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lotería

Mi adolescencia fue un destello que ocurrió entre juegos de ordenador. Un relámpago sincronizado con el de otros muchos como yo que escapaban a través de esas enormes pantallas de tubo de sus vidas en aquellos barrios obreros sin ningún tipo de épica.

Apenas tenía amigos y mi única compañía eran los personajes pixelados con los que pasaba meses compartiendo sus pequeñas vidas predeterminadas en forma de ceros y unos. Recorría incansable los escenarios, agotaba los diálogos y las opciones hasta que encontraba un patrón, una estela que podía seguir. En algún momento los personajes se repetían en su papel, empezaban las mismas conversaciones cómo si fuesen nuevas, los enemigos iban y venían por sendas conocidas… repetían gestos, golpes y movimientos.

Al principio era divertido descubrirlo, luego se convertía en una frustración.

Llevo seis meses en este trabajo y empiezo a sentirme atrapado en el decorado de alguno de esos videojuegos en los que cada día es idéntico al anterior. Mi compañero de mesa llegará dentro de media hora y nos entregará los mismos chistes de cada día como si fuesen caramelos que nadie quiere aceptar, la diseñadora con la que comparto mesa volverá a preguntar por el menú de la cafetería y al lado de mi teclado se seguirán acumulando papeles en capas geológicas de problemas que amenazan con fosilizarse.

Una vez descubres el patrón ya no puedes dejar de verlo. Se acaba la magia y sólo te quedan puertas dibujadas sobre el cemento que no puedes abrir.

Vuelvo a casa en el transporte público y es un cambio de pantalla, nada más. En esta tocan rostros cansados dibujados al neón en tonos grises y todo es demasiado sucio, demasiado triste… demasiado real. La mayoría guardan sus sonrisas para cuando aparezcan en las redes sociales, por ahora se limitan a apretar los dientes a punto de explotar. Veo demasiados dientes apretados en los últimos días, estamos esperando algo y sabemos que no llegará.

Seguro que son tan fatuos como yo, metidos en pensamientos similares que les hacen sentir especiales, únicos en nuestra uniformidad. Seguro que creen poder ver las cosas de manera ascética, desde fuera, sin ser engullidos por la realidad. Pues mala suerte, chicos: a todos nos devoraron y escupieron los restos hace ya demasiado tiempo. Los que intentéis huir acabareis también en el estómago de la bestia, pero lo haréis más cansados.

Recuerdo uno de esos juegos de mi adolescencia. Un oficinista aburrido que no podías ver, llamémoslo Dios, te lanzaba piezas de distintas formas y colores que ibas encajando como podías. Si lograbas encajar los colores sin dejar un hueco, las piezas desaparecían dejando un espacio para las nuevas y sumabas miles de punto al marcador.

La mayoría nos ahogamos en ese mar de piezas incapaces de de organizar nada. Las piezas se acumulan y haces lo que puedes con ellas, que es nada. Siempre esperando la pieza faltante, la que te salva, la que haga saltar la banca, pero en el fondo es un constante ahogarse de mierda.

Otros no, claro, otros han nacido para ese juego. Intuyen, tienen una magnífica visión espacial de la que presumen. Pero no, no es eso, en el fondo tienen a ese oficinista aburrido de su parte, hacen trampas, aunque nunca lo reconocen: lo llaman visión, inteligencia, fuerza de voluntad, pero son eso, trampas. Las llevan haciendo tanto tiempo que no se dan cuenta de que lo son y se pasan los trucos entre generaciones sin compartirlos con nadie.

Son los que luego sacan pecho. Heredan puestos, posiciones, se juegan la vida en modo fácil y te hablan de la cultura del esfuerzo, del querer es poder y te hacen sentir como la porquería que eres. Viven vidas con las que sólo puedes soñar en los breves instantes en que no andas colocando piezas de mierda.

Les ha tocado la lotería, pero se ofenden cuando se lo recuerdas.

Así son la mayoría de las vidas en este país. Cuarenta y cuatro millones de imbéciles despertándose cada mañana para contemplar como a un millón de desgraciados les toca la lotería cada día

20 Comments

  • Toro Salvaje

    Sí, la cultura del esfuerzo que hacen generación tras generación viviendo a costa del esfuerzo de los que trabajan para ellos.
    A las primeras de cambio suplican ERTES para sus empresas… no sea que quiebren y tengan que trabajar de verdad.

    Saludos.

  • Anonymous

    “Cultura del esfuerzo” y “querer es poder” son dos expresiones que me dan grima.
    Son tan tramposas.
    Me pone de los nervios esperar para ver cuál es la siguiente pieza que me va a tocar colocar…pero vaya…

    Besos.

  • Jo

    ¡loteria! Asi gritaba en mos veranos en un juego de mesa que constaba de varias cartas…. la suerte era llenar una planilla con emblematicos personajes que iba alfuien nombrando con versos chuscos

    La dama
    El valiente
    El barril
    La.campana
    Corre y va corriendo
    Loteria

    Me has hecho recordarlo. Apuesto que mi loteria es mas divertida 🙂

  • Frodo

    Hola. Vine acá luego de la coincidencia en el comentario que tuvimos a uno de los poemas de Toro Salvaje.
    No había visto que pusiste lo mismo unos comentarios antes.
    Pero bueno, llego acá y me encuentro con este relato -ensayo tan bueno.
    Por u momento me recordaste la infancia, aunque yo estaba rodeado de amigos “callejeros”, siempre que llovía nos encerrábamos a jugar videojuegos. Y recuerdo el día que mis viejos me compraron la Commodore 64 como uno de los días más lindos y más extraños de mi infancia… ¡no podía creer que eso funcionara así! Era algo mágico.
    Ahora, yendo a lo importante en tu relato. El tema social.
    Me encantó como planteaste el tema de los escenarios y de un Dios oficinista que te arroja cosas. Me hiciste pensar que mi trabajo podría ser representado por el Theme Hospital o alguno de ese estilo (trabajo en sanidad), pero también me acordé del Sokoban, ese que tenías que acomodar cajas para poder salir de una habitación.
    Coincido que este mundo injusto hace que unos pocos se saquen la lotería, y así y todo muchas veces no se dan cuenta. Esta crisis mundial y la pandemia que la precede (o no se si fue al revés) va a dejar en evidencia las desigualdades, y en los países más pobres se está haciendo más patente. Los países poderosos pueden llegar a contar con los números más altos, pero tienen un sistema que los respalda, más tarde o más temprano saldrán adelante.
    Desde el fin del mundo (donde vivo) se está viendo que los países vecinos la están pasando verdaderamente mal. Para estos y muchos de los nuestros, no hay ni habrá lotería…. ni siquiera les darán un número para poder jugar.

    Un gusto pasar por acá. Me quedo
    Saludos

  • Paloma

    Me he acordado de esta frase, “¿Te acuerdas cuando eras pequeño y te decían que podías conseguir todo lo que te propusieras si te esforzabas?…¡¡pues era mentira!!”, es de la serie Cámera Café.

    Tu texto muy bueno, me ha gustado el paralelismo entre vida y videojuegos, con esos cambios de pantalla y tu reflexión, tan dura como real.

  • Beauséant

    Para mi, **TORO SALVAJE**, es complicado escribir sobre estas cosas porque, al final, cada uno ve la situación desde su esquina del tablero. Seguro que existen empresarios honrados que hacen lo posible por mantener la empresa con los trabajadores aún a costa de reducir el beneficio, seguro. El problema es que eso cada vez se ve menos. La generación de nuestros padres, con mucho esfuerzo conservaron empleos hasta la jubilación y algunos tuvieron hasta un reloj de oro de despedida. Con sueldos bajos y mucho sacrificio sacaron adelante a familias que pudieron estudiar y, en muchos casos, hasta permitirse tener un pequeño patrimonio. Las generaciones que llegaron después han sido calificadas de egoístas porque tienen un iphone y netflix, como si esos gastos fuesen el derroche que explica sus pocas expectativas. El cambio de sistema es necesario, pero dudo que sea para mejor.

    El problema de esas expresiones, **CARMEN**, es que suelen estar en boca de gente que nunca las ha tenido que aplicar en su vida. A mi, en esas personas, no me da grima, me da rabia 😉

    No conocía ese juego, **JO**, parece un juego ideal para tardes de verano llenas de calor mientras esperas que baje un poco la temperatura. En el texto hablaba, claro, del tetris, aunque el tuyo me hubiese valido igual 🙂

    Muchas gracias, **FRODO**, por pasarte y por el comentario tan trabajado que casi merece un texto aparte. Escribí esa parte con la esperanza de encontrar a alguno de esos exchavales y me alegra haberlo encontrado. Sí, para mi aquello era una cuestión de magia, una forma nueva de contar historias que no tenía nada que ver con los libros ni con las películas, algo que en casa sólo me pertenecía a mi.

    Mi forma de enfrentar la realidad es una especie de optimismo triste, así que ya tenía bastante claro que no saldría nada bueno de esta crisis. Los que hablan de sacar cosas buenas de las crisis son, de nuevo, los mismos que hablan de la cultura del esfuerzo, gente que sabe que tiene las espaldas bien cubiertas y puede arriesgar. A veces parece que todos sabemos que esto acabará volando por los aires y los que podrían pararlo siguen con el pie en el acelerador dispuestos a no ser ellos quiénes dejen de ganar dinero. Prefieren que la vaca se les muera a dejar de ordeñarla. Al final nos hemos convertido en eso, ¿verdad? Antes los trabajadores éramos recursos humanos y ahora somos eso, ganado, poco menos que una máquina fotocopiadora o un ordenador. Algo que puedes exprimir hasta que deja de funcionar y entonces no lo arreglas, para qué, lo tiras y te compras otro.

    Esa serie, **PALOMA**, ha ido ganando puntos según la fui viendo años después. De alguna forma supieron leer el futuro en muchas de las situaciones que se daban. Los jefes ajenos a todo, los trabajadores intentando escaparse e intentando cubrir el expediente en trabajos absurdos que no les aportaban nada excepto un sueldo a fin de mes.

    Muchas gracias a todos por los comentarios, no lo digo muy a menudo, pero hoy tocaba 😉

  • galernaMayo

    Veamos si ahora entra el comentario, si lo hace definitivamente tendré que quedarme en el perfil del lado oscuro, jejeje…

    Ya sabes lo que opino de esta entrada, pero te lo quería dejar también aquí. Me gusta mucho la fuerza con que lo cuentas.
    😉

  • José Luis

    Llega un momento, un día, en que uno piensa en cómo sobrellevar todo esto. El Arte, incluso las artes y la buena literatura pueden ayudar. Siento no poder decir mucho más.

    Un abrazo

  • Alma

    Recuerdo esos juegos aunque sólo los practicaba cuando íbamos de vacaciones al mar (el mítico Sacoa… si pasa algún argento, lo recordará) o cuando me regalaron la Commodore64… el Tetris y el Sokoban, siempre me gustaron. Pero la vida es otra cosa… eso de “querer es poder” es demasiado simplista. Si quieres, puedes siempre y cuando se den otra serie de circunstancias… porque nadie te lo dice pero si quieres, podrás aunque depende de qué… de cómo… de para qué… de con quién… de cuándo… y la lista puede ser muy larga.

    Antes, al inicio de todo esto que ha ocurrido, recuerdo que la gente se la pasaba diciendo: “porque esto nos enseñará… aprenderemos… habrá un antess y un después…” y yo, como siempre, levantaba una ceja y miraba escéptica. “¡Qué mujer de poca fé!”, me decían algunos… “Siempre la misma desconfiada!”, otros… y una vez más, el tiempo y el ser humano me han demostrado que lo único que logran hacer en masa, es el caos. Responden a la violencia con aún más violencia y descontrol, para eso sí se unen y son muchos… para la toma de conciencia, para los actos de bondad, para la generosidad… para eso es el singular individuo.

    En fin, seré pesimista, yo digo realista… pero cada vez más prefiero estar lejos de la gente. Un beso.

  • Beauséant

    Muchas gracias, **GALERNAMAYO**, siento los problemas para dejar un comentario. Me alucina la cantidad de SPAM que es capaz de generar un sitio que es tan poca cosa como este, así que no queda otra que poner sistemas para evitar mensajes no deseados y, claro, cuanto más fuertes sean más se cuelan algunos “legales”…

    Has dicho mucho, **JOSÉ LUIS**, por en el fondo creo que esa es la misión de las artes… la de servirnos de evasión. Ojo, no digo que eso sea necesariamente bueno, quizás funcionen como una droga que evita que veas la mierda de vida que llevas, un decorado bonito para una realidad horrorosa. Pero, ¿quién quiere ver una realidad horrorosa?

    Demasiado simplista, **ALMA**, es exactamente eso y por eso es peligroso, porque nos encantan las explicaciones sencillas. Existe mucha gente ingenua, yo ya no, lo fui, pero el día que abrí los ojos ya no pude cerrarlos. Esperar que hayamos aprendido algo de todo lo que ha pasado, que seamos capaces de cambiar nuestras costumbres es no conocer a la gente que te rodea, es no conocerte a ti mismo. Desconfiados, pesimistas.. nos han llamado de muchas formas, ¿verdad? 😉

  • mucha

    Bravo muchacho Has logrado tener comentaristas y muchos Te felicito Y bueno yo aqui con miles de muertos en mi adorada Miami.
    Espero que todo sea cierto aunque a veces aunque no lo creas me pongo a pensar.
    Tu texto maravilloso
    Has crecido tanto
    me alegro mucho por vos….
    Hoy sos un gran escritor abrazos van

  • .+**+.Kadannek.+**+.

    Es como si me ahogase en tu reflexión y no sé de dónde agarrarme para evitar la desesperación tan punzante de una realidad que muchos se están empeñando, forzadamente, en negar. Como si negándola fuese a transformarse, o mejor aún, dejar de existir…

    A veces, y sólo a modo de consuelo para sobrevivir, usamos el “todo pasa por algo”, “no hay mal que por bien no venga”, “todo deja una enseñanza”, y sí, claro que podemos verlo así, pero últimamente esa ideología ya no encaja del todo en mí… Más bien, prefiero preguntarme las cosas de otro modo: “¿puedo sacar algo positivo de esto? si es así ¿qué?” o algo como: “¿cómo quiero/puedo reaccionar ante esto?”.. Ya sin pensarme que el destino tiene algo puntual que mostrarme, sino, yo, intentando darle otra perspectiva a los hechos por mera curiosidad… No sé si logro explicarme bien.

    Sobre lo que expones sobre la generación del esfuerzo: Creo que siempre la generación pasada criticará a la siguiente, sin tomar en cuenta que en su tiempo no existía lo que ahora y las exigencias eran otras, y los estilos de vida eran diferentes, y que los sueños y proyectos cambian; que la vida, más que mal, es de cada quien y no de ellos… Veo a muchos, por ejemplo, renegar de la tecnología, cuando, seamos honestos, una licuadora, una lavadora y un computador son parte del avance tecnológico. Tenemos derecho a facilitarnos un poco la vida y adaptarnos a los nuevos tiempos, digo yo…
    Además, hay cosas que son muy difíciles, pero muy difíciles ahora, más que antes… Tener un trabajo bien estable por décadas, una casa propia, etc, etc… Estamos en la cultura flah, en la de lo desechable; ya nadie es indispensable y puedes ser reemplazado casi que de modo instantáneo.

    Algo que prácticamente no he discutido casi, es mi visión sobre lo errada que está la idea de “si no duele no vale, ni no te lo ganaste con sudor, sangre y lágrimas, no vale”. No estoy de acuerdo que la vida deba vivirse a punta de sacrificio, esfuerzo y dolor, y que entre más se sufra, más digna es. No sé, hay patrones muy dañinos en nuestra cultura…

    Lo busquemos o no, la mayoría hemos caído en ese estado monótono del cual cuesta salir; a veces toda hacer un gran esfuerzo para mantener el sentido del asombro y la frescura. Se puede, por supuesto, pero no digo que haya una receta que sirva en masa.

    Un gusto leerte otra vez.

  • Carmen Troncoso Baeza

    Querido Beauseant, es el desencanto de muchas cosas lo que se nos van acumulando en la vida, pero el arte y la poesia hacen que sea mas llevadero y es cierto que confiamos muchas veces pero lo que resulto no fue ni tan lo minimo esperado y si vimos a muchos aprovecharse en mala de situaciónes que de demócraticas nada!

  • Ángeles

    Lo más curioso es que esos juegos con los que el jugador se evade de su realidad cotidiana (igual que los libros y el arte en general) son en realidad representaciones, metáforas de la propia vida de la que pretendemos escapar por unas horas.
    Será que no tenemos capacidad para concebir algo diferente. O que al ser humano no le interesa otra cosa que su propio mundo, e intenta descifrarlo mediante símbolos, que le resultan más manejables que la realidad y que puede ver con perspectiva, desde “arriba”.

    Quizá por eso dijo un sabio que la literatura (y se puede aplicar a los videojuegos, al cine…) no es una huida de la vida, sino hacia la vida.

    Como siempre, me gusta tu forma de enfocar los temas sobre los que escribes, y de este texto en particular, ése concepto de las trampas: “lo llaman visión, inteligencia, fuerza de voluntad, pero son eso, trampas.”

    Saludos.

  • Beauséant

    Gracias, MUCHA, nunca me he sentido como un escritor, la verdad… alguien que junta letras y trata de darles algún sentido… eso como mucho 😉

    Muchas veces, .+**+.KADANNEK.+**+., cuando recibimos algo siempre queremos ponerlo en algún sitio, etiquetarlo y ponerlo en la estantería. Creo que existen cosas con las que eso no es posible, cosas que no tienen explicación ni lugar alguno donde ponerse. Cosas que, simplemente, suceden, descolocan tu vida de alguna forma y de las que no puedes aprender nada. Nos aterran ese tipo de situaciones, va en contra de lo más profundo de nuestros sentidos y del lugar que creemos ocupar en el universo.

    Por eso, como bien apuntas, no me gusta la idea de que todo debe costar, todo debe suponer un sacrificio, como si las vidas sufridas tuviesen un plus, como si alguien, por ponerte las cosas complicadas, te hiciese un favor… Nos hemos vuelto demasiado competitivos, demasiados agresivos. Hemos comprado un discurso y unas maneras que de manera sistemática nos convierten en perdedores… Es algo a lo que siempre le doy muchas vueltas, ese doble papel de víctimas y verdugos que adoptamos sin apenas darnos cuenta.

    Es fácil caer en esa tentación que dices, la de pensar que antes todo era mejor y, claro, no lo era, pero es cierto que hemos perdido la capacidad del asombro, la frescura..
    Muchas gracias por tus reflexiones que siempre mejoran y amplían mis pensamientos 😉

    Son un refugio, CARMEN TRONCOSO BAEZA, así es… quizás no solucionen nada por sí solas, incluso para algunas personas son engaños que nos ponemos para no pensar en otras cosas. Pero cualquier cosa que te ayude a no ahogarte es siempre bien recibida, ¿verdad?

    No lo había pensado así, ÁNGELES, incluso en los juegos más fantásticos queda un poso de eso que comentas, es cierto. Sospecho que no estamos preparados para entender todo lo que nos rodea y por eso recurrimos a dividirlo en pequeños trozos que podamos digerir… Al hacerlo, claro, nos perdemos muchas cosas por el camino…

    Ya sabes, cuando alguien saque el pecho hablándote del trabajo duro piensa en eso, en la cantidad de atajos que habrá tomado 😉

  • Maria Dorada

    La única lotería es la de tener un buen trabajo , que ya es difícil hoy en día. Pero jugar a la lotería para que te toque es perder el tiempo. Porque las probabilidades son escasas. Aunque nunca perdedñmos la esperanza.

    Mejor jugar a las cosas que nos entretenegan. Y pasemos un rato agradable.

    Besos.

  • Carmen Troncoso Baeza

    Querido amigo Beauseant como yo soy una antigualla, paso con los videojuegos incluso mis hijos tuvieron algun grado de frustacion porque no les compraba el ultimo juego de videos
    pero nada, hoy ellos se compran los videos que les gusta. Y creo que la unica loteria posible es tener una buena salud a prueba de todo, hoy en dia eso es ganarse el gordo como decimos en Chile, porque con esta pandemia estamos todos amenazados. Que tengas unas bonitas fiestas dentro de lo que cabe!

  • Beauséant

    Todo depende del grado de desesperación, **MARIA DORADA**, cuando las puertas se nos van cerrando a nuestras espaldas, más tendencia tenemos a buscar soluciones desesperadas y, como dice **ALESSANDRINIMARIAMARIA** a la más mínima que te descuidas puedes acabar en la calle.

    Muchas gracias, **CARMEN TRONCOSO BAEZA**, algunas personas, como es tu caso (y creo que el mio), lo teníamos claro de antes, lo importante es eso, el tener una buena salud y sufrir lo menos posible. Pero otras personas parecen haberse dado cuenta ahora de lo importantes que eran esas pequeñas cosas, ya ves.

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