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estampida

Los humanos midieron el terreno, colocaron máquinas voraces sobre él y levantaron una valla de alambre que relucía con las gotas de rocío atrapadas al amanecer.

Los animales vieron todos esos esfuerzos y sintieron que su mundo se hacia demasiado pequeño. Empujaron, golpearon con las extremidades los postes clavados a la tierra y tumbaron la valla. Un rugido de victoria cubrió el valle.

Los humanos vieron el desastre y cambiaron el alambre por intricadas púas cosidas a lo largo del territorio. Un mensaje escrito en morse a través de puntos de hormigón, sobre los cuales emplazaron nuevos postes.

Los animales empujaron, golpearon y derribaron la valla.

Los humanos sintieron que su voluntad se encontraba amenazada; no podían consentirlo. Trajeron máquinas más potentes, más manos voluntariosas erigieron una empalizada con aires de eternidad construida a base de cemento y ladrillo.

Los animales pidieron ayuda al viejo árbol que había contemplado la batalla en silencio. El viejo árbol extendió sus ramas hacia el horizonte, tomo fuerzas desde lo más profundo de la tierra, y sus raíces resquebrajaron el muro. Los animales empujaron sobre la grieta recién abierta y el muro se derrumbó con estrépito.

Los humanos pronto harán su siguiente movimiento.

27 Comments

  • अनत्ता 光 心

    Ya hay un dicho que dice “no puedes ponerle puertas al campo”. La fuerza de la naturaleza.
    Tu relato me ha recordado dos cosas. La primera, el cuento de los tres cerditos con sus tres casitas, pero casi que al revés. Una variación, digamos.
    La segunda, una parte de El Señor de los Anillos (he tenido que consultar para refrescar la memoria)… En Las dos torres, el segundo volumen de El Señor de los Anillos, los Ents (pastores de árboles, árboles que se mueven, aunque lentamente) se enojan con Saruman y deciden avanzar hacia su fortaleza para destruirla. Pues aquí deciden echar una mano a los animales. 😀
    Los humanos volverán y no sé si ganarán la contienda. Quizá sí. Quizá el precio a pagar por la naturaleza sea inasumible. Tu fábula no es más que una extrapolación de la realidad.
    Saludos muy verdes.🌲🌳🌴☘🍀🌴🌳

  • अनत्ता 光 心

    Y ojalá que todos los muros levantados por los humanos, ya sea en la frontera con Méjico o en la frontera con Gaza, levantado por los israelíes, pudieran derribarse de forma tan sencilla y natural. También todas las vergonzosas empalizadas de alambre con cuchillas y espinos… léase Melilla, por ejemplo.

  • Beauséant

    Los ents, así es, अनत्ता 光 心, durante siglos fueron ajenos a las peleas, hasta que vieron su entorno amenazado y se levantaron contra los orcos… Creo que era algo así, me leí el libro hace años y me dejó tan buen recuerdo que no he querido volver a leerlo 🙂 La naturaleza ha perdido esa batalla, aún no lo sabe, o lo sabe pero piensa que hay batallas que deben librarse aunque sean perdidas… Los muros nunca traen nada bueno, siempre que alguien levanta un muro, sospecha…

    Sí, JOSÉ A. GARCÍA, por desgracia, más que una fábula, parece una crónica.

    Lo ideal, CITU, sería que los humanos entendiesen que forman parte de la naturaleza, que ellos no pueden existir sin la existencia de todo lo que les rodea. Demasiado pedir, ya lo sé. Un abrazo enorme.

  • Diego

    Al menos, y hasta que los humanos construyan nuevas barreras cada vez más infranqueables, a alguien se le ocurrió señalar la vía de escape…

  • Cabrónidas

    Los humanos volverán a intentarlo, claro. Y la Naturaleza, a su modo, nos seguirá escarmentado sin hacer distinciones, sólo que con demasiada benevolencia. Ya sabes: un terremoto allí, un tsunami allá…

  • laacantha

    “Los humanos pronto harán su siguiente movimiento…” Lo hacen ya con la enorme crueldad, sin darles cuenta de que nunca podrían ganar la batalla. Es una autoexterminación. Un abrazo. La situacion es totalmente desoladora .

  • El asceta

    Una persona sabia me dijo que no somos tan importantes, nadie lo es y quizás por eso nos empecinamos en marcar territorio. El que se siente sobrepasado, agredido por la Naturaleza tiende a erigir empalizadas con aire de eternidad. Como siempre, aquí estamos para liarla poniendo abismos entre la naturaleza y nosotros cuando en realidad aceptar que somos parte de ella nos haría la vida mucho más llevadera. Un abrazo.

  • gabiliante

    esto pasa porque pensamos que la naturaleza se reduce a lo animal y vegetal.¿ Que hay de lo mineral, lo climatologíco , lo cronológico…
    esto último quizás es un poco largo, pero un huracán, un terremoto o algún volcán por aquí cerca?
    hay que pedir ayuda a wuien realmente puede ayudar?
    otra cosa será que a estos agentes con un poder tan descomunal les interese la justicia.
    abrazoo

  • María

    jaja desde luego hay que reconocerte un mérito enorme, primero por la preciosa fotografía que si no fuera porque muestra un muro derruido parecería la viva imagen del otoño, o que este atacó al muro para salir en vista de que el verano no le dejaba jaja pero tú has ido más allá y has hilado la señal de tráfico anunciando animales salvajes sueltos, con la estampida que con la ayuda del árbol supones lo tiró y todo esto, con el absurdo comportamiento humano de intentar contener lo incontenible. ¡Vendita imaginación! ; ) Somos así, soberbios y engreídos, suponemos que nuestra voluntad debe imponerse por encima de todo y todos, tengamos o no razón. Justo por eso, tan pronto construimos muros para contener la desesperación humana – muy molesta – intentando preservar nuestra confortable vida o a una naturaleza que siempre nos podrá por la mano, como los derribamos a topetazos, sin razones, ni argumentos, únicamente por la fuerza, justo como animales en estampida. Adoptamos los dos comportamientos. Mira, ya puestos a imaginar, yo me quedo con que fue una envestida del otoño contra el verano, por una vez pudieron más las hojas doradas que las piedras… O nos agarramos a la imaginación para protegernos o vamos a morir de puro pánico, imaginando todo tipo de catástrofes, tal cual nos impone la realidad : ) Un beso! y siempre gracias… esta vez porque al menos aquí, ganaran las hojas y tu cielo azul, que yo ya ni recuerdo como es : )

  • Maia

    Espero que para ese momento, la naturaleza ya está más fortalecida y no permita puertas que la obstruyan. Tu publicación me ha gustado infinito.

  • Krudo

    Pedazo de postal que pone a reflexionar, somos seres invasores, antes cuando no nos creiamos mas que los animales eramos nómadas, no fincabamos, no nos apropiabamos del terreno y ahora, un animal pasa por donde era su tierra, su paso y ya no la cuenta.

    Te mando un abrazo reflexionando.

  • lanochemaslargademedianoche

    Los animales cansados de tanto mal trato, algun día, seran ellos los que levantaran muros para impedirnos cruzar a matarlos.
    Abrazo

  • Beauséant

    El problema de las vías de escape, DIEGO, es que a veces te llevan de cabeza a un trampa, nunca hay que fiarse, ¿verdad?

    Para ver si pillamos la indirecta, ¿verdad?, CABRÓNIDAS, pero no, qué vamos a pillar…De cabeza a nuestra propia extinción, como dice LAACANTHA

    Apenas unos puntitos de nada en una habitación a oscuras, EL ASCETA… Es profundo lo que dices de las empalizadas, a nuestro alrededor parece que los muy ricos andan en eso, en dejar que nos matemos los de abajo y ellos van construyendo refugios climáticos, planean vuelos fuera del planeta… Lo bien invertidos que estarían todos esos recueros en hacer más habitable lo que tenemos, sí.

    Un ecosistema muy complicado, GABILIANTE, así es, que hemos usado sin comprender, a nuestro antojo. La justicia interesa mientras sirva para subir un poco la cuenta de resultados.

    El otoño contra el verano, MARÍA, pues esa habría estado muy bien sí. Al final la cabra siempre tira al monte y ya sabes que siempre estoy con los mismos temas 🙂 Pero sí, dices bien, hay que aferrarse a la imaginación, con uñas y dientes. Es lo único que podemos hacer contra una realidad tan jodida. Me has recordado a lo último que escribiste: prefiero ser una persona naif que pensar que puedo imponer mi voluntad, que soy alguien especial o mejor. Acabaremos haciendo muros, primero contra la naturaleza y luego los de arriba contra los de abajo para pelearnos por el último litro de agua potable. Por la fuerza, siempre por la fuerza.

    Muchas gracias, MAIA, la vamos arrinconando, a la naturaleza, pero lo mismo nos llevamos un susto…

    Gracias, KRUDO… sin embargo debería ser el revés, ¿no te parece? El ser nómadas hace que vayas a un sitio, agotes sus recursos y vayas a otra. El ser sedentarios debería hacernos amar el lugar donde vivimos, la tierra que pisamos… Y no es así, para mi es algo que no tiene sentido.

    Supongo, LANOCHEMASLARGADEMEDIANOCHE, que cuando llegué ese momento me tocará estar del lado de la humanidad, pero no lo tengo tan claro…

  • Paloma

    Ojalá ganen el árbol y los animales.
    Pero no sé, el enemigo tiene máquinas de destrucción muy potentes y no parece que le importe nada aparte de su satisfacción inmediata.

    (He cerrado mi blog temporalmente. Gracias por todas tus lecturas y comentarios)

    Un saludo, Beauseant

    El árbol de la foto es precioso

  • Fackel

    Lo que relatas no es ficción. Allá donde el hombre avanza a diestro y siniestro los animales tienen que apartarse. Cuando los hombres o paran o incluso y sobre todo se retiran (desplobación) los animales vuelven a ocupoar espacios arrebatados. Los lobos en zonas de Castilla la Vieja saben mucho de ello, por ejemplo.

  • Beauséant

    Homo destroyis, más bien, TORO SALVAJE, lo de sapiens nos viene un poco grande…

    El siguiente movimiento lo arrasará todo, PALOMA, pero, mientras tanto, la naturaleza pudo creer en la victoria. A veces la vida se reduce a eso, a creer en la victoria.
    Sí, sospechaba que estabas en fase de abandono del blog, pero no quise preguntarte.. me da pena que dejes de escribir y, más aún, que se pierdan los textos. Espero que sea por simple cansancio y que no haya ocurrido nada grave. Gracias por el tiempo compartido, eso siempre.

    No conocía la palabra, JOSÉ LUIS GONZÁLEZ VARELA, pero describe a la perfección lo que he sentido al escribirlo… Voy a investigar esa palabra, me gusta hasta como suena.

    Los animales y, a veces, hasta otras personas, FACKEL, nada se interpone ante lo que llaman avance. Me has recordado, durante la pandemia, como la naturaleza volvió, por un breve instante, a ocupar su lugar. Los pájaros en el cielo, los arbustos sobre los camino… duro poco, pero fue bonito de ver.

    Veremos, TONYERIK, veremos, pero sí, mejor no hace apuestas…

  • Fackel

    Seguro que el Universo e incluso la Tierra vuelven de otra manera si los humanos no existimos. Pero una vez evolucionados aquí nuestra responsabilidad sería actuar de otra manera, ¿no crees? Pero nunca son las cosas por voluntarismos (minoratarios, por otra parte)

  • Ángeles

    “…una valla de alambre que relucía con las gotas de rocío atrapadas al amanecer”.
    La naturaleza y tú os empeñáis en recubrir de belleza los sórdidos elementos que el ser humano planta en ella.

    “Un mensaje escrito en morse a través de puntos de hormigón…”
    Y además eres capaz de hacer interesante un prosaico muro de cemento 😉

    Saludos!

  • Beauséant

    Me temo, FACKEL, que a mi el sistema me ha ganado, ya no creo posible cambiarlo. Es algo tan inemenso, tan grabado a fuego en nuestros cerebros que es imposible generar una masa suficiente que incline la balanza en otra dirección… el planeta seguirá ahí, podemos estar tranquilos. Cuando todo se vaya a paseo, en unos pocos millones de años, todo empezará de nuevo.

    Gracias, ÁNGELES, si lo piensas bien los muros de cemento dicen muchas cosas… sobre todo de las personas que los construyeron 😉

    Gracias, MUCHA, por traernos un poco de mar hasta esta orilla.

  • Sabius

    El día que entendamos que la naturaleza somos también nosotros, probablemente dejemos de poner vallas y muros. Quizás muchos no saben aún que la naturaleza es sabia y que con frecuencia nos devuelve nuestra prepotencia y soberbia. Un abrazo.

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