leer,  mirar

retrovisores

Me hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo. Es una frase que uso (demasiado) a menudo, es una forma de quitarme de en medio, de decir que nada fue mi culpa. Fueron las cosas, ese colosal ente abstracto, las que decidieron ir en la dirección contraria a mi voluntad.

Soy de esas personas que vive con un ojo pegado a los retrovisores y el pie acariciando el pedal del freno. Siempre analizando las cosas que fueron, las que debieron ser y nunca se volvieron reales. El eterno inventario del pasado en busca de ese momento crucial que lo definió todo.

Es en esos retrovisores donde veo desaparecer cada uno de los momentos que nunca llegaron a ser reales. Aparece con nítida y dolorosa precisión el punto de bifurcación, las fatídicas coordenadas en las que se tomo una decisión que anulo todas las demás. Forman líneas de puntos difusas que nunca llegaron a ser más que una posibilidad, hilos finos que unen las miles, millones de vidas posibles que pude vivir y murieron por culpa de un parpadeo, una ligera desviación en el ángulo de la ruta. Se trata de algo quizás más fuerte pero indistinguible del simple azar.

No guardo rencor a ninguna de esas vidas que nunca fueron ni desprecio la que finalmente tuve. Ninguna de ellas se encuentra por encima ni por debajo de las otras. Ninguna fue ni mejor, ni peor, fueron sólo eso, alternativas, piezas de un puzzle cosmológico. En algún momento me reencontraré con todas ellas y no encontraré motivo para sentir ningún rencor. De verdad que lo pienso.

Algunas de esas vidas serán brillantes y perfectas como gotas de agua, otras serán tristes y aterradoras, el reverso de la moneda. Quizás en alguna de ellas aprendí, por fin, la lección: que el truco era cortar el nudo, no despellejarse los dedos intentando desenredarlo.

Muchas de esas vidas, soy consciente, desaparecieron demasiado pronto para marcar alguna diferencia pero otras no, otras no morirán nunca porque lograron ser eternas. Esas son las que salvarán al resto, las que colocarán la pieza fundamental que faltaba para mostrar el resultado del rompecabezas, un pájaro azul, una naturaleza muerta… algo que sea bonito de contemplar, que no necesite justificar su existencia cuando la muerte, siempre pendiente de nuestros actos, trace la línea final del balance de nuestros días.

De verdad que lo pienso.

Lo que “debería ser” nunca existió, pero la gente sigue empeñada en vivir acorde a eso. No existe lo que debería ser, sólo existe “lo que es”

Lenny Bruce

14 Comments

  • .+**+.Kadannek.+**+.

    Es interesante la experiencia de leerte durante el anochecer de un Domingo melancólico y algo bullicioso.

    A veces creo que hay fragcciones de otras vidas vividas en la actual, ciclos que se repiten por un vicio sistemático de patrones cuánticos que hemos escogido conscientemente en otro plano e inconscientemente también. Así como pudiésemos decir que una vida, nuestra vida actual parece estar compuesta de muchas otras vidas o realidades que atravesamos en cada época; así mismo también llega un punto en que las cosas se repiten, ya por costumbre, por apego al pasado o por el anhelo de que algo sea distinto esta vez.

    No siempre se llega a estar en completa paz con esas alternativas que tomamos o que no tomamos, con esos “…Y sí…”, pero es lo que tenemos. Es mejor intentar entender que nuestro camino no pudo ser recorrido por los zapatos de otro, que nuestras circunstancias son muy particulares y que justamente éso es lo que hace que la vida sea nuestra vida.

  • Alma

    Me quedo con esa cita final. Tal vez porque soy una convencida de que lo que es, es lo que tenía que ser… lo otro son, llamémosle “posibilidades” o “variables”, pero que en el preciso momento que no fueron nuestras elecciones, justamente, dejaron de “ser”… ya no existen… porque hoy es presente, hoy “es” y no hay lugar para los hubiera o hubiese.
    La imagen me ha hecho recordar a una frase: “¿Sabes por qué el parabrisas es más grande que el espejo retrovisor? …porque el camino que tienes por delante es más importante que aquel que te has dejado a la espalda.”

    Un beso.

  • José Luis

    Una diferencia sustancial entre una persona y otra es el pasado. Tenerlo o no. A según qué edad tienes todo el pasado por delante. Y eso es mucho más cierto que el futuro que, quizás, queda. También parece, por mí mismo y muchos de mis amigos, que a cierta edad aparece una fuerte nostalgia del pasado, que después de unos años desaparece. Aceptas que te queda un poco de futuro y que no puedes cambiar el pasado, eres ese pasado. En fin, reflexiones de un sexagenario.

    Un abrazo

  • Mento

    Soy demasiado realista para ese tipo de reflexiones. Siempre me digo que solo se reflexiona aquello que nos puede llevar a alguna salida, no lo que nos límita o nos encerró en callejones hostiles.
    Me gustan los retrovisores en su sentido literal. Soy quien piloto el vehículo y nunca cuando se lleva esa responsabilidad uno debe perder la vista a que puede embestir por detrás. Las cosas pasadas no deberían ser un problema al estar fuera de circulación. No?
    Un abrazo.
    Por cierto, estoy atravesando días difíciles y la compañia del guardián de Pompeya me serena. Quería que lo supieras.

  • Beauséant

    Creo que por eso me gusta subir las historias los Domingos por la noche, **.+**+.KADANNEK.+**+.** parecen el momento perfecto para reflexionar.

    No había pensado lo de las repeticiones, pero es verdad, es como situarte ante una bifurcación y pensar: yo antes he estado aquí. El que sea igual o diferente ese camino son nuestras circunstancias, nadie puede ponerse en nuestros zapatos ni nosotros ponernos en los zapatos de de otro. Es una buena conclusión, sí.

    Esa es la forma correcta de pensar, **ALMA**, no dar más vueltas a las cosas que se fueron ni las que pudieron ser porque, esa es la clave, se desvanecieron, pluf, no existen. Es cierto que el parabrisas es más grande, pero las cosas que pueden matarte a veces vienen por el retrovisor 😉 Tampoco debemos olvidar eso que ponen siempre de que los objetos del retrovisor pueden parecer más pequeños y lejanos que en la realidad… hasta que te comen.

    Ni más ni menos, **GE MINÚSCULA**, latimos, vivimos, decidimos.

    Me ha gustado mucho esa reflexión, **JOSÉ LUIS**, al escribir la historia no había tenido en cuenta ese factor. Tienes un montón de espacio que has dejado detrás y otro montón por delante, te sitúas en algún punto intermedio y vas restando de uno y sumando al otro. Según la edad las cosas salen de una forma o de otra.

    Casi toda mi vida, **MENTO**, he sido copiloto en sentido real o metafórico, nunca he tomado grandes decisiones sobre mi vida, he ido tomando las cosas como venían y, por eso, por sentir que no he llegado a decidirlas, siento cierta nostalgia en estos días complicados que comentas… me alegra que tengas el guardián contigo, le gusta ayudar a la gente.

    Muchas gracias, **MANUELA FERNÁNDEZ**, cada vida es diferente, pero sí, parece que a veces todos seguimos ciertos pasos comunes.

  • Paloma

    Yo quiero el pájaro azul 🙂

    Decidir es renunciar. Cualquier camino que tomemos anula todos los demás. Tendemos a pensar que lo bueno es lo otro pero no creo que sea verdad.
    Me encanta la foto!!

  • Toro Salvaje

    A veces miro atrás y pienso qué quizás debería haber hecho esto o lo otro… y me arrepiento… pero luego pienso que el que soy ahora no tiene nada que ver con los que era en diferentes momentos de mi vida…. y entonces, me perdono.

    Saludos.

  • Mucha

    Yo no cambiaría absolutamente nada de lo que he vivido Gracias a eso soy lo que soy me admiro y progreso….
    Un texto latente muy tuyo muy interno muy bueno…
    me hace feliz de verte contento tranquilo desde adentro.
    Cada uno de nosotros ve en vos lo que ellos son
    muy interesante ver a gente tan desgastada por dentro
    La vida es una maravilla
    brindo con vos
    por la copa que nos dé siempre aliento

  • Beauséant

    Cierto, **Paloma**, tendemos a pensar que es mejor porque no lo hemos vivido, no lo hemos agotado hasta el final, hasta ese lugar donde espera el cansancio o el vacío.. Muchas gracias 😉

    Yo sólo volvería atrás, **Toro Salvaje**, si tuviese toda la información de lo que vino después. Volver atrás para cometer los mismos errores sería absurdo… Aunque es cierto, cada decisión tomada te cambia, no puedes bañarte dos veces en el mismo río, cambia el río y cambiamos nosotros.

    Haces bien, **Mucha**, los retrovisores son una trampa para dejarnos atrapados en el pasado, soy consciente de ello y aún así no puedo dejar de mirar por ellos, ya ves. Brindemos con esa copa, sí, pero sin mirar atrás…

  • María

    Yo soy de esas personas que prefiero no mirar para atrás. Que cierro las puertas para abrir otras nuevas. Pienso que el pasado fue tal como fue porque tuvo que ser así. Y no hay nada de qué arrepentirse, ni nada qué analizar.

    Vamos escribiendo la vida, con los errores, y aciertos, y así vamos construyendo el presente y el futuro, prefiero acordarme de las cosas positivas, y las negativas dejarlas en el olvido, aunque también son las que nos han hecho ser hoy tal como somos.

    La verdad es que has sacado un tema de lo más interesante.

    Un placer venir a reflexionar contigo.

    Besos.

  • eli

    Me senti tan tan identificada con tu relato…esencialmente en el sentido en que hay situaciones que parecen ser minusculas y sin embargo cambian radicalmente el sentido de muchas vidas …y otros sucesos mas grandes por supuesto , sobre los que no tenemos incidencia alguna…suceden …y nos ubican en otro plano.. y todos los interrogantes que nos planteamos cuando esto pasa… Me encanta este espacio tuyo de relatos y reflexiones!! Saludos!

  • Frodo

    Bien descrita tu sensación con respecto al suceder de las cosas en relación al manejar un auto.
    No está mal mirar cada tanto el retrovisor o tener el pie apenas rozando el freno. El problema es cuando solo vemos eso y nos olvidamos de mirar hacia adelante. O cuando solo frenamos y no sacamos el pie de ahí.

    Abrazos. Buenas fotos.

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