habitaciones para dos
Eras el sueño difuso a punto de esfumarse ante la punta de mis dedos. Yo el soldado alemán temblando de hambre y miedo frente a las puertas de Stalingrado.
No sobreviviría a otro invierno a tu lado, ese era el significado recurrente de mis sueños. No supe interpretarlos a tiempo.
Ya no queda nada de lo que tuvimos. Lejos queda el tiempo de las habitaciones para dos, de follar sin prisa al sopor de la tarde mientras el mundo se iba lentamente a la mierda a nuestro alrededor. Porque eso es lo único que parece hacer el mundo: irse a la mierda con una lentitud exasperante.
Nadie te prepara para el día de izar banderas blancas. El momento de reconocer que no éramos ni diferentes, ni especiales, ni mejores que tantos otros que fallaron en lo que a nosotros nos parecía tan sencillo cuando estábamos juntos sin pensar que podría ser de otra forma. Desconocíamos que lo raro era eso, estar juntos, encontrar alguien al otro lado cuando extiendes la mano en la oscuridad.
El invierno siempre llega, eso es algo que nunca debemos olvidar. Las calles de Berlín mudas ya de nuestros pasos, la revolución que no hicieron los hijos que nunca tuvimos. Todas esas habitaciones para dos que quedaron vacías de lo que fuimos, sus sábanas blancas, impolutas, esperando en vano el calor y la forma de nuestros cuerpos.
Suena el silbato y nos señalan las ruinas de una iglesia entre la bruma de primera era de la mañana. Nos quitamos el miedo a manotazos y cargamos las bayonetas dándonos ánimos a gritos porque, ¿qué otra cosa podíamos hacer tan cerca del final?.
Cada cosa a partir de ahora, cada piedra, cada rama, cada rostro congestionado que grita junto al mio, puede ser la última cosa que veré. Cada instante convertido en un momento precioso ante el nuevo significado que impone la muerte.
Los niños tristes que nacieron vencidos, los que creen que nunca han de morir… no importa, ya no importa. Formamos parte indisoluble de una enorme fila de desahuciados esperando al equipo de demolición. No hacemos más que pulsar esquizofrenicos los botones de la máquina del tiempo esperando en vano la mágica combinación que nos salve.
Demasiado tarde.
Trepamos la última trinchera y saltamos con las armas en ristre. A lo lejos brilla algo que ya nunca alcanzaremos.
20 Comments
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Espero que no sea demasiado tarde
tonYerik
¡Sois gilipollas!
¡No habéis aprendido nada!
La próxima con piedras
Cabrónidas
Ningún humano sacará a otro humano del fango. Partimos de una derrota anticipada. Perdemos sí o sí.
Beauséant
A veces parece que siempre es tarde, tarde para todo y otras veces….
Así es, TONYERIK, a veces por lo civil, otras por lo criminal y, cuando todo falla, piedras, las piedras no necesitan retorica para hacerse entender.
Mira que he tardado años en aprender algo tan sencillo, CABRÓNIDAS, demasiado tiempo intentando salvar a gente que no quería ser salvada….
Una Vida Mundana
La desidia no deja títere con cabeza. Esta entrada me ha parecido brutal. Y ¡ay esas fotografías del desencanto!
Gabiliante
La sensacion de empezar a hacer algo que practicamemte seguro que será lo ultimo que hagas debe ser hoorrible. Como no pensar ni en el pasado ni en el futuro. Un esfuerzo supremo de vivir el presente y confisr a la suerte algo mas que el resultado de la primitiva. Entregar tu vida a la suerte. Y si sobrevives, volver a jugártelo todo, otra vez dentro de un rato. Jugar a,la ruleta rusa cada vez con menos oportunidades.
evavill
No sé qué decir, vivir es muy difícil o por lo menos a mí me lo parece
¿Será que pensamos demasiado?
Muy sugerentes las fotos
mag
Nada hay más complicado y peligroso que vivir. Sabes, inconscientemente, que un minuto puede ser el último minuto pero si fuéramos tan consciente estaríamos muertos en vida.
Ambientar la historia en medio de una guerra donde lo más sencillo es morir, te deja en tensión y con una visualización mayor.
Está claro que hay lecciones que no se aprenden por más que se repitan. La letra con sangre no entra.
Una escena entre la resignación y la impotencia, entre la propia realidad y la ajena . Pero bellísimo texto.
Un beso enorme y feliz día.
laacantha
El Señor nuestro,
dame fuerzas para caḿbiar lo que esta a mi alcance,
dame paciencia para aguantar lo que yo no puedo cambiar.
y dame sabiduría para no confundir lo primero con lo segundo. ¿ Pues, quizá por ello , por intentar cambiar lo que hay que aguantar , complicamos la vida? No tengo respuesta , solamente reflexiono . Un maravilloso texto para pensar. Un abrazo.
Beauséant
Me ha gustado lo de fotografías del desencanto, UNA VIDA MUNDANA, sería un buen título para casi todo lo que hago 🙂 La desidia, sí, cuando esa palabra toma al asalto el diccionario no suele dejar nada a su paso, tienes razón.
Creo, GABILIANTE, que simplemente no se puede vivir así, acabarías por hacerlo saltar todo por los aires. A veces tenemos que hacer lo que dices, confiar. Confiar en el presente, confiar en lo que vendrá, sin ningún tipo de certidumbre, sin ninguna motivación, simplemente confiar con los ojos cerrados y que sea lo que Dios quiera… y, claro, volver a jugar, ¿qué otra cosa puede hacerse?
Vivir es complicado suele ser mi frase de cierra para casi todas las conversaciones en las que saco mi parte más intensa, EVAVILL, 🙂 Y sí, pensar, pienso demasiado, el problema es que tampoco soy una persona muy inteligente y siempre me quedo en la parte del pensar, rara vez llegó a alguna solución que me sirva.
El texto quizás me quedo un poco confuso, MAG, por esa parte que comentas de la ambientación, me alegra que lo hayas entendido tan bien 🙂 A veces fallamos una vez, fallamos mil veces y nos preparamos para volver a fallar, tienes razón, hay lecciones que no podemos aprender y entonces aparecen esos dos jinetes del apocalipsis que son la resignación y la impotencia.
Es que, LAACANTHA, la línea a veces es sutil. A veces parece que con un ligero empujón, con un poco de empeño, de verdad se pueden cambiar las cosas. Y, claro, si ya has dado el primer empujón te sientes obligada a dar el segundo… y cuando has dado tantos es más complicado rendirse. Al final pasa eso, media vida buscando puertas cerradas y la otra media llamando para ver si hay alguien al otro lado que no salve, que nos cuide, que nos entienda…
Myriam
Desolador. El texto es magnífico, pero te he leído con un nudo en la garganta. Besos
Beauséant
Gracias, MYRIAM, el texto salió de un poco de ahí, de la garganta y otro poco del corazón…
Mucha de la Torre
Me gusta leerte Has crecido tanto con tus letras que a veces te desconozco,
Ningún humano sacará a otro humano del fango. Partimos de una derrota anticipada. Perdemos sí o sí. Tienes razon muchacho
Mucha
Ángeles
Estupendo texto, como es habitual.
Quizá el problema de todo esto, de la vida, de sus dificultades, la desesperanza… es que no terminamos de aceptar nuestra condición de seres temporales, frágiles y sin capacidad para responder a nuestras propias preguntas. Si aceptáramos eso, a lo mejor la vida sería menos complicada. Aunque tañl vez también más plana. Y entonces nos quejaríamos de eso. Quién sabe.
Saludos.
kasioles
No se puede seguir viviendo sin esperanza.
Nunca es tarde, todo puede cambiar, es más, debe cambiar para las nuevas generaciones.
Felicitaciones por tu escrito ¡fenomenal lo has hecho!
Cariños.
Kasioles
Frodo
La primera foto me introdujo muy de golpe a lo que luego cuentas, vi a esas dos toallas como dos fantasmas.
Dijeron que saldríamos mejores de la pandemia, y ya ves: guerras, odio, acumulación de poder y dinero por un lado, hambre y muerte por otro.
En fin. Buen relato, te mueve el cerebro de un tiempo a otro
Abrazos
Krudo
Como de costumbre me encanta la reflexión qué dejas en mí, prácticamente nuestra vida se basa en despedidas, tenemos que entender que todo lo que iniciamos va a acabarse en algún momento, no nos queda otra cosa que disfrutar y esperar.
Te dejo un abrazo en forma de despedida.
José A. García
Excelente entrada. Me dejaste sin palabras, y sé por experiencia que lograr algo semejante es más que difícil.
Saludos,
J.
Toro Salvaje
Y un día compruebas que no tienes ni siquiera una bayoneta con la que autoengañarte.
Ni tampoco hay enemigo.
La trinchera es ahora un páramo.
Todo se ha ido.
Entonces has de buscar una ruina amable y desmoronarte entre sus sombras.
Saludos.
Beauséant
Gracias, MUCHA DE LA TORRE, espero que sea cierto 😉
Creo que ese es el problema, ÁNGELES, somos un poco como los gatos, cuando todo esta ordenado, cuando todo parece calmado, entonces necesitamos tirar algo al suelo, empezar a correr sin sentido… en el fondo nos aburre la rutina, por más que cuando se rompe queremos volver a ella.
Gracias KASIOLES por tus palabras. Firmo debajo de lo que has escrito, si se pierde eso entonces nada tiene sentido.
Hice la foto precisamente por eso, FRODO, porque me parecían dos fantasmas esperando algo. Casi me asusté al entrar en el baño… pensé que sería el espíritu de la pareja que estuvo en la habitación antes… y a partir de ahí salió el resto del texto.
Vienen cosas nuevas, KRUDO, nos despedimos de otras, pero con el paso de los años creo que las despedidas ganan por mucho… así que así vamos, perdiendo cosas sin apenas darnos cuenta hasta que hasta eso, los abrazos, tienen forma de despedida.
Vaya, JOSÉ A. GARCÍA, eso es lo mejor que podías decirme. Muchas gracias
Eso no lo había pensado, TORO SALVAJE, quizás todas las batallas, todas las armas y toda la pelea no sean nada, invenciones, quimeras que creamos para no reconocer la ruina en la que nos movemos…