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el día más triste en la vida de mi jefe

El día más triste en la vida de mi jefe ha ocurrido esta misma mañana, cuando descubrió aterrado que todos y cada uno de sus empleados trabaja en esta oficina sólo por el sucio dinero que brota en nuestras cuentas bancarias el primero de cada mes.

Eso quiere decir, balbuceaba el pobre hombre entre lágrimas, que si os pagasen más dinero en otro lado, ¿os irías de aquí sin dudarlo un instante?

Esas palabras produjeron sobre nosotros uno de esos silencios atronadores que caen como una bomba y sirven de respuesta sin necesidad de añadir nada. Todos bajamos la cabeza ante tamaña obviedad intentando seguir con nuestros quehaceres.

El dinero entonces. ¿Esa es vuestra única motivación? Esto lo ha dicho levantando un dedo al aire y elevándose un poco sobre los talones, con un tono y una dicción perfecta. Debió ser un hacha mi jefe en el club de debate del colegio privado donde paso casi toda su adolescencia.

Al seguir sin encontrar respuestas en nuestro silencio, nos dio la espalda derrotado y lleva desde ese momento encerrado en su enorme despacho lleno de escenas de caza y trofeos de deportes que no hemos practicado en la vida.

Nos llegan en ráfagas sonidos y gritos ahogados desde el interior. A mi, grita entre sollozos a quién quiera escuchar, todo este tiempo luchando para mantener esta empresa que con tanto esfuerzo heredé de mi padre y con la que puntualmente he dado de comer a vosotros y a vuestras familias. Hienas, eso es lo que sois todos y cada uno de vosotros… Unas sucias hienas.

La oficina se encuentra dividida en dos facciones irreconciliables. Se enfrentan, por un lado, los que opinan que sería mejor salir a tomar unas cañas y volver en unas horas para ver si ha cumplido todas sus promesas de suicidio. Y por el otro, los que abogan por marcharse a casa y disfrutar de un día libre. Total, pase lo que pase ya se encargaran las de la limpieza de dar explicaciones a la policía y de limpiar el desastre.

También hemos aprovechado para cruzar apuestas sobre el método elegido por nuestro amado jefe para dejar este valle de lágrimas. La mayoría han optado por el siempre socorrido sistema de lanzarse ventana abajo. Pero otros, mucho más duchos en el arte de las apuestas, han optado por abrirse las venas con un abrecartas o la ingestión del vino que venía en la cesta de navidad.

Un monumento, eso es lo que se merece mi jefe.

edmtelvdmij

17 Comments

  • Mucha

    Maravilloso artista del alambre
    de tus letras….
    Cuando no se trabaja por pasión
    eso pasa…..
    .Jamás me pasaría a mi
    ¿Y a vos?

  • Jo

    el mundo hostil, el dinero que hasta huele tan feo y sin pasión… Sn gana y líderes así, que omnipotentes se asombran de lo que ellos mismos crean y de la gente que se rodean

  • Maria Perlada

    Ojala en el mundo no existiera el dinero cuantas familias con hijos pequeños sufren por no llegar a fin de mes y los mas perjudicados los menores.

    Besos.

  • Anonymous

    podemos decir que la indiferencia recorre caminos, y nunca fue derrotada. Fue construida solo con ese fin, una gran narrativa.
    Abrazo

  • Beauséant

    Para mi, Mucha el trabajo es eso, trabajo… Algo que te da de comer, que es algo muy serio, pero que no debe ser principio ni final. Para mi lo importante es todo lo que hago fuera de allí.

    Gran idea, Toro Salvaje, si uno decide dejar este mundo, mejor hacerlo de forma espectacular, ¿no?

    Pues es verdad, Jo… no sé si nuestros lideres son unos incapaces porque nosotros somos incapaces, o si nosotros somos incapaces porque nuestros líderes lo son. Pero lo cierto es que muchos jefes logran acabar con cualquier resquicio de motivación…

    Siempre he pensado, María Perlada, que si muchos jefes tuviesen que vivir con lo que pagan a sus empleados ni harían el esfuerzo de levantarse de la cama. Padres pobres, hijos pobres, y la esperanza que casi nunca se cumple de que a la generación de tus hijos les toque la lotería y puedan esquivarla.

    La indiferencia, Anonymous, se coló al final del texto como una forma de no hacer muy buenos a unos y muy malos a otros. Porque al final, la empatía es algo que rara vez ponemos en práctica, ¿verdad?

  • Adriana Alba

    Jajaja, por las dudas vayan juntando dinero para la corona de flores…
    Risas aparte, es muy triste cuando te toca trabajar en un ambiente hostil o donde no puedas desarrollar la creatividad y tengas detras tuyo personas con un serrucho tratando de competir con tu puesto.
    El dinero no es todo pero ayuda, soy de las que cree que la Fuente de Provision nos llega desde un lugar mucho mas importante que una empresa, un negocio o incluso si se vive de rentas, la Fuente es Cosmica los canales infinitos .

    Besos.

  • María

    jaja al final te ha podido ese lado tierno que muy a tu pesar aflora siempre y a mi meencanta ; ) Lo siento mi querido BEAU, por mucho que te empeñes en dibujar tipos cínicos, fríos e inhumanos, va a ser que no es lo tuyo… no te lo permite tu ADN ; ) en este texto básculas de la ironía al cinismo, de la insensiblidad a la ternura y ahí te clavas con los dos pies! … como si todos los párrafos fueran piruetas en el aire para demostrar lo poco que les importa este “jefe” y en el último instante cuando pende del dedo gordo del pie para estamparse contra el asfalto y la concurrencia aplaudiendo .. vas tú y le salvas! eres un trozo de pan que lo sepas jajaja

    Ayyyy vil metal, cuanto sudor por tan poco al final; )

    Un beso grade … ( si yo fuera tu jefe te ascendía a lo más alto del escalafón ; ) …una vez allí, si se pone pelma le empujas suavecito… por la ventana ; )

  • Mucha

    Sigo pensando que he tenido suerte en mi vida he trabajado siempre con pasión….Y lo sigo haciendo y el logro? Siempre buen dinero!!
    y creo es la única manera de tener éxito
    pero no es la realidad…
    jajaja!!!!
    sonrío los comentarios son interesantes
    les deseo un dia feliz a todos solo por hoy…..

  • Beauseant

    Los canales pueden ser infinitos, Adriana Alba, pero las puertas se van cerrando de manera inexorable. Mejor ser todo lo creativos que podamos fuera del trabajo y hagamos nuestras tareas con el mínimo de energía indispensable 😉 Si en el trabajo te acaban pidiendo tanto como puedas dar, mejor que no se den cuenta que podemos ser mejores de lo que somos, ¿no?

    Siempre crítico mucho a los jefes de cualquier tipo, María, pero no creo que los trabajadores seamos mucho mejores, la verdad. Supongo que es un problema con el ser humano, en cuanto nos dejan un poco de margen nos volvemos cínicos y egoístas.. Y sí, me has pillado, nunca me gusta cerrar muchas puertas a los protagonistas de las historias, me acaban dando pena y siempre intento salvarlos 😉

    Una gran suerte la tuya, Mucha.. suerte y esfuerzo, claro, se necesitan ambas cosas… Y sí, siempre he pensado que lo mejor de este sitio suelen ser los comentarios 😉

  • kadannek

    Me ha dolido este relato. Pero debemos ser sinceros; el principal motor para trabajar en cualquier parte es el dinero, así es el sistema. Eso no quita que debamos hacer nuestro labor con eficacia, dedicación y esmero, guste o no, es un conjunto que influye a personas y situaciones, así que hay que hacer que todo fluya correctamente haciendo nuestra parte. La cosa es que no nos desvivamos para trabajar, el trabajo debe ser un impulso para ayudarnos en las cosas verdaderamente importantes.
    De todas formas, volviendo a la historia, esa indiferencia de imbéciles, me hace querer hacer un despido masivo. Es decir, poniéndome en el lugar del jefe, uno no debería esperar que le tengan el mismo amor a la empresa que yo, pero sí, un mínimo de respeto y aprecio. En fin, al parecer, cada quien vela por sus intereses.

  • Beauséant

    Jugaba un poco con esa ambigüedad de la que hablas, kadannek, por un lado la de los jefes que esperan de sus empleados un plus de esfuerzo y dedicación que, muchas veces, se encuentra a años luz de los salarios, parece que muchas veces buscan socios que se peguen por la empresa a precio de empleados. Por el otro, lo que dices, los empleados que observan con completa indiferencia el devenir de la empresa y que muchas veces parecen hacer lo posible por hundirla… He visto y vivido ambas situaciones y, bueno, intenté hacer algo con u poco de humor…
    La última frase, la de cada quien vela por sus intereses, es por desgracia una explicación de porqué tantas cosas marchan como marchan..

  • Carmen Troncoso

    Me he reido pero tambien he llorado un poco tambien, hay de estos jefes hasta el infinito, con el corazon pegado a si mismo y no suelltan por temor.
    Me has hecho recordar muchas cosas querido!

  • Beauséant

    me gusta esa frase de no soltar el corazón, es muy visual 🙂 he conocido gente así y empleados como los del texto, que pasan por completo de la empresa, supongo que unos son consecuencia de los otros, ¿no?

  • MARÍA

    El mundo es un precipicio donde la fe y la esperanza algunas veces caen pesadamente, eso pasa hoy en todos lados, el maldito dinero es el rey,.
    Abrazo

  • Alfred

    Nadie siente ya respeto por sus jefes, esas almas entregadas al sacrificio de mantener a flote contra viento y marea, superando mil escollos, empresas perfectamente viables en manos de cualquier persona experta y eficiente, que no la haya heredado.
    Un saludo.

  • Beauséant

    Lo hacemos el rey, MARÍA, le hemos dado el poder y el control absoluto sobre nuestras vidas. Quizás nos merezcamos un dios tan miserable por haberlo elegido.

    Creo que en el texto no logré dejarlo claro, Alfred, a veces es el obrero quien es un lobo para el obrero. He visto empresas normales más o bien dirigidas con un puñado de empleados que parecían dispuestos a hundirla… Y, claro, muchas de las otras, de empresas a las que llegan la segunda generación, gente sin vocación que quiere dinero fácil y nada entiende del negocio… Eso sí, el jefe sorprendido ante unos empleados que sólo quieren cobrar si la he visto con mis propios ojos y era hilarante 🙂

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