porque somos leones, o tigres, o algún animal muy fiero. Nunca esas estúpidas gacelas que sólo saben correr despavoridas.
Ese pequeño circo le hace estar muy bien considerado por los encorbatados de la planta noble que dirigen el negocio. Lo que no saben es que el calvo regordete, afable y un poco alcohólico es, en el fondo, un terrible anarquista: cada viernes roba un paquete de posits de colores que se lleva a casa. He hecho los cálculos, si todos hiciésemos eso en treinta y cinco años nos habrÃamos llevado la empresa por delante. Chúpate esa camarada Bakunin.
Trabajamos en la planta veinte de una torre inmensa nacida en medio de ninguna parte. Un descampado en el que muchos pusieron sus ojos en los años felices de excavadoras y ladrillos pero que se quedo en una promesa dormida en el despacho de algún arquitecto. Cuando bajas del tren y la ves en aquella soledad lo primero que piensas es que no puede ser cierto, que hay algo erróneo y maligno en esa torre de Mordor a la que has decidido entregar los únicos años de tu vida que merecÃan la pena.
Desde mi ventanal veo cada dÃa una miriada de coches, caminos y nudos de autopistas que se desenvuelven ante mis ojos en completo silencio. Es una imagen mil veces repetida, indistinguible en su inicio o final. A veces toco con el dedo el cristal buscando una fisura, un hueco en esa realidad asfixiante.
Durante dos años tuve una tregua: ella trabajaba dos plantas más abajo y todos esos dÃas con sus noches los pasamos haciendo planes de huida de aquella espiral. ComprarÃamos una vieja furgoneta con la que verÃamos mundo y al volver, llenos de anécdotas, tendrÃamos un hijo o un perro, eso aún no lo sabÃamos, en una casa con un jardÃn.
Ni tan siquiera parecÃa un sueño complicado e inaccesible, pero al final todo se pudre. Es es la única certeza que siempre viaja contigo.
El resto de años los pasamos bajando la cabeza cada vez que nos cruzábamos en la oficina y nos dedicamos con ahÃnco a destruir toda esa vida en común hasta que un dÃa ella desapareció dejando tras de si una postal que aún ondea en la puerta de mi nevera. Unas lÃneas y un par de fotos de prados enormes en algún lugar de Escocia: Aquà todo es verde y desde mi casa veo las montañas. Creo que esto te gustarÃa.
Aún hoy no puedo saber si esa última frase era una invitación o un acta notarial de nuestro fracaso.
TenÃas razón: hay personas que persiguen sus sueños y otras que se ahogan irremediablemente en ellos.
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19 Comments
Athenea
Los sueños son el elexir que que da forma a todo lo que rodea nuestra mundana “calma”
Hacen que cada momento se esfume estre lo que se siente, persigue y palpa.
Y… Tras el ventanal de la madrugada nacen cada dÃa los cientos de sueños que consume la vorágine de cada mirada ..
Compartida
Esquivada
Evitada
Lúcida
Nublada
Gris o as-falta-da
Pero es el camino quien nos llevará a ese nuevo instante que es mañana
Abrazo de luz ✴
Brisa
Lo has escrito tan bonito, que no puedo imaginar una rendición,. Solo puedo invitarte ( y esto ten por seguro que es una invitación) a aprender a nadar para mantener a flote tus sueños o que les construyas una barca para pasearlos o para seguirlos.
Al final todo es cuestión de ser creativo para abrir nuevas opciones de esas que empiezan con un primer paso y sinceramente creo que tú de creatividad tienes mucha y en plan gourmet 🙂
Toro Salvaje
Y otras que ya no sueñan porque vieron que todos los sueños acaban convirtiéndose con el tiempo en una rutina gris.
Saludos.
jordi M. Novas
Voy a hurgar más por este blog…
MUCHA
perseguir los sueños y cuando uno arriba ve que ya no son sueños sino realidades a seguir
Beauseant
Athenea, los sueños abren el camino, es cierto, es una bonita forma de verlo… Y si ese camino esta muy cerrado o no aparece en el mapa, Brisa, siempre podemos inventarnos una salida, tienes razón 😉 Un compañero siempre me decÃa que sÃ, que tenÃa mucha imaginación, pero de la mala 🙂
Supongo que cualquier cosa, Toro Salvaje, que se persiga durante mucho tiempo sin lograrse acaba siendo algo rutinario y gris. Creo que los sueños deben mutar, deben convertirse y adaptarse, es la fina lÃnea entre un sueño y una obsesión. Y sÃ, MUCHA, con un poco de suerte acaban siendo realidades, pero para eso hace mucho trabajo y el éxito no esta garantizado, nunca lo esta, ¿verdad?
Es todo tuyo, Jordi M.Novas, ha estados unos dÃas un poco temperamental, pero ahora se puede visitar sin problemas 😉
kadannek
Me duele tu escrito, me incomoda el ambiente de oficina, con sus trastornados, cada uno lidiando con sus tormentos y egos. Pero más me duele el final, la rendición, la falta de entereza, el no persistir ante algo que te habrÃa hecho feliz. Esa frase en la postal no era para restregarte en la cara el fracaso, sino el que extraña lo que tuvieron y que te querrÃa ahÃ. Tampoco digo que sea una invitación directa, pero sà la muestra de una nostálgica ilusión.
Me gusta leerte, asà sea melancólico.
MUCHA
, el amor tiene más de danza que de analisis 😉
Jo
De pronto me topé con que tengo compañeros como los describes, parece que hay especies que se repiten en las oficinas. Aún no se sà soy alguna.
Tienes frases para enmarcar justo para robarme descaradamente y obviamente, hasta pensé en el último capÃtulo de Mad MEn
Gracias pr tus palabras
Beauseant
En realidad no hay forma de saberlo, kadannek, quizás era una invitación quizás era una nostálgica ilusión (me encanta esa frase) al final las cosas, simplemente, son… A veces sólo quieres escapar de ese tipos de ambientes que te van haciendo cada vez más pequeños y ves cosas donde no hay nada. No hay forma de saberlo.
Sospecho, Jo, que todos debemos pertenece a alguna. Quizás porque sea cierto, o quizás porque nos gusta clasificar a las personas, ¿no?
Reconozco que no he podido acabar de ver MadMen, avance bastantes temporadas, pero era demasiado opresivo, demasiado correr para no llegar a ningún sitio.. Me dejaba mal cuerpo, que supongo que era el objetivo de la serie, claro…
MarÃa
No por favor! si llego a saber que habÃas escrito algo como lo que te acabo de leer hubiera venido disparada a echarte el mitin 😉
Precisamente hoy que mi amigo escritor ¿recuerdas mi entrada? 😉 ¡¡ HA HECHO REALIDAD SU SUEÑO Y HA CONSEGUIDO LOS 100 micro-minúsculos -insignificantes- mecenas algo imposible e impensable hace solo unas semanas hoy ES REAL.
¿Quien nos impide perseguir nuestros sueños? nosotros mismos cuando dejamos de creer en ellos, no hay más razón.
Uno no se ahoga en sus sueños, no… LOS ABANDONAMOS.
Súper plástica la manera en la que describes el ambiente en el que trabajas jaja estás rodeado de personajes ¿eh? tú puedes buscar tus praderas escocesas, puedes encontrar otra ella o lo que sea… vale un perro tb 😉 … puedes hacer lo que desees con tu vida si tienes claro qué y estás dispuesto a pagar el precio de ese viaje … los sueños nunca son baratos.. no hay ofertas, pero cuesten lo que cuesten son el motor de la vida … sin ellos sobrevivimos … a algunos les vale, a ti no… por eso escribes como escribes.
No dejes que ninguna empresa plantada en medio de la nada por muy alto que tenga las oficinas te haga olvidar que tú eres mucho más que el que se sienta en la mesa del que se ensapa de agua 😉
Por eso te leemos. No eres nada habitual en ningún sentido.. lo sabes, solo te l o recuerdo. Ãnimo!
Un besito … ¿ en 20 plantas no vas a encontrar otra ella? no me lo puedo creer … mañana llévate prismáticos a la oficina 😉
isaac
Hermano, quizás solo se trate de tener coraje… aveces se tiene y otras veces no… y … en cualquier caso habrá que amarse…
Luz y Sueños, claro…
Beauseant
Ya sabes, MarÃa, uno escribe estas cosas para desahogarse un poco, no hay que tomarse uno muy en serio que luego nos venimos arriba 😉
Es cierto, el tÃtulo habrÃa quedado muy largo, serÃa algo como: hay personas que persiguen sus sueños, otros se ahogan en ellos y otros los abandonan.. Tampoco creo que sea malo abandonarlos, lo malo es cuando los abandonas, pero quieres volver a ellos después, cuando ya no tiene sentido.
Me alegro mucho por tu amigo. A veces internet tiene cosas buenas, aunque supongo que sabrá que sin tu ayuda no lo habrÃa conseguido 😉
Algún dÃa mis compañeros de trabajo encontrarán este sitio y entonces tendré serios problemas 🙂 Mientras tanto me camuflo perfectamente, ellos con sus neuras y sus tonterÃas y yo con las mÃas. Creo que estamos todos un poco trastornados, la verdad.
Veinte plantas, sÃ, tienes razón, la estadÃstica esta de mi parte..
Muchas gracias.. Un abrazo.
Coraje, exacto, Isaac, coraje para ir a por las cosas y para aceptar su pérdida.. Para ser responsable de lo que uno hace o, peor, de lo que no hace….
virginia
Tanta belleza alrededor y siempre estamos perdiendo el tiempo con sandeces.
Besitos
Beauseant
Ya, Virginia, pero si lo resumo asà me quedo sin texto 🙂 casi mejor me abro un twiter de esos.. pero sÃ.
Maman Bohème
A mi me gustan los textos largos y descriptivos. Como describes a la gente , sus rarezas, sus manÃas o debilidades. Esas “cosas” que todos tenemos y que otros se encargan de descubrirnos.
Nuestro alrededor cercano o lejano da para crear historias con las que expresar un buen o mal dÃa o simplemente ideas que nos rondan en la cabeza.
Todos soñamos. Los sueños son las ilusiones que nos hacen seguir adelante. Algunos podrán cumplirse, otros se quedarán en eso, en sueños. No todo es posible o no tenemos el coraje para realizarlos. Sea lo que sea, nadie podrÃa vivir sin soñar en algo que nos permita ser un poco más felices cada dÃa.
Un abrazo!
Prozac
Lo bueno de los sueños no es que se cumplan, sino el simple hecho de soñar, de esperar, de planear, de ilusionarse, y si un sueño se pudre, siempre aparecerá otro por el horizonte.
Saludos
Beauséant
Gracias, Maman Bohème todo el mundo tiene alguna manÃa o algún punto extraño, lo que pasa que es complicado verlos en uno mismo. A mi me gusta exagerar un poco, lo reconozco, para hacerlo más “literario” . Como dices, quizás lo importante sea tener el coraje de afrontarlos.. Como dice Prozac, un nombre muy apropiado por cierto, lo importante es no dejar de tenerlos, y saber que algunos se podrán acabar, pero siempre debemos tener otros en la recámara para no dejar de moverse, ¿verdad?
John
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