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delirios

apuntes para una nueva religiónEn las afueras de la ciudad han aparecido unas extrañas esculturas con forma de animales y nadie sabe el motivo ni el autor de esas creaciones. Son emplazadas a traición, en medio de la noche y las familias con hijos que las descubren a la mañana siguiente las miran con una extrañeza que no sabrían describir. Saben que no deberían estar ahí, pero están, saben que no deberían mirarlas, pero no pueden dejar de hacerlo.

Desconocen por completo el nombre de los animales representados en esas figuras, aunque algo en ellos, quizás la forma, la posición en la que se encuentran o cualquier otro pequeño detalle les resulta demasiado familiar. Como algo que deberías conocer pero has olvidado y se queda ahí, atrapado en tu cabeza. Una pequeña chinita encajada en los engranajes de una maquinaria infinita.

Los más ancianos sonríen por primera vez en muchos años y se apresuran a rebuscar en vetustas librerías llenas de papeles y caos. De ellas emergen satisfechos, aún con esa sonrisa bailando en los labios y abrazados a enormes tomos llenos de ilustraciones que lograron esconder de Las Purgas cuando la mayoría de los libros y todo el viejo orden que representaban resultaron prohibidos.

Ciervos, comadrejas, gacelas, son algunos de los nombres que aparecen al pie de esos dibujos. Los ancianos con dedos temblorosos y llenos de manchas encienden débiles brillos en sus ojos nublados y dicen recordarlo a la perfección. Cuentan a quien quiera escuchar que hace muchos años, antes incluso del Gran Cambio, los animales proporcionaban comida e incluso los materiales para hacer ropas y tejidos. Que esos animales eran los dueños de los bosques y eran algo digno de verse. Algunos, afirman muy convencidos, ayudaban a los humanos en su supervivencia y proporcionaban cobijo y compañía.

Cuando llegan a ese punto la poca gente que quedaba escuchando vuelven sus cabezas y hacen gestos con los brazos cargados de indignación. Es imposible creer en semejantes tonterías. No son más que cuentos de viejos sin ningún sentido. Un absurdo sin base alguna: la comida son los bloques preprocesados que nos entrega cada semana el gobierno y toda nuestra ropa es sintética. Sabemos de sobra que nuestras pieles no soportarían el roce de otra cosa sin provocar todo tipo de alergias.

Sólo eso, delirios de ancianos demasiado apegados a un mundo que sólo permanece en pie dentro de sus cabezas. Los adoradores del eterno retorno empeñados en empozoñar con su nostalgia maliciosa todo lo que el progreso nos ha dado.

Las autoridades han acordonado la zona para poder retirar las esculturas y han empezado a filtrar de las redes todas las fotos que se tomaron de las estatuas. Sabemos que esas esculturas son una mentira, un retrato idílico de tiempos que en el fondo fueron aterradores y pusieron a prueba nuestra misma supervivencia como raza, pero una mentira mil veces repetida puede destruir el empeño y el sacrificio de generaciones.

Por eso, advierten desde todas las televisiones, no debemos dudar en señalar a los culpables. Por buenas e ingenuas que sean sus intenciones deben ser apartados de una sociedad en la que, con ciego egoísmo, se niegan a participar.

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21 Comments

  • Kadannek

    Me produjo sentimientos encontrados esta historia, el sólo hecho de imaginar un mundo sin nuestros hermanos menores, como me gusta llamarle a los animales,-y no por eso menos sabios ni menos importantes- es un panorama que me parece aterrador, y más que eso, desolador. Pero me gusta cuando hay alguien que se atreve a presentar este tipo de posibilidades, porque seamos sinceros, ya hay muchas especies extintas y muchas más en riesgo de extinción, de hecho creo que hace unos pocos días murió el último rinoceronte blanco macho.. Una noticia demasiado dolorosa que ni si quiera pude tocar en mi blog secundario, que justamente está dedicado a este tipo de temas; cosa que me hace pensar que las próximas generaciones no podrán hablar de él, sino nosotros, quienes seremos los viejos para ese entonces…
    Volviendo al punto de agradecer que te atrevas a tocar temas duros, densos o existencialistas, me acaban de decir por una red social, con respecto a mi última entrada, que pienso demasiado las cosas, a lo que he reaccionado con risa, porque es cierto, no lo niego, soy así y me gusta, por eso he argumentado que considero valioso que al menos haya una persona que haga este tipo de cuestionamientos, así que, bienvenido al grupo jajaja.

  • Beauséant

    Los animales, Kadannek, no desaparecerán, al menos no todos. Me temo que lo que haremos será quedarnos con aquellos que puedan darnos algún provecho y al resto los iremos recluyendo en sitios cada vez más pequeños. Por desgracia cada vez parece que estamos más cerca de lograrlo… El texto estaba escrito antes de lo que comentas del rinoceronte del que hablas, pero ha estado presente en mi cabeza al publicarlo. No hago más que pensar que debería hacer algo más que enlazar algunas frases con una historia, pero, ya sabes, al final lo complicado es hacer algo…

    Sí, a mi también me dicen mucho lo de que pienso mucho las cosas, nunca me lo he tomado como una ofensa ni creo que sea lo correcto. Veo a cantidad de gente que vive sin prestar atención a lo que les rodea y parecen felices, no seré yo quien les juzgue por ello, a mi simplemente no me sale 🙂

    Muchas gracias por el aviso, Doctorvitamorte, mucha gente se fija, pero tiene miedo de sacar las faltas a relucir. El texto ha sufrido algunas variaciones en la construcción para intentar darle ritmo y seguro que algo me he dejado. ¿Puedes ser más especifico?, lo he leído tantas veces que ya no soy objetivo 🙂

    No sonaba de fondo en ese momento, La chica triste de la parada de autobús, pero seguro que estaba presente 😉

    Recuerdas, Toro Salvaje, ¿cuando hacían exposiciones y cuadros sobre como sería el futuro?, gente sonriendo, todo muy limpio y ordenado, con trabajos creativos para todo el mundo y del resto se encargaban las máquinas. Pues no, nada de eso se ha cumplido, al menos para los de abajo. Somos una especie la mar de curiosa, sí.

  • MUCHA

    +++
    Reconozco que, cuando escribo tiendo a ser ampuloso; incluso rozaba la pedantería y el esnobismo. Es un efecto secundario de cuando aspiraba a ser escritora: iba apuntando todas aquellas palabras que descubría y que, de algún modo, quería incorporar a mi vocabulario.
    Eran palabras del tipo onicófago, acerico, pectiniforme, destazar, nictinastia, chirlo, tisuria, gnomon, apodíctico, termolábil, suberoso, entérico, nictémero, paniego, gruñidor, atrición, etc. Palabras que creía que le daban un aire más culto al texto y, por tanto, se me consideraría más fácilmente escritora.

    Craso error. Y por varios motivos. El primero es que la literatura no debe de ser escribir de forma deliberadamente hermética (al menos no siempre). El segundo tiene que ver con una investigación que sugiere que las palabras cultas, propias de Góngora, no hacen necesariamente que nuestros lectores o interlocutores nos consideren más inteligentes…. así era hoy en dia casi ni escribo de esa manera pero sonrío cuando pienso en el pasado de las cosas que no entendia y trataba de decifrar de alguna manera…Los momentos del olvido.No estaba clara me envolvia en suspiros
    La vida nos va cambiando con los suspiros

  • Beauséant

    Te entiendo, pase los inicios de mi vida lectora con señores muy serios que escribían nos libros que eran como enciclopedias, todos muy doctos y sabios en sus torres de marfil. Con el tiempo fui descubriendo a otros autores, casi todos americanos, y descubrí que me gustaban más, no porque fueran más sencillos, sino porque transmitían más con la mitad de palabras…

    Casi todos los textos que aparecen por aquí empiezan siendo textos muy largos y todo mi esfuerzo se centra en pulirlos, en reducir las frases y las ideas al mínimo. Sin intentar entrar en detalles sobre casa cosa y dejando parte del trabajo al lector…

    Claro, no siempre se logra 😉

  • kasioles

    Al paso que vamos, menos mal que yo ya no lo veré, llegará ese GRAN CAMBIO, nos habrán hecho un buen lavado de cerebro, nos habrán manipulado con tanta información y nos adaptaremos a otra forma de vida y supervivencia que en nada tendrá que ver con la de nuestros antepasados.
    Sin ir más lejos, mis nietos no conocen el sabor de un simple pollo criado al aire libre con su carne amarilla, prieta y con un olor y sabor inigualables.
    Tu entrada de hoy da que pensar.
    Cariños.
    kasioles

  • Beauséant

    Esa es la diferencia entre dos libros que hablaban del futuro que se nos venía encima, 1984 y un mundo feliz. El primero nos decía que el “sistema” debía engañarnos constante, manipular los hechos y la historia para que no supiésemos la verdad. En el segundo, sospecho que más adecuado a estos tiempos, nos decía que tendríamos toda la información al alcance de nuestros teclados, que veríamos sin ningún pudor como nos manipulaban y, eso era lo más grave, nos daría lo mismo. Seguiríamos felices en nuestras pequeñas burbujas, con nuestras pequeñas recompensas y las cabezas gachas, intentando no destacar para alcanzar el preciado soma.

  • Trolling Like Crazy

    Se aprueba la moción. Un 10 en gramática pero aprobado raspadillo en ironía, porque no estoy seguro de que lo pillaras a la primera.

    Saludos cordiales. Sigo leyéndote.

  • sakkarah

    Una visión de futuro donde cada vez hay más recortes a la libertad… Donde cada vez nos acercamos más a ser un simple número…

    Me ha gustado mucho… Todo lo que escribes tiene mucho sentido y es buenísimo.

    Muchos besos.

  • Anonymous

    Un texto excelente ya que parece ser tal cual lo pintas, los niños hoy no reconocen a los animales mas pequeños, y los grandes están muy ocupados en hacer dinero, así que todos corren, no recuerdan ni les interesa.
    Abrazo

  • Carmen Troncoso

    Me dio un poco de penita, pero el ser humano es astuto, siempre buscara un resquicio para que el sol de verdad, ilumine su alma, un abrazo feliz querido amigo!!

  • Beauséant

    Gracias, sakkarah, la verdad es que todo lo que vemos en el día a día parece llevarnos a esa situación que comentas y cada vez es más complicado pensar en cambiarlo. Al final, como apunta Anonymous, tiene mucho que ver con la educación recibida. Si desde el principio se asumen como normales ciertas cosas, es imposible intentar cambiarlas después, quedan grabadas a fuego en el subconsciente.

    Me gustaría equivocarme por completo y que Carmen Troncoso tenga toda la razón 😉

  • Jo

    a veces creo que el futuro para mi es un poco de incertidumbre y a vees quisiera haber tenido un hijo… o haber dejado una huella bonita.
    como siempre
    siempre llego tarde a todo incluso pensando

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