leer,  mirar

el legado

He recordado aquella historia de un vendedor que le pregunta a un cliente “¿Quiere la jaula vacía o sin pájaro?” “¿Y qué diferencia hay?” “La nostalgia, por supuesto”

Me siento como la clienta que se llevó la jaula sin pájaro.

Ayer murió mi abuela.

Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez que se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma.

Hacía frío en el tanatorio esta mañana. Un lugar en penumbras, lleno de silencios y personas que caminan con la cabeza baja recorriendo arriba y abajo ese espacio liminal situado a un paso entre el abismo de la nada y el metrónomo impaciente de los calendarios.

Tanatorio, del griego thánatos, muerte. El lugar donde abandonamos a nuestros muertos para seguir con nuestras vidas. Al menos los que puedan seguir con ellas que, no nos engañemos, son la mayoría. Somos supervivientes, siempre nos levantamos, pero con cada pérdida, con cada golpe recibido, algo dejamos detrás, algo de lo que de verdad importa. Nos convertimos en alambres retorcidos que ya nunca podrán recuperar la forma.

Salgo al exterior donde el mundo real impone sus propias reglas. Un sol inclemente y el ruido del tráfico poniendo la melodía de fondo. Eso le habría gustado a mi abuela, que el mundo siguiese girando sin ella.

Me he acordado de las gafas de sol, escondidas en algún lugar del bolso. Lo he abierto y allí estaban, entre un revoltijo de papeles y notas, una especie de tanatorio de proyectos inacabados.

Al sacar las gafas he notado un peso en el extremo: enganchado en la patilla bailaba un llavero viejo y gastado de una empresa de seguros ya desaparecida. Las llaves de la casa de mi abuela, las he reconocido nada más verlas. Sólo para emergencias, me dijo el día que me las dió, pero nunca me dijo si serían la suyas o las mías.

¿Creéis en las señales? Yo no, ya no, demasiados mapas sin salida en mi vida. Pero, esas llaves, ¿qué otra cosa podían ser?

Mi abuela era una mujer silenciosa. Dedicó sus últimos veinte años a leer. Si yo fuera tú, me decía, intentaría no hacerme demasiadas preguntas. O bueno, tal vez sí. En todo caso, no me preocuparía demasiado por obtener respuestas. El mundo es redondo, decía, y ya está. Ya llegará el momento en el que tengas que pensar qué será de ti cuando seas mayor y tengas que pagar al hijo de alguien para que te saque a dar de comer a las palomas. Quizá no haya palomas entonces, abuela, le respondía yo. Da igual, nena. No existe. El pensamiento es un dolor hereditario, y es ridículo sufrir por nada.

Nada de respuestas, pues, me he dicho y he guardado las llaves en el puño de una mano y parado un taxi con la que me quedaba libre.

Todo estaba igual en la vieja casa del centro. Igual, pero diferente, como si los objetos, ya sin dueño, quisiesen ocupar el territorio, reclamar un nuevo espacio que les estaba prohibido. He cruzado el umbral con el cabello erizado y una extraña sensación en el centro geométrico del pecho. A partir de ahora mi vida se llenará de primeros momentos en los que ya no estará mi abuela, la primera vez que vengo a esta casa, la primera vez que me río…¿volveré a reír alguna vez?

No había plantas que regar ni nada que hacer allí. Mi abuela no tenía plantas, son unas hijas de puta desagradecidas, decía siempre. En el salón, en el dormitorio… todo estaba recogido como esperando una visita, no puedo dejar de pensar que ella sabía que ya no volvería aquí.

También siento que me he convertido en una extraña, que ya no soy bien recibida en estas habitaciones que me vieron crecer.

Mis ojos se han posado en los albúmenes de fotos. Esos libros enormes que nuestros antepasados coleccionaban como si fuesen algo importante, un símbolo de estatus, el momento en el que dejas de preocuparte sólo por sobrevivir y empiezas a pensar en dejar un legado a tus espaldas.

He tomado el primero de ellos entre mis manos y entonces lo he visto: un sobre blanco atrapado al fondo de la estantería. Era tan blanco, tan extraño de una manera que no sabría describir que parecía algo fuera de lugar.

Más señales.

Dentro del sobre había un puñado de fotos, unas fotos que no ocuparon su lugar en los libros, que no formaron parte del legado. Una fotos imposibles de definir: mi abuela en una ciudad de Europa, suelo adoquinado y carteles en italiano. Mi abuela, que nunca había ido más lejos de visitar la Sagrada Familia allí, en Italia y rodeada de un grupo de personas, tres hombres y otra mujer que tampoco era capaz de ubicar en mi memoria.

Todos sonreían, pero no lo hacían a la cámara, sonreían por encima de la cámara, sonreían al mundo, a la persona que vería esa foto muchos años después llena de preguntas. Unas personas felices, sin miedos. Alambres nuevos, sin taras, toda una vida por delante.

La última foto del sobre es una foto de mi abuela subida a una bicicleta, otra extraña anomalía. Parece una foto robada, ella mira ladeada con un amago de sonrisa en el rostro y un pequeño perro sale del bolso reclamando su parte de posteridad y rompiendo la seriedad de la foto. La foto de un amante, concluyo, la foto que tomas a escondidas a la persona amada cuando todo es nuevo y maravilloso en un cuerpo que aún no has llegado a conocer.

Me quedo con ese trozo de cartón entre las manos y decido llevarlo conmigo. Es una pieza de un rompecabezas al que han robado la foto de la portada. Algo que ya nadie me responderá.

No más preguntas, ¿verdad?

Ayer le di un abrazo a mi abuela antes de morir. No murió en mis brazos. Lo hizo en un quirófano. Pero yo, unas horas antes, le di un abrazo de verdad. De esos en los que pasa algo, como si se cayese un muro. Y fue como si alguien estuviese tocando el violonchelo entre las ruinas de tanta piedra. Como si un muro se hubiese derrumbado por bulerías.


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25 Comments

  • karenmparamio

    Para ti, mi más sincero pésame. Para tu abuela, un aplauso, por ser quien fue y quién seguirá siendo en tu recuerdo. Afortunadas las dos por haber tenido la posibilidad de un abrazo semejante. Gracias por compartir la foto, me gusta mucho. Saludos.

  • .

    Sin preguntas ni respuestas. Y hoy sin palabras. Sólo un abrazo. Grande. Es también una señal🙏💜

  • Beauséant

    Las fotos que dejamos tras nosotros, KARENMPARAMIO, son parte de nuestro legado, incluso aquellas a las que no damos importancia pueden servir de algo..

    Unas buenas, otras malas, T&E, pero supongo que esa es parte de la gracia, ¿no?

    A veces tenemos las preguntas, otras las respuestas, . , el truco es saber encontrar la correspondencia, ¿verdad? Un abrazo.

  • la chica triste de la parada de autobús

    Qué bonito texto… me ha tocado resortes. No sé cuánto hay de verdad y cuánto de ficción, pero en cualquier describe algo que se conoce bien, por eso emociona. Gracias por compartir tanto talento y por describir escenas con tanta belleza y precisión. Abrazos.

  • Gabiliante

    Cuando se van los mayores, siempre se quedan cosas sin preguntar y respuestas sin obtener, que nunca se obtendran, porque eran los ultimos que lo sabian. No respuestas trascendentales, si o respuestas cotidianas. ¿Porque no se hablaba el tio Pedro con el yayo antonio?
    Porque vendio la casa del pueblo para ña mierda de di ero que le dieron?
    Si se murio en el quirofano, supongo que habia slguna esperanza, asi que el palo fue mas duro. Ahora a los que no tiene remedio los mandan a casa a morirse con palistivos, no sé si es mejor o peor pero a mi no me gusta. Espero que no te toque a ti vaciar la casa. Eso tambien sera duro.
    Cuando morimos es wue nuestro alambre ya no tiene trozos rectos.
    Bonito homenaje la foto y me gudto la frase de la jaula, que no la hsbia oido nunca, o no ña recuerdo
    Salud y animos

  • Megan

    Lo más bonito de la muerte es que siempre camina de nuestra mano, ¿o es al revés? Hacernos preguntas es fundamental, el sufrimiento también, pero lo que cuenta son los instantes que vivimos y en eso hemos de centrarnos para no caer en bucles. La vida es lo que es y nosotros estamos ahí, a veces para aprender y otras solo para vivir.
    Un abrazo.

  • UNA _Vida_Mundana

    Los días que rodean a una muerte tienen algo mágico, una energía inusual que soy incapaz de describir pero que crean cosas tan bellas como la entrada que nos regalas aquí.
    Me ha caído bien tu abuela, la historia en la que se ha convertido.
    Volverás a reír, pero la risa- como el alambre- ya siempre irá teñida de nostalgia.

  • Beauséant

    La línea entre la ficción y la realidad siempre es un poco difusa. Nada de lo que aparece por aquí es cierto, pero tampoco hay ninguna mentira, ya sabes…. Muchas gracias a ti por pasarte, escribir es una forma de sacar cosas de dentro, pero siempre es mejor si se comparte, CHICA TRISTE DE LA PARADA DE AUTOBÚS

    En mi familia eso pasa mucho, GABILIANTE, no solucionamos las cosas, las enterramos, fingimos no verlas hasta que nos saltan a la cara. Y, bien dices, cuando pasa el tiempo ya es imposible saber la verdad porque ni los que estuvieron allí lo recuerda. Simplemente recuerdan que tienen que llevarse mal con alguien y punto… Es una buena metáfora lo que dices del alambre, llega un momento en el que ya no puede doblarse más y se rompe.

    Siempre de la mano, MEGAN y siempre presente, sí. Al final es la muerte lo que da sentido a eso que dices, a los bucles, los instantes.. A veces aprendemos, a veces vivimos, cierto.

    Muchas gracias, LA CHICA DEL UNIVERSO…

    Es verdad, JOSÉ A. GARCÍA, siempre dejamos alguna pregunta sin responder, siempre hay algo que no termina de encajar. Quizás tampoco sea buena idea intentar componerlo, ¿no?

    Muy buen final, UNA _VIDA_MUNDANA, una risa oxidada, doblada como el alambre, ¿verdad? Vuelves a ser tu misma, pero ya no eres tu misma…

  • Cabrónidas

    Es cierto lo del alambre; una vez torcido, se partirá de fatiga un día u otro por ese punto. Oyes o lees a según qué personas, como en este caso a tu abuela, y no puedes más que preguntarte: ¿de dónde saca tanta cordura?

  • Mucha de la Torre

    Me gusta mucho como escribes ya que voy viendo a medida que narras cada situación como si las palabras tuvieran imágenes. .Me ha encantado lo que dices de tu abuela
    la mia era asi tambien y asi lo soy yo y…..
    Gracias por compartir

  • Toro Salvaje

    No sé… me tienes descolocado.
    Primero he pensado que era todo real, pero después he leído la respuesta a “chica triste de la parada del autobús” y ya no sé qué decir por no meter la pata.
    Lo que sí es cierto es que por un momento he recordado a mis dos abuelas, y a mi madre… tan injustamente olvidadas por mi cerebro autoprotector.
    La muerte es un portazo tremendo que durante años resuena lleno de dolor.

  • Ángeles

    Me ha costado terminar de leer este texto. Me afecta mucho, me resulta demasiado afín, respecto a situaciones pasadas y a otras más recientes, y tanto por las situaciones que describes como por los pensamientos y las emociones que reflejas. No sé si te refieres a hechos reales o no, pero aunque no sean reales son muy verdaderos.
    Y con esto pretendo decir que el texto es excelente.

    Saludos.

  • Beauséant

    A veces la cordura llega con la edad, CABRÓNIDAS, en mi opinión las personas que han sido más reflexivas en vida alcanzan una especie de sabiduría zen al envejecer. Pero no siempre ocurre, a veces pasa lo que dices, el alambre se parte antes de tiempo y ya nada encaja en su lugar. Envejecer tiene mucho de lotería, ¿no te parece?

    Gracias, MUCHA DE LA TORRE, se aprende mucho mirando y hablando con las personas que llegaron antes que nosotros. A veces nos cuesta escuchar, tenemos demasiadas obligaciones, muchas cosas en la cabeza y es una pena, porque nos ayudan mucho con el camino que nos queda por recorrer.

    Perdona, TORO SALVAJE, aunque te adelanto que es imposible que metas la pata aquí. Cualquier cosa dicha con respeto se puede decir aquí, así que no hay problema… no me gusta dar muchos detalles sobre mi vida ni sobre nada, así que prefiero dejarlo todo entre comillas… no es por dar aires de misterio, es simplemente que me parece lo mejor.. Muchas gracias por tu comprensión… Escribir ayuda a sacarle cosas a ese cerebro sobreprotector que comentas. El mío actúa de una forma parecida, tengo una memoria estupenda para las tonterías, las cosas que me hicieron daño, pues eso, olvidadas… a veces escribes y salen, otras no salen pero construyes una historia alrededor que te aproxima a esa verdad olvidada… Me explico mal, pero creo que me entiendes, ¿me entiendes?

    En el fondo son situaciones, por desgracia, comunes, ÁNGELES, son pasos que a todos nos toca recorrer y da igual si te has preparado o no, en el fondo siempre te pillan por sorpresa. Muchas gracias…

  • flor

    Mi Más sincero pésame , la foto es preciosa ya que tú abuela era muy joven.
    Te deseo una feliz semana , besos de flor.

  • Alí Reyes

    He quedado conmovido hasta los tuétanos… caray… pudiese decirte uno o dos detalles técnicos como cuentistas que soy, pero la primera impresión no me deja reaccionar bien… será en otra ocasión.

  • mag

    Podría ser una historia real, de hecho tiene tintes de serlo en parte pero, independientemente de eso, que no viene ni siquiera a cuento, me quedo con el mensaje que das, que transmites. Cómo acaricias los recuerdos en tus letras, como si los vivieras y los sintieras, porque así es. Cómo se duermen tus pasos y tus pensamientos en una línea que no se sabe bien a dónde va.
    Me queda la serenidad al final y el hecho de que un abrazo dado a tiempo siempre hace bien.

    La frase de la jaula es muy buena y que las plantas son unas hijas de su madre también :-9

    Un beso enorme, enorme…

  • Frodo

    Un fuerte abrazo, Beau.
    Sentido escrito, me ha impactado la mención al alambre y sus estados, haciendo maridaje y metáfora con el nombre escogido para este sitio. Tal vez este sitio sea también eso, algo que se intenta correr de su lugar y lentamente vuelve.

    Vamos a decirlo de una vez, salvo por la experiencia que puedas ir cosechando: envejecer es una mierda… pero tampoco hay escapatoria, salvo escribir, jugar, pintar, reír, etc.

    Lo siento mucho por tu abuela, espero andes bien.

    Abrazos

  • Beauséant

    En las fotos antiguas todos salimos jóvenes, FLOR, es la magia de la fotografía 😉

    Pues no te cortes, ALÍ REYES, cualquier cosa que ayude a mejorar la forma de contar una historia es bien recibido. Gracias

    Muchas gracias, MAG, como dije un poco más arriba todo tiene su parte de verdad, en mayor o menor grado.. y también su parte de fantasía. No me gusta dar muchos detalles…. Muchas gracias por tu comprensión y por tus palabras.

    Gracias, MUCHA DE LA TORRE, cada día ponemos un pie delante del otro, es bueno saber que lo hemos hecho la dirección correcta.

    Hemos tardado unos años, FRODO, pero sí, quizás hemos encontrado el significado del nombre de este sitio 🙂 Y estoy totalmente de acuerdo, hacerse viejo es una mierda. Le podemos poner un lazo, edulcorarlo todo lo que queramos, pero eso es lo que queda, un vacío enorme y una sensación de derrota….

  • Alfred Comerma Prat

    Está claro que vivió dejando vivir y sin querer amargar la vida a nadie tras su marcha.
    Bueno, sólo ese alambre ya marcado.

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