ego sum lux mundi
Siglo XVI, un monasterio benedictino en Alemania. Bosques infinitos, un silencio inquebrantable envolviendo una época convulsa que siempre parece danzando cerca del abismo. Y tiempo, mucho tiempo libre en esas noches que siempre llegan sin avisar y que parecen encaramarse sobre los altos muros de aquel edificio, mitad monasterio mitad fortaleza, para cubrirlo todo de frío y silencio.
Allí un monje, casi en el mismo instante que Copérnico intentaba ordenar las piezas del rompecabezas celestial, desarrolló su propia teoría sobre el origen del mundo.
Ese monje, del que sólo sabemos su nombre, Marcus, rechazaba el cósmico chasquido de dedos que puso en marcha todo lo que conocemos. No, para el bueno de Marcus, Dios, como principio creador, hizo un sacrificio aún mayor: entregó partes de su cuerpo en cada paso de la creación. Así, como si se tratase de una celestial estrella de mar, fue dejando partes de su anatomía que sirvieron de alimento y chispa primigenia para el nacimiento del cosmos.
Con alambicada caligrafía y bellísimas ilustraciones, Marcus nos desgrana como los dedos divinos crearon las montañas, su aliento creador (göttlichen Atem) los vientos, el cabello los bosques, el sudor, porque según Marcus Dios sudaba, el mar… así hasta el séptimo día, cuando se retiro a descansar y, suponemos, a recomponer los trozos perdidos de su morfología.
De esta forma el sacrificio de Dios llegó aún más lejos que limitarse a entregar a su hijo para que una panda de cafres lo alicatasen en una cruz. No, Dios llegó a poner en riesgo su propia vida para crear todo lo que conocemos. Lo cual nos plantea numerosas dudas sobre la inmortalidad y la propia divinidad de ese ser del que habla el monje, dudas que no son respondidas en ninguna parte de sus escritos.
Pero es la luz, la luz divina, lo que más ocupaba los estudios del monje.
La luz que lo cubre todo, incluso la oscuridad, porque esa oscuridad que él veía llegar cada atardecer desde las almenas del convento estaba compuesta de partículas de luz. Una luz, escribió, que contenía la parte más preciada de Dios: sus pensamientos.
Cada rayo, cada filamento que se cuela por el hueco de las puertas y ventanas, es directamente una idea que tuvo Dios en el inicio de todo. Esa será la piedra angular del pensamiento del monje.
Con complicados instrumentos de medida y a lo largo de penosas horas de observación, Marcus se propuso destilar esa incandescencia para atrapar los pensamientos del supremo hacedor. En sus más profundos delirios soñaba con poder hablar con Dios en una línea directa, nada de rezos que resonoban a hueco en las paredes de piedra y de los que nunca llegaba acuse de recibo.
De todo eso habla a lo largo de numerosos manuscritos de los que nos ha llegado una parte muy pequeña, la mayoría fueron convertidos en palimpsestos y usados como borradores para los futuros aprendices del convento.
Y es que no tuvo una vida alegre nuestro monje. En algunas anotaciones en los márgenes desgrana con amargura las acusaciones al Abad por parte de sus compañeros por saltarse los maitines y las misas diarias. Pobre necios, anota, ellos buscando a Dios en esos claustros que huelen a moho cuando pueden encontrarlo en los primeros rayos de sol de la mañana.
No sabemos mucho más de su vida, todo siguió su curso sin que dejase ninguna huella. El rastro de Marcus se perdió en el tiempo, Copérnico brilló con luz propia. Ambos pelearon por una idea con el mismo ahínco, ambos entregaron su vida a ella y ambos se enfrentaron al pensamiento de su época.
Pero no todas las luces arden con la misma intensidad ni todas las vidas nacen para ser contadas.
Me gustaría que hubiese un genero literario que hablase de las biografías fracasadas, de las más hermosas derrotas, de aquellos que pelearon con todo lo que tuvieron a mano pero lo hicieron con las armas de los perdedores.
Una literatura que nos mostrase que no todas las luchas, no todos los esfuerzos, tienen alguna recompensa. Que podemos pasar nuestras vidas persiguiendo una ilusión, entregados a a una fantasía que nunca se hará realidad. Pero que es eso, la lucha, la pelea, la búsqueda, lo que hacen dignas las vidas.
¿El éxito?, el éxito al final es puro azar, nunca depende de nosotros. Marcus bien sabía eso. La pelea, la pelea es lo único que cuenta.
Hoy he visto el sol de las vidrieras de la catedral y lo he hecho con los ojos de Marcus. Entre los rayos del sol me ha parecido contemplar eso que él buscó con tanto ahínco.
22 Comments
Joiel
Qué gozosa lectura y qué gozosa derrota del incomprendido.
Ángeles
Me ha encantado la maravillosa teoría de la creación de Marcus y tu forma de transmitirla.
También me gusta mucho tu reflexión sobre los luchadores fracasados, y cómo no, las ilustraciones. En particular la del rosetón y el faro es una belleza, tanto la foto en sí como el concepto.
Te felicito por esta entrada.
Beauséant
Muchas gracias, JOIEL, creo que hay cierta nobleza en todas esas peleas condenadas al fracaso… en ese empeño casi suicida en llamar a todas las puertas aún sabiendo que nadie responderá al otro lado.
Gracias, ÁNGELES, muchas gracias, ¿sabes?, con este tipo de textos siempre tengo miedo de publicarlos, son un poco largos, quizás raros y hasta confusos, pero me gusta escribirlos y, bueno, me da pena no publicarlos…
gracias a los dos por llegar hasta el final… Un abrazo
tonYerik
¡Hoy te has lucido…!
Una gozosa utopía la del monje. Vamos locos sin pararnos a mirar en estos tiempos extraños.
Bueno yo estoy en perder el tiempo que me dice alguno, total ya es lo mas importante que me queda por hacer… Mirar e intentar no perder una brizna de aire y esa luz, que ya cuento hacia atrás.
Salud.
La chica del Universo
Gracias, por documentarios sobre la creación de Marcus, pero él hizo lo mismo que Dios, el creo sin esperar nada a cambio y ese es el verdadero éxito, el no esperaba ser alabado eso lo hace el ego, el vio a Dios y a su belleza y hablaba de eso, en mi opinión estaba más cerca de Dios que los que rezaban sin hacer nada más que rezar, aunque realmente los que rezan hacen algo, lo que la gente no se documenta y no sabe lo que representa rezar y la vibración que cada palabra contiene y lo potente que es. Para mi éxito es tener la vida para la que sabes que estás viviendo, sin necesidades egoicas de ser reconocido. Sólo actuando desde tu propia alma. Y esa luz es la belleza. Aunque para que haya creación, vida siempre tiene que haber oscuridad porqué sin ella, la luz no sería vista. Éxito y fracaso son lo mismo en sí. Lo que el humano tiende a comparar. Ese es el error. Un saludo y gracias porqué tus fotos sacan la luz. Que llevas dentro.
José A. García
No son exactamente biografías fracasadas, pero en “Historia universal de la infamia” de Borges y en los libros “Vacío perfecto”, “Provocación” y “Magnitud imaginaria” de S. Lem, hay algo similar en relación a vidas y libros que no existen.
La historia de Marcus me resulta de lo más interesante.
Saludos,
J.
Joselu
Me han dejado un libro, inencontrable actualmente, que se titula “La felicidad de la pobreza noble” de Koji Nakano, japonés. En el se describen vidas consagradas a la nobleza del espíritu vividas en la más absoluta pobreza. El subtítulo del libro es “Vivir con modestia, pensar con grandeza” y creo que en ello va perfectamente la historia que hoy nos traes del monje Markus, que no pensaba ni en la riqueza ni en la fama ni en el poder, sino en vivir modestamente de acuerdo con sus ideas y convicciones. Una vida dedicada a la investigación, a la fe, entendida de otro modo que sus compañeros monjes. Así la luz que él observaba llegó a lo más profundo de su espíritu. No hay fracaso. Tampoco éxito. Saludos.
Cabrónidas
Por más que pase el tiempo, mil veces algunos irán a contracorriente y mil veces serán, ya no señalados, sino apartados.
Gabiliante
Tu ves diciendo por ahí, que ña lucha no tiene fruto, y que eso tiene el mismo interés que el éxito y el triunfo, y verás cuanto duras en la empresa que trabajas. Reza a San Marcus para que tu jefe no lea esto.
Mucho mejor esta versión que la de la iglesia, incluso mucho mejor que la de coperrnico, tan prosaica. Este marcus era un poeta de la imaginacion.
Esta teoría del reparto de sus partes para crear el mundo no es ni más ni menos que el big bang. Y las cosas que quedan sin explicar en su teoría…¿ tu no has oído hablar de los finales abiertos? Pues Marcus inventó, los principios sbiertos; y los intermedios.
Abrazoo
Beauséant
Gracias, TONYERIK, gozosa utopía me parece una combinación maravillosa para resumir toda una vida. Es bueno cuando comprendes que puedes perder algo de ese tiempo que atesoramos en contemplar una brizna de hierba o un amanecer. Marcus bien sabía eso.
Muy buena reflexión, LA CHICA DEL UNIVERSO, vivimos unos tiempos en que parece que cada acto debe tener alguna justificación detrás, algo que alimente nuestro ego o nuestros bolsillos. Como bien dices, tener la vida para la que sabes que estás viviendo, sin necesidades egoicas de ser reconocido, debería ser la meta de todas nuestras existencias, pero nos perdemos tanto en caminos y curvas… Tanta comparación, tanta competencia y para qué, para tantas vidas huecas.
Precisamente estaba buscando leer algo de Stanisław, JOSÉ A. GARCÍA, porque sólo me he leído lo más conocido y, además, hace muchos años que, sospecho, me perdí muchos matices, la juventud ya sabes. Tomo nota, gracias.
Plantea una pregunta interesante, JOSELU, y es, ¿qué significa nobleza espíritu?. Es decir, dependerá de la escala de valores de cada uno, es lo primero que habría que definir. ¿Se podría alcanzar esa nobleza sin la pobreza?… Para que es el dinero quién todo lo corrompe, pero quizás sólo a aquellas personas que desean ser corrompidas. Marcus entrego su vida a una idea y, tienes razón, supo encontrar una luz que seguir, su propia brújula moral.
Nos dan miedo los que se salen del rebaño, CABRÓNIDAS, por un lado nos aterra que tengan razón y nos hagan quedar como idiotas al resto y, por otro, no queremos que nadie nos diga que aquello en lo que hemos creído con tanto ahínco era una mentira. Señalados, difamados y hasta aniquilados, así se escribe la historia.
Siempre poniendo el punto de cinismo/realismo, GABILIANTE, 🙂 Si mi jefe se entera de la mitad de las cosas que pienso, el despido será el menor de mis problemas. Sospecho que a Marcus le pasaba algo parecido, tenía demasiadas cosas dentro y no encontraba la manera de soltarlas fuera.. hoy en día seguro que sería un guionista de éxito… o tendría un blog, que no es lo mismo, pero ayuda.
Toro Salvaje
De lo mejor que he leído en mucho tiempo.
No sé si Marcus existió o cuántos Marcus desconocidos albergó el mundo pero todos merecen mi respeto.
La gran duda sobre el origen de todo sigue sin ser desvelada.
Millones y millones de humanos a lo largo de la historia se han estrellado contra ese muro infranqueable.
Saludos.
laacantha
¡El texto es precioso! Desde el inicio de la civilización, me refiero de la civilización que conocemos más o menos ( muy probable que había más ), la gente siempre intentaba desvelar ese misterio ¿como ? y ¿quien es responsable? El misterio “como y quien” es indescifrable y es el principal criterio de la existencia del Universo. El eterno intento de descifrarlo mueve y guia las civilizaciones a una perfección, igual inalcanzable. Todo esta bien pensado sea quien ( o que ) sea lo organizó. En realidad, lo mejor es asumir las cosas como son, pero NO…siempre hay algun Marcus que intenta alcanzar lo inalcanzable. ¡Viva, los Marcus ! Un abrazo.
Citu
El éxito y los sueños depende de tantas cosas pero uno no debe dejar de intentarlo Te mando un beso
Krudo Macias
Me encantó, creo que no había leído algo similar en un blog (y eso que llevo desde el 2007), pero como de costumbre me hiciste reflexionar, ¿qué pasa con esa gente que no brilló? ¿Qué fue de su vida? ¿Qué hubiera pasado si hubiera tenido “éxito”?.
Te dejo un abrazo, reflexionando.
Diego (el pino de la sima)
¿Cuántos Marcus habrá desconocidos por haber peleado con las armas de los perdedores? Muchos sin duda. A algunos les llegó el reconocimiento después de muertos, como a Van Gogh. Quizás un día se reconozca a Marcus como el pionero de la mecánica cuántica 🙂
Un placer leerte.
María
Maaadre mía BEAUSÉANT !!! menuda disertación te ha salido como si nada… y qué impresionantísimas imágenes MMmmmmm … no sé si me apabullan más ellas o tus letras …
Hacía tantísimo tiempo que no me pasaba por aquí ( no solo tu blog, hasta a noche, hacía años que no abría si quiera mi correo del blog ) y de pronto, aquí me tienes absolutamente extasiada entre tus letras… no sé si existe alguna diferencia entre la entrega del pobre Marcus en su ingente esfuerzo, aun habiendo pasado desapercibido para la mayoría de los mortales hasta que tú le has encumbrado en tu magnífico escrito – puede descansar tranquilo que tras siglos de anonimato ha alcanzado el éxito contigo ; ) – o Copérnico o las magníficas vidrieras durante siglos ambos admirados, al final todo se reduce a la satisfacción íntima que cada uno sienta haciendo lo que hace al margen delo que los demás perciban… o eso debería ser. Nuestra vanidad humana, resulta muy burda cuando uno mira a las estrellas y se fija en lo brillante que ellas lucen ahí colgadas desde siempre, levantemos o no la mirada para verlas.
Un inmeeenso placer volver a verte/leerte… te lo diga o no, sabes que haces algo muy hermoso aquí!
Mil gracias y un beso realmente imaginario hasta donde sea que te encuentres..
Que lo sientas, de corazón! y graaacias, siempre gracias por derrochar tanta belleza aquí.
Myriam
Una entrada magnífica en todo sentido, de las mejores que he leído. ¡Qué cierto que es la búsqueda lo que cuenta no el fin que puede o no ser exitoso!. Y tienes razón, “no todas las luces arden con la misma intensidad ni todas las vidas nacen para ser contadas”, pero algunas pueden igualmente y a pesar de todo recuperarse.
Un abrazo bien fuerte.
Anonymous
El escrito es muy interesante como lectura literaria. Marcus pudo hacer de sus pensamientos lo que deseaba, jamás fue conocido como Dios. En el mundo que conocemos, dioses hay muchos. Dios uno solo, respetando todas las creencias, no participo de ninguna religion pero creo en un Dios poderoso y único, Me gusto mucho este escrito por todo lo que conlleva hacer que luzca . Felicitaciones, hoy ese Marcus existe en esta historia
Abrazo
Beauséant
Gracias, TORO SALVAJE, un gran elogio tus palabras… Existió, de alguna forma creo que existió, para mi tiene todo el sentido. Ese muro del que hablas es la china en nuestro zapato, algo que, creo, sólo los humanos nos planteamos, el resto de formas de vida viven con ello, lo asumen y siguen con sus existencias.
La china en el zapato de la que hablaba ahí arriba, LAACANTHA, es quién, el porqué… quizás es algo que nunca podamos resolver, incluso quizás sea mejor no hacerlo, pero tienes razón, ese eterno intento de alguna forma nos hace mejores, ¿verdad? Los inconformistas siempre me han caído bien, en especial los inconformistas fracasados.
La pelea, CITU, el caerte, limpiarte el polvo y volver a intentarlo, pensando que esta vez sí, esta vez será la buena.
Gracias por tus palabras, KRUDO MACIAS, seguro que algo parecido habrá, al fin y al cabo no inventamos nada, reciclamos, reconvertimos… EL tener éxito tantas veces es cuestión de suerte, ¿verdad?, un giro en otro dirección, una pregunta formulada de otra forma y todo habría sido diferente. Esa pregunta que se hacen muchas veces de qué habría pasado si Hitler hubiese triunfado como pintor.
Por un lado es una pena el alcanzar el reconocimiento después de muerto, DIEGO (EL PINO DE LA SIMA), por otro lado tiene algo bonito, ¿verdad? A mi me fascinan esas biografías, esos empeños suicidas que no llevan a ningún lado.
Un placer volver a verte por aquí, MARÍA… Me alegra que tu vuelta haya coincidido con la historia del bueno de Marcus 🙂 Hay mucha sabiduría en esa frase que escribes: “al final todo se reduce a la satisfacción íntima que cada uno sienta haciendo lo que hace al margen delo que los demás perciban”. Así debería ser, así deberíamos ser, buscar algo bonito, algo que nos llene, nos de algún tipo de placer sin buscar otro tipo de egos ni vanidades, pero somos humanos al fin y al cabo, no podemos evitarlo.
Muchas gracias por tus palabras, como decía ahí arriba, mi ego es pequeño y esta muy controlado, pero le gusta leer palabras que den tanto calor en estas mañanas tan frías.
No todas las vidas nacen para ser contadas, MYRIAM, así es. Todas las vidas merecen un respeto, pero si todos fuésemos igual de importantes, entonces nadie sería importante… Muchas gracias.
No sabría decirte, ANONYMOUS, Dios, dioses, principios creadores… creo que hay algo en nuestros cerebros de primates que nos obliga a terminar todos los rompecabezas, a responder las preguntas sin respuesta. Contemplar las estrellas, ver el ciclo de los días y no saber la lógica que hay detrás puede llevarnos a crear a esos dioses… o quizás, no, quizás haya un Dios al volante que es todo orden y lógica y se ríe de nuestros esfuerzos.. No sé, en general creo que estamos demasiado solos en un universo demasiado grande….
Frodo
Hace muy poco leí “Copernico” de Banville, y tu texto me recuerda mucho ese mundo, el mundo de ese siglo.
Hay muchos de los “tapados” (no sé como llaman uds a esa palabra que usamos nosotros: perfil-bajo?) en la historia de la ciencia y de la astronomía. Cada tanto salen a la luz nuevos descubrimientos con reparaciones históricas.
Me gusta cómo has tratado las imágenes, se percibe el uso de varias herramientas. ¡Buena combinación!
Arbazos
Beauséant
No voy a engañarte, FRODO, qué necesidad por otro lado, ¿verdad? Ese texto nació tras una lectura de ese mismo libro. No sé hasta que punto es real todo lo que cuenta, todas las tribulaciones y momentos que relata, pero me dio por pensar en lo delgada que es la línea entre que tu nombre sea recordado o se convierta en pasto del olvido… Eso sin contar con los que fueron rechazados en su momento y el tiempo acabó por reconocer su trabajo pero ya nadie se acuerda de ellos…
Muchas gracias 🙂
evavill
Me parece genial esa teoría sobre Dios y la creación del mundo. Y conmovedor el monje incomprendido.
Una historia preciosa y unas fotos espectaculares.