21 de diciembre
Somos apenas una anomalÃa estadÃstica que algún dÃa el sistema se encargará de corregir, ya lo veras. Apura su copa con calma intentando vislumbrar algo, una señal, al fondo del vidrio. Cuando termina se queda con el vaso en la mano y una idea parece cruzar por sus ojos que brillan divertidos. Levanta un dedo mientras me mira y rebusca en los bolsillos de cuyas entrañas aparecen un sucio billete y unas monedas. Las coloca con lenta ceremonia sobre la barra y las presenta en formación frente al camarero.
Ya esta, me dice, no tengo más dinero. La idea parece divertirle. Pero al menos tenemos para otra ronda.
Y mañana, qué. Pregunto arrastrando las palabras a través del alcohol.
El se gira bruscamente y su cuerpo, perdido el apoyo, se balancea peligrosamente hasta que logra agarrarse a la barra desde la que me mira indignado. ¿Mañana? Qué coño es el mañana. Llevas tanto tiempo atrapado en la curva torcida del camino correcto que eres incapaz de no pensar en el jodido mañana.
Le miro sin saber que decir y palpo mis bolsillos de manera inconsciente. Encuentro a mis pequeños siervos, un puñado de monedas y un billete pequeño, a los que llevo ante el altar de sacrificios.
Golpea mi espalda y hace una seña al camarero que ya se acerca con una botella y dos vasos en la mano. Mucho mejor asÃ, grita, ahora estamos desnudos y desesperados frente al mundo. Estamos listos para el eterno retorno.
Somos muy pocos hoy en tu funeral, y mientras el sacerdote se arrastra por una homilÃa absurda sólo puedo pensar en aquella noche de hace dos años en aquel bar del centro. Quizás todos te arrastramos un poco hacÃa tu caÃda, quizás hubiésemos podido enderezar tu rumbo y darte unos años más, pero eso habrÃa sido traicionarte. No busco la redención, nos decÃas siempre que alguien te miraba desde la lejanÃa de sus vidas ejemplares y perfectas.
Hay muy poca gente en tu funeral, ya lo ves, si hubieses muerto hace diez años esto estarÃa lleno de personas que te admiraban sin conocerte. Pero ahora sólo quedamos este pequeño grupo y un chiste en la gaceta local sobre lo fácil que habrÃa sido tu incineración: una cerilla y a correr.
Muéstrame un héroe, me dijiste una vez, y te escribiré una tragedia. Me pregunto quien escribirá ahora tu historia.
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12 Comments
Clara Sh.
La escribió él mismo…Asà viven el resto de los mortales.
SÃsifo
Bueno…
Al menos él sabÃa que iba a morir algún dÃa.
Yo no lo sé.
Pingback:
Bito
Hay ciertas historias Beauseant que es mejor no escribir. Quedarse colgando en el aire es quizás nuestro mejor homenaje.
Brutal tu prosa, como siempre.
Ele de Lauk
Como siempre , tiene tu relato la sangre y la carne de la vida , las miserias y grandezas que tristemente serán olvidadas después de tanto ajetreo.
La cita de F. Scott Fitzgerald es un acierto más , como una frase que tu decadente y glorioso amigo podrÃa haber pronunciado con toda naturalidad .
Salut.
Tristancio
Algunos seres encuentran el sentido de su existencia en aquello que a la gran mayorÃa le parece absurdo. Como en tantos aspectos de la vida, creo que nadie tiene la última palabra, ni del porqué vivimos ni de las razones para morir… es como si el “sinsentido” tuviese sentido. En fin…
(A veces pienso que mi padre estaba borracho cuando me engendró).
Saludos.-
csrce
Cuando te ponen las copas a 15 leuros ni para eso hay.
AÃda
Los pelos asÃ, de punta
Sabes llevar(me) por el relato, tienes unas imágenes increÃbles y al final, casi me siento orgullosa del hombre y me enfado porque los que no fueron a su funeral, tienen “mejores cosas que hacer” y solo sienten lástima por él. Huelo el aire del funeral y veo las caras de los pocos que han ido y que se olvidarán de él antes de la hora de comer del dÃa siguiente.
“Pregunto arrastrando las palabras a través del alcohol” y luego, frases como ésta, que hacen que no quieras que el relato tenga fin
*
Pi
Conclusión después de desatrasarme en tus post y de volver a mis noches de lecturas blogueras: realidad o ficción,me encanta como escribes.
Un abrazo!
tumulario
Una vez un amigo me hizo jurar que no iriamos ninguno a su funeral, para no tener que echar de menos a los que faltasen.
Siempre dijo que querÃa recodarnos riendo.
Nunca supo la razón que tenÃa.
Un abrazo desde mi túmulo
koffee
Sé que te hago leer más de la cuenta por mis comentarios, pero sabes perfectamente que eres tú quien la escribe, a la perfección, triste y brutal, dura y oscura. Si unos descansan en paz quién sabe dónde, otros deberÃamos planteárnoslo en esta capa de la tierra.
Porque solo hay 5, créeme.
koffee
5 estrellas… no te pase como con la cueva.