leer,  mirar

el espíritu del bosque

El espíritu del bosque es un corderito que bala inconsolable mientras huye entre árboles en llamas.

No siempre ha sido esa criatura indefensa. En el principio de los tiempos, antes de la llegada de la raza de los hombres, recorría sus dominios convertido en un toro de color negro. Una bestia enorme, fuerte y terrorífica que aceptaba y hacía cumplir las inexorables y sagradas leyes de la naturaleza. El camino de la vida hacia el inevitable final, los cambios de las estaciones… un sistema equilibrado y justo que todos los animales aceptaban.

Esa armonía se vino abajo con la aparición de una nueva raza, los humanos. Tan desnudos, tan indefensos y dignos de lástima que nadie los consideró nunca una amenaza. Pero eran hábiles, eran crueles y no aceptaban las leyes naturales. Ellos deseaban imponer su propio orden y lo lograron poco a poco porque nunca se daban por vencidos. Eso es algo que los habitantes del bosque comprendieron enseguida.

Que nunca se rendían.

En el norte de todos sus actos reinaba una ciega determinación, una especie de ira, de fuerza interior que les impedía retroceder. Profetas de la destrucción, abanderados de la muerte por el simple placer de arrebatar una vida, de poseer algo hasta extinguirlo.

El poder del espíritu del bosque, podía sentirlo en lo más hondo de sus entrañas, había ido menguando con cada paso de las estaciones ante aquella nueva raza que arrasaba todo a su paso. Morían y renacían en cantidades absurdas como una infinita serpiente uróboro ocupando cada vez más territorio, exigiendo tributos en nombre de unos nuevos dioses ajenos a las leyes de la naturaleza.

La tierra, que en tiempos sanaba sus heridas, estaba contaminada, el aire corrupto anegaba sus pulmones. Cada vez más débil hasta que su poder desapareció por completo y despertó convertido en esa estúpida criatura que no dejaba de gritar y llorar aterrada. No pudo ordenar sus ideas ni analizar lo que había ocurrido, el miedo gobernaba sus débiles extremidades y un único pensamiento recorría electrificando todo su cuerpo con una única orden, casi, casi, una súplica.

¡Corre!

El fuego lo devora todo a su alrededor, las ramas de los árboles en llamas como brazos levantados suplicando clemencia, sus patitas temblando convertidas en débiles resortes de un reloj estropeado. Corre sin rumbo, salta sobre el río lleno de peces muertos que flotan mostrando sus plateadas tripas y se adentra en el corazón del bosque. Un lugar sin apenas luz donde se enreda en arbustos y ramas de árboles que ya eran viejos cuando él pisó aquellas tierras por primera vez.

Ahí estará a salvo pero no sabe hasta cuando. Su tiempo se ha terminado, no hay después, es el fin de los viejos dioses, del antiguo orden. Esa nueva raza irá haciendo cada vez más pequeño su mundo hasta hacerlo desaparecer, hasta que no sea más que leyendas y tradiciones contadas por los ancianos a la luz de las hogueras ante unos ojos asombrados que dudarán de todo lo que escuchen.


Discover more from El artista del alambre

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

19 Comments

  • Joiel

    Ahora su tiempo es el de las leyendas, ya es inmortal. Qué canto de libertad con la garganta rota de tanto cantar a los bosques.

  • gabiliante

    La Naturaleza es eterna, y con la ayuda del tiempo nos destruirá a todos, da igual lo que tarde , estamos perdidos. En breve no seremos más que una anecdota para la Naturaleza.
    Lo de la persistencia es cierto, nuestro éxito cazador prehistórico consistía en perseguir a la presa hasta que se agotara, algo que ninguna otra especie hace, creo.
    El zorro te ha visto , eh?
    No irías de turista a una de esas cacerías de zorro, no? Porque estas fotos son aún del viaje. Ese verde turquesa del prado es de alli, no?

  • Beauséant

    Hay una fina línea entre ser inmortal y convertirse en un recuerdo, JOIEL, pocas cosas resisten el paso del tiempo. Hasta los grandes héroes acaban convertidos en olvidos con el paso de los años.

    Nuestra victoria, la de la humanidad, GABILIANTE, será nuestra derrota. Cuando hayamos ganado y doblegado por fin a la naturaleza entonces estaremos perdidos, dependemos de ella y de ese delicado equilibrio por más que no queramos verlo… la fotografía, las dos, son cerca de la frontera con Portugal, no sabría decirte el lugar exacto, esos colores salieron raros por la hora y porque apenas tuve tiempo a configurar la cámara. El zorro estaba ahí y en dos segundos no estaba, pero sí, me miro un rato y se quedo quieto evaluando si lo que llevaba encima era una escopeta o una cámara… No podría estar en una cacería de ningún tipo, buff, qué horror 🙂

  • elrefugiodelasceta

    Las peores alimañas siempre pasan desapercibidas y por la puerta de atrás. Los que aparentan ser poca cosa, de esos, hay que alejarse. Los que dan pena al final han aprendido que con la pena se apiadan de ellos y saben nutrirse de los demás. Es la nuestra, como bien dices, una especie penosa, que mata, que ahoga, que contamina. No solo al bosque, sino a ella misma y en su propia contra. ¿Qué puede haber de más lamentable?

  • José Luis

    Una historia contada en un pasado que será el de esa humanidad. Da igual la de antes o la de ahora. Los intereses siempre la han dominado. Y da igual de qué color o “razón” se vistan. Los animales sólo pueden asistir indefensos hacia ese final que nos espera a todos.
    Es muy triste y no hay mucho que añadir a algo que no viene de ahora.
    Lo que importa, que es lo que quieres transmitir, es tu forma de hacerlo. De una manera magistral, dominando los tiempos.
    Saludos, Beauséant.

  • Citu

    Bello relato aunque el final te llena de pena. El mundo va cambiado y matamos todo lo bello y mágico. Te mando un beso.

  • Mucha de la Torre

    Me gusta cuando escribes y estás en tus silencios mi vpz no te llega
    mis manos no te tocan……

  • Cabrónidas

    Mira la que hay liada en Canadá. Más de 400 incendios forestales activos; miles de evacuados; cientos de animales carbonizados… Mañana será en otro lugar, y así…

  • Toro Salvaje

    Debo tener un grave problema.
    La derrota de los humanos no me parece triste ni dolorosa.
    No hay que ser muy listo para darse cuenta de que somos el cáncer del planeta.

    Saludos.

  • Mucha de la Torre

    Brindo por tu entrada
    por el sin mañana.
    por la gente sin rencores.
    Por la pasión que hay dentro tuyo
    Brindo por la paz del mundo
    y de todos nosotros.
    Por escribir en positivo
    Por el verano que aquí está
    Brindo por tu forma de escribir que es una verdad

  • Beauséant

    Me fastidia, y duele, darte la razón, elrefugiodelasceta, pero por desgracia has descrito muy bien a ciertas personas que saben encontrar la manera de manipular, de salirse siempre con la suya. Son personas que van desechando cosas, relaciones, personas, sentimientos, los agotan hasta dejarlos como cáscaras vacías y entonces van a por la siguiente víctima.

    Paciencia y fundido a negro, tonYerik, me gusta mucho esa frase 🙂

    Muchas gracias, José Luis, era una historia que me apetecía contar. A veces creo que eso, el contar algo, levantar una especie de acta notarial no sirve de nada, pero me niego a no contarlo, a no poder, al menos, ser consciente de lo que se nos viene encima… Los animales quizás han perdido la batalla, pero la naturaleza la acabará ganando porque nuestra victoria sobre ella será nuestra derrota.

    Cada vez queda menos magia, Citu, la hemos ido desterrando de nuestras vidas… una pena, ¿verdad?

    Las palabras pueden llegar a sitios donde las manos no alcanzan, Mucha de la Torre, nos pueden hacer sentir más cerca a pesar de la distancia. Gracias por tus palabras y sí, tenemos un verano aquí mismo, listo para llenarlo de cosas, de palabras, de momentos y de fotografías.

    Algo que me preocupa mucho de lo que cuentas, Cabrónidas, es que casi ha desaparecido de las noticias. Antes ese tipo de incendios abrían los telediarios, ahora parece que los hemos convertido en rutina y eso es aterrador. La raza humana tiene una facilidad para normalizar lo que no es normal que asusta.. es un instinto de supervivencia,claro.

    Dolorosa creo que sí lo será, Toro Salvaje, quizás para nosotros se convierta en incomodidades, pero las generaciones que vengan detrás sufrirán mucho por nuestros actos, cada vez lo tengo más claro.

  • María

    ¡Fíjate! solo ya la imagen del corderito corriendo por esa pradera mitad verde, mitad parda ( seguro que es por efecto de la luz) parece una metáfora de la parte paradisíaca, de la naturaleza donde está y la parte árida y reseca que queda al otro lado donde todo muere. Porque es verdad que en el principio de los tiempos la naturaleza imponía su ley y era dueña y señora de todo, con esa fortaleza que tú simbolizas en un poderosos toro. Entonces el hombre no era más que una simple pieza en un tablero donde sobre el papel físicamente parecía un ser débil comparado con el resto, ninguna de sus cualidades físicas hacían presagiar que se iba a convertir en el depredador despiadado que ha resultado ser. Como todos, se sometía a los ciclos estacionales, climatológicos y hasta lunares que eran los que imponían el devenir de los días, mirando al cielo y a la tierra porque de lo que sucediera en ellos dependía su supervivencia. A medida que el hombre fue adquiriendo poder sobre el medio y se fue separando más y más de la tierra, dejó de tener en cuenta estas normas y las moduló a su conveniencia hasta prescindir totalmente de sus designios. Ahora se planta en invierno fresas y lombarda en agosto porque los invernaderos suplen la climatología, los pesticidas limpian de plagas las cosechas, plantando en un desierto cosechas de regadío porque extrae el agua de donde la haya para llevarla a donde le convenga, todo esto ha alterado los ecosistemas y las leyes naturales del autoabastecimiento. Usa rifles contra los elefantes y cargas de profundidad contra los peces, quema los montes para convertirlos en pastizales o para construir urbanizaciones, lo que haga falta con tal de obtener beneficios a costa de cualquier precio y sí, por eso ese poderoso toro se ha convertido en un corderito asustado, o ese zorro con mirada triste acurrucado tras los matorrales…aunque yo, por esta vez, voy a ser mucho más tremebunda que tú, porque no tengo muy claro que dentro de unos años queden hogueras alrededor de las cueles recordar lo que fue y ya no exista… me temo mucho que aun nos queda por ver qué nos aguarda cuando ese corderito se harte de nosotros y empiece a escupir fuego por la boca y rayos por sus ojos, cuando la Tierra empiece a temblar y a abrirse soltando magma por todos lados saturada de tanto desmadre planetario, se nos olvida que nosotros estamos aquí de paso e igual que desaparecieron otras civilizaciones e incluso los inmensos y poderosos dinosaurios, nosotros vamos por el mismo camino salvo que un día caigamos del caballo como Pablo de Tarso y volvamos a conciliarnos con la Diosa Naturaleza, que al final es la única que de verdad existe y ahora mismo despreciamos tantísimo : (

    ¿Cómo pudiste hacerle esa foto al zorro? Huyen despavoridos en cuanto ven un humano. Seguro que os cruzasteis la mirada y comprendió que contigo estaba a salvo ; )

    Un beso muy grande y gracias por estos regalos tuyos, siempre es un gusto venir aquí!

    PD
    Nos veo viendo fractales en un ordenador ruprestre enterrados bajo tierra, a falta de paisajes preciosos que disfrutar fuera.. habrá que disfrutarlos intnsamente mientras aun existan : )

  • Beauséant

    La verdad, MARÍA, es que en condiciones normales no habría subido esas dos fotos porque técnicamente no son buenas. Suelo llevar la cámara en modos muy manuales y apenas tuve tiempo de ajustar la cámara a los valores correctos, el encuadre es un desastre, mucho ruido… Pero las subí porque, de alguna manera, son fotografías únicas, en el sentido de que fueron un puro instante y desaparecieron…. La del zorro fue muy extraña porque lo vi de re filón y el se quedó muy quieto sin huir. Casi sin respirar levanté la cámara e hice la foto, cuando intenté hacer una segunda con los valores correctos desapareció, como si dos fotos ya fuesen demasiado para él 🙂

    Entiendo que la humanidad quiera adaptar la naturaleza porque la naturaleza es muy dura. Alguien como yo, sin ir más lejos, no habría sobrevivido ni diez minutos en un mundo totalmente natural, simplemente habría servido de aperitivo a alguien más fuerte y mejor preparado 🙂 Así que entiendo esa búsqueda de comodidad, de poder descansar un poco de tanta supervivencia. El problema es lo que dices, los beneficios descontrolados, el quemar medio monte por subir media décima los beneficios de una compañía, el pelotazo urbanístico aunque destroce por completo un lugar que era un vergel… Eso es lo que me supera, esa necesidad de ir hasta el extremo, de exprimirlo todo porque, total, o lo hago yo o lo harán otros, que es una de las frases que más asco me produce porque así estamos, todos ciegos, todos sordos, todos mudos…

    Hay una gráfica que me gusta mucho que pone en un reloj de manecillas la historia de la tierra, resulta que los humanos llevamos aquí poco menos de un minuto y que no hubo nada parecido a vida hasta las ocho de la tarde:

    https://volcanismandgeology.files.wordpress.com/2020/03/tiempo-geolc3b3gico.jpg

    Cada vez que la miro me doy cuenta de lo poco que somos y de lo que dices, que en algún momento alguna mano golpeará ese despertador con furia y volver a poner el contador a cero sin nosotros. No creo que sea agradable, a la naturaleza le preocupa poco nuestro sufrimiento. Como le decía a TORO SALVAJE ahí arriba, es posible que nosotros sólo suframos leves incomodidades, veranos horribles, restricciones de agua, la playa de nuestra infancia desaparecida… Las generaciones siguientes son las que deberían empezar a a amotinarse contra la nuestra, pero no tienen herramientas, ni la fuerza necesaria… No, no veo razones para ese optimismo, la verdad… mejor voy desenterrando ese viejo ordenador en el que veía los fractales en mi infancia, cuando llegué el fin del mundo ese cacharro seguirá funcionando, eso seguro.

    Gracias a ti por ampliar y hacer mejores mis entradas 🙂 Un abrazo

  • Doctor Krapp

    Yo no le daría tanta importancia a los humanos que solo ejercen un dominio momentáneo y fugaz. Al final la naturaleza y el espíritu del bosque se repondrán, volverá el toro y le lanzarán una cornada mortal a esta especie invasora y superflua.

    Saludos

  • Milena

    Así veo yo también el panorama… la cosa tienen ya poco arreglo…
    Y no me extrañaría nada que cualquier día todo desaparezca en un segundo… antes de la gran sequía que nos espera a la vuelta de la esquina etc etc
    ¿Te transmitió algo el zorro telepáticamente?

  • Anonymous

    Quedó como inmortal y creo además ese espíritu aún reina en los bosques 🙂
    que entrada mas bonita y así las fotografías

    Cora

  • Beauséant

    Es complicado saber lo que nos deparará el futuro, DOCTOR KRAPP, pero sí, si tuviese que apostar por alguien no sería por la raza humana…

    Esa sensación de haber cruzado el punto de no retorno, ¿verdad, MILENA?, es lo que parece… El zorro me miro y escuché una voz que decía en mi cabeza, “lo has entendido todo mal”, pero no sé si sería el zorro porque es algo que escucho cada mañana nada más despertarme…

    Gracias, CORA… Yo también creo que siguen reinando en los bosques, acorralado, casi vencido, pero aún sigue siendo su dominio…

    Es verdad, JOSÉ A. GARCÍA, es algo recurrente en las películas de Miyazaki, aunque él lo hace con mucho estilo y con todo el peso de la mitología japonesa tras de sí, que no es poco 🙂

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *