the wall
El muro se levanta bloque a bloque, línea a línea. Una sucesión de hileras ocultas tras contrahileras tejidas en lenta y uniforme procesión.
Parece algo obvio, pero es fácil olvidar una lección tan sencilla cuando El Muro adquiere dimensiones incognoscibles y se convierte en algo que parece estar ahí desde el principio de los tiempos. Algo que seguirá en su sitio cuando nosotros, todos aquellos que contribuimos a construirlo y conservarlo, seamos pasto del polvo y el olvido.
También es fácil obviar la última y más importante lección que nos deja El Muro: que todos, con nuestra acción o, las más de las veces por omisión, hemos contribuido a levantarlo y sostenerlo.
Increíble, ¿verdad? Ese juggernaut inmenso e inabarcable no forma parte del orden natural de las cosas sin explicación; no es una puesta de sol que sale por mucho que intentemos taparla con un dedo, ni es es el curso caprichoso de un río o la gravedad de los planetas trazada alrededor de sus órbitas.
El Muro es nuestra creación, y como tal debe ser cuestionada, día a día, pieza tras pieza.
¿Qué se oculta tras ese muro?, ¿contra quién dice protegernos?
¿hasta que punto tenemos la obligación de engendrar más piezas útiles para su mantenimiento?, ¿no sería más razonable inculcarles el sagrado derecho de hacerlo saltar por los aires?
4 Comments
GGM
Empezaba a echar de menos que nos escribieras.
Vanessa
No sé qué se oculta tras ese muro, y a lo mejor nos daría miedo no tenerlo.
Yo al menos me siento contenta por no poner una de las piezas que todo el mundo pone.
Besoss
virgi
Sería lo ideal, pero hay que reconocer que muchas veces necesitamos algún muro para protegernos de los demás.
¿No crees?
Besos, me gustó la imagen, sencilla y sugerente.
Marvel Girl
Los muros caen. Sólo hay que encontrarles la primera grieta.