cambio de sentido
Llega una edad en que comprendes que ya no es posible realizar un cambio de sentido en tu vida. Has jugado tus cartas, has puesto las apuestas sobre la mesa y ya no hay forma de poder retirarse...
Su voz me llega como una mala grabación a través de las sábanas que lo cubren. Un cuerpo nervudo, casi desaparecido, augusto y desahuciado como un cuadro del Greco.
Unas semanas antes su cuerpo estaba rodeado de cables que entraban y salían de su cuerpo, de máquinas que pitaban y demandaban nuestra atención. Pero en menos de una semana perdieron la esperanza, las máquinas se fueron y nos dejaron a solas con sus pensamientos.
También recuerdo la luz que nos rodeaba en aquella habitación con el polvo suspendido en pequeñas motas brillantes y los ruidos amortiguados, casi submarinos, de los pasillos del hospital.
Creo que pensaba todas esas cosas, en su cuerpo, las máquinas, la habitación, para intentar no darme cuenta de que se estaba despidiendo de nosotros. Cada frase, cada gesto era una postal desde ese otro lado al que nunca queremos llegar y en el que nadie nos espera.
No recuerdo pensar entonces que él se estaba muriendo. Yo era joven, esa es la excusa para todas mis estupideces, y aún no había comprendido lo que era la muerte. Para mi la muerte debería ser un relámpago, algo que te venía encima sin tiempo para explicaciones ni lamentos. No estaba preparado para esa agonía, para ese lento truco de desaparición que se estaba produciendo ante mis ojos.
Nadie piensa en esas cosas hasta que ya es demasiado tarde.
Las cartas marcadas, las apuestas sobre la mesa y ni una puñetera posibilidad de ganar la partida. Miro mis cartas con superioridad, sonrío intentando parecer un ganador y por dentro no dejo de temblar.
19 Comments
☕Manu sin más ☕
No siempre podemos virar del todo, es verdad, y menos a cierta edad. Un texto que me ha impactado amigo
Joiel
Lo que solo parecía la fotografía de una despedida y sus grises acaba siendo la bienvenida a una muy necesaria reflexión.
Alfred
Vivir la experiencia del proceso de la desaparicion de la vida de un ser importante para uno, te deja reflexiones de este calibre.
Judit
Es cierto que a cierta edad es muy difícil cambiar de vida. Nos instalamos en la comodidad aunque nos genere todo lo contrario. Cambiar significa sufrir y pasar por momentos difíciles. Pero a veces también puede ser un chute de adrenalina que te haga vivir mejor. No sé.
Sobre la muerte, creo que ya lo he dicho en más de una ocasión, no nos preparan para ella. Ni siquiera hoy en día que pareciera que estamos más avanzados y que deberíamos hablar de muchas cosas sin tapujos. Pero no. La muerte es algo que aterra porque nos creemos eternos. No va con nosotros. Es para los demás. Pero cuando nos toca de cerca, de muyy cerca ahí sentimos fragilidad y dolor. Pero la verdad es que la muerte es mucho más fácil que vivir. Estoy segura. Solo debemos aprender a acompañar a las personas que se van con amor. Y no, no es una frase hecha ni de loca hippie. Yo que soy más áspera que un papel de lija creo de verdad en eso.
Cómo siempre un escrito que da para conversar mucho Beauseant. Un abrazo.
Megan
No sé si comentar con este o con mi otro perfil… porque no quiero que a nadie le de un pereque leyéndome, caigo mejor por la cara vista… pero…
no es cierto, joder. NO LO ES. Mira tú sabes que yo lo que pienso no me lo callo salga el sol por Antequera.
Siempre, siempre se puede elegir el momento, el cuándo y el hacia dónde. Incluso un instante antes de perder la vida. Obviamente nunca me he muerto, pero he visto morir a muchas personas. Algunas … familia… muy cercana, como bien sabes.
Y otras muchas, personas de larga enfermedad a quienes me ofrecí en su momento a acompañar porque no había nadie que les sujetase la mano en el transito (esto no lo sabias ,eh). Pues sí. Por eso puedo afirmar que los caminos son tantos y diversos, como capaz la mente humana de alcanzarlos.
Mira, lo voy a explicar muy fácil, con tu último ejemplo. Si se tratase de una partida de cartas… seriamos los ganadores con cartas trucadas, la partida la hemos ganamos al vivir, mientras lo hacíamos Son nuestros limitados puntos de vista los que por cojones quieren marcas reglas para jugar partidas absurdas.
Una muerte que me ayudó mucho fue la de una señora de mi edad, dos personas de las acogidas y yo con ella. Más de un mes muriéndose lentamente y cuando ya nos parecía que no daba tiempo de nada más. Va y dice… “la única pena que tengo es que me voy a morir sin vestirme de flamenca, ojalá lo hubiera hecho antes cuando pude”. Te juro que creí que se moría sin hacerlo. Le pregunté si se queria vestir y enterrarse de flamenca. Y dijo que si. Moví cielo y tierra en una hora. La vestimos, con pulseras pendientes y todos los complementos. Se miró en un espejo de mano, se puso a reírse (jamás olvidaré aquella risa) y me dijo que si le cantaba una sevillana. Yo odio las sevillanas y eso que soy de aquí. Le canté y ella intentando hasta tocar las palmas. Y así terminó ella su partida, como quiso jugarla en el ultimo instante.
Mientras estamos vivos todo se puede cambiar. Que no seamos finitos lo único que significa es que hay que aprender a vivir, a eso nadie nos enseña. Y vivir bien. Sin miedo al dolor, a la enfermedad, al fracaso, sabiendo gestionar ese miedo para nuestro bien y no para limitarnos.
tonYerik
Parece que estamos raros últimamente, porque las entradas que tengo programadas desde hace unos días que vayan saltando estos próximos tres, tienen ese tufillo como poco a mohoso, menos mal que saltara mañana porque si hubiera sido hoy estábamos para mirar a otro lado. En fin que no queremos darnos cuenta pero ocurrir, ocurre.
Al menos hoy no habrá coincidencia.
Cabrónidas
También ocurre que creemos tener todo controlado, o mejor dicho, controlada nuestra realidad más inmediata, y eso que está tan por encima nuestro, llámese casualidad, causalidad, azar, infortunio… te lo cambia todo en un momento. La jodida verdad es que no somos dueños de nada y no tenemos ni puta idea del rumbo que tomarán nuestra vidas en los próximos tres días.
Gabiliante
Te has jugado tu pasta, has disfrutado de la partida, te han salido mejores o peores cartas, y sl final la banca siempre gana. Lo malo es que no te guste el juego. Por seguir con el simil… al final la realidad es smas cruda que la mesa de jugar
Abrazoo
Toro Salvaje
Es imposible ganar la partida.
En el mejor de los casos que la derrota sea rápida y limpia.
Saludos.
Beauséant
Es algo complicado, al menos para mi, ☕MANU SIN MÁS ☕, una parte de mi siempre me dice que el cambio es posible, pero otra parte, una muy grande, me dice eso, que llegada cierta edad es mejor levantar muros en vez de tirarlos.
No sé si necesaria (aunque agradezco esa palabra), JOIEL, para mi es casi inevitable…
Creo, ALFRED, que hay un punto de egoísmo en esas reflexiones, nos impactan las muertes ajenas porque vemos en ellas nuestra propia desaparición.
Sí, JUDIT, es un tema complicado, no hay más que ver los comentarios. Creo que apuntas dos cosas muy importantes, no nos preparan para ello. Creo que por un lado porque hemos diseñado un sistema que no permite nada que no sea productivo y por otro, supongo, que por miedos… El otro punto es eso que llamas, “acompañar a las personas que se van con amor” y que quizás sea mucho pedir, fíjate, a mi me bastaría con hacerlo con respeto. Respeto incluso para aquellos que quieran bajarse antes de lo que toca… Amor es un palabra que requiere un vínculo, el respeto no necesita tanto y, aún así, no suele verse.
Tenía claro, MEGAN, que me llevarías la contraria en esta entrada 🙂 y, como siempre te digo, te agradezco mucho que no te cortes, por favor, nunca lo hagas. Me gusta mucho eso que has escrito, “la partida la hemos ganamos al vivir, mientras lo hacíamos Son nuestros limitados puntos de vista los que por cojones quieren marcas reglas para jugar partidas absurdas” Mira lo que te digo, si te hubiese leído antes lo mismo habría cerrado el texto de otra forma. Me gustaría mucho que algún día escribieses algo sobre esa historia que has contado de las sevillanas, me parece una historia que te define perfectamente.
Creo que tenemos en común también la forma en la que salen las historias, TONYERIK, las pongo en la parte de borradores y les doy vueltas hasta que me canso de ellas y las publico 🙂 Supongo que son temas recurrentes y es fácil caer en la misma casilla…
Eso es lo aterrador, CABRÓNIDAS, la sensación de que todo lo que teníamos era mentira, que en el fondo sólo había un aterrador azar donde nosotros veíamos un plan perfectamente trazado. Como esos idiotas que se tropiezan y dan contra el suelo y se levantan muy rápido y te dice, no, si era lo que quería, me he caído a propósito. A veces las personas somos así.
Es un comentario parecido al de MEGAN, a veces hay peleas que toca pelearlas y eso ya es mucho. Sin importar las estadísticas, sin esperar nada, simplemente plantarse en la pelea y luchar con todo lo que se tenga a mano.
Como decía ese escritor, TORO SALVAJE, si huyes te matan igual pero acabas más cansado 🙂
Beauséant
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Me gusta escribir sobre ciertos temas que llevan mucho tiempo esperando una solución en la cabeza. Me ayuda mucho escribir sobre ellos y, más aún encontrar alguien al otro lado de mis dudas y de mis miedos.
La chica del Universo
Bueno deduzco y creo que sólo se refiere a que no se puede virar, es la muerte, porqué desde que nacemos sabemos cuál es el final para todos. Los que se sorprenden ante eso, es la poca conciencia que tienen, los que se creen eternos, ya te lo enseñan el clase, el ciclo de la vida. Pero nosotros nos empeñamos en mirar a otro lado. Como si eso fuese lejano, cuando está a un segundo de ti. Es la única carta marcada, ahí no te salva un joker. Somos nosotros los que pasamos del tema, si viviéramos siendo conscientes de que nuestro camino es la muerte, viviríamos y nos dejaríamos de gilipolleces. Dando gracias a la vida por un día más. Enfocando realmente en la propia existencia.
Mujer de Negro
El final siempre es el mismo para todos, modificando el cómo. Mientras exista vida en un cuerpo podemos redireccionar poco o mucho.
Al leerte recordé a mi padre, dentro de un caos mental se me vino todo, no solo de él, de muchas cosas.
En casa, las muestras de afecto no eran comunes, nada comunes, siempre me quedaba esa sensación de un beso, un abrazo, un te quiero que se fueron acumulando hasta volverse resignación, nunca olvido.
Una noche de miércoles tuve esa sensación muy fuerte, de abrazar a mi padre y decirle cuanto lo quería, pero no lo hice, me contuve en mi lugar y solo sonreí.
Mi padre se puso mal el miércoles, esa tarde/noche fui al hospital, me pareció extraño que tuviera permitido visitas constantes y más, estando en urgencias, pregunté a mi madre y ella decidió omitirme información valiosa, fue su decisión y yo creí, mi padre estaba en coma inducida y con tubos y cosas en su cuerpo, de miércoles a sábado, no estuve un momento a solas con él, hubo un desfile de familiares y amigos continuo, los dejé pasar, cedí mi lugar, cedí mi tiempo, siempre pensando, lo tendré para mí en casa, habrá tiempo, mi decisión, mi error, mi padre murió el sábado de hace veinte años, a la fecha, aún conservo la sensación del beso y el abrazo no dado del te quiero no mencionado, te repito, mientras exista vida, siempre puede haber un cambio, podemos hacer el cambio, por mínimo que sea.
Un abrazo, Beauséant
Beauséant
Lo has resumido perfectamente, LA CHICA DEL UNIVERSO, perdemos el tiempo con demasiadas gilipolleces y cuando nos queremos dar cuenta resulta que no teníamos todo el tiempo del mundo. Hasta ciertas edades, la verdad, me parece bien, no conviene envejecer demasiado deprisa. El problema es que vivamos en esa especie de fantasía cuando ya no tiene ningún sentido.
Gracias por compartir tu historia, MUJER DE NEGRO, tuve una parecida, es en la que se ha inspirado este texto, pero en ese caso fue sólo mi culpa, mi estupidez… mi juventud esa que uso para tapar mis errores. Debería haber estado, debería haberlo afrontado porque en el fondo sabía que era una despedida.. También ocurre eso que comentas, que a veces intentan protegerte, te engañan y te dejas engañar pensando que no será para tanto… Y cuando es tarde, bueno, pues es demasiado tarde…
Citu
a veces solo debes creer en ti mismo. Buen fragmento.
laacantha
Debería haber estado, podría haber abrazado, besado , escuchado… dolor y amargura. El texto de MUJER DE NEGRO es la historia de muchos y la mía también.
¿ No nos preparan para la muerte? Pues, la religión, las filosofías ,( la misma vida nos enseña) , la ciencia, se dedican a ello muchísimo , la misma vida nos enseña, al fin y al cabo,y , pese a todo , no estamos preparados. Entonces es por algo , creo yo.
“Los problemas deben ser resueltos como vienen ” , así dijo en broma un escritor ruso.
Paseando mi perrito siempre saltamos una valle del parque para no dar la vuelta buscando la entrada. Pues , ayer no conseguí hacerlo, me faltó la fuerza y no se me doblaron adecuadamente las rodillas. Bueno, pensé yo , hay que hacer una pequeña carrera y el impulso de velocidad me facilitará el salto. ¡A que no! Perdí el equilibrio y me aterricé en el culo. Es decir…la vida nos enceñe . Yo opto por intentar , sin pensar en la edad y luego lo que salga. Un intento igual vale mucho.Un abrazo. El texto tuyo es muy bello.
laacantha
Hice un montón de errores de ortografía, pido perdón a todos, los que han leido mi comentario. Son erratas…jajajaj
Alma Baires
Entré para comentarte sin que apareciera como “anónima”, que es lo que me pasa desde el móvil (y me tiene de muy mal humor ya…) pero todo, juro que todo, lo que iba a decir, lo ha hecho Megan y, como siempre, mucho mejor que yo.
Creo que tenemos un enorme miedo de la muerte, propia y ajena, simplemente porque lo vemos como algo ajeno a la vida, cosa que no es. Todo el tiempo nos estamos muriendo, aunque simulemos que no lo sabemos o no nos damos cuenta. Fíjate cómo es cuando alguien cercano dice: “cuando me muera quisiera que…”; las respuestas por lo general son “shhhhhhhh no hables de esas cosas… cállate y no llames a la desgracia…” y así muchas más. Tal vez, si las cosas fueran tratadas con más naturalidad, no existiría este miedo tan radicado, no habría tantos arrepentimientos… una vez leí: “(…) recuerda que, si aprendes a caerte, aprenderás a levantarte, y si aprendes a morir, aprenderás a vivir. (…)” en un libro de Albert Espinosa.
Un beso.
Beauséant
Esa parte, CITU, la llevo un poco peor, ¿puedo creer en otra persona en la que tenga más confianza? 🙂
Es cierto que tenemos muchas herramientas, LAACANTHA, la filosofía, la propia vida, los escritores que caminaron por ciertas sendas antes que nosotros. Pero creo que no aprendemos a usar esas herramientas hasta que ya es tarde y entonces aprendemos un poco a golpes, como hiciste tu en lo que cuentas de la caída. Para la próxima ya has aprendido, pero el golpe te lo has llevado igualmente… no te preocupes por las faltas de ortografía, cuando uso sobre todo el móvil me resulta complicado no cometerlas, lo que importa es lo que cuentas.
Megan debería haber escrito el texto, estoy de acuerdo 🙂 ALMA BAIRES, ella es más visceral, más directa, yo a veces me pierdo un poco en la literatura y el mensaje se pierde un poco… lo que comentas es cierto, la muerte es un tema sobre el que ponemos un telón, algo de lo que no queremos hablar.. nos levantamos y nos caemos, todo forma parte de lo mismo, deberíamos asumirlo, aceptarlo y hablar de ello… pero, que conste, soy la primera persona que rehuye el tema. Este texto llevaba años apartado en una libreta sin que encontrase fuerzas para sacarlo a la luz, era un pequeña deuda que tenía.