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Estrellitas

Pulse para verla más grandeSangre, sangre que cae desde mi cara hasta trazar extraños mapas en mi camisa de Domingo. Sangre como señal de peligro en mis nudillos rotos, y como sabor amargo a derrota en mi boca. La vida se me escapa, y no puedo hacer otra cosa que saludarla con el pañuelo… Qué poético, o al menos lo sería si me estuviese muriendo aunque, claro, nunca se sabe, y yo no soy médico.

Esta vez me han golpeado con más ganas, quizás los chicos han tenido un mal día, o fui menos gracioso, o más pesado. Es complicado encontrar el punto medio cuando tu cuerpo es un coctel de sustancias incompatibles. Benditas drogas que ahora mismo trabajan para que pueda ver mi sangre manar sin sentir nada. Este cuerpo se ha convertido en un completo extraño para mi, al menos hasta la mañana siguiente, cuando tenga que enfrentarme con el extraño magullado al otro lado del espejo.

Podría encontrar un millón de excusas, señor juez, para que usted pudiese llamarme enfermo e irse a casa con la conciencia tranquila, pero ya es tarde, demasiado tarde para obtener un perdón que no deseo, y para seguir creyendo en un tipo sosteniendo una luz encendida al final del túnel. Demasiado tarde para otra cosa que no sea dejarse llevar.

Por suerte alguien ha colocado una farola para completar un bonito cuadro costumbrista: el borracho, la noche y la farola; ya estamos todos. Decido apoyarme con estilo sobre ella, pero algo debe fallar porque resbalo y caigo de bruces a un suelo que me recibe con los brazos abiertos. Noto un sabor cobrizo en mi boca, y un dolor intenso que sólo es un presagio de todos esos otros dolores por llegar.

Cuando me incorporo todo es demasiado confuso como para poder lograr las dos palabras mágicas: enfoque y perspectiva. A mi alrededor todo es una danza extraña de estrellitas de colores. La farola, una estrellita, el neón de bar, otra estrellita, hasta los peatones urgentes son estrellitas sin rumbo en la galaxia de la gran ciudad. Decido que es mucho mejor así, las caras de asco, lástima y desprecio que vienen desde las alturas son eso, estrellitas. Lentamente me dejo arropar por su canto, y sólo deseo que mi último pensamiento apague la luz antes de marchar… click…

14 Comments

  • Alba y Alvaro

    … y fundido en negro. Y salimos del cena agarrados de la mano a una calle que hace esquina con el anochecer. A lo lejos hay una farola y distinguimos un bulto aparentemente informe junto a ella.

    Click.

    Un abrazo

  • *AntagoniSta*

    (…) Y ese maldito intruso invadió sus rincones y lo dejó con la nada misma atragantada en la garganta, y simplemente arrazó con él, tomó las riendas de su vida y aguarda ese click que le traiga luz… deseando que ese click no se transforme en un crash.

  • ipathia

    K.O. técnico. Solo que el árbitro tiene grandes dosis de paciencia, y aunque sea en soledad, me temo que vas a seguir bailando sobre la lona. Por las estrellitas no te apures: a mí no se me van!.

  • AngelCaido

    Ojalá fuera así de fácil, click…
    Están por llegar tiempos en los que desearemos hacer ese click…

  • Eloísa

    Escorzos, más que enfoque y perspectiva, que por otra parte pudiera parecer lo mismo, pero hay una sutil diferencia de matices…

  • Beauséant

    gracias Alba y Alvaro por no tropezar conmigo, era lo que me faltaba para terminar una mala noche… ¿final? ¿final? Jesus no hay final, excepto el que escribimos día a día…

    la frontera, Antagonista, entre un click y un crash es sutil, y demasiado fácil de cruzar, un click, tienes razón angel caído, demasiado sencillo como vía de escape que hay que usar con cuidado… un click kikebardo que apaga las luces de los peatones apresurados….

    ya sabes ipathia, hay que buscar la dignidad incluso cubierto de mierda, en la vida los combates no acaban cuando estas en la lona, la vida sigue golpeando hasta entonces…

    por supuesto querida Elo, desde lejos puede parecer lo mismo, pero cuando los sufres lo comprendes 🙂

  • Zebedeo

    El borracho, la noche y la farola. Hummm ¿a qué me recuerda a mí esto? ¿Quizás al sábado pasado? Menos mal que lo único que sufrió de mi cuerpo fue mi estómago por el maldito garrafón que circula por los bares como agua en las fuentes.

  • Beauséant

    claro bowie, las drogas no son malas, cumplen su misión, y no prometen nada que no puedan cumplir.. lo malo es cuando las abrazas como única salida… Gracias por el abrazo :), y gracias también a Alter Ego

    Hay una canción Angela, que habla de un bar llamada la antesala del dolor, es un bar con un techo lleno de estrellas, algo de esa canción hay en este texto :)..

    No es tan complicado, pequeña tortuga, el mundo real sólo hace daño si le haces mucho caso.. busca refugios lejos de la realidad de vez en cuando … Bueno, vale, es difícil, muy jodido, pero podemos intentarlo 🙂

    Si claro, Zebedeo, ahora la culpa es del pobre garrafón, la culpa es tuya por beberte algo que sólo esta indicado para curar heridas, y no las del alma precisamente 😉

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